Displasia de cadera en gatos: síntomas, diagnóstico y tratamiento

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La displasia de cadera es el nombre que se le da a una articulación de la cadera formada de manera anormal. Es causada por una combinación de factores genéticos y ambientales. Aunque es poco común en la mayoría de los gatos, algunas razas puras (como los gatos Maine Coon , los Himalayas y los persas ) son propensas a la displasia de cadera. También es más común en gatos con sobrepeso y obesidad.

La displasia de cadera felina puede ser difícil de detectar. 1 Los signos suelen ser muy sutiles y de aparición gradual, y muchos gatos los ocultan bien. Pero la displasia de cadera acaba provocando osteoartritis de cadera, que es dolorosa. Los propietarios de gatos grandes, en particular, deben estar atentos a los signos de displasia de cadera para que los gatos afectados puedan obtener un diagnóstico y el tratamiento que necesitan.

¿Qué es la displasia de cadera?

La articulación de la cadera (coxofemoral) está formada por una esfera (la cabeza del hueso del muslo o fémur) y una cavidad (el acetábulo). En un gato normal, la esfera se asienta perfectamente dentro de la cavidad y gira libremente cuando el gato se mueve, corre y salta.

En los gatos con displasia de cadera, la articulación esférica no está bien alineada (lo que se conoce como subluxación). La articulación de la cadera está suelta y no se mueve con la fluidez que debería. Con el tiempo, la laxitud (flojedad) y el movimiento anormal provocan un desgaste excesivo y degeneración, y la articulación de la cadera se daña y se inflama.

En la mayoría de los gatos, la displasia de cadera es poco común. Sin embargo, la incidencia de displasia de cadera en gatos de raza pura puede ser de hasta un 24%, siendo los gatos Himalaya, Persa y Maine Coon especialmente propensos. 2,3 Esto puede ser resultado de su acervo genético más pequeño, su mayor tamaño corporal o una combinación de los dos.

La displasia de cadera también se observa comúnmente junto con la luxación o dislocación de la rótula (una afección en la que la rótula se desliza hacia adentro y hacia afuera de su lugar) 4 y es más común en gatos con sobrepeso u obesidad.

Signos de displasia de cadera

Algunos gatos muestran signos de displasia de cadera a una edad temprana (tan pronto como a los 3 o 4 meses), mientras que muchos casos de displasia de cadera no se detectan hasta más tarde en la vida, cuando el gato desarrolla osteoartritis secundaria.

Los signos clínicos de la displasia de cadera pueden ser difíciles de detectar para los dueños de gatos. Los signos son sutiles y de aparición gradual, y los gatos son muy buenos para ocultar los signos de dolor o degeneración de las articulaciones. 1 Debido a que la displasia de cadera a menudo afecta ambas caderas, los signos obvios de malestar, como la cojera, son poco comunes.

Otros signos de problemas ortopédicos y enfermedades articulares en los gatos incluyen:

  • Cambios de postura (por ejemplo, agacharse)
  • Actividad reducida
  • Movimiento anormal o rígido de las extremidades traseras.
  • Dificultad para sentirse cómodo
  • Renuencia a saltar o subir escaleras
  • Aumento de caídas (por ejemplo, al saltar o caminar en altura)
  • Dificultad para agacharse o ponerse en cuclillas al ir al baño

Los signos más generales y no específicos de que un gato tiene dolor incluyen:

  • Cambios en el comportamiento (agresión, retraimiento, evitación, inquietud, irritabilidad)
  • Renuencia a ser manipulado o tocado
  • Pérdida de peso, reducción del apetito.
  • Depresión, letargo
  • Ir al baño de forma inadecuada fuera de la bandeja sanitaria
  • Cambios de pelaje, reducción del aseo
  • Aumento de la vocalización

Si su gato muestra alguno de estos signos, llévelo a ver al veterinario.

Diagnóstico

Su veterinario podría sospechar displasia de cadera basándose en la raza de su gato y la información que usted le proporcione, pero hay varias cosas que debe hacer antes de llegar a un diagnóstico.

Es posible que quieran observar cómo se mueve y camina tu gato. Sin embargo, muchos gatos esconderán su malestar cuando estén en la consulta, por lo que es buena idea grabar cualquier movimiento anormal en casa y llevar videos para mostrárselos al veterinario.

El veterinario deberá examinar a su gato. El examen de los huesos y las articulaciones de un gato puede ser más complicado que el de un perro, pero el veterinario buscará lo siguiente:

  • Signos de dolor
  • Crepitación (crujido/estallido) de la articulación
  • Hinchazón alrededor de la articulación
  • Pérdida de masa muscular
  • Cambios en el movimiento de las articulaciones de la cadera (rigidez o movimiento excesivo)

Será necesario tomar radiografías para observar las caderas y otras articulaciones (que a menudo incluyen la columna vertebral). Los cambios radiográficos incluyen malformaciones (dislocación parcial), inflamación y degeneración de la articulación de la cadera.

