Cómo entrenar a tu gato para que no muerda

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Los gatos son animales territoriales con dientes y garras afiladas, adaptados para cazar, capturar presas y defender su espacio. Ante el miedo, el estrés o la excitación, pueden pasar de ser cariñosos a comportarse como pequeñas «panteras» en segundos, utilizando mordidas y arañazos para escapar de una situación.

Enseñar a un gato a no morder es un reto que requiere entender su lenguaje corporal, reconocer cuándo ocurre el comportamiento de morder y aplicar paciencia constante. Los resultados no se logran de inmediato, pero con dedicación, es posible ver progresos.

¿Por qué los gatos muerden?

Aunque los gatos se destacan por ser cariñosos y sensibles, sus emociones, tanto positivas como negativas, guían su comportamiento. Cada felino reacciona de manera única ante estímulos o situaciones, siempre alerta y listo para proteger su territorio de posibles depredadores o de cualquier figura que perciba como una amenaza.

¡Evaluemos las razones más recurrentes por las que los gatos muerden!

Miedo, ansiedad y estrés

La mayoría de las mordeduras y agresiones comunes se deben a la activación del sistema emocional miedo-ansiedad.

El sistema de miedo-ansiedad se activa cuando un gato percibe una amenaza a la seguridad de un individuo o de un recurso. Cuando la estimulación es intensa, los gatos tienden a escapar o evadir la situación; con una estimulación más débil, los gatos tienden a mostrar reacciones conductuales de congelación (permanecen increíblemente tranquilos y vocalizan con poca frecuencia). Si no pueden evitar o inhibir el miedo o la ansiedad, un gato puede demostrar la respuesta de lucha cambiando a un ataque defensivo.

La respuesta defensiva se manifiesta inicialmente como una advertencia mediante bufidos, gruñidos y escupitajos, y luego se intensificará hasta llegar a rasguños y mordiscos. La gravedad depende del individuo, de sus experiencias previas durante el período de socialización (2 a 7 semanas de edad) y/o de la experiencia de manipulación negativa.

Algunos gatos aprenden que actuar de forma agresiva funciona bien cuando los intentos de huir o esconderse no dan resultado. Una vez que esta conducta se refuerza cuando las personas se alejan o retiran su mano, el gato aprende que puede ser una estrategia eficaz y recurrirá rápidamente a este enfoque cuando prevea situaciones o eventos amenazantes.

Por último, cuando el sistema de miedo-ansiedad se pone en marcha, el gato suele estar hipervigilante y escanea constantemente el entorno en busca de factores estresantes, por lo que el más mínimo sonido o contacto puede asustarlo.

Dolor y enfermedad

El dolor animal es un encuentro sensorial angustiante relacionado con un daño en los tejidos blandos o una situación emocional.

El dolor, la incomodidad, el trauma y la enfermedad alteran negativamente el estado de ánimo de un gato, disminuyen la necesidad de contacto físico, además reducen el umbral de tolerancia general y aumentan de manera similar la agresión y el potencial de morder.

Frustración

La frustración se produce cuando el gato no consigue obtener recursos, no mantiene el control sobre ellos o sobre la situación, no defiende sus posesiones y su territorio. La mayoría de los casos de frustración se producen cuando el gato no puede acceder de inmediato a la comida, a la atención de su dueño, al aire libre, está encerrado en una parte específica de la casa o enjaulado en una clínica veterinaria.

Un gato solicitará atención mediante maullidos fuertes y excesivos , manoseos, frotamientos extremos, paseos de un lado a otro y comportamiento destructivo. Si no obtiene lo que quiere o el valor de la recompensa es menor al esperado, el sistema de frustración se intensificará con un mayor nivel de excitación y, posteriormente, las respuestas conductuales precipitarán al minino a recurrir a silbar, morder y arañar.

La frustración en los gatos suele manifestarse mediante agresiones redirigidas hacia su dueño o una mascota cercana, utilizando golpes y mordiscos. Este comportamiento es común y, en muchos casos, se desencadena al ver a otro gato desde una ventana, sin poder actuar para proteger su territorio.

