El calicivirus felino (FCV) es una infección viral común en los gatos domésticos. El virus provoca enfermedades respiratorias superiores que suelen asemejarse estrechamente a la Rinotraqueitis Viral Felina (FVR), y ambos virus pueden ocasionar el síndrome conocido como «gripe felina», caracterizado por una inflamación generalizada del tracto respiratorio superior y los ojos, lo que provoca estornudos, secreción ocular bilateral, fiebre, letargo y falta de apetito.
Aunque la mayoría de los gatos se recupera eventualmente, se han registrado casos fatales, y muchos gatos recuperados se convierten en portadores crónicos del virus. Las vacunas administradas a los gatitos, con refuerzos según se necesite durante su vida, garantizan que el FCV generalmente se controle de manera efectiva en los gatos domésticos. Las colonias de gatos salvajes pueden sufrir graves problemas debido al virus. Existen casi cincuenta cepas de calicivirus felino, que provocan enfermedades de diferente virulencia y gravedad.
Transmisión del calicivirus felino
El calicivirus felino se elimina de los gatos infectados principalmente a través de las secreciones de los ojos, nariz y boca, y también puede encontrarse en sangre, orina y heces. Los gatos pueden infectarse por contacto directo entre ellos (las gotas pueden transportar el virus a una distancia de hasta 1.5 m) y también a través de objetos contaminados (por ejemplo, comederos, bebederos, cajas de arena, etc.).
Es fundamental realizar una limpieza y desinfección cuidadosa al tratar a los gatos infectados para evitar la transmisión accidental del virus.
Síntomas del calicivirus

La forma aguda del calicivirus puede causar síntomas respiratorios superiores, como secreción nasal y ocular.
Los signos clínicos de la infección por calicivirus felino varían de un gato a otro, desde portadores asintomáticos hasta diversos grados de enfermedad respiratoria superior (desde leve hasta grave). Raramente, la enfermedad puede ser fatal.
La forma aguda de la enfermedad generalmente causa síntomas típicos respiratorios, como secreción nasal y estornudos, junto con conjuntivitis y secreción ocular. Muchos gatos desarrollan úlceras distintivas en la lengua, encías, paladar duro (techo de la boca) y labios. Es común la fiebre, letargo y falta de apetito.
En algunos casos, puede desarrollarse neumonía, con tos y dificultad para respirar. Menos comúnmente, puede haber cojera debido a la afectación de las articulaciones. Las cepas más virulentas del FCV pueden causar otros signos graves, como ictericia, edema en la cabeza y las extremidades, y úlceras en otras partes del cuerpo.
Algunos gatos desarrollan signos crónicos (a largo plazo) de la enfermedad, que pueden incluir gingivitis y pólipos nasofaríngeos, así como la eliminación del virus a largo plazo. Aproximadamente el 80 % de los gatos que se recuperan del FCV terminan convirtiéndose en portadores crónicos del virus.
Tratamiento del calicivirus
En teoría, se podría administrar terapia antiviral (como interferón o inmunoglobulina), pero en la práctica, rara vez se utiliza.
En su lugar, el enfoque se centra en el tratamiento de apoyo, manteniendo a los gatos afectados cómodos mientras su propio sistema inmunológico combate el virus.
- Este tratamiento de apoyo puede incluir cuidados generales, antibióticos para controlar infecciones bacterianas secundarias, gotas nasales de fenilefrina como descongestionante, líquidos intravenosos para combatir la deshidratación y soporte nutricional.
- Los gatos afectados suelen perder el sentido del olfato, lo que provoca la pérdida simultánea del gusto. Por lo tanto, es útil ofrecer alimentos altamente palatables con un olor fuerte y atractivo, e incluso calentar la comida en el microondas para hacerla más apetecible.
- Es importante limpiar las secreciones de los ojos y las fosas nasales varias veces al día, utilizando algodón humedecido con agua tibia. Se puede añadir 1 cucharadita de sal a 1 pinta de agua para ayudar en el proceso.
La mayoría (aunque no todos) de los gatos se recuperan gradualmente de la fase aguda de la enfermedad en un período de 7 a 10 días.
Vacuna contra el calicivirus

La vacunación contra el calicivirus felino es la mejor manera de prevenir esta condición.
La vacunación efectiva contra el FCV está disponible: forma parte de la vacuna rutinaria FVRCP que se administra a los gatitos, y a los gatos adultos se les administran vacunas de refuerzo regulares en intervalos apropiados a su estilo de vida. En general, la serie primaria de vacunas contra el FVRCP debe administrarse a todos los gatitos y gatos.
Los gatos adultos que viven en interiores pueden recibir vacunas de refuerzo cada tres años para mantener una inmunidad mínima. Los gatos que salen al exterior, se relacionan con otros gatos o van a guarderías o exposiciones, pueden recibir una vacuna de refuerzo anual, pero este es un tema que debe discutirse con tu veterinario. Las vacunas deben administrarse en intervalos basados en una evaluación de riesgos individualizada para cada paciente.
La recomendación actual del Panel de la Asociación Americana de Practicantes Felinos (AAFP por sus siglas en inglés) sugiere que la primera dosis de la vacuna se administre a las 9 semanas de edad, una segunda dosis a las 12 semanas y una tercera dosis a las 16 semanas de edad. Luego, se debe administrar un refuerzo un año después, seguido de más refuerzos cada tres años.
Estas recomendaciones están basadas en un gato «promedio», y siempre es útil discutir las necesidades específicas de tu gato con tu veterinario.
¿Se puede transmitir el calicivirus de los gatos a los humanos?
La forma crónica del calicivirus describe la situación común en la que un gato se recupera de una infección aguda por calicivirus, pero luego lleva el virus en su sistema durante el resto de su vida, mostrando de manera intermitente signos clínicos (por ejemplo, si se estresa) y eliminando el virus también. El virus no se transmite a los dueños, pero existe una regla general: si tienes un gato enfermo (por ejemplo, estornudos, etc.), no debes permitir que se acerque demasiado a ti ni que estornude en tu cara. Existe un bajo riesgo de que puedas contagiarte de algo, pero incluso un riesgo pequeño como este debe evitarse reduciendo el contacto entre tú y tu gato en esos momentos.
Conclusión
Junto con la Rinotraqueitis Viral Felina (FVR), el Calicivirus Felino (FCV) es una de las infecciones virales más comunes en los gatos, siendo uno o ambos virus los responsables del síndrome conocido como «gripe felina». La enfermedad puede prevenirse con vacunas, que deben administrarse a todos los gatitos y a los gatos adultos según sea necesario, dependiendo de su riesgo individual.