10 causas de agresividad en los gatos y cómo ayudar

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gato maullando agresivamente

La agresividad en los gatos es un problema importante que puede provocar lesiones a humanos y mascotas. Aunque la agresividad felina hacia los humanos no suele denunciarse como ataques de perros, supone un reto importante para los dueños de gatos, un problema de salud pública y un problema que, lamentablemente, suele derivar en abandono del animal.

Reformulemos nuestras ideas sobre la agresión y descifremos qué motiva a los gatos como especie a comportarse de manera "agresiva" hacia los humanos, entre ellos y hacia otras mascotas. Además de aprender sobre por qué los gatos pueden parecer agresivos, analizaremos métodos para abordar esa animosidad y lograr un hogar más armonioso.

¿Qué es la agresión en los gatos?

La agresión se describe como una advertencia o ataque dirigido hacia uno o varios individuos: ya sea intraespecífico (misma especie) o interespecífico (diferentes especies).

La agresividad es una respuesta innata en los gatos que resulta esencial para su supervivencia como depredadores territoriales y autosuficientes. La agresividad puede ser normal o anormal según el contexto, pero, por lo general, se asocia con la autopreservación de la mascota y se correlaciona con el miedo.

Descifrando la agresión

¡La agresión no es un diagnóstico ni un rasgo de temperamento!

Las emociones que experimentan los felinos provienen de su cerebro heredado, a menudo denominadas "motivaciones emocionales", que son responsables de la excitación expresiva instintiva.

La conducta agresiva puede interpretarse por la motivación receptiva que la refuerza (Halls, 2020).

Según Panksepp, la excitación negativa está asociada con:

  • Frustración
  • Miedo-ansiedad
  • Pánico

La hostilidad también puede manifestarse en diversas circunstancias. La hostilidad verdadera puede ser pasiva (encubierta) o activa (manifiesta).

Dado que varias formas de agresión pueden provocar los mismos gruñidos, golpes, arañazos y, ocasionalmente, el uso de dientes y garras, puede llevar algún tiempo clasificar el tipo de agresión que ha presenciado.

Clasificaciones de agresión

Los gatos pueden mostrar un comportamiento agresivo debido a varios motivos. Es importante diferenciar el tipo de agresión para gestionarla de forma eficaz.

Agresión hacia los humanos

La agresión no provocada de los gatos hacia los humanos suele estar relacionada con el contacto o el juego con los felinos dentro del hogar. Lamentablemente, la mayoría de los ataques se dirigen a miembros de la familia; un estudio indicó que ocurre con mayor frecuencia contra niños y mujeres.

Si bien continúa la investigación científica sobre el impacto del estrés prenatal (antes del nacimiento) y postnatal (después del nacimiento) de las reinas junto con el destete en el desarrollo conductual de los gatitos, se ha descubierto que la exposición intensa al estrés prenatal puede resultar en una mayor sensibilidad y reactividad a los factores estresantes por lo que los gatitos pueden tener una capacidad disminuida para manejar situaciones traumáticas y pueden demostrar una emocionalidad intensificada en forma de niveles anormales de miedo y agresión no provocada.

Además, un estudio reciente descubrió que las experiencias tempranas y el destete prematuro pueden aumentar la agresión y el comportamiento estereotipado en los gatos.

Es posible que los gatitos criados a mano no aprendan a manejar la frustración porque sus reinas no los destetan a pesar de los mejores esfuerzos de su cuidador; para algunos individuos, esto podría conducir a un comportamiento problemático como la agresión relacionada con la frustración.

Los casos de agresión hacia las personas deben evaluarse individualmente junto con un examen veterinario en el que se tome una historia clínica detallada del gato, su entorno, incluidos los factores desencadenantes iniciales y la evolución del problema. El curso de acción variará para cada persona en función de los factores causales y las situaciones.

Examinemos las seis razones principales de la aparición de comportamientos agresivos hacia los humanos, incluidas técnicas de gestión y prevención exitosas:

1. Miedo a la agresión

Agresión por miedo en los gatos

Los gatos asustados pueden mostrar un comportamiento agresivo. Los gatos que han sido mal socializados son más propensos a este tipo de agresión basada en el miedo.

Aunque algunos gatos son más temerosos que otros, principalmente debido a una socialización humana deficiente durante el período sensible del gatito (2 a 8 semanas), este tipo de antagonismo miedo-ansiedad se relaciona con un gato que se enfrenta a estímulos completamente nuevos, como personas nuevas, otra mascota, situaciones desconocidas o desagradables y experiencias negativas.

