¿Te angustia llevar a tu gato al veterinario porque te traumatizó meterlo en un transportador?
La mayoría de los dueños de gatos mantienen el transportador bien escondido, suponiendo que a su gato no le gusta. Sin embargo, no siempre es así. Si solo usas el transportador para viajes al veterinario o a la peluquería, es probable que tu gato tenga una asociación negativa con él.
Por lo tanto, elegir un transportador adecuado y asegurarte de que a tu gato le guste pasar tiempo dentro de él puede marcar la diferencia entre una experiencia agradable o aversiva para ambos.
Exploraremos cómo seleccionar el tipo de transportador correcto y técnicas para convertirlo en su lugar feliz.
¿Qué buscar en un transportín para gatos?
Un transportador estándar debe cumplir con los requisitos de tu gato, facilitando viajes y visitas al veterinario de la manera más tranquila posible.
Preferiblemente, el transportador debe estar hecho de plástico resistente a impactos, que no colapse, con un fondo firme para facilitar la limpieza y evitar escapadas. Debe contar con ranuras a los lados para ayudar a ocultar al gato mientras permite la visibilidad y la circulación de aire fresco.
Los transportadores que tienen apertura tanto en la parte superior como en la frontal son los más recomendables. La parte superior debe incluir una entrada/salida alternativa para gatos tímidos o que no se sientan cómodos al salir voluntariamente, lo que minimiza el estrés y facilita los exámenes veterinarios en la base del transportador.
Por último, debe tener una puerta estructurada y cerrable que permita ofrecer comida, juguetes y caricias a través de la puerta protegida, manteniendo a tu gatito seguro.
Guía de entrenamiento paso a paso para colocar a un gato en un transportín
Sigue esta guía de entrenamiento esencial paso a paso para el ingreso voluntario a un transportador para gatos con carga superior:
Paso 1: Permanecer sobre una manta cómoda

Serafina descansando sobre una manta cómoda. Melina Grin / Cats.com
Inicia la fase de entrenamiento cuando tu gato esté relajado y no haya citas programadas con el veterinario o la peluquería durante al menos unas semanas.
Busca una manta cómoda o una sudadera que a tu gatito o gato le guste especialmente. Colócala en la cama o el sofá en su lugar favorito de la casa y atrae a tu gato con comida, golosinas o juguetes hacia la manta. Anima a tu gato a que se acomode en la manta mientras lo alimentas o juegas con él.
También puedes acariciar a tu gato entre las comidas mientras está sentado o agachado, creando así una asociación positiva y fomentando un comportamiento tranquilo. Esta etapa es la base para el entrenamiento con el transportador, que requiere tu paciencia y calma.
Paso 2: Aclimatación en la parte inferior del transportín

Serafina se aclimata al fondo del transportín con golosinas. Melina Grin / Cats.com
Una vez que tu gatito o gato se sienta cómodo y confiado con la manta que usaste para el entrenamiento, puedes moverla a la base abierta de su transportador, colocándola en su habitación favorita (junto al sofá, la cama, etc.). Quieres asegurarte de que tu gato se sienta a gusto sin sentirse encerrado o intimidado en este entorno abierto.
Utiliza la misma técnica de atraerlo con comida y caricias, siempre que le guste estar en la parte inferior del transportador. Permítele ocasionalmente salir del transportador lanzando comida o golosinas un poco alejadas de él y luego atráelo de nuevo hacia la base para asegurarte de que se sienta en control.
Poco a poco, reduce la cantidad de comida que le das y mezcla más caricias entre las golosinas para fomentar la relajación y ayudarlo a acomodarse tranquilamente en el transportador.
Paso 3: Transportín cerrado sin puerta delantera

Serafina sentada en un transportín cerrado sin puerta delantera ni superior. Melina Grin / Cats.com
Una vez que tu gato se sienta cómodo sentado en la manta dentro del transportador abierto, inicia la siguiente etapa, que consiste en ayudarlo a relajarse con la parte superior del transportador colocada, pero con la puerta removida.
Comienza atrayendo a tu gato a la manta con algunas golosinas y sigue ofreciéndole comida mientras muestra un comportamiento tranquilo. Anima la entrada y salida voluntaria alimentándolo y acariciándolo suavemente en el mentón mientras está en el transportador. Evita la sobreestimulación y tómate tu tiempo para avanzar de manera gradual.
Paso 4: Transportador cerrado con la puerta delantera puesta y cerrada