Comportamiento depredador mal dirigido

Morder es un comportamiento instintivo que forma parte del juego y la depredación.

Un gato que no tiene oportunidad de cazar presas o jugar con juguetes adecuados puede dirigir su comportamiento depredador hacia objetos en movimiento, como las manos o extremidades de su dueño. La excitación del gato se incrementa si su dueño se mueve bruscamente o grita, lo que intensifica el reflejo de mordida y puede causar pinchazos profundos de forma involuntaria.

Agresión inducida por caricias

Un gato puede implorar la atención del dueño, pero luego detendrá la interacción mordiendo o arañando debido a la sobreestimulación que siente al ser tocado en partes vulnerables del cuerpo o durante un período prolongado.

¿Cómo enseñarle a tu gato a no morder ni arañar?

¡Prepárate para un entrenamiento felino exitoso!

Gatito mordiendo el brazo de una persona

Al igual que la mayoría de los métodos de adiestramiento de gatos, es más fácil enseñar a un gato a no morder cuando aún es joven. Establecer buenos hábitos a una edad temprana es fundamental.

Un entrenamiento efectivo debe comenzar cuando tu gato esté tranquilo, relajado y en un entorno familiar. Los gatos temerosos son extremadamente sensibles y tienden a escapar ante cualquier ruido, amenaza o situación que perciban como insegura.

Es fundamental considerar la personalidad y el estado de ánimo de tu gato. Los felinos nerviosos suelen sentirse intimidados por objetos o experiencias nuevas, por lo que el ambiente debe ser lo más cómodo y seguro posible.

El área de entrenamiento debe estar libre de distracciones, como humanos, niños, otras mascotas, comida u olores fuertes. Asegúrate de incluir un recipiente con agua, una bandeja de arena y un espacio de recuperación, como una caja, túnel o árbol para gatos, donde pueda esconderse o relajarse después de la sesión.

Adapta el método de entrenamiento, las recompensas (comida, juguetes), los accesorios (clicker, diana) y la duración de las sesiones, que idealmente deben durar entre 3 y 5 minutos, a las necesidades de tu gato. Las recompensas deben ser pequeñas, de alto valor y ofrecerse entre comidas, cuando tu gato tenga hambre.

Los juguetes recomendados son del tipo varita o con plumas, ya que imitan el movimiento de una presa, pueden deslizarse rápidamente por el suelo y, lo más importante, mantienen una distancia segura entre tus manos o pies y el gato. Esto reduce el riesgo de mordidas, permitiendo que el gato arañe y muerda el juguete en lugar de a ti.

Si estás trabajando para cambiar el estado emocional de tu gato a uno más positivo, considera sus experiencias adversas previas. Este tipo de entrenamiento requiere tiempo, paciencia y un progreso lento.

Finalmente, usa ropa adecuada para minimizar lesiones. Opta por pantalones gruesos, mangas largas y zapatos cerrados para protegerte de arañazos o mordeduras.

Métodos de tratamiento y entrenamiento

Es imperativo investigar la causa subyacente de la mordedura o el factor desencadenante para preparar a tu gato para el éxito antes de intentar cualquiera de las técnicas que se describen a continuación.

Método 1: Modificación de la conducta: desensibilización y contracondicionamiento (DS/CC)

Para modificar la conducta de tu gato, utiliza técnicas de desensibilización y contracondicionamiento. La desensibilización reduce las reacciones emocionales a un estímulo negativo mediante exposiciones frecuentes y controladas. Por su parte, el contracondicionamiento ayuda a tu gato a asociar ese estímulo con experiencias positivas.

Un ejemplo práctico es la demostración de la Dra. Sally Foote sobre cómo contracondicionar a un gato para que acepte caricias y manipulaciones. Este método combina el contacto físico con elementos que disfruta, como su comida favorita, en episodios breves. Durante este proceso, presta atención a las áreas sensibles de su cuerpo y observa cualquier signo de excitación o incomodidad.

