Lacey, Jack, Freya, Taco… Elegir un nombre para tu gato es una decisión importante (¡y emocionante!). Pero ¿qué haces cuando adoptas uno que ya tiene nombre?
Los refugios suelen ponerles nombre a los animales, incluso si fueron rescatados de la calle. Claro, puedes enamorarte de una carita adorable, pero adoptar implica mucho más que una buena apariencia. Darles un nombre les da identidad.
Además, los refugios necesitan promocionar a los animales para atraer al mayor número de adoptantes. Eso no significa que todos los nombres sean acertados.
Siempre existe la posibilidad de que te encante el gato, pero no su nombre. La buena noticia es que la mayoría de quienes trabajan en protección animal coinciden en que no hay problema en cambiarlo. Esto es lo que debes tener en cuenta.
¿Los gatos saben sus nombres?
Elegir el nombre ideal para un gato puede llevar horas de conversación, largas listas de opciones e incluso años de pensar en ello. Pero mientras debatimos entre Macy o Molly, ¿qué estará pensando nuestro gato? ¿Saben siquiera cuál es su nombre?
No podemos asegurarlo, pero un estudio de 2019 indica que la mayoría probablemente reconoce su nombre como una palabra que los identifica. La investigación analizó el comportamiento de 78 gatos en distintos ambientes.
Los investigadores observaron cómo reaccionaban ante sus nombres comparados con otras palabras al azar. Detectaron cuándo los gatos mostraban interés por lo que escuchaban y, según los datos, la mayoría respondió más a su propio nombre que a palabras sin sentido.
Estos resultados sugieren que los gatos reconocen sus nombres, aunque otros expertos consideran que la evidencia aún no es definitiva. Un artículo de Smithsonian Magazine plantea que los gatos podrían responder solo porque asocian esas palabras con comida, juegos o atención.
De cualquier forma, sabemos que prestan atención a los nombres que les damos, o al menos a las palabras que usamos al interactuar con ellos. Por eso, elegir un nombre para tu gato es tan relevante como lo hagas tú. Probablemente no les importe si los llamas Tomás o Tigre, pero la conexión fuerte entre ustedes tiene que comenzar en algún punto, y ese punto es el nombre perfecto.
¿Es una buena idea cambiar el nombre de un gato adoptado?
Cuando un empleado o voluntario de un refugio llama a un gato “Hamburguesa” porque ya ha nombrado a 20 esa semana y se le acaban las ideas, no está marcando ese nombre para toda la vida. La mayoría de los refugios asumen que los nuevos dueños cambiarán el nombre, y a veces lo preguntan incluso antes de entregar los papeles.
Pero aunque no lo hagan, y aunque adoptes un gato adulto que lleva años con el mismo nombre, se entiende que con nuevos dueños llega un nombre nuevo. Aquí tienes algunos puntos para considerar antes de decidir si mantienes el nombre original o eliges uno distinto.
Podría ser un nuevo comienzo muy necesario
Sin importar la historia de tu gato, que haya terminado en un refugio significa que algo salió mal. Pudo haber sido entregado por su dueño o haber sufrido abandono, maltrato o negligencia.
También es común que hayan tenido humanos que los amaban, pero con una ventana abierta, ese gato querido se convirtió en un callejero perdido. Otra situación frecuente es que los gatos lleguen a refugios cuando sus dueños fallecen. La idea es que entrar a un refugio y ser adoptado es un nuevo comienzo. Es la oportunidad para dejar atrás el pasado y empezar una vida nueva con personas diferentes.
Ese cambio implica una familia nueva, un hogar nuevo y, a veces, un nombre nuevo. Muchos defensores de animales recomiendan que se cambie el nombre porque marca esa transición fundamental. Al aprender uno distinto, el gato puede avanzar sin cargar con las asociaciones negativas que pueda tener su nombre anterior.
Prioriza tu relación
No puedes evitar enamorarte de un gato que, casualmente, tiene el mismo nombre que ese jefe horrible que tuviste en la secundaria.
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O tal vez tu nuevo gato se llama algo como Salchicha o Princesa Paleta, y simplemente no encaja. Si cada vez que dices su nombre te da vergüenza o te trae recuerdos incómodos de esas noches largas frente a la freidora, cambiarlo está más que justificado.
Lo último que quieres es que el nombre de tu mascota afecte la relación entre ustedes. El vínculo debe crecer con el tiempo. Puede que te acostumbres a un nombre que no te gusta, pero no es la mejor forma de comenzar una amistad.
Ten en cuenta la edad de tu gato
Si dudas entre conservar el nombre que le pusieron en el refugio o cambiarlo, considera la edad de tu gato.
Por ejemplo, si adoptas un gatito menor de seis meses, probablemente ni siquiera sepa que tiene nombre. Los cachorros son una hoja en blanco y puedes elegir el que más te guste después de la adopción.
Si tu nuevo compañero tuvo un hogar antes, es probable que ya haya aprendido su nombre y esté acostumbrado a él. Los gatos jóvenes, mayores de seis meses, han tenido tiempo suficiente para reconocer cómo los llaman y asociarlo a situaciones concretas. A esa edad, suelen ser más flexibles al cambio.
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Cuando un gato llega a la edad adulta o senior, adaptarse a cambios se vuelve más complicado. Los gatos son animales de rutina, y romper hábitos bien arraigados siempre implica un reto, sin importar la especie.
Cambiar el nombre de un gato mayor será más difícil, pero no imposible. Requiere mucha paciencia y refuerzo positivo constante.
Un gato senior puede estar estresado por su nueva situación y quizá no tenga energía para notar que lo llamas Leo en lugar de Lionel. Ve despacio, observa su comportamiento y analiza las razones detrás del cambio frente a lo importante que es para ti.
¿Cuándo no se debe cambiar el nombre de un gato adoptado?
Si tu gato muestra señales claras de ansiedad, miedo o incomodidad, su nombre anterior podría brindarle cierta sensación de seguridad y familiaridad. Con una nueva familia y un entorno distinto, tratar de enseñarle un nombre nuevo puede ser demasiado en ese momento.
Eso sí, estos casos son excepcionales y no suelen ocurrir con frecuencia. En la mayoría de las situaciones, un cambio de nombre no afecta significativamente la vida diaria del gato.
Consejos para cambiar el nombre de tu gato
Si después de pensarlo bien decides cambiarle el nombre a tu gato adoptado, sigue estos consejos para que la transición sea lo más fluida posible:
- Haz el cambio desde el principio: Si comienzas llamándolo por su nombre anterior y después de dos semanas decides usar uno nuevo, solo lograrás confundirlo. Usa el nuevo nombre desde el primer día.
- Empieza con una combinación: Si ya responde a su nombre anterior, puedes ayudarle a asociar el nuevo usando una combinación temporal. Por ejemplo, si se llama Lucky y quieres cambiarlo a Luna, empieza a decirle Lucky-Luna durante unos días. El primer nombre captará su atención y poco a poco comenzará a reconocer el nuevo. Después de una semana o dos, deja de usar el antiguo.
- Refuerza con cosas que le gusten: Cada vez que digas su nuevo nombre, acompáñalo con algo positivo: un premio, caricias o palabras suaves (o todo junto). Así asociará el nuevo nombre con experiencias agradables.
- Ten expectativas realistas: Los estudios sugieren que los gatos pueden aprender su nombre, pero la vida diaria nos recuerda que hacen lo que quieren. Si no responde, no te frustres. Tal vez simplemente no tenga ganas en ese momento. Sigue usándolo con constancia, y con el tiempo lo reconocerá.