La agresión basada en el miedo puede aumentar si el dueño la asocia con otro estímulo que provoca ansiedad en el gato.

Por ejemplo, esto puede ocurrir cuando un dueño manipula a otro gato y luego se acerca a su gato. El olor del gato desconocido puede provocar una agresión hacia el dueño.

Un gato que se siente amenazado puede mostrar un comportamiento defensivo cuando alguien se acerca.

La postura del gato incluirá agacharse en el suelo, orejas aplastadas detrás de la cabeza combinadas con una posible piloerección, mientras que su respuesta puede incluir vocalización como señal de advertencia para retroceder, morder o arañar según el nivel de supuesto peligro y excitación.

No intentes consolar físicamente a tu gato cuando tenga miedo, ya que esto podría provocarle lesiones y empeorar su pánico.

Cambiar el comportamiento temeroso requiere mucha persistencia ya que cada gato reacciona de forma inversa.

Ofrécele muchos escondites para que el gato pueda escapar y combina esas oportunidades de escondite con interacciones estructuradas. Debe evitarse el contacto forzado con personas o mascotas nuevas, mientras que una combinación de técnicas de desensibilización y modificación de la conducta reducirá en última instancia el miedo.

2. Juego/Agresión depredadora

El juego mal dirigido o el comportamiento depredador de búsqueda de atención se manifiestan como un ataque rápido de manos y pies seguido de un ataque rápido de manos y pies. La causa más frecuente se desarrolla a través de una interacción inapropiada por parte de los dueños que juegan con los gatitos usando sus manos. Los gatitos se sobreestimulan y juegan bruscamente, sin embargo, los dueños de mascotas no toman medidas para frenar el comportamiento.

Aunque los gatitos suelen jugar de forma escandalosa con otros gatitos o gatos, la reina enseñará a sus descendientes a suavizar su juego. Los gatos adultos a los que no se les ha enseñado desde pequeños a moderar sus respuestas pueden jugar de forma demasiado agresiva con las personas.

Algunos gatos también pueden "emboscar" a sus dueños cuando pasan por su lado saltando desde detrás de los muebles y golpeando con sus patas. A menudo, este comportamiento se ve reforzado por la respuesta del dueño, que aparta las extremidades o corre de forma similar al movimiento de la presa, lo que inspira respuestas depredadoras.

Para evitar juegos fuera de lugar o agresiones depredadoras, enséñele a los gatitos a jugar apropiadamente desde una edad temprana, redirigiéndolos hacia objetos inanimados, como pelotas de ping pong o juguetes en forma de "cañas de pescar", donde un individuo mueve una varita, pero el gato persigue el juguete en el extremo de la varita en lugar de las extremidades.

Además, enriquece el entorno de tu gatito con sesiones de juego diarias. Ofrécele varias opciones para escalar y explorar, oportunidades para resolver problemas y acceso al aire libre, si es posible.

Evite castigar y mantenga la calma y no responda. Aléjese para evitar reforzar la conducta de agarrar.

3. Agresión inducida por caricias

Gato atacando a su dueño que le rasguña

Algunos gatos pueden sobreestimularse durante una sesión de caricias y reaccionar con mordiscos y arañazos. Otros gatos llegan a un "punto crítico" después de que se les tocan las zonas sensibles durante demasiado tiempo.

Para un dueño cariñoso de una mascota, este tipo de enemistad puede parecer engañosa y exasperante, particularmente porque su gato puede solicitar atención y luego, inesperadamente, detener la interacción mordiendo o arañando.

Esto es común cuando un gato quiere tener contacto social, pero no mucha interacción de alta intensidad, como caricias en varias partes de su cuerpo o palmaditas fuertes. Un gato adulto amistoso puede disfrutar de caricias suaves por períodos breves cuando lo desea, aunque se frustrará o excitará fácilmente y puede atacar mordiendo las manos de su dueño.

Además, un gato puede desarrollar una sensación de conflicto entre placer y peligro si se relaja demasiado, lo que puede llevar a un gesto violento repentino. Una vez más, estos gatos están respondiendo a un mecanismo de supervivencia innato destinado a protegerlos de las amenazas.

Para controlar a un minino que se agita o excita fácilmente, los dueños deben estar atentos a las señales de advertencia sutiles del gato y evitar sesiones prolongadas de mimos o caricias en partes de su cuerpo que crean vulnerabilidad (vientre, pecho o espalda).

4. Agresión inducida por el dolor

Un gato enfermo puede reaccionar de forma involuntaria debido a un umbral de tolerancia más bajo, ya que lo más frecuente es que experimente dolor, angustia e irritación. Una respuesta agresiva de un gato que se siente incómodo posiblemente se deba a la anticipación o la experiencia de dolor al ser tocado, lo que está relacionado con el contexto.