Si tu gato teme a los extraños y responde de manera agresiva, combina desensibilización y contracondicionamiento. Comienza ofreciéndole su golosina favorita mientras observa al extraño desde una distancia segura. Reduce gradualmente esa distancia en sesiones repetidas, asegurándote de que el gato permanezca relajado y asocie la presencia de la persona con algo placentero.

Este estímulo debe repetirse en múltiples sesiones hasta que tu gato transforme su percepción negativa en una positiva.

Si encuentras dificultades para aplicar estas técnicas, no dudes en consultar con tu veterinario o un especialista en conducta felina para obtener orientación profesional.

Método 2: Entrenamiento con clicker

El entrenamiento con clicker se utiliza principalmente para enseñar un nuevo comportamiento empleando un sonido de clicker inmediatamente cuando tu gato realiza el comportamiento especificado y recompensándolo.

Por ejemplo, si tu gato muerde para llamar tu atención, enséñale a «pedir educadamente» mediante señales de entrenamiento como «da la mano» o «choca esos cinco». Mientras seas constante y solo refuerces el comportamiento positivo, tu gato aprenderá que el tacto funciona, pero morder no.

En última instancia, lo que quieres es enseñarle a tu gato formas saludables de interactuar contigo.

Método 3: Entrenamiento de objetivos

El entrenamiento con objetivos, al igual que el entrenamiento con clicker, ofrece a tu gato un comportamiento adecuado para realizar en lugar de recurrir a conductas problemáticas. Este método utiliza un palo con un objetivo que el gato debe tocar, lo que permite redirigir su atención. Cuando el gato cumple con el objetivo, marcas el comportamiento con un clic y le proporcionas una recompensa como refuerzo positivo, evitando así que recurra a morder o golpear.

Un ejemplo práctico de esta técnica es el caso de Kate Luse, quien logró reducir la agresión por miedo de su gato Abbie mediante el uso de un palo de diana.

Método 4: Enseña el juego correcto con juguetes apropiados

Para manejar el comportamiento depredador mal dirigido, introduce a los gatitos en actividades específicas y redirige a los gatos adultos hacia objetos inanimados mediante el juego con objetos. Utiliza juguetes diseñados para imitar presas, evitando mover los dedos de manos o pies como si fueran un estímulo, ya que esto puede reforzar conductas no deseadas.

El juego con objetos incluye una variedad de elementos como pelotas de ping pong, juguetes con cascabeles, corchos de vino, bolas de papel arrugadas y conchas de pasta, que los gatos pueden golpear, perseguir, atacar y agarrar con sus dientes o uñas. Ten algunos de estos objetos a mano; guárdalos en tu bolsillo y arrojarlos justo antes de que tu gatito muestre interés en mordisquearlo. Esto ayudará a distraerlo y le dará la oportunidad de alejarse del comportamiento no deseado.

No le niegues a tu gato esta oportunidad de juego, ya que expresa un comportamiento depredador natural al tiempo que disminuye la necesidad de perseguir y atacar tus extremidades.

Un juego apropiado también debería incluir una vara larga donde una persona usa un palo con una acción de barrido rápido, incitando al gato a perseguir la pluma, la cuerda o el objeto blando en la parte superior del palo que mantiene las manos y los pies fuera de su alcance.

Evita el error común de atraer a tu gato hacia un juguete pequeño que sostienes en la mano, ya que puede confundir tu mano con parte del juguete y atacarla una vez que el juego ha terminado.

Por último, incrementa la frecuencia de las sesiones de juego, introduce comederos tipo rompecabezas y fomenta la exploración al aire libre para mantener a tu gato estimulado y satisfecho.

Método 5: Reforzar el comportamiento positivo y tranquilo

Sin darse cuenta, los dueños de mascotas refuerzan el comportamiento de búsqueda de atención al darle al gato algo que valora (una golosina, caricias, atención); en lugar de eso, solo deben reforzar el comportamiento positivo.