Para realizar las radiografías, será necesario sedar o administrar anestesia general a su gato. En algunos casos, su veterinario podría sugerirle que realice pruebas de diagnóstico por imagen adicionales, como una resonancia magnética. 

Opciones de tratamiento

El tratamiento de la displasia de cadera felina se centra en el control y alivio de los síntomas, ya que no existe cura.

La displasia de cadera felina no se puede curar, pero hay cosas que se pueden hacer para que el gato se sienta cómodo y pueda llevar una vida activa y normal. En la mayoría de los casos, los gatos afectados se tratan sin cirugía.

Tratamiento no quirúrgico

El pilar del tratamiento no quirúrgico es el alivio del dolor . A los gatos se les administrarán medicamentos para reducir las molestias y la inflamación causadas por la displasia de cadera y la osteoartritis.

Estos medicamentos no están exentos de efectos secundarios. Con el tiempo, pueden comenzar a afectar la función hepática y renal. Por lo tanto, en el caso de los gatos mayores, es importante descartar cualquier problema de salud subyacente.

Por lo tanto, su veterinario le sugerirá que realice un análisis de sangre y de orina antes de comenzar un tratamiento a largo plazo. Será necesario volver a controlar la función hepática y renal, y tal vez la presión arterial, una o dos veces al año.

Los pequeños cambios en el entorno de su gato pueden contribuir en gran medida a reducir el dolor y a que su gato pueda llevar una vida normal. Entre las medidas que puede tomar para ayudar se incluyen las siguientes:

  • Proporcionar acceso escalonado a áreas elevadas y muebles como puertas para gatos, camas, sofás y alféizares de ventanas.
  • Garantizar que sus alimentos y agua sean fácilmente accesibles.
  • Proporcionar bandejas de arena con bordes bajos para que les resulte más fácil entrar y salir.

Fomentar el ejercicio regular y suave también puede ayudar a mantener la forma muscular, reducir la rigidez y prevenir la obesidad (que es perjudicial para las articulaciones). Puedes hacerlo de las siguientes maneras:

  • Esconder su comida en un comedero tipo rompecabezas o en paquetes de comida para estimular la búsqueda de alimento, la caza y el comportamiento depredador.
  • Proporcionar juguetes y hierba gatera.
  • Jugar con tu gato con juguetes de plumas o punteros láser
  • Acompañándolos en pequeños paseos regulares por la casa o el jardín.

Cada vez hay más evidencia de la eficacia de la fisioterapia para perros afectados por displasia de cadera, con beneficios reportados que incluyen una mejor amplitud de movimiento, flexibilidad y fuerza muscular y una reducción del dolor.

No existen estudios que demuestren su eficacia en gatos. Lo mismo ocurre con otras terapias físicas, como los masajes y la terapia de frío/calor. Siempre consulte a su veterinario antes de llevar a su gato a cualquier terapia física y asegúrese de que lo consulte alguien que esté calificado y tenga la experiencia pertinente.

El control de la dieta para prevenir la obesidad es muy importante en los gatos con displasia de cadera, y la pérdida de peso puede ayudar a aliviar el malestar en los gatos con sobrepeso. Existe evidencia de que una dieta rica en ácidos grasos omega-3 también podría aliviar la osteoartritis. 6

En humanos y perros, muchas personas recomiendan el uso de suplementos como la glucosamina, la condroitina y el mejillón de labios verdes. Aunque no hay evidencia de su eficacia en gatos, es poco probable que cause algún daño. Hable con su veterinario sobre la posibilidad de realizar un ensayo con nutracéuticos.

Tratamiento quirúrgico

La cirugía suele reservarse para los casos más graves y para aquellos en los que el tratamiento no quirúrgico ya no es eficaz. Las opciones quirúrgicas incluyen:

1. Escisión de cabeza y cuello femoral (FHNE) u osteotomía (FHNO)

El objetivo es eliminar el dolor asociado con el movimiento anormal de la articulación esférica. Se quita la parte superior del fémur (esfera) y la cavidad permanece vacía. Se forma tejido cicatricial, lo que crea una articulación falsa. Los resultados pueden ser impredecibles.

2. Reemplazo total de cadera (RTC)

Esta es generalmente la opción preferida. Su objetivo es restaurar la función normal reemplazando la articulación con una prótesis de cadera. Es la opción más costosa.

Ambos procedimientos son procedimientos quirúrgicos importantes y no están exentos de riesgos de complicaciones. Ninguno garantiza que su gato vuelva a la normalidad y ambos implican costos significativos. Por lo tanto, es muy importante que analice todas las opciones con su veterinario.

Prevención

Si su veterinario sospecha que tiene displasia de cadera, las radiografías tomadas mientras su gato está bajo sedación pueden confirmar el diagnóstico.

Asegúrese de que su gato no tenga sobrepeso, ya que esto puede aumentar el desgaste de sus articulaciones. Fomente el ejercicio regular y suave para ayudar a promover la flexibilidad y la fuerza.

