Aunque el cáncer de estómago no es frecuente en gatos, puede presentarse. Lamentablemente, suele tener un pronóstico desfavorable. Sigue leyendo para conocer más sobre esta enfermedad.
¿Qué es el cáncer de estómago en los gatos?
El cáncer es el crecimiento descontrolado de células anormales en el organismo. Cuando se desarrolla en el estómago, forma una masa cancerosa dentro de este órgano. En los gatos, puede aparecer como un tumor localizado o formar parte de una afección más extensa que compromete todo el sistema digestivo.
Existen distintos tipos de cáncer que pueden afectar el estómago, cada uno con características propias, evolución diferente y tratamientos específicos. Por eso, identificar con precisión el tipo de cáncer es clave para decidir cómo tratarlo.
Causas del cáncer de estómago
El tipo más común de cáncer de estómago en gatos es el linfoma.
El linfoma gástrico, o linfoma en el estómago, puede manifestarse como una masa única dentro de la pared estomacal o formar parte de un linfoma que afecta todo el tracto gastrointestinal.
En la mayoría de los casos, no se conoce la causa del linfoma en gatos. Dos infecciones virales felinas, el Virus de la Leucemia Felina (FeLV) y el Virus de la Inmunodeficiencia Felina (FIV), aumentan el riesgo de que un gato infectado desarrolle linfoma.
También se han relacionado otros factores, como vivir en un entorno con fumadores o padecer enfermedad inflamatoria intestinal (que puede deberse a alergias alimentarias u otras causas). Aun así, no es posible saber por qué un gato desarrolla linfoma y otro no.
Además del linfoma, pueden aparecer otros tipos de cáncer en el estómago de los gatos.
Entre ellos se encuentran el adenocarcinoma, adenoma, tumor de células cebadas, tumor carcinoide, plasmacitoma extramedular, tumor del estroma gastrointestinal (GIST), leiomiosarcoma, mastocitoma y otros sarcomas. Las causas detrás de estos tumores siguen siendo desconocidas.
A diferencia de lo que ocurre en humanos, donde el cáncer de estómago suele relacionarse con la bacteria Helicobacter pylori (asociada a úlceras), en los gatos no se ha encontrado relación entre esta infección y el desarrollo de cáncer estomacal.
De igual forma, la alimentación no parece influir en la aparición de este tipo de cáncer en gatos, como sí ocurre en algunos casos en humanos.
Síntomas del cáncer de estómago en los gatos

Los síntomas del cáncer de estómago en gatos incluyen vómitos, diarrea, debilidad y pérdida de apetito.
Estos signos pueden variar según el avance de la enfermedad y la ubicación exacta del tumor en el estómago.
Algunas señales que podrías notar son:
- Vómitos
- Diarrea
- Presencia de sangre en el vómito o las heces
- Pérdida de peso
- Letargo o disminución notable de la energía
- Falta de apetito o anorexia
Si el tumor provoca sangrado, tu gato también puede mostrar signos de anemia. En ese caso, es posible que sus encías se vean pálidas y que la falta de energía sea aún más evidente.
Diagnóstico del cáncer de estómago en gatos
Cuando un gato presenta signos gastrointestinales, el primer paso de tu veterinario será realizar una revisión física completa.
Se evaluará el estado general del gato: peso, nivel de hidratación, color de las encías y actitud mental (alerta, decaído, sin respuesta, etc.). Después, se enfocará en el abdomen.
Mediante la palpación abdominal, el veterinario buscará detectar masas en el estómago o intestinos, aumento de tamaño en otros órganos o presencia de líquido en la cavidad abdominal.
Si no se encuentra una causa evidente durante el examen físico, se sugerirá avanzar con estudios más detallados.
Lo habitual es comenzar con un análisis de sangre completo, que incluya un hemograma y una bioquímica sérica.
En casos de cáncer de estómago, estos análisis pueden revelar anemia (por pérdida de sangre), aumento en los glóbulos blancos (asociado a inflamación) y niveles bajos de proteínas en sangre (debido a pérdidas provocadas por el tumor). Si también hay afectación hepática, podrían detectarse alteraciones en los valores del hígado.
El siguiente paso será realizar estudios por imagen.
Las radiografías (rayos X) y el ultrasonido permiten observar el interior del abdomen. Las radiografías son más accesibles en costo, pero muestran menos detalle. El ultrasonido ofrece una vista más precisa en tres dimensiones, permite revisar ganglios linfáticos y detectar metástasis pequeñas. No obstante, en muchos casos requiere la intervención de un especialista y la sedación del gato.
Tu veterinario te explicará los beneficios y limitaciones de cada método, para que juntos decidan si iniciar con radiografías o ir directamente al ultrasonido.
Para confirmar un diagnóstico de cáncer de estómago se necesita un estudio celular.
A veces, es posible hacer una aspiración con aguja fina durante el ultrasonido. En este procedimiento, se introduce una aguja en la masa guiándose por la imagen, con el objetivo de extraer células que luego serán analizadas bajo el microscopio.
Si no se logra obtener un diagnóstico con la aspiración (ya sea por la ubicación de la masa o por la naturaleza de las células), será necesario hacer una biopsia.
Dependiendo del caso, esta muestra puede obtenerse mediante endoscopía (introduciendo un endoscopio y herramientas médicas por la boca del gato, bajo anestesia) o a través de cirugía. Tu veterinario te explicará las opciones y te ayudará a evaluar los riesgos y ventajas de cada una.
Tratamiento del cáncer de estómago en gatos

El tratamiento adecuado dependerá del caso específico de tu gato.
Las opciones disponibles varían según el tipo de cáncer, el tamaño del tumor y su ubicación. Cuando se trata de una masa única y localizada en el estómago, la cirugía es la alternativa más recomendable. En ciertos casos, se puede complementar o reemplazar con radioterapia.
En la mayoría de los gatos, los tumores gástricos están relacionados con linfoma, el cual se trata mediante quimioterapia. Este enfoque combina medicamentos orales e inyectables. A diferencia de los humanos, los gatos suelen tolerar muy bien la quimioterapia y no presentan los efectos secundarios intensos que uno podría imaginar.
Si la quimioterapia no resulta viable—ya sea por la condición del gato o por cuestiones económicas—puede indicarse prednisolona, un esteroide, como parte de cuidados paliativos. Aunque no elimina el linfoma, esta opción puede mejorar el bienestar del gato por un tiempo limitado.
Conclusión
Un diagnóstico rápido es clave para tratar eficazmente el cáncer de estómago. Si notas signos que podrían estar relacionados con esta enfermedad, agenda cuanto antes una revisión con tu veterinario. A partir de lo que observe durante la consulta, te sugerirá los estudios más adecuados para entender mejor la situación de tu gato y actuar a tiempo.