Al principio, el comportamiento empeorará antes de mejorar; esto dicho, si eres constante, deberías notar mejoras al cabo de unos días de ignorarlo; esto suele denominarse explosión de extinción.

Entrenar a un gato para que permanezca tranquilo puede ser eficaz para minimizar la agresión redirigida, reducir el estrés y aumentar su confianza. Para modificar un comportamiento negativo, recompénsalo por las conductas deseadas, como sentarse en silencio. También puedes enseñarle la orden «Ve a la alfombra» utilizando una toalla, una alfombra o cualquier objeto plano que puedas mover fácilmente.

El entrenamiento «Ve a la alfombra» consiste en reforzar y recompensar a tu gato cada vez que regresa a su lugar designado, promoviendo así esta señal para interrumpir posibles confrontaciones con otras mascotas y mantenerlo en un estado de relajación.

Método 6: Educación del dueño del gato

Este método resuelve las mordeduras inducidas por las caricias, ya que opera modificando tu comportamiento en lugar del del gato.

Aprende a interpretar el lenguaje corporal de tu felino. Concéntrate en las áreas que le gustan para que lo acaricien, que generalmente son la parte superior de la cabeza, el mentón y, a veces, la espalda. Limita las caricias a estas zonas.

Evalúa también cuánto tiempo disfruta que lo acaricien, así como su preferencia por caricias lentas, rápidas o una combinación de ambas. Es fundamental detenerte antes de que muestre signos de agitación, como dejar de ronronear, tener pupilas dilatadas, mover la cola, mantener el cuerpo rígido o emitir siseos. Lo ideal es parar las caricias después de un par de minutos para evitar la sobrestimulación.

Recuerda que es importante no levantar a tu gato a menos que él lo disfrute.

Consejos y estrategias

Puede sonar contradictorio y puede llevar un tiempo ponerlo en práctica, pero no retires la mano o el pie cuando tu gato te muerda. Es para asegurarte de no imitar a una presa que intenta escapar, lo que puede provocar que tu felino te persiga y te muerda aún más fuerte. En lugar de eso, distrae a tu gato empujándolo o dándole golpecitos suaves en el hombro, lo que provocará que suelte esa parte de tu cuerpo.

Gasta la energía de tu gato llevándolo a pasear con regularidad para asegurarte de que realice suficiente ejercicio cada día. El entrenamiento de agilidad, especialmente para gatos de interior, es una excelente manera de permitirles liberar energía acumulada y ayudar a reducir tendencias agresivas. En general, los gatos «agresivos» y frustrados deben tener acceso ilimitado al exterior, donde puedan escalar y explorar.

Evita gritar o castigar a tu gatito, especialmente cuando se encuentre en un estado de alta excitación.

Trabaja siempre con el gato que tienes frente a ti y adapta tu enfoque o método para satisfacer las necesidades de tu felino en particular.

Conclusión

Los resultados exitosos del entrenamiento se basan en la identificación de la razón precisa del comportamiento de morder y la técnica adecuada para tu gato en particular.

En algunos casos, además de la modificación del comportamiento, también se necesitan medicamentos o suplementos.

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Melina Grin

Melina descubrió su pasión por ayudar a los animales durante su infancia. Después de trabajar como enfermera en el campo veterinario, se interesó en el comportamiento felino, las terapias corporales y la medicina energética. Melina tiene una amplia experiencia en el tratamiento de problemas de comportamiento y adiestramiento de gatos, y es muy hábil en el cuidado y la rehabilitación de las queridas mascotas de sus clientes. Ella cree que un enfoque holístico, que tenga en cuenta tanto a la mascota como al tutor, es la mejor manera de mejorar la salud y el bienestar general de una mascota. Melina es la orgullosa fundadora y directora de Pet Nurture, un exclusivo centro móvil de bienestar animal especializado en gatos con sede en Sídney, Australia.