Las enfermedades comunes relacionadas con el comportamiento agresivo incluyen la enfermedad articular degenerativa (EDD), el hipertiroidismo , las dolencias dentales y los trastornos neurológicos.

Las opciones de manejo de las molestias deben incluir consultas con el veterinario, control del dolor, terapias complementarias y evitar tocar partes del cuerpo doloridas en casos de DJD.

5. Agresión redirigida

Cuando un gato se siente frustrado o agitado por un estímulo que no le permite lograr el resultado deseado, puede responder "redirigiendo la agresión" hacia el objetivo (es decir, un humano u otra mascota) cercano en lugar de hacia la fuente.

Las causas más habituales son ver a otro gato desde la ventana, no poder ahuyentarlo porque está encerrado en casa o cuando un dueño coge a un gato mientras está en medio de una pelea entre gatos. Asimismo, un gato que se asusta por un ruido excesivo y repentino puede provocar agitación que dé lugar a un resentimiento redirigido.

Para evitar frustraciones, trate de identificar la causa del estrés y elimínela si es posible. Si la fuente es otro gato, baje la cortina o coloque una película opaca en la parte inferior de una ventana de tamaño completo. En casas con varios gatos, enriquezca el entorno del gato con acceso sin restricciones a todos o algunos de los recursos y ofrézcale tiempo al aire libre. Los gatos son sensibles a los cambios, mantenga el entorno libre de ruidos fuertes y visitantes ruidosos.

6. Agresión materna

madre gata lamiendo gatito

Las gatas madres pueden volverse extremadamente protectoras y violentas hacia cualquier cosa que consideren una amenaza potencial para sus gatitos.

Aunque la agresión maternal es menos común, ciertas reinas que amamantan a sus crías durante el período postnatal pueden demostrar ferocidad ante el acercamiento de ciertos individuos.

Para minimizar la agresión y reducir el estrés de la reina, incluidos los cachorros, mantenga al mínimo el número de invitados, proporcione un lugar de anidación tranquilo y libre de estrés y minimice la alteración por el olor del nido. Observe siempre atentamente el comportamiento de la reina cuando alguien manipule a sus crías para asegurarse de que se sienta cómoda con su presencia.

Por último, veamos un problema común que enfrentan hoy en día los hogares con varios gatos.

Además de la agresión hacia los humanos, los gatos en hogares con varios gatos pueden mostrar agresión hacia otros gatos.

Agresión entre gatos

La agresión entre gatos se puede clasificar como relacionada con el conflicto, relacionada con el miedo, asociada al juego y redirigida, desencadenada por la presencia de otro gato o la separación de los residentes gracias a la hospitalización.

Aunque muchos dueños de gatos creen que cuantos más gatos, mejor, los felinos son especies solitarias y territoriales que normalmente no aceptan gatos recién adoptados en el hogar. Las disputas entre gatos son habituales, especialmente cuando los individuos no están emparentados o no socializan juntos durante el período sensible.

Se ha informado de que los conflictos entre gatos dentro de la misma casa aparecen al menos una vez al mes. Suelen ser sutiles y suelen provocar angustia felina y problemas de conducta. Según algunos informes, un gato que se ve frecuentemente afectado por la falta de acceso a recursos esenciales puede sufrir estrés crónico, lo que a su vez puede aumentar el riesgo de sufrir cistitis idiopática o alopecia.

El contacto social de la madre con sus crías es de vital importancia para el desarrollo emocional y conductual normal. Se ha demostrado que los gatitos completamente privados de cuidados maternales tienen mayor riesgo de desarrollar respuestas temerosas o agresivas hacia otros gatos que muestran una capacidad de aprendizaje reducida (Seitz, 1959).

Para evitar agresiones en hogares con varios gatos, se deben realizar presentaciones graduales si se adopta un gato nuevo. Numerosos estudios sugieren que la exposición temprana y las interacciones positivas con otros felinos durante el período sensible son particularmente críticas para fomentar una mayor aceptación de otros gatos, incluida la formación de vínculos sociales más adelante en la vida. Asimismo, los productos con feromonas pueden ayudar a minimizar la hostilidad y ayudar durante las presentaciones.

La prevención de conflictos entre gatos requiere ajustes ambientales orientados a promover la distribución de los gatos, disminuir la competencia por los recursos y, al mismo tiempo, reducir la angustia, la irritabilidad, las emociones negativas y aumentar la confianza en sí mismo del gato.

