La vitamina B12, también conocida como cianocobalamina, es un nutriente soluble en agua que suele administrarse como suplemento a gatos con ciertos problemas de salud, especialmente relacionados con el sistema digestivo. Aquí descubrirás por qué es esencial, en qué casos conviene reforzarla y responderé algunas de las dudas más comunes.
Descripción general de la vitamina B12 para gatos
Acerca de la vitamina B12 para gatos
La vitamina B12, también llamada cianocobalamina o simplemente cobalamina (a partir de aquí, usaremos los tres términos indistintamente), es fundamental para múltiples procesos enzimáticos en los animales que permiten el crecimiento y funcionamiento celular adecuados. Entre ellos se encuentran la síntesis de proteínas, la conducción nerviosa, el metabolismo de grasas y carbohidratos, así como la formación de glóbulos rojos.
De forma natural, la B12 solo se obtiene a través de una alimentación que incluya carne, huevos o aves. Los gatos, al ser carnívoros estrictos, dependen de nutrientes presentes en el tejido muscular, como la taurina y la propia B12.
En general, los gatos no tienen dificultades para absorber suficiente B12 a través de su dieta. En los humanos, las deficiencias son más comunes entre quienes siguen una alimentación vegetariana o vegana sin una suplementación adecuada.
La falta de B12 puede provocar una amplia variedad de alteraciones. Según la Escuela de Medicina de Harvard, una deficiencia de cobalamina puede manifestarse en las personas con síntomas poco comunes pero progresivos, como sensaciones extrañas de hormigueo o entumecimiento, problemas al caminar, fallos de memoria o concentración, e incluso debilidad.
En los gatos, suele haber una relación directa entre los trastornos digestivos y la deficiencia de B12. Esto se debe a que, al igual que todas las células del organismo, las del intestino necesitan esta vitamina para mantenerse sanas y regenerarse.
¿Qué hace la vitamina B12 en los gatos?

Los gatos con enfermedades gastrointestinales podrían sufrir deficiencia de vitamina B12.
En los gatos, la deficiencia de vitamina B12 se presenta con mayor frecuencia cuando existe una enfermedad inflamatoria en el intestino. Esto puede deberse a una enfermedad inflamatoria intestinal (EII, por sus siglas en inglés) propiamente dicha, o a un linfoma gastrointestinal de bajo grado. En ambas situaciones, el engrosamiento y la inflamación de las paredes intestinales dificultan la absorción de nutrientes y provocan pérdida de peso.
Al igual que ocurre con otros nutrientes, la B12 no se absorbe correctamente en estos casos. Pero además, su carencia contribuye a un mayor deterioro de la salud intestinal.
Según un artículo sobre deficiencia de cobalamina publicado en el boletín Catnip de la Universidad de Tufts, las personas con este tipo de deficiencia también muestran alteraciones en la permeabilidad y capacidad de absorción del intestino.
Diversos estudios han demostrado que suplementar con cobalamina a gatos con enfermedades gastrointestinales —como vómito o diarrea— mejora notablemente los síntomas y favorece la recuperación de peso.
También se ha observado que, aunque se trate a un gato con EII utilizando esteroides, medicamentos inmunosupresores y una dieta recetada, la mejoría nunca será completa si no se incluye la suplementación con B12.
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Efectos secundarios de la vitamina B12 para los gatos
Por suerte, la vitamina B12 es sumamente segura. Al ser soluble en agua, el cuerpo elimina fácilmente el exceso a través de la orina. Esto la diferencia de las vitaminas liposolubles —como la A, D, E y K— que, al acumularse en el tejido graso cuando se administran en exceso, pueden provocar efectos adversos si se superan las necesidades del organismo.
Aunque no es frecuente, la inyección de B12 puede generar una ligera molestia o escozor, aunque suele ser pasajero. Este efecto es más común con la hidroxocobalamina, una variante que se utiliza con menor frecuencia en medicina veterinaria.
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Dosis de vitamina B12 para gatos

Los gatos con enfermedad inflamatoria intestinal reciben inicialmente una inyección de vitamina B12 una vez por semana durante seis semanas.
Las recomendaciones de dosis varían según se utilice la vitamina B12 en forma inyectable o por vía oral.
En gatos, lo más habitual es administrarla mediante inyecciones subcutáneas, justo bajo la piel. En casos de enfermedad inflamatoria intestinal, el protocolo más común consiste en aplicar 250 microgramos una vez por semana durante seis semanas.
La cianocobalamina suele presentarse en una concentración de 1000 microgramos por mililitro, lo que equivale a 0.25 ml por dosis. No obstante, también existen presentaciones más concentradas, así que siempre verifica cuál tienes si vas a administrarla en casa.
Después de las primeras seis semanas, las aplicaciones pueden espaciarse, pasando