La mayoría de las personas han oído el término «gato asustadizo». Algunos gatos son tímidos por naturaleza y se asustan con más facilidad. Otros pueden ser más tranquilos y tener más confianza, pero aún así tendrán momentos de nerviosismo.
Si has notado que tu gato se ha vuelto más nervioso de repente, probablemente te estés preguntando por qué es así y qué puedes hacer al respecto. Sigue leyendo para descubrir más sobre algunas de las razones detrás de este cambio de comportamiento.
1. Susto repentino
Tu gato puede ponerse nervioso de repente debido a un susto repentino. Esta es una de las respuestas más obvias. Un ruido inesperado o fuerte, como el portazo de una puerta o una taza que cae al suelo, puede asustar a tu gato.
La mayoría de los gatos se recuperan rápidamente de esto. Un gato que ya está ansioso puede asustarse con cualquier movimiento repentino hacia él, como cuando extiendes la mano para acariciarlo. Si ha tenido experiencias negativas en el pasado, es más probable que reaccione con pánico.
2. Dolor o lesión
Los gatos son depredadores y presas a la vez. Cuando están heridos o sienten dolor, se encuentran en una posición vulnerable. Para protegerse y mantenerse a salvo, se activa su instinto de «huida». Huirán y se resistirán a cualquier interacción social escondiéndose.
Si tu gato busca zonas alejadas de personas y otras mascotas de la casa, presta atención a otros signos de dolor y malestar. Puedes intentar examinarlo para ver si tiene signos de lesiones evidentes si lo permite.
Ten cuidado, ya que pueden reaccionar si el contacto aumenta su dolor o si anticipan el dolor. Si estás preocupado, consulta a tu veterinario, ya que los signos de dolor en los gatos pueden ser sutiles.
3. Enfermedad o dolencia

La enfermedad puede provocar que los gatos se comporten de forma muy distinta a su conducta habitual.
Al igual que ocurre con el dolor o las lesiones, los gatos pueden volverse más ansiosos e irritables si no se encuentran bien debido a algún problema de salud subyacente. Además de un mayor nerviosismo, otros cambios de comportamiento que se pueden observar en un gato enfermo incluyen:
- Orinar y defecar de forma inapropiada fuera de su caja de arena.
- Acicalamiento excesivo.
- Aumento del conflicto con otros gatos o mascotas en la casa.
Si observas estos signos en tu gato, es mejor no asumir que tu gato solo tiene problemas de comportamiento. Es importante visitar al veterinario para descartar causas médicas.
4. Cambios en su entorno
Los gatos pueden ser animales increíblemente particulares. Prefieren seguir la misma rutina y hábitos ya que pueden estresarse ante cualquier cambio.
Si te has mudado a una nueva casa, tu gato necesitará tiempo para adaptarse a su nuevo entorno. Considera permitirle el acceso a una sola habitación al principio. Una vez que haya adquirido confianza, puedes aumentar el espacio al que puede acceder.
Los gatos también pueden verse afectados por cambios en la casa que no esperábamos que les afectaran. Quizás hayas reorganizado los muebles de tu sala de estar o hayas movido su caja de arena a otra habitación de la casa.
Si las cosas no salen como está acostumbrado tu gato, esto puede provocar una acumulación de estrés y ansiedad. Si tu gato se ha vuelto más nervioso, piensa en los cambios que se han producido. Ten en cuenta que algo «menor» a nuestros ojos puede tener un gran impacto en tu gato.
5. Nueva mascota en la casa
Tal vez trajiste una nueva mascota a casa e intentaste presentarlos. Ya sea un gato o un perro, es normal que tu gato no se sienta cómodo con su nuevo compañero de inmediato.
Los gatos son animales territoriales y pueden sentirse amenazados si una nueva mascota entra en su territorio. Se necesitará tiempo y paciencia para establecer una buena relación entre ellos para que tu gato se sienta más tranquilo y cómodo.
6. Gente nueva en la casa

La llegada de nuevas personas a la casa puede hacer que los gatos se sientan nerviosos, especialmente si ya son tímidos.
Si tienes invitados en casa que vienen de visita breve o se quedan por un tiempo prolongado, esto puede resultar abrumador para algunos gatos. Es especialmente estresante para los gatos tímidos, ya que necesitan más tiempo para familiarizarse con nuevas personas.
Dale a tu gato mucho espacio. En lugar de forzarlo a interactuar, permítele que lo haga cuando se sienta cómodo.
7. Nuevo bebé en casa
Tener un bebé recién nacido en casa puede ser estresante para tu gato, ya que debe acostumbrarse a todas las nuevas vistas, sonidos y olores. Los llantos y gritos de un bebé pueden asustar a los gatos y hacer que corran en la dirección opuesta.
Para ayudar a aliviar la ansiedad de tu gato, intenta seguir su rutina habitual tanto como sea posible y proporciónale muchos lugares seguros y tranquilos donde descansar o esconderse. Y, por último, asegúrate de dedicar todo el tiempo que puedas a interactuar y jugar con tu gato para que siga recibiendo tu atención.
8. Vejez
Desafortunadamente, a medida que los gatos envejecen, inevitablemente vemos un deterioro en su salud general. Las afecciones médicas comunes en los gatos mayores son el hipertiroidismo, la enfermedad renal crónica, la diabetes y la osteoartritis. Estas provocan un mayor estrés y ansiedad, lo que puede hacerlos nerviosos. Es especialmente importante realizar controles anuales de bienestar con tu veterinario a medida que tu gato envejece para detectar tempranamente los problemas de salud.
La vista y la audición de tu gato mayor también pueden deteriorarse, lo que puede provocar que se sobresalte con más facilidad, incluso si antes no era un gato particularmente asustadizo. Puedes ayudarlo manteniendo los muebles en el mismo lugar y minimizando los ruidos fuertes. Evita hacer movimientos bruscos a su alrededor, especialmente si estás cerca de él pero aún no ha notado tu presencia.
Los gatos mayores también pueden sufrir el síndrome de disfunción cognitiva, al que quizás hayas oído llamar demencia felina. Esto provoca un deterioro de sus capacidades cognitivas, lo que afecta a su conciencia, memoria y capacidad de respuesta. Puede provocar un aumento de la ansiedad e inquietud, por lo que es posible que notes que tu gato mayor se vuelve más nervioso. Otros signos de disfunción cognitiva son:
- Vocalización excesiva.
- Disminución del apetito.
- Aumento del apetito (pueden olvidar que ya han comido).
- Cambios en el patrón de sueño.
- Confusión.
- Vagabundeo sin rumbo.
Reflexiones finales

Comprender la causa del comportamiento nervioso de tu gato puede ayudarlo a resolver cualquier problema que pueda estar molestándolo.
Como ya sabes, hay muchas razones por las que tu gato puede ponerse nervioso de repente. Es perfectamente normal que tu gato se asuste de repente y pronto se recuperará.
No obstante, si tu gato se está volviendo más temeroso, entonces es importante considerar si algo más está sucediendo. Tu veterinario podrá verificar si hay dolor, lesión o enfermedad. Si se descartan, entonces se debe considerar el entorno y la rutina del gato.
Al comprender los factores estresantes que impactan en la vida diaria de tu gato, puedes minimizarlos o eliminarlos para mejorar su bienestar general.
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Atkinson, T. (2018). Comportamiento felino práctico. Oxfordshire, Reino Unido: CAB International