¿Qué es el cáncer de huesos en los gatos?
Es importante comprender la terminología cuando se trata del cáncer en perros y gatos, al igual que en los humanos: estas enfermedades tienen un lenguaje universal que se comparte entre las especies.
- “Cáncer” es el término médico utilizado para describir un tipo agresivo de neoplasia (del griego “células nuevas”) o tumor (del latín “hinchazón”).
- La neoplasia (o tumores) describe un proceso patológico en el que un grupo de células anormales en alguna parte del cuerpo comienza a multiplicarse de manera descontrolada, lo que provoca un crecimiento o hinchazón que está formado por estas células anormales. Estas células pueden desarrollarse prácticamente en cualquier parte del cuerpo, a partir de casi cualquier tipo de célula.
Las neoplasias o tumores se dividen en tipos benignos y tipos malignos. Cáncer es el término que se utiliza para describir las neoplasias malignas o los tumores malignos.
- Las neoplasias o tumores benignos no se propagan a otras partes del cuerpo ni invaden el tejido circundante, por lo que son relativamente fáciles de tratar y curar. Generalmente, lo único que se necesita es una escisión quirúrgica.
- Por el contrario, las neoplasias malignas o tumores, también conocidos como cáncer, tienden a propagarse a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo y el sistema linfático (lo que se denomina “metástasis”), tienden a invadir los ganglios linfáticos y los tejidos adyacentes y suelen ser difíciles de tratar y curar. La extirpación quirúrgica a menudo no es suficiente.
Cuando son las células óseas las que desarrollan neoplasias/tumores malignos de esta manera, se habla de cáncer de hueso. El cáncer de hueso puede ser primario o secundario.
- El cáncer óseo primario o tumor óseo primario describe la situación en la que el cáncer se desarrolla primero en las células del propio hueso. Existen diferentes posibles células de origen: células óseas (osteosarcoma), células del cartílago (condrosarcoma), células del tejido fibroso (fibrosarcoma), células de la médula ósea (hemangiosarcoma) o, a veces, otras células (como el carcinoma de células escamosas, que invade el tejido óseo). El primero de ellos, el osteosarcoma (abreviado como OSA), constituye hasta el 80 % de los casos de cáncer de hueso. Los demás sarcomas de tejidos blandos son el siguiente grupo más común.
- El cáncer de hueso secundario significa que el cáncer comienza en otra parte del cuerpo y se propaga (hace metástasis) a los huesos. Esto es menos común que el cáncer de hueso primario.
El cáncer óseo primario puede hacer metástasis (diseminarse a otras partes del cuerpo, como los pulmones), pero la metástasis no ocurre con tanta frecuencia en los gatos (5-10 % de los casos) como en los perros (más del 90 % de los casos).
Alrededor de la mitad de los casos de cáncer de huesos afectan al «esqueleto apendicular», es decir, los huesos largos de las extremidades, mientras que la otra mitad afecta al «esqueleto axial», es decir, el cráneo (especialmente la boca, como la mandíbula inferior) y la columna vertebral. Los huesos de las extremidades afectados con mayor frecuencia son el fémur distal (hueso inferior del muslo), la tibia proximal (hueso superior de la espinilla), el húmero (hueso superior de la pata delantera) y los dedos de los pies.
El cáncer de huesos suele ser una enfermedad que afecta a gatos de mediana edad o mayores, y sus síntomas suelen aparecer alrededor de los 9 años de edad. La incidencia del cáncer de huesos primario es de entre 3 y 5 gatos en una población de 100,000 gatos.
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Síntomas del cáncer de huesos en los gatos

Los síntomas del cáncer de huesos en los gatos incluyen hinchazón física, cojera, marcha anormal y malestar general.
El cáncer de huesos provoca una hinchazón anormal en la parte afectada del esqueleto. El cáncer de huesos provoca una serie de síntomas de malestar por dos motivos principales.
- El cáncer causa dolor.
- La hinchazón física del cáncer causa problemas mecánicos (obstaculiza físicamente el funcionamiento normal).
Los signos clínicos que notan los dueños incluyen la hinchazón física en sí, así como cojera, un andar anormal y malestar general en el gato afectado. Los gatos afectados pueden volverse torpes, inapetentes y lentos para moverse.
A menudo, la cojera es grave y el gato se niega a apoyar la extremidad afectada en el suelo. Si el cáncer de hueso está en la boca, es posible que el gato no quiera comer en absoluto. La pérdida de peso es un síntoma común.
Diagnóstico del cáncer de huesos en gatos
Si tu veterinario considera que tu gato tiene cáncer óseo, podrían seguirse los pasos que te detallo a continuación. En algún momento del proceso, es probable que te recomiende acudir con un oncólogo veterinario.
Toma de historia detallada
Tu veterinario hablará contigo sobre todos los aspectos de la vida de tu gato. Existen otras razones por las que pueden aparecer signos parecidos al cáncer óseo, y conocer el historial completo ayuda a distinguir entre las distintas causas. Algunas de ellas pueden ser infecciones en los huesos, traumatismos o peleas.
Para que veas lo complejo que puede ser, a veces el cuidador cree que su gato se fracturó por una caída leve. Pero el cáncer puede debilitar el hueso antes del accidente, lo que provoca una fractura llamada patológica.
En estos casos, no es hasta que se hacen radiografías que se descubre que el hueso ya estaba dañado por el cáncer antes de romperse.
Examen físico
Tu veterinario examinará cuidadosamente a tu gato, descartando otras causas de los síntomas que presenta.
Análisis de sangre de rutina y otros trabajos de laboratorio
Es posible que tu veterinario proponga análisis de sangre, como un hemograma y un perfil bioquímico, para asegurarse de que no haya otra enfermedad de fondo que esté afectando a tu gato. También podría solicitar un examen de orina.
Algunos cambios en la bioquímica sanguínea, como un aumento en la enzima fosfatasa alcalina (AlkP), pueden observarse si el gato padece cáncer óseo.
Diagnóstico por imágenes
- Radiografías: las imágenes radiográficas del área afectada son la clave para realizar un diagnóstico tentativo de cáncer de hueso. Se observa un patrón distintivo de cambios radiográficos, que incluyen la llamada «lisis» (áreas ennegrecidas que indican destrucción de áreas de hueso) y áreas blanqueadas aumentadas que indican formación anormal de hueso nuevo causada por tejido canceroso.
A veces, estos cambios pueden ser difíciles de diferenciar de otros procesos patológicos (como infecciones bacterianas o fúngicas del hueso) y pueden sugerirse otras pruebas para confirmar el diagnóstico. - Gammagrafía nuclear: las gammagrafías óseas pueden ser una herramienta sensible para detectar áreas de formación ósea nueva activa, lo que puede indicar áreas de cáncer de hueso que quizás no se hayan notado previamente.
- Tomografía por emisión de positrones (PET-CT): este método de obtención de imágenes resalta las áreas de mayor captación de glucosa en el cuerpo, lo que puede ser una forma útil de identificar los sitios primarios y secundarios del cáncer de hueso. Esta puede ser una forma eficaz de identificar la enfermedad metastásica en particular.
Biopsia ósea
Tu veterinario puede sugerir diferentes formas de utilizar una biopsia de la lesión para confirmar el diagnóstico tentativo de cáncer de hueso.
- Aspiración con aguja fina (AAF). Este método simple recolecta una pequeña cantidad de células del área afectada que se pueden enviar al laboratorio para su análisis, conocido como citología. Esto no suele ser suficiente para hacer un diagnóstico definitivo, pero puede brindar evidencia de respaldo.
- Una biopsia completa, que es un proceso más complejo e invasivo, permite realizar una histopatología, que es la mejor manera de confirmar definitivamente el diagnóstico de cáncer de hueso, además de permitir identificar el tipo preciso de cáncer de hueso. Si bien una biopsia se puede tomar como un procedimiento quirúrgico independiente en un gato afectado, a veces se puede realizar en una muestra de una extremidad que ha sido amputada debido a fuertes sospechas de cáncer de hueso.
Opciones de tratamiento para el cáncer de huesos en gatos

El tratamiento del cáncer de huesos en los gatos se presenta de varias formas, pero la extirpación quirúrgica del área afectada es la primera línea de tratamiento.
- La primera línea de tratamiento es la extirpación quirúrgica de la zona afectada, con un margen de tejido sano circundante. Esto casi siempre implica la amputación de las extremidades afectadas, lo que puede ser una decisión cargada de emociones para algunos cuidadores de gatos. En casos excepcionales, se puede sugerir la denominada cirugía de conservación de la extremidad como una forma de preservar la extremidad y, al mismo tiempo, extirpar la totalidad del cáncer. Es posible que se necesite un cirujano ortopédico especialista para llevar a cabo este tipo de procedimiento complejo.
- Generalmente no se recomienda la quimioterapia, ya que es probable que presente efectos secundarios y no prolonga significativamente los tiempos de supervivencia.
- La radioterapia, o radioterapia estereotáctica, como seguimiento de la extirpación quirúrgica del cáncer, a veces puede recomendarse en casos específicos.
- El alivio del dolor y la medicación antiinflamatoria son importantes en casos de cáncer de hueso y, en particular si no se va a realizar una escisión quirúrgica, esto es fundamental para el tratamiento paliativo.
Seguimiento y pronóstico
La extirpación quirúrgica completa del cáncer (es decir, la amputación de la extremidad en los casos que afecta esta parte del cuerpo) da como resultado tiempos de supervivencia de 24 a 44 meses desde el momento del diagnóstico.
No se ha demostrado que ninguna terapia adicional sea eficaz para prolongar estos tiempos de supervivencia.
Es más difícil extirpar quirúrgicamente el cáncer de hueso cuando se localiza en el cráneo y la columna vertebral: el tiempo promedio de supervivencia para estos pacientes es más corto, alrededor de seis meses.
Conclusión
El cáncer de huesos es una enfermedad grave que limita la vida de los gatos de mediana edad y mayores. El diagnóstico temprano y, cuando sea posible, la extirpación quirúrgica agresiva de las áreas afectadas es la mejor manera de prolongar la vida de los gatos afectados.