La obesidad felina es un gran problema (el juego de palabras es intencional). Tan grande, que entre el 30 y 45 % de los gatos en Estados Unidos tienen sobrepeso: superan en al menos un 20 % su peso ideal.
Al tratarse de una enfermedad nutricional, sus efectos sobre la salud pueden ser graves si no se aborda a tiempo.
Aquí aprenderás qué es la obesidad en gatos y cómo puedes ayudar a combatirla.
¿Qué es la obesidad felina?
Repasemos primero los conceptos básicos de la obesidad felina:
- La ciencia de la obesidad
- Causas de la obesidad
- Síntomas de obesidad
- Diagnóstico de la obesidad
- Factores de riesgo de la obesidad
- Consecuencias de la obesidad para la salud
La obesidad en los gatos: explicación
La ciencia
La obesidad se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa. Los gatos nacen con todas las células grasas que van a tener. Estas células se hacen más grandes o más pequeñas, pero no desaparecen.
Con la obesidad, estas células grasas se hacen más grandes. Antes se creía que la grasa era inactiva. Ahora sabemos que la grasa es biológicamente activa y puede causar estragos en el cuerpo de un gato obeso. La grasa puede liberar hormonas inflamatorias que ponen al cuerpo en un estado de inflamación crónica, lo que puede provocar numerosos problemas de salud.
Causas
En la mayoría de los casos de obesidad felina, la ingesta calórica de un gato supera con creces las calorías que quema. Los gatos comen lo que les damos de comer, por lo que los dueños de gatos desempeñan un papel importante en la obesidad felina.
También existen causas médicas de la obesidad felina, entre ellas el hipotiroidismo (glándula tiroides hipoactiva), el hiperadrenocorticismo (glándula suprarrenal hiperactiva) y el insulinoma (tumor secretor de insulina).
Factores de riesgo
Los siguientes factores aumentan el riesgo de que un gato desarrolle obesidad:
- Ser hembra
- Estar esterilizada o castrado
- Vivir exclusivamente en interiores
- Haber subido de peso desde una edad temprana
Síntomas
¿Cómo se manifiesta realmente la obesidad felina? Si tu gato es especialmente corpulento y arrastra su barriga por el suelo, se ajusta al perfil de la obesidad. Los gatos obesos también son menos activos físicamente que los gatos con un peso ideal.
Diagnóstico
Los veterinarios tienen dos formas de diagnosticar la obesidad felina: el peso y la condición corporal. Si el peso de un gato es un 20 % superior a su peso corporal ideal, el gato es obeso.
La condición corporal se evalúa mediante una tabla de puntuación de condición corporal (BCS por sus siglas en inglés). La BCS se puntúa normalmente de 1 a 9, donde 1 indica emaciación y 8.5 a 9 indica obesidad. Las zonas del cuerpo que se evalúan son las costillas, la cola, la cabeza y el vientre.
Tabla de BCS para gatos
Puedes evaluar el índice de condición corporal (BCS) de tu gato en casa. Primero, obsérvalo desde arriba. Si su abdomen tiene forma de óvalo ancho y no se le nota la cintura, lo más seguro es que tenga obesidad.
Luego, pasa las manos por sus costados. Si solo percibes grasa y no logras sentirle las costillas, también es una señal clara. Comenta tus observaciones con el veterinario.
Consecuencias para la salud
Los gatos con obesidad enfrentan múltiples complicaciones de salud, entre ellas:
- Diabetes mellitus
- Presión arterial alta
- Ciertos tipos de cáncer
- Enfermedades cardíacas y hepáticas
- Sistema inmunológico debilitado
- Menor capacidad respiratoria
- Posibles alteraciones neurológicas
- Problemas urinarios (como cálculos en la vejiga)
- Trastornos ortopédicos (como osteoartritis)
Además, la obesidad reduce su esperanza de vida. Un gato con sobrepeso tiene una tasa de mortalidad casi tres veces mayor que la de uno con peso saludable.
Tratamiento de la obesidad felina
Un gato con obesidad necesita bajar de peso para recuperar la salud y disfrutar de una buena calidad de vida. Entre los beneficios de perder peso están la reducción del esfuerzo sobre las articulaciones, la mejora en la salud del corazón y un estado físico más óptimo.
La pérdida de peso debe ser gradual: solo entre el 1 y 2 % del peso corporal por semana. No puedes acelerar el proceso. Si bajas el peso demasiado rápido, podrías provocar una enfermedad hepática grave llamada lipidosis hepática (hígado graso).
