¿Los gatos pueden comer sandía?

Compartir Email Pinterest Linkedin Twitter Facebook

Gato juguetón disfrutando de un bocadillo veraniego: sandía.

Para mí, la sandía es el sabor del verano. ¿Tu gato te pide a gritos una rodaja de sandía?

Vamos a ver si los gatos pueden comer sandía, cuánta pueden comer y si la sandía es buena para los gatos.

¿Los gatos pueden comer sandía?

Un gato curioso investiga una rodaja de sandía, lo que despierta el interés por los bocadillos poco convencionales.

¡Sí! Los gatos pueden comer sandía. Aunque su alimentación se basa principalmente en carne, a muchos les encanta probar un trocito de esta fruta.

Eso sí, dásela con moderación. Aunque no tiene demasiada azúcar, contiene suficiente como para provocar molestias estomacales. Para evitarlo, ofrece solo pedacitos pequeños y de vez en cuando.

También es importante tener cuidado con las semillas. Por un lado, su tamaño puede representar riesgo de atragantamiento. Por otro, si las mastican, liberan amigdalina. Esta sustancia, al ser procesada por el cuerpo, se transforma en cianuro, un compuesto tóxico. No te preocupes: una o dos semillas no le harán daño. Aun así, retíralas siempre que puedas. Y si encuentras una sandía sin semillas, mucho mejor.

¿La sandía es buena para los gatos?

Gato curioso cautivado por una sandía, mostrando curiosidad y exploración felina.

Por lo tanto, los gatos pueden comer sandía con moderación. Pero, ¿tiene la sandía beneficios para la salud de los gatos? La sandía tiene un alto contenido de agua y es baja en calorías, por lo que no está repleta de nutrientes importantes. Sin embargo, esto puede ser útil en sí mismo.

La sandía es buena para la hidratación

Los gatos no se hidratan con facilidad. Al venir de entornos desérticos, obtienen casi toda el agua que necesitan de sus presas, y muy poca del agua como tal. Su impulso para beber es bajo, así que muchas veces ni siquiera buscan agua aunque la necesiten. Por eso la sandía es tan útil: ¡pueden “comerse” su hidratación!

Mantener un buen nivel de líquidos ayuda a prevenir enfermedades renales y el estreñimiento, además de mejorar problemas urinarios como los cristales o la cistitis.

La sandía contiene licopeno

Se cree que el licopeno es un potente antioxidante que combate los radicales libres y protege al organismo del daño causado por el estrés oxidativo, algunas enfermedades crónicas y ciertos tipos de cáncer, especialmente el de próstata.

Algunas investigaciones también indican que podría ofrecer cierta protección frente a herbicidas y tener efectos antifúngicos. Eso sí, la mayoría de estos estudios se han hecho en humanos o ratas, y no existen pruebas específicas sobre sus beneficios en gatos.

¿La sandía es mala para los gatos?

La sandía no es tóxica para los gatos, pero no forma parte de lo que necesitan para estar bien alimentados. Si comen demasiada, pueden tener molestias digestivas por su alto contenido de fibra.

La clave está en la cantidad. Darle mucha sandía puede provocar más malestar que beneficio, sobre todo si termina con vómito o diarrea.

También hay que tener cuidado si el gato es diabético, ya que el azúcar natural de la fruta puede afectarlo.

En cuanto a las calorías, todos los premios —incluyendo la sandía— deben representar como máximo el 10 % del total diario. La ventaja es que esta fruta tiene muy pocas, así que cumplir con ese límite no es complicado.

¿Cuánta sandía puede comer un gato?

Un gato de unos 4 kg puede consumir alrededor de 20 calorías diarias en premios, lo que equivale a unos 70 g de sandía. Aun así, esta cantidad suele ser excesiva para la mayoría.

Si quieres compartir un poco de sandía con tu gato, empieza con un trocito pequeño, no mayor a un cubo de 1.5 cm. Asegúrate de quitar todas las semillas.

Si le gusta y no presenta malestares como vómito o diarrea en las siguientes 24 a 48 horas, puedes ofrecerle un poco más la próxima vez. Aun así, no conviene pasar de un cubo de 2.5 cm al día.

Reflexiones finales

La sandía puede ser un premio saludable para tu gato. Aunque no destaca por su aporte vitamínico como otras frutas, es una forma refrescante de ayudar con la hidratación. Eso sí, como ocurre con cualquier alimento pensado para humanos, no sustituye su dieta ni debe ofrecerse en grandes cantidades. Lo ideal es darla como un bocadillo ocasional junto con su comida habitual.

No olvides retirar las semillas y nunca le des la cáscara: no se digiere, puede provocar asfixia y hasta obstrucciones intestinales.

Avatar photo

Dr. Joanna Woodnutt, MRCVS

El Dr. Woodnutt es un veterinario de animales pequeños y escritor sobre nutrición y comportamiento de gatos. Le apasiona ayudar a los dueños a aprender más sobre sus mascotas para mejorar el bienestar animal. En su tiempo libre, la Dra. Woodnutt atiende consultas en la pequeña isla de Guernsey.