Serafina sentada en un transportín cerrado con la puerta puesta. Melina Grin / Cats.com
Una vez que tu gato entre voluntariamente al transportador, puedes colocar la puerta y moverla lentamente hacia adelante y hacia atrás mientras le das golosinas con cada movimiento, de manera que asocie la acción con una consecuencia positiva.
Repite este paso varias veces hasta que la puerta esté en una posición más cerrada, y continúa alimentando a tu gato mientras se mantenga tranquilo. Si tu gato quiere salir, déjalo salir y atráelo de nuevo repitiendo los pasos anteriores hasta que se sienta cómodo recibiendo golosinas a través de las rejillas durante unos segundos, asegurándote de que se sienta en control.
Paso 5: Convierte el transportín en un refugio ampliando la duración

Convierte el transportín en un refugio. Melina Grin / Cats.com
En este paso, queremos que tu gato asocie el transportador con un refugio tranquilo, donde pueda descansar durante períodos cortos y extendidos dentro del transportador cerrado.
Comienza sin la puerta del transportador, atrayendo a tu gato al interior con una golosina, luego haz una pausa de unos segundos, dejando que explore el transportador y, después de que se siente o se agache, ofrécele otra golosina. Gradualmente, aumenta el tiempo entre las golosinas en intervalos de cinco segundos y repite varias veces.
Cuando esté cómodo, coloca la puerta frontal y ciérrala, ofreciéndole golosinas a través de las rejillas. Comienza a alternar el tiempo de administración de golosinas (es decir, aumentando la duración) mientras se encuentra sentado y relajado en el transportador. Aumenta el tiempo de cinco a ocho segundos, luego haz una pausa y extiende el tiempo un poco más a medida que avanzas en esta etapa.
También puedes abrir la puerta durante unos segundos para darle la oportunidad de salir y regresar. Extiende la duración con alimentaciones esporádicas.
Paso 6: Mueve el transportador con tu gato relajado dentro

Moviendo el transportador con Serafina mientras está relajada. Melina Grin / Cats.com
La última etapa consiste en mover el transportador cerrado con tu gato dentro. Comienza levantando el transportador ligeramente del suelo durante unos segundos, colócalo de nuevo en el suelo y ofrécele una golosina. Aumenta gradualmente el movimiento hacia arriba, ponlo de nuevo en el suelo y recompénsalo. Cada movimiento debe anticipar una recompensa.
Nuevamente, dale a tu gato la oportunidad de salir; si decide quedarse adentro, ¡lo estás haciendo muy bien!
No uses la asa para transportarlo; levanta el transportador con ambas manos asegurándolo contra tu cuerpo. Avanza lentamente a moverlo a otra superficie (por ejemplo, una mesa) y ofrécele una golosina al colocarlo. Mientras tu gato se mantenga tranquilo, continúa llevándolo a otra habitación y dale un premio al llegar a una nueva superficie.
Por último, si sigue calmado, llévalo gradualmente al auto, ofrécele una golosina al llegar y luego regresa a casa. Repite este paso varias veces mientras tu gato esté en un estado tranquilo.
¿Cómo introducir a un gato reacio en un transportín? Consejos para gatos difíciles
¿Cómo engañar a un gato para que entre en el transportín? Deja el transportín abierto de forma permanente como escondite o cama para tu gato. Atráelo con hierba gatera, juguetes o golosinas, no lo persigas hasta el transportín. Para minimizar la ansiedad asociada con el transportín, coloca prendas de vestir con tu olor y aplica de forma habitual un espray de feromonas felinas sintéticas.
¿Cómo calmar a un gato en un transportín?
Si tu gato tuvo una experiencia negativa previa o no le gusta el transportador actual, considera comprar uno nuevo que sea cómodo, tranquilizante y de tamaño adecuado para minimizar las asociaciones negativas.
Piensa en lavar el transportador después de usarlo para eliminar cualquier mensaje químico (feromonas) que comunique ansiedad o miedo, que puede haberse depositado desde las almohadillas de sus patas o las glándulas anales, o por el uso de otro gato.
No obligues a que varios gatos (excepto una madre y sus crías) compartan un solo transportador, ya que el espacio confinado puede generar tensión y hostilidad. Cada gato debe tener un transportador separado cubierto con una toalla durante los viajes en auto.
Conclusión
El entrenamiento para el transportador es fundamental para asegurar que las visitas al veterinario y los viajes en auto sean menos estresantes tanto para los dueños de gatos como para sus felinos. Un transportador adecuado permite una colocación fácil, y muchos gatos prefieren permanecer en la parte inferior del transportador durante los exámenes veterinarios, lo que reduce la necesidad de manejo, las revisiones veterinarias prolongadas y las experiencias negativas.
¡Sé la solución para el bienestar y la salud mejorada de tu gato!
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