Conclusión

Cualquier tipo de agresión es peligrosa y supone un gran desafío para los dueños de mascotas. Aunque las clasificaciones difieren, la agresión suele estar asociada al miedo, la frustración, el juego mal dirigido o la enfermedad.

Diversas variedades de agresión suelen tratarse con modificaciones conductuales y ambientales; sin embargo, la mayoría requerirá inicialmente una visita al veterinario para descartar una condición médica.

La agresión suele ser difícil de diagnosticar y tratar, por lo tanto, es vital buscar ayuda profesional de un especialista en comportamiento animal calificado que pueda desarrollar un plan de tratamiento personalizado para su compañero felino.

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Preguntas frecuentes

¿Por qué un gato se vuelve agresivo de repente?

La agresividad repentina suele ser indicativa de un proceso patológico o de una afección médica. En casos atípicos, como las convulsiones parciales en la región límbica, los gatos pueden mostrar agresividad impulsiva sin un desencadenante aparente ni una causa ambiental.

Si su gato ha tolerado manipulación previa y de repente comienza a mostrar agresividad cuando lo acarician, programe una cita con su veterinario.

¿Qué significa cuando tu gato se vuelve agresivo?

La agresividad puede ser un signo de comportamiento, no un diagnóstico. Suele estar motivada por el miedo a estímulos desconocidos, la frustración por un manejo inadecuado o prolongado, además de la angustia cuando un gato no puede huir de una experiencia negativa, como por ejemplo en una clínica veterinaria. El comportamiento agresivo también puede desencadenarse por el dolor o una provocación externa a la que el gato no es capaz de responder de inmediato y puede redirigir su hostilidad hacia el dueño o hacia otra mascota cercana.

Estas son algunas señales a las que debe prestar atención cuando un gato le indica que está a punto de volverse agresivo con usted: pupilas dilatadas y mirada directa, postura corporal tensa y agachada, movimientos de la cola de un lado a otro, piloerección junto con silbidos.

¿Los gatos superan la agresividad mediante el juego?

El comportamiento de búsqueda de atención mediante el juego es común en los gatitos y en los gatos jóvenes muy activos, particularmente durante la noche, al amanecer/anochecer o a la hora de comer.

Los gatos aburridos y solitarios acecharán, se abalanzarán y atacarán a los humanos si no los vigilan o no tienen tiempo de juego regular.

La mayoría de los gatos lo superarán cuando sus dueños mejoren la vida de sus gatos enseñándoles a jugar de forma adecuada utilizando juguetes colgantes en lugar de utilizar las manos y los pies. Los dueños deben redirigir a los mininos hacia juguetes que imiten presas, ofrecerles juegos interactivos dos veces al día con una varita de plumas e introducir el paseo con correa además del adiestramiento con clicker.

¿Cómo saber si tus gatos están jugando o peleando?

Los individuos afiliados se perseguirán, acecharán, se abalanzarán y se golpearán entre sí con sus patas. Las sesiones de juego generalmente serán silenciosas y los gatos lucharán durante el mismo tiempo que se darán vueltas sobre sus costados o sobre su espalda. También pueden encontrarse mordiscos de forma suave sin causar lesiones o dolor. Los gatos felices no arañarán, sisearán, golpearán ni gruñirán y habrá una sensación de equilibrio y alegría.

En una agresión defensiva sin juego, el gato se posicionará de una manera muy protectora, agachándose, evitando al receptor, aplanando las orejas, metiendo la cabeza y erizando el pelo entre silbidos y gruñidos. En una agresión ofensiva, el gato se colocará en una postura muy amenazante, poniendo rígidas las patas, exhibiendo piloerección, mirando fijamente y moviéndose hacia el objetivo con la cola rígida, vocalizando a través de largos maullidos y gruñidos.

Lea este artículo para ayudarle a reconocer si sus gatos están jugando o peleando.

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Sobre Melina Grin

Melina descubrió su pasión por ayudar a los animales durante su infancia. Después de trabajar como enfermera en el campo veterinario, se interesó en el comportamiento felino, las terapias corporales y la medicina energética. Melina tiene una amplia experiencia en el tratamiento de problemas de comportamiento y adiestramiento de gatos, y es muy hábil en el cuidado y la rehabilitación de las queridas mascotas de sus clientes. Ella cree que un enfoque holístico, que tenga en cuenta tanto a la mascota como al tutor, es la mejor manera de mejorar la salud y el bienestar general de una mascota. Melina es la orgullosa fundadora y directora de Pet Nurture, un exclusivo centro móvil de bienestar animal especializado en gatos con sede en Sídney, Australia.