
La insulina es el principal tratamiento para los gatos con diabetes mellitus. ecbphotos / Shutterstock.com
La insulina es el tratamiento principal para la diabetes mellitus en gatos. Se administra mediante inyecciones, generalmente dos veces al día, justo bajo la piel, usando una aguja fina o un dispositivo especial llamado VetPen. Al principio, puede parecer complicado poner las inyecciones, pero la mayoría de los gatos y sus dueños se adaptan rápido y logran hacerlo en casa con confianza. La insulina actúa reduciendo los niveles altos de glucosa en la sangre de tu gato.
Recibir un diagnóstico de diabetes puede ser abrumador, pero con un buen manejo, muchos gatos llevan vidas plenas y felices. Cuando se detecta a tiempo, algunos logran entrar en remisión, lo que significa que ya no requieren medicación.
Sigue leyendo para conocer todo sobre la insulina en gatos: cómo funciona, qué tipos existen y la mejor forma de administrarla.
¿Cómo funciona la insulina en gatos?
La insulina es una hormona que el cuerpo produce de forma natural. Su función es regular los niveles de azúcar en la sangre y permitir que el organismo aproveche la energía de los alimentos. Se libera cuando la glucosa en sangre aumenta, por ejemplo, después de comer. Así, el azúcar pasa del torrente sanguíneo a las células para ser utilizada como energía.
La diabetes mellitus aparece cuando el páncreas de tu gato no produce insulina (tipo 1) o cuando las células no responden adecuadamente a ella (tipo 2). La forma más común en gatos es la diabetes tipo 2. Con el tiempo, niveles elevados y constantes de azúcar (hiperglucemia) pueden afectar gravemente la salud de tu mascota. Para un análisis detallado, puedes leer Diabetes en gatos: causas, síntomas y tratamiento.
El tratamiento con insulina reemplaza la función de la insulina natural que falta o no funciona correctamente. Normalmente, el cuerpo libera insulina en pequeñas cantidades durante el día cada vez que sube el nivel de azúcar en sangre. En cambio, la insulina que administramos a los gatos es de acción media a larga, lo que permite aplicarla dos veces al día para mantener la glucosa en un rango saludable.
Al tratar a un gato diabético con insulina, se busca:
- Encontrar un régimen que funcione tanto para el gato como para su dueño
- Reducir o eliminar los síntomas de la diabetes
- Mantener los niveles de glucosa dentro del rango normal
- Evitar niveles peligrosamente altos o bajos de azúcar
- Idealmente, lograr la remisión completa de la diabetes
Remisión en gatos con diabetes
En algunos casos, un tratamiento temprano y efectivo con insulina logra que tu gato entre en remisión. Esto significa que su nivel de glucosa se mantiene normal sin necesidad de insulina. La remisión suele darse en gatos recién diagnosticados (menos de seis meses con diabetes), junto con cambios en la dieta y control de peso. Para aumentar las probabilidades, el tratamiento debe mantener la glucosa en rango normal durante la mayor cantidad de horas posibles cada día.
La remisión es la meta ideal del tratamiento con insulina, pero es importante saber que entre una cuarta y un tercio de los gatos que la alcanzan vuelven a presentar síntomas y necesitan continuar con la insulina a largo plazo.
Tipos de insulina para gatos

Se utilizan varios tipos de insulina para tratar la diabetes en los gatos. ecbphotos / Shutterstock.com
Algunos gatos llegan muy enfermos cuando se les diagnostica diabetes. En esos casos, suelen requerir hospitalización y se les administra insulina soluble de acción corta. Esta se aplica con frecuencia, directamente en la vena o músculo, para estabilizar los niveles de azúcar lo más rápido posible.
Una vez que el gato está estable, se comienza con insulina insoluble para el manejo a largo plazo. Existen varios tipos de insulina para gatos, y la elección depende de la disponibilidad en cada país, el costo y la experiencia del veterinario con el medicamento. Las cuatro insulinas más usadas para el tratamiento prolongado son:
- Insulina porcina lente (Vetsulin en EE. UU., Caninsulin en Europa)
- Insulina protamina zinc (ProZinc)
- Glargina (Lantus)
- Detemir (Levemir)
Todas se aplican dos veces al día, mediante inyección subcutánea, y tienen acción media a larga.