Empieza por agendar una cita con el veterinario. Comparte un historial dietético detallado: tipo y cantidad de alimento, forma de alimentación (a libre demanda o con horarios) y cualquier bocadillo extra. El veterinario hará una exploración física y otras pruebas para detectar o descartar causas médicas de la obesidad.
Con base en eso, determinará el peso ideal de tu gato y calculará dos cifras importantes: las calorías de mantenimiento (para conservar un peso sano) y las calorías para pérdida de peso (el 70 % de las de mantenimiento).
Después, trabajen juntos en un plan de alimentación y ejercicio adaptado a las necesidades de tu gato.
Cambios en la dieta
Dieta para bajar de peso
Reducir simplemente la cantidad de comida actual de tu gato puede causar desnutrición. En su lugar, aliméntalo con una dieta especialmente formulada para la pérdida de peso. Estas dietas tienen menos calorías, pero son ricas en nutrientes y cubren las necesidades nutricionales de tu gato.
Las dietas para la pérdida de peso son bajas en grasas y ricas en proteínas y fibra. La proteína ayuda a que tu gato se sienta lleno, mientras que la fibra mantiene su sistema digestivo funcionando correctamente. Tu veterinario podrá recomendarte la dieta ideal para perder peso y guiarte sobre la cantidad adecuada para alimentar a tu gato.
Bocadillos
Los bocadillos no están prohibidos, pero debes ser estricto con ellos. Se recomiendan opciones como trozos de carne magra cocida, algunas croquetas o hígado seco. Recuerda que los bocadillos suman calorías.
Tu veterinario podrá calcular cuántas calorías diarias de tu gato pueden provenir de estos bocadillos. Mantente dentro de ese límite de calorías.
Régimen de alimentación
No solo importa qué le das de comer, sino cómo se lo das. Alimenta a tu gato con 2 o 3 comidas pequeñas al día. Evita la alimentación a libre demanda, ya que fomenta el sobrepeso. Además, todos los alimentos, incluidos los bocadillos, deben servirse en su tazón.
Coloca su tazón fuera de la cocina para que tu gato no esté cerca de otros alimentos durante las comidas. Para incentivar más actividad física, pon el tazón en un lugar donde tenga que caminar un poco más para comer.
Si tienes varios gatos, alimenta a tu gato obeso por separado para evitar que compartan comida.
Es probable que tu gato te pida más comida porque está comiendo menos. Responde a sus súplicas con cariño o un rato corto de juego.
Cambios en el ejercicio
Además de consumir menos calorías, tu gato necesitará quemar más a través del ejercicio.
Apunta a 15 minutos de ejercicio, dos veces al día. No te preocupes si tu gato aún no alcanza esa meta. Comienza con sesiones pequeñas de 5 a 10 minutos de juego y aumenta gradualmente la duración a medida que tu gato se vuelva más activo físicamente.
Haz que el tiempo de juego sea interactivo. Las actividades con láser o de persecución son excelentes opciones para divertirse juntos.
Pesajes regulares

Pesando a tu gato 2 o 3 veces al mes te asegurarás de que esté en el camino correcto y no recupere el peso perdido.
Será necesario hacer un seguimiento de la pérdida de peso de tu gato. Al igual que en las personas, los gatos pueden perder peso, llegar a un estancamiento o incluso recuperar algo de peso. Llevar un registro de la pérdida de peso te ayudará a identificar problemas rápidamente y hacer ajustes en el plan.
Pesa a tu gato 2 o 3 veces al mes. Primero, péstate en una balanza, luego hazlo nuevamente mientras sostienes a tu gato. Resta el segundo peso del primero para obtener el peso de tu gato. Por ejemplo, si pesas 130 libras sin tu gato y 145 libras con él, entonces tu gato pesa 15 libras.
Alternativamente, puedes pesar a tu gato en una balanza para bebés.
Informa el progreso de tu gato a tu veterinario.
Mantener la pérdida de peso
Mantener la pérdida de peso puede ser tan difícil como lograrla. Alimenta a tu gato con la cantidad de calorías de mantenimiento y sigue con el ejercicio dos veces al día. Pesa a tu gato regularmente y avisa a tu veterinario si empiezas a notar que el peso vuelve a subir.
Conclusión
La obesidad felina es un gran problema, pero no uno sin solución. Si tu gato tiene sobrepeso, sé proactivo y trabaja junto a tu veterinario para desarrollar un plan de pérdida de peso que lo ayude a alcanzar y mantener su peso ideal.