La única otra forma de prevenir la displasia de cadera es que los criadores de gatos no críen gatos que la tengan o sean propensos a ella. 7 Lamentablemente, no existe ninguna prueba genética. Sin embargo, las radiografías tomadas de la articulación de la cadera pueden determinar si un gato tiene displasia de cadera y se recomiendan en razas en riesgo antes de la cría. Los científicos también advierten contra el uso de estándares de raza que fomenten activamente los gatos de cuerpo grande.

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Preguntas frecuentes

¿Puede un gato vivir con displasia de cadera?

Sí, la displasia de cadera felina es una enfermedad crónica con la que los gatos pueden vivir a largo plazo. No se puede curar, pero sí controlar. El diagnóstico y el tratamiento tempranos son fundamentales para ayudar a los gatos a llevar una vida normal y cómoda.

¿Qué se puede hacer por un gato con displasia de cadera?

Los gatos con displasia de cadera necesitan una combinación de alivio del dolor y modificación del entorno para ayudar a controlar su afección. El control de la dieta y los suplementos también pueden ayudar. Si esto ya no da resultado, su veterinario podría sugerir un tratamiento quirúrgico.

¿Cómo puedo saber si mi gato tiene displasia de cadera?

La displasia de cadera felina puede ser difícil de detectar. La detección de la malformación por displasia de cadera se puede realizar mediante radiografías y se recomienda en razas en riesgo antes de la cría.

Esté atento a los signos de dolor y malestar en su gato. Si cree que podría estar afectado por displasia de cadera, llévelo al veterinario.

¿La displasia de cadera en los gatos es dolorosa?

Con el tiempo, la mayor laxitud y el movimiento anormal de la articulación de la cadera provocan desgaste e inflamación, y se desarrolla la osteoartritis de cadera. La osteoartritis de cadera es una afección dolorosa y necesita tratamiento veterinario.

Ver fuentes
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  1. Perry K. Displasia de cadera felina: un desafío para reconocer y tratar. J Feline Med Surg. 2016 Mar;18(3):203-18. Doi: 10.1177/1098612X16631227. PMID: 26936493.

  2. Loder RT, Todhunter RJ. Demografía de la displasia de cadera en el gato Maine Coon. J Feline Med Surg. 2018 Abr;20(4):302-307. Doi: 10.1177/1098612X17705554. Publicación electrónica 21 Abr 2017. PMID: 28430011.

  3. Keller GG, Reed AL, Lattimer JC, Corley EA. Displasia de cadera: un estudio de población felina. Vet Radiol Ultrasound. 1999 sep-oct;40(5):460-4. Doi: 10.1111/j.1740-8261.1999.tb00375.x. PMID: 10528838.

  4. Smith, GK, Langenbach, A, Green, PA. Evaluación de la asociación entre la luxación patelar medial y la displasia de cadera en gatos. J Am Vet Med Assoc 1999; 215: 40–45

  5. Lascelles BD, Sheilah AR. Dolor asociado a la enfermedad de Alzheimer en gatos: ¿qué podemos hacer para promover la comodidad del paciente? Journal of Feline Medicine and Surgery. 2010;12(3):200-212. Doi:10.1016/j.jfms.2010.01.003

  6. Mehler SJ, May LR, King C, Harris WS, Shah Z. Una evaluación prospectiva, aleatorizada, doble ciego y controlada con placebo de los efectos del ácido eicosapentaenoico y el ácido docosahexaenoico sobre los signos clínicos y las concentraciones de ácidos grasos poliinsaturados en la membrana de los eritrocitos en perros con osteoartritis. Prostaglandins Leukot Essent Fatty Acids. 2016 Jun;109:1-7. doi: 10.1016/j.plefa.2016.03.015. Publicación electrónica 30 de marzo de 2016. PMID: 27269707.

  7. Low, M., Eksell, P., Högström, K. et al. Demografía, heredabilidad y correlación genética de la displasia de cadera felina y respuesta a la selección en un programa de detección de salud. Sci Rep 9, 17164 (2019).

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Sobre Dr. Victoria Strong, BVSc BSc (Hons)

Soy un veterinario con más de 10 años de experiencia en la industria veterinaria y experiencia no solo en la práctica clínica, sino también en educación e investigación.

En 2008 obtuve una Licenciatura de Primera Clase en Patología Veterinaria del Royal Veterinary College de Londres. Obtuve el título de veterinario de la Universidad de Liverpool en 2010 y, en 2017, completé un doctorado combinado de posgrado clínico y de investigación en Medicina Veterinaria (DVetMed) en la Universidad de Nottingham.

He trabajado en educación durante 8 años. Actualmente ocupo el puesto de profesor asistente clínico en Nottingham Vet School y soy miembro de la Academia de Educación Superior (AFHEA). ​

Ya sea en el aula, en el consultorio o en una presentación en una conferencia, en el centro de cada uno de mis mejores días de trabajo está la comunicación veterinaria.

​Prospero cuando tengo la oportunidad de comunicar mi experiencia en entornos del mundo real, informar e involucrar a quienes viven y trabajan con animales, y empoderarlos para que tomen las mejores decisiones para la salud y el bienestar animal.