El tipo de insulina puede influir en la posibilidad de que tu gato entre en remisión. Glargina y detemir muestran las tasas más altas de éxito (hasta 80 %) en gatos recién diagnosticados. Sin embargo, ninguna está aprobada oficialmente para uso en gatos, y en algunos países, como el Reino Unido, las regulaciones limitan su prescripción como primera opción.
Aunque el tipo de insulina es importante, no hay que olvidar que otras estrategias, como la alimentación adecuada y la pérdida de peso, juegan un papel igual de fundamental.
Insulina lenticular porcina
Nombre del medicamento | Insulina lenticular porcina |
Nombre comercial | Caninsulin (Europa), Vetsulina (Estados Unidos); MSD Animal Health |
Duración de la acción | Intermedio (8 a 10 horas) |
Concentración | 40 U/ml |
Dosis inicial | 1 a 2 UI dos veces al día usando una jeringa o VetPen |
La insulina porcina lente está aprobada en todo el mundo para tratar la diabetes en perros y gatos con una dosis dos veces al día. No obstante, en gatos su efecto dura en promedio solo ocho horas, por lo que muchos de ellos experimentan niveles altos de glucosa durante algunas horas al día, incluso con la administración doble diaria. Por eso, para aumentar las posibilidades de remisión, muchos veterinarios prefieren insulinas de acción más prolongada.
Aun así, un estudio realizado con 46 gatos tratados con insulina porcina lente mostró que el 72 % logró un control bueno a excelente, y el 15 % entró en remisión en un plazo de 20 semanas.
Vetsulin y Caninsulin se pueden administrar con un VetPen especialmente diseñado, que algunos dueños encuentran más cómodo que la aguja y jeringa. Actualmente, esta insulina porcina lente solo está disponible en Europa y Canadá (como Caninsulin), ya que fue retirada del mercado estadounidense.
Insulina de zinc y protamina (PZI)
Nombre del medicamento | Insulina de zinc y protamina (PZI) |
Nombre comercial | ProZinc (Boehringer-Ingelheim) |
Duración de la acción | Largo (13 a 24 horas) |
Concentración | 40 U/ml |
Dosis inicial | 0.2 a 0.4 UI/kg cada 12 horas |
Por su mayor duración de acción y mejor disponibilidad en el mercado frente a la insulina porcina lente, la insulina PZI suele ser la primera opción para tratar gatos diabéticos en Estados Unidos. Está aprobada específicamente para uso en gatos y se aplica cada 12 horas mediante una inyección subcutánea.
La dosis inicial depende de qué tan severos sean los síntomas de tu gato y de su nivel de hiperglucemia. Un estudio sobre la eficacia de la insulina humana recombinante protamina zinc mostró que el 85 % de los gatos logró un buen control en un plazo de 45 días. Las tasas de remisión son similares a las obtenidas con insulina porcina lente.
Glargina
Nombre del medicamento | Glargina |
Nombre comercial | Lantus (Sanofi) |
Duración de la acción | Largo (12 a 24 horas) |
Concentración | 100 U/ml |
Dosis inicial | 0.25 a 0.5 UI/kg de peso corporal cada 12 horas |
La insulina glargina está diseñada para uso humano y no cuenta con licencia para gatos. Aun así, muchos veterinarios la recetan “fuera de indicación” mediante prescripción. Es una de las opciones más costosas, aunque los precios varían entre farmacias, por lo que conviene comparar antes de comprar.
Se dice que la glargina ofrece las tasas más altas de remisión entre las insulinas disponibles. No obstante, muchos estudios que respaldan esta afirmación son pequeños, lo que dificulta sacar conclusiones definitivas. Un estudio con gatos recién diagnosticados mostró remisión en 8 de 8 gatos tratados con glargina en 16 semanas, frente a 2 de 8 con PZI y 3 de 8 con insulina lente.
Otro estudio, con 55 gatos tratados con glargina, registró una tasa de remisión del 84 %. Sin embargo, una investigación más reciente, realizada a lo largo de un año (titulada Comparación de la eficacia de la insulina glargina y la protamina zinc en gatos diabéticos, aún no disponible en línea), encontró tasas más cercanas entre ambas: 33.3 % y 23 %, respectivamente.
Gracias a su acción prolongada, la glargina puede administrarse una vez al día. Aun así, la mayoría de los veterinarios recomienda aplicarla dos veces al día para maximizar las probabilidades de remisión.
Detemir
Nombre del medicamento | Detemir |
Nombre comercial | Levemir |
Duración de la acción | Largo (12 a 24 horas) |
Concentración | 100 U/ml |
Dosis inicial | 0.25 a 0.5 UI/kg dos veces al día |
La insulina detemir, aunque está aprobada para uso humano, también se utiliza con buenos resultados en gatos. Su composición química es muy similar a la de la glargina y ha mostrado tasas de remisión comparables en diversos estudios.
En un estudio pequeño realizado en 2012, se observó que el 81 % de los gatos tratados con detemir dentro de los seis meses posteriores al diagnóstico logró la remisión, frente al 42 % de aquellos que llevaban más tiempo con diabetes. En conjunto, la tasa de remisión fue del 67 %, lo cual la sitúa en niveles similares a los alcanzados con glargina.
¿Cómo administrar insulina a los gatos?

Es fundamental utilizar una jeringa del tamaño adecuado para la concentración de insulina que recibe el gato. GemaIbarra / Shutterstock.com
La insulina se presenta en forma líquida, en pequeños frascos de vidrio. Cada tipo tiene requerimientos específicos de almacenamiento, por lo que es fundamental revisar la información del envase o el prospecto.
Las insulinas aprobadas para uso veterinario (como Caninsulin/Vetsulin y ProZinc) tienen una concentración menor, de 40 U/ml, en comparación con las formulaciones humanas, que contienen 100 U/ml. Es imprescindible utilizar jeringas U40 (o el dosificador del fabricante) cuando apliques insulina de 40 U/ml, ya que usar una jeringa incorrecta puede provocar un error grave en la dosis.
La insulina se administra mediante una inyección debajo de la piel de tu gato, lo que se conoce como inyección subcutánea.
Guía paso a paso para inyectarle insulina a tu gato en casa
- Sigue siempre las indicaciones del fabricante sobre si debes agitar o rodar la insulina antes de usarla.
- Quita la tapa de la aguja con cuidado.
- Inserta la aguja en la parte superior del frasco.
- Voltea el frasco boca abajo y extrae la cantidad correcta de insulina con la jeringa. Si notas burbujas de aire, golpea suavemente el costado de la jeringa hasta que suban a la parte superior. Expúlsalas con el émbolo y vuelve a cargar la dosis adecuada.
- Saca la aguja del frasco con precaución para evitar pincharte accidentalmente.
- Con tu pulgar y los dos primeros dedos, pellizca un pliegue de piel entre los omóplatos de tu gato, formando un pequeño triángulo para crear espacio bajo la piel.
- Inserta la aguja en ese espacio subcutáneo.
- Tira ligeramente del émbolo para comprobar que no entra sangre ni aire. Si ves alguno de los dos, retira la aguja e intenta nuevamente en otra zona.
- Si todo está en orden, presiona el émbolo para aplicar toda la dosis.
- Retira la aguja y revisa que el pelaje de tu gato no esté húmedo. Si lo está, significa que la aguja atravesó la piel por completo.
Si decides usar un VetPen para administrar la insulina, revisa cuidadosamente las instrucciones del fabricante sobre su uso. Ya sea con jeringa o VetPen, ten mucho cuidado de no pincharte. En caso de inyectarte por accidente, contacta a tu médico de inmediato.
Consejos para administrar inyecciones de insulina en casa

Aunque al principio puede resultar intimidante, la mayoría de los dueños y sus gatos se acostumbran rápidamente a las inyecciones de insulina. Halfpoint / Shutterstock.com
La mayoría de los gatos tolera sorprendentemente bien las inyecciones de insulina, ya que las agujas son muy delgadas—algunos apenas lo notan. Además, tienen la piel muy suelta entre los omóplatos, lo que hace que las inyecciones les resulten menos molestas que a los humanos. Aquí tienes algunos consejos para facilitar el proceso tanto para ti como para tu gato:
- Practica con agua y una fruta: Antes de intentarlo con tu gato, puedes perfeccionar la técnica usando una jeringa con agua y una pieza de fruta (como una naranja o manzana).
- Pide a tu veterinario que recorte el pelo en la zona de inyección: Esto facilita ver si la aguja está correctamente insertada y evita que atraviese la piel por completo.
- Varía el lugar de aplicación: Inyectar en diferentes zonas con piel suelta ayuda a evitar molestias e inflamación. Puedes alternar los lados del cuerpo o cambiar ligeramente de punto cada vez.
¿Qué hacer si tu gato se salta una dosis de insulina?
Aunque tratar la diabetes de forma eficaz y oportuna es clave, administrar insulina en exceso representa un riesgo mucho mayor que omitir una aplicación. Si no estás seguro de haber inyectado la dosis, o crees que pudo haber sido menor (por ejemplo, si parte del líquido se derramó sobre el pelaje), lo más seguro es no repetir la inyección. Espera hasta la siguiente dosis programada y aplícala completa, como de costumbre.
¿Qué hacer si tu gato no come o vomita?
La dosis habitual de insulina de tu gato está calculada según la cantidad de alimento que consume, ya que eso eleva sus niveles de glucosa en sangre. Si no ha comido o vomita después de hacerlo, no le apliques la insulina: podría hacer que su glucosa baje demasiado. En ese caso, llama al veterinario para recibir orientación. Podría indicarte omitir la dosis o administrarle una menor.
Monitoreo de gatos que reciben insulina

El veterinario puede comprobar el nivel de glucosa en sangre de tu gato pinchándole el oído y analizando la sangre con un aparato llamado glucómetro. Lebedko Inna / Shutterstock.com
Cuando a los gatos se les diagnostica diabetes, se comienza con una dosis baja de insulina. Esto se debe a que la hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en sangre) representa un peligro inmediato mayor que la hiperglucemia. El veterinario supervisará de cerca cómo responde tu gato a la insulina, aumentando la dosis de forma gradual y con intervalos de tres a cinco días como mínimo.
El control incluye una “curva de glucosa”, que mide el nivel de azúcar en sangre varias veces durante el día. Así, el veterinario podrá identificar si en algún momento sube o baja demasiado y cuánto tiempo se mantiene dentro del rango adecuado.
Los métodos de monitoreo que puede aplicar tu veterinario son:
- Curvas de glucosa en la clínica
- Curvas de glucosa en casa
- Análisis de fructosamina en sangre
- Muestras de orina
Además, observar cómo se comporta tu gato en casa es fundamental para evaluar su respuesta al tratamiento. Presta atención a cambios en:
- Consumo de agua
- Frecuencia al orinar
- Apetito
- Estado de ánimo
- Peso y condición corporal
Cuando la dosis de insulina es la correcta, una de las primeras señales de mejora es que tu gato empieza a beber y orinar cantidades normales. También suele mostrarse más activo y alerta. Los gatos con diabetes inestable suelen tener un apetito voraz, que poco a poco se estabiliza. En semanas, los que hayan perdido peso recuperan una condición corporal saludable.
Si tu gato tenía sobrepeso al momento del diagnóstico, el equipo veterinario te guiará para manejar su alimentación durante la recuperación.
Signos de insuficiencia de insulina
Si la dosis de insulina que recibe tu gato es insuficiente, notarás que sus síntomas no mejoran. Por ejemplo, seguirá bebiendo y orinando en exceso, con un apetito voraz. Además, corre el riesgo de sufrir complicaciones como la cetoacidosis diabética. El veterinario evaluará la forma más segura de ajustar la dosis, basándose en pruebas y en la observación de los síntomas.
Ten en cuenta que estabilizar a un gato con diabetes lleva tiempo, y es mucho más seguro aumentar la dosis de manera gradual que hacerlo de forma rápida.
Signos de sobredosis de insulina
Lo más importante al iniciar el tratamiento con insulina en tu gato es aprender a reconocer los síntomas de un nivel bajo de azúcar en sangre, conocido como hipoglucemia. Esto ocurre cuando la insulina es demasiada.
Los signos de hipoglucemia en gatos son:
- Debilidad
- Letargo
- Falta de apetito
- Problemas de coordinación
- Respuesta lenta
- Vómitos
- Temblor
- Convulsiones
- Coma
La hipoglucemia puede ser mortal. Si tu gato presenta alguno de estos síntomas, aplica de inmediato gel de glucosa en las encías o un alimento dulce como miel, y comunícate con el veterinario.
Para una explicación más detallada sobre el monitoreo en gatos diabéticos, consulta Diabetes en gatos: causas, síntomas y tratamiento.
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