Después de pasar todo el día fuera, rodeado de otras personas, no hay nada más reconfortante que volver a casa y recibir el amor incondicional de tu gato.
Interactuar con otros humanos tiene sus beneficios, pero la compañía de tu felino es incomparable. Y lo más curioso es que, probablemente, él sienta lo mismo cuando vuelves.
Pero, ¿cómo saber si tu gato se está volviendo demasiado pegajoso? ¿En qué momento su cariño empieza a ser un poco abrumador?
Siéntate, espera a que tu compañero peludo salte a tu regazo y, mientras le rascas ese punto en el cuello que tanto le gusta, descubre estas 10 señales de un gato excesivamente dependiente.
1. Tu sombra tiene forma de gato (El seguidor)
¡Cuidado por dónde pisas! Si te has tropezado con tu amado felino al menos una vez esta semana, o si te has acostumbrado a mirar siempre hacia tus pies mientras caminas por tu casa, lo más probable es que tengas el tipo de gato conocido como el «seguidor».
2. A tu gato pegajoso le cuesta soltarse (El rascador)
¡Por favor no te vayas! – Sus ojos se centraron en ti, arañazos en tus mejillas, nariz,
y frente. ¿Te preguntas por qué tu gato se vuelve tan cariñoso de repente? Bueno, a los gatos les encanta recibir atención (especialmente) cuando estás dormido o ocupado viendo la televisión.
Un gatito que rasguña y amasa a su dueño repetidamente para llamar su atención puede ser un poco demasiado pegajoso.
3. Si tú no comes, yo no comeré (El ayunador)
Los cuidadores de gatos se preocupan especialmente por este tipo: otro síntoma de comportamiento pegajoso.
No come o come muy poco cuando el dueño no está en casa. Esto suele ocurrir con gatos que sufren ansiedad por separación. Cuando están solos no se sienten tranquilos para comer.
4. La almohada, el colchón y tus piernas son míos (El acaparador de la cama)
Acurrucarse con un gato: ya sea en invierno, primavera, verano u otoño, tener a tu gato junto a ti en la cama puede ser como tener una manta eléctrica viva. Sin embargo, cuando tu preciado y peludo paquete de alegría comienza a apoderarse de tu almohada o de partes importantes de tu colchón, relegándote al pequeño rincón donde el resorte helicoidal te pincha la espalda, tienes un problema de gato pegajoso.
5. Maullidos sin fin (también conocido como: La pesadilla del vecino)
El comportamiento de los gatos pegajosos que implica maullar (los gatos que lloran para llamar la atención de su dueño) es bastante común. Puede ser bastante molesto cuando estás en casa, pero el maullido puede volverse constante durante la ausencia del dueño. Nuevamente, la ansiedad por separación generalmente fomenta este comportamiento.
6. ¡Por favor no te muevas!
El comportamiento de un gato pegajoso determina dónde estás: si te sientas, te quedas de pie o duermes es una cuestión que requiere su aprobación. Tu gato está tan apegado a ti que notarás que este tipo de gato se inquieta si te sientas en una silla diferente o te recuestas en una parte diferente de la cama.
7. El gato asustadizo
Algunos gatos reaccionan ante los extraños, ya sea mostrándose indiferentes o sintiéndose inseguros y escondiéndose. Si cada vez que tienes visitas tu gato se pega a tus pies o piernas, podrías tener un gato muy pegajoso.
8. ¡Quiero más! (Gatito exigente)
Tu gato quiere caricias todo el tiempo: escuchar su ronroneo mientras se relaja puede ser tan reconfortante para ti como para él. Pero si cada vez que te sientas aparece exigiendo mimos sin descanso, es posible que tengas un gato demasiado pegajoso.
9. ¡Diviérteme, humano! (Gato manipulador)
Rasgo de gato exigente y pegajoso: es un comportamiento que se observa en los gatos que exigen algo de su dueño cuando les apetece. Por lo general, esto es el resultado de un exceso de mimos. Los gatos se dan cuenta de cómo los humanos podemos ser fácilmente manipulados. Algunos gatos no tienen ningún problema en explotar nuestras debilidades.
10. El largo adiós de un gato pegajoso
Cariño, ya llegué – Ese momento en el que tomas las llaves, el bolso o simplemente giras el pomo de la puerta hace que tu gato corra hacia ti. Se frota contra tu pierna, como si intentara evitar que te muevas. Si esto sucede con frecuencia, es probable que tengas un gato pegajoso.
Con el tiempo, muchos gatos asocian ciertos sonidos, como el de la puerta al abrirse, con el momento de recibir cariño. Otros, en cambio, identifican esas señales con tu partida y sienten ansiedad por quedarse solos.
Aun así, tener un gato dependiente también tiene su encanto. Ya sea melancólico, insistente o simplemente divertido, la conexión que comparten puede ser muy especial. Así que, tanto si eres tú quien lo consiente como si es él quien exige atención, siempre tendrás un amigo leal, ansioso por pasar tiempo contigo.