Personalidad y temperamento
Los gatos burmés son conversadores consumados y tienen un aspecto suave y elegante. Estos hermosos gatos son descendientes directos de los gatos siameses, lo que explica su naturaleza parlanchina. Sin embargo, sus voces son más suaves y menos exigentes.
Al igual que sus primos, los gatos burmés son juguetones, enérgicos y muy inteligentes. Son extremadamente sociables y les encanta acurrucarse. De hecho, estos gatos son tan cariñosos que la National Alliance of Burmese Breeders (NABB) los ha apodado los "gatos de compañía por excelencia".
Existen dos tipos de gato burmés: el americano y el europeo. El Burmés americano y europeo tienen sus raíces en los mismos orígenes, pero, en un principio, se desarrollaron por separado. Hoy en día, son dos razas distintas con diferentes estándares. El Burmés americano, al que en los Estados Unidos se le conoce simplemente como Burmés, es más robusto, con una cabeza más ancha, un hocico más corto y unos ojos claramente redondeados. El Burmés europeo, también llamado Burmés británico, tiene un hocico más largo, una cabeza en forma de cuña y unos ojos claramente oblicuos.
Cuidado
Nutrición
Aseo
Ejercicio
Salud
Los gatos burmés no tienen necesidades nutricionales especiales. Como todos los gatos, los Burmés necesitan comida para gatos de alta calidad que tenga como ingrediente principal la carne.
Dado que la diabetes y la obesidad pueden ser un problema para estos gatos, especialmente en su etapa adulta, es importante limitar su consumo de carbohidratos.
Gracias a su pelaje suave, fino y corto, los gatos burmés no requieren mucho cuidado. Un cepillado semanal puede ayudar a eliminar el pelo muerto, y un rápido masaje con una gamuza puede hacer que su pelaje brille.
También es recomendable enseñar a tu gato a aceptar el cepillado de dientes y el corte de uñas desde una edad temprana.
A los gatos burmés les encanta jugar, por lo que hacer suficiente ejercicio no suele ser un problema. Estos enérgicos gatitos tienen fama de llevar sus juguetes favoritos a los miembros de su familia para divertirse jugando a buscarlos. Les encanta saltar y trepar, por lo que conviene proporcionarles un árbol para gatos resistente.
Si deseas entretener a tu gato y estimular su actividad, los juguetes interactivos como los punteros láser y los juguetes interactivos son ideales para esta tarea.
El Burmés es generalmente saludable, sin embargo algunos problemas de salud pueden afectar a algunos miembros de la raza.
Algunos gatos burmés pueden sufrir hipocalemia, o niveles bajos de potasio en sangre. Esta afección no es mortal, pero provoca debilidad en los músculos esqueléticos. Su veterinario puede recetarle un suplemento de potasio si tu gato tiene hipocalemia.
Algunos gatos burmés padecen diabetes. Evitar los alimentos ricos en carbohidratos y mantener a tu mascota en el peso adecuado son dos medidas preventivas que pueden reducir el riesgo de desarrollar diabetes.
Un pequeño porcentaje de gatos burmés nacen con deformidades craneales (displasia frontonasal congénita), una afección conocida como defecto craneal burmés. Otros sufren de glaucoma y algunos son propensos a enfermedades del tracto urinario y cálculos renales. Los gatos burmés también son propensos al síndrome de hiperestesia felina (también llamado enfermedad del gato nervioso).
Existen pruebas genéticas para algunas de las enfermedades hereditarias que afectan a los gatos burmés, como el defecto de cabeza burmés y la hipocalemia birmana. Los criadores responsables realizan pruebas a sus gatos adultos antes de reproducirlos para evitar transmitir problemas genéticos conocidos.
Historia
El gato burmés tiene una historia intrigante. La historia de la raza comienza con un gato de color chocolate llamado Wong Mau.
El Dr. Joseph Thompson de San Francisco trajo a Wong Mau a casa con él después de un viaje a Birmania en 1930. Wong Mau era pequeño, con un cuerpo más compacto que el del siamés , con una cola más corta, una cabeza redondeada, un hocico corto y ojos redondos y muy espaciados.
El Dr. Thompson también notó que la gata tenía puntos de color marrón más oscuro que acentuaban su pelaje negro. Como tenía curiosidad por ver cómo luciría la descendencia, la cruzó con un gato siamés. La cruza produjo una camada de gatitos que incluía algunos con la apariencia de gatos siameses y otros que se parecían a su madre.
Luego, el Dr. Thompson apareó a Wong Mau con uno de sus gatitos marrones. Esta vez, la camada contenía tres tipos diferentes de gatitos: algunos parecían gatos siameses, algunos se parecían a su madre y algunos eran de color marrón oscuro sin puntos. Los gatos de color sable sin puntos se utilizaron finalmente para crear la base de la raza.
Los gatos burmés fueron registrados por primera vez por la Cat Fanciers' Association (CFA) en 1936, y la raza obtuvo el reconocimiento total en 1957. Parte de la razón de la demora fue que algunos criadores estaban cruzando sus gatos con siameses, una práctica que finalmente fue prohibida. Los cruces dieron como resultado el desarrollo del gato tonkinés , por lo que ciertamente proporcionó algunos beneficios que los amantes de los gatos pueden apreciar.
En la actualidad, la CFA reconoce tanto al burmés americano como al europeo. Todos los principales registros de gatos reconocen a los gatos burmés, pero no todos los colores están permitidos en todos los registros.
Estándares de raza
Ojos
Piernas y patas
Cola
Estándares de raza
Cuerpo
Cabeza
Orejas
Pelaje
Color
Preguntas frecuentes
¿Cuánto cuesta un gato burmés?
Los gatos burméses cuestan entre $450 - $3,000 USD.
¿Qué tamaño alcanza el gato de esta raza?
Los gatos burméses tienden a ser de tamaño mediano. Un gato burmés completamente adulto puede pesar entre 4 - 5 kg o más y medir entre aproximadamente 20 - 25 cm de altura.
¿Cuánto tiempo vive el gato de esta raza?
La esperanza de vida promedio para los gatos burméses es de 12 - 16 años o más.