Peritonitis infecciosa felina (PIF): causas, síntomas y tratamiento

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La Peritonitis Infecciosa Felina (PIF) es una enfermedad compleja y grave que, hasta hace muy poco, siempre era fatal para los gatos. La PIF es causada por un biotipo del Coronavirus Felino (FCoV), conocido como el virus de la Peritonitis Infecciosa Felina o virus PIF (PIFV).

La enfermedad tiene distribución global y solo afecta a los gatos: los perros, humanos y otras especies no pueden infectarse. La PIF ha sido una de las enfermedades infecciosas más desafiantes en la medicina veterinaria.

El hecho de que se trate de una infección por coronavirus felino trajo especial atención a la enfermedad en 2020, cuando emergió el COVID-19 en humanos. Es importante destacar que no existe conexión entre estas enfermedades, más allá del hecho de que ambos virus pertenecen a la misma familia viral.

¿Cómo los gatos contraen peritonitis infecciosa felina?

Uno de los aspectos complicados de la PIF es que, aunque el Coronavirus Felino (FCoV) es muy común, la Peritonitis Infecciosa Felina es rara.

El FCoV, también conocido como Coronavirus Enterico Felino (FeCV), se encuentra en el 80-90 % de los gatos que viven en hogares con varios gatos, pero casi todas estas infecciones son inofensivas, sin signos de enfermedad o solo con signos leves de diarrea. El virus se elimina en las heces, propagándose fácilmente entre gatos, comúnmente a través de las bandejas o cajas de arena, y sobreviviendo en el ambiente hasta por siete semanas.

Un gato nuevo en un hogar se infectará por vía oral, principalmente mediante el contacto con las bandejas o cajas de arena. La propagación directa de gato a gato rara vez ocurre.

Después de la infección, el virus puede encontrarse en el tracto gastrointestinal y en la sangre por un corto periodo, y luego puede eliminarse en las heces durante semanas, meses o, en algunos casos, de por vida. No obstante, en una proporción muy pequeña de gatos infectados con FCoV, el virus relativamente benigno muta para convertirse en el biotipo virulento del Virus de la Peritonitis Infecciosa Felina, que provoca la enfermedad.

Esta mutación puede implicar eliminaciones puntuales o mutaciones en el gen 3c, pero los detalles completos aún no se han establecido. La mutación ocurre en un gato individual, con el virus mutante multiplicándose rápidamente, infectando los macrófagos y monocitos del gato hospedador y propagándose por todo el cuerpo, causando la enfermedad.

El virus mutado de la PIF no se elimina de la misma manera que el FCoV en las heces, por lo que no se cree que sea infeccioso de la misma forma.

Todavía existen preguntas sobre cómo ocurre esta mutación y cómo se desarrolla la PIF:

Se cree que hay vínculos entre la cantidad de FCoV a la que un gato está expuesto (una mayor carga viral tiene más probabilidades de llevar a la PIF) y cómo responde el sistema inmunológico de un gato individual al virus. Los gatos parecen ser más propensos a desarrollar PIF si experimentan estrés (como visitas a un criadero o pensión, después de una cirugía o al ser reubicados), un fenómeno relacionado con el hecho de que el estrés afecta el funcionamiento del sistema inmunológico.

La mayoría de los casos de PIF se dan en gatos jóvenes, de menos de un año de edad, aunque los gatos pueden verse afectados a cualquier edad y es más común en hogares con varios gatos y en gatos de pedigrí (por ejemplo, birmanos, bengalíes y orientales). Los gatos machos tienen más probabilidades de desarrollar PIF que las hembras, y los gatos que son positivos para FeLV también tienen más probabilidades de desarrollar la afección.

¿Cómo afecta la peritonitis infecciosa felina a los gatos?

Síntomas de PIF

La peritonitis infecciosa felina en los gatos afecta al organismo de diversas maneras y la enfermedad se manifiesta de forma húmeda o seca.

La PIF se describe como una vasculitis piogranulomatosa, con efectos en todo el cuerpo. Los signos de la enfermedad son variables, dependiendo de qué parte del cuerpo esté afectada. Clásicamente, hay dos formas de PIF, dependiendo de la respuesta inmune del gato: húmeda (efusiva) y seca (no efusiva). Sin embargo, estas no son necesariamente absolutas: algunos casos tienen elementos tanto de la enfermedad húmeda como de la seca.

  • La PIF húmeda (la forma efusiva) es una enfermedad más aguda y de rápida evolución que se desarrolla semanas o meses después de un período de estrés, como una reubicación o una cirugía. Los signos clínicos están más directamente relacionados con la vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos), con la pérdida de proteínas y líquido de los vasos sanguíneos hacia las cavidades corporales, lo que lleva a la acumulación de líquido. Los signos específicos de la enfermedad en un gato en particular dependen de qué parte del cuerpo se ve afectada por esta acumulación de líquido.
  • La forma seca (no efusiva) de la PIF es una enfermedad más crónica, de aparición más lenta y de desarrollo gradual, que se produce tras una respuesta inmunitaria parcial del organismo del gato. Las lesiones piogranulomatosas (placas que representan una combinación del virus más la reacción inmunitaria del organismo al virus) se encuentran en órganos de todo el cuerpo, incluidos el hígado, los riñones, el bazo, los ganglios linfáticos y el cerebro, así como en la cavidad abdominal. Una vez más, los signos clínicos dependen de qué parte del cuerpo esté afectada. La forma seca puede convertirse en la forma húmeda en una etapa posterior de la enfermedad.

Signos clínicos de la peritonitis infecciosa felina

Los signos clínicos de la peritonitis infecciosa felina son variables, dependiendo del tipo de enfermedad presente y de la parte del cuerpo afectada.

Por lo general, los gatos infectados presentan síntomas vagos al principio, como letargo, pérdida de apetito y pérdida de peso. Puede haber episodios de pirexia (fiebre).

En la forma húmeda, los signos dependen de dónde se acumula el líquido.

  • El abdomen es el más afectado, lo que produce ascitis, con el abdomen visiblemente hinchado y lleno de líquido. A veces, se pueden sentir objetos duros en el líquido cuando se palpa el abdomen, lo que representa ganglios linfáticos agrandados o órganos internos enfermos, como el bazo, el hígado o los riñones.
  • Si el líquido se acumula en la cavidad torácica (tórax), se produce dificultad para respirar (disnea), causada por el líquido que impide la expansión y el funcionamiento normales de los pulmones.
  • Si el líquido se acumula en el saco que rodea el corazón (derrame pericárdico), pueden observarse signos de enfermedad cardíaca, causada por la incapacidad del corazón para contraerse normalmente debido a la presión del líquido.

En la forma seca, los síntomas dependen de la parte del cuerpo afectada y tienden a aparecer más lentamente, durante un período más largo. Pueden ser desde síntomas generales de enfermedad cuando están afectados los órganos abdominales, dificultad para respirar cuando están afectados los pulmones o el tórax, signos neurológicos cuando están afectados el cerebro o la médula espinal (como ataxia o incluso convulsiones) o signos oculares cuando están afectados los ojos (como dificultades visuales, con apariencia anormal de los ojos).

Diagnóstico de la peritonitis infecciosa felina

Diagnóstico de PIF

Tu veterinario puede determinar si tu gato tiene o no peritonitis infecciosa felina.

Tu veterinario puede determinar si tu gato tiene peritonitis infecciosa felina (PIF).

La única manera de hacer un diagnóstico definitivo de PIF es mediante histopatología de los tejidos afectados, cuando la inflamación piogranulomatosa es visible bajo el microscopio, junto con la identificación del antígeno del FCoV en los macrófagos mediante inmunohistoquímica. Sin embargo, en la mayoría de los casos, puede ser difícil obtener tales muestras de un gato vivo, por lo que este diagnóstico solo se puede hacer post-mortem, en una autopsia.

Más comúnmente, tu veterinario realizará una serie de pruebas diagnósticas, y el conjunto de resultados llevará a un diagnóstico probable de PIF si esta es la causa subyacente.

Las investigaciones comúnmente realizadas incluyen:

  • Examen físico, con signos como los mencionados anteriormente, junto con cambios específicos, por ejemplo, en un examen detallado de los ojos con un oftalmoscopio.
  • Radiografías y ecografías pueden mostrar la acumulación de líquido en el abdomen y el pecho, así como la ampliación de órganos afectados como el hígado, el bazo y los ganglios linfáticos.
  • Pruebas de laboratorio, incluyendo el análisis de líquido extraído del abdomen o el pecho, que es la forma más común de formar una fuerte sospecha del diagnóstico. Este líquido tiene características distintivas: técnicamente, se denomina transudado modificado o exudado estéril, dependiendo de su color, viscosidad, contenido celular y otros aspectos. Se puede realizar un análisis específico de PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) para el ARN viral en estas muestras de líquido, pero este análisis no distingue entre gatos con el Coronavirus Felino (FCoV) benigno y el biotipo patológico FIPV.
  • Pruebas sanguíneas generales, que incluyen hematología (linfopenia, o reducción de linfocitos en el recuento de células sanguíneas, y anemia, son comunes) y bioquímica (un nivel alto de proteínas, o hiperglobulinemia, es común, con una relación baja albúmina:globulina, hiperbili-rubinemia es común, y parámetros elevados de hígado y riñón son comunes).
  • Pruebas sanguíneas específicas, incluyendo la glicoproteína ácida alfa-1, que tiende a estar elevada en gatos con PIF (pero también puede estar elevada en gatos con otras enfermedades). Los anticuerpos contra el Coronavirus pueden medirse mediante títulos de anticuerpos, pero los anticuerpos contra el biotipo FIP del FCoV no pueden distinguirse del FCoV menos patógeno. Los niveles de anticuerpos están elevados en gatos que tienen la forma benigna del FCoV, por lo que a menudo son positivos en gatos saludables, y algunos gatos con PIF no tienen niveles elevados. No obstante, en gatos con signos de PIF, se verían elevaciones muy altas de FCoV como evidencia de apoyo del diagnóstico.
  • Aproximadamente 80-90 % de los gatos en entornos con varios gatos y hasta 50 % de los gatos en hogares con un solo gato tienen anticuerpos FCoV, pero solo el 5-10 % de los gatos expuestos desarrollan PIF.
  • Otras investigaciones incluyen una evaluación neurológica detallada por un especialista, con la posibilidad de análisis de líquido cefalorraquídeo (LCR), junto con imágenes avanzadas como resonancia magnética (RM), buscando los cambios distintivos que comúnmente se encuentran en la PIF.
  • Puede recomendarse que tu veterinario local te derive a un especialista en medicina felina (por ejemplo, un miembro de la American Association of Feline Practitioners).

Tratamiento de la peritonitis infecciosa felina

Hasta hace muy poco, el tratamiento de los gatos con PIF era muy limitado y, por lo general, solo se podían administrar cuidados paliativos, para mantener a los gatos afectados lo más cómodos posible durante el mayor tiempo posible. Esto generalmente implicaba el uso de prednisolona o ciclofosfamida para reducir la inflamación y estimulantes del apetito (como mirtazopina y ciproheptadina). A veces se utilizaban otros medicamentos que influyen en el sistema inmunitario, como el interferón.

Sin embargo, la gran novedad sobre el tratamiento de la PIF es una terapia emergente (que está siendo investigada por expertos como Niels Pedersen) con medicamentos antivirales como inhibidores de la proteasa y análogos de nucleósidos para reducir la replicación del FCoV, y el inmunoestimulante poliprenil (PI) para reforzar el sistema inmunológico. Los nuevos tratamientos han sido nada menos que revolucionarios y ofrecen esperanzas para los gatos con PIF de una cura total y completa.

Los cuidadores de gatos deben trabajar con sus propios veterinarios para obtener una atención individualizada óptima para sus propios gatos. Uno de los desafíos inmediatos es que los nuevos medicamentos para el tratamiento aún no están autorizados para su uso en gatos, lo que significa que en muchas jurisdicciones de todo el mundo es imposible para los veterinarios acceder a estos medicamentos que cambian la vida.

Como resultado de esta falta de disponibilidad, han surgido grupos informales con nombres como FIP Warriors en muchos lugares diferentes (como grupos de Facebook), que ofrecen apoyo e incluso acceso a medicamentos a través del mercado negro. Esto supone un gran desafío para la profesión veterinaria, ya que es imposible que los profesionales con licencia promuevan el uso de medicamentos no regulados y sin licencia.

Visita o únete al grupo de Facebook FIP Warriors® 5.0

No obstante, cuando la alternativa es simplemente la eutanasia, o permitir que una enfermedad fatal acabe con la vida de un gato, es fácil entender por qué los cuidadores de gatos pueden considerar esta vía.

Ya se están comercializando versiones autorizadas de estos medicamentos (por ejemplo, en el Reino Unido y Australia) y se espera que pronto los cuidadores de gatos no tengan necesidad de recurrir al mercado negro.

Pronóstico de la peritonitis infecciosa felina

Contagio de FIP

Los gatos no vacunados contraen peritonitis infecciosa felina (PIF) a través del contacto cercano con otros felinos.

Hasta hace muy poco, la PIF se consideraba una enfermedad mortal, ya que la mayoría de los gatos se deterioraban rápidamente y era necesario sacrificarlos para evitar un sufrimiento terminal. Algunos gatos presentan síntomas más leves y una evolución más prolongada de la enfermedad, pero el resultado es, en última instancia, el mismo.

Como regla general, los gatos con PIF húmeda (efusiva) solían vivir solo unos días o semanas, mientras que los gatos con PIF seca o no efusiva sobrevivían semanas o meses. Esto dicho, con los nuevos tratamientos, los gatos parecen poder curarse por completo de la enfermedad: estos medicamentos no son baratos y aún no están ampliamente disponibles, pero significa que ahora hay esperanza para los gatos con PIF.

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Dr. Pete Wedderburn, DVM

El Dr. Pete Wedderburn se graduó como veterinario en Edimburgo en 1985 y ha dirigido su propio consultorio de cuatro veterinarios con animales de compañía en el condado de Wicklow, Irlanda, desde 1991. Pete es muy conocido como un veterinario de los medios con apariciones regulares en la televisión, la radio y los periódicos nacionales, incluidos una columna semanal en el Daily Telegraph desde 2007. Pete es conocido como "Pete el veterinario" en sus ocupadas páginas de Facebook, Instagram y Twitter, y publica periódicamente información sobre temas de actualidad y casos de la vida real de su clínica. También escribe un blog habitual en www.petethevet.com. Su último libro: “Pet Subjects”, fue publicado por Aurum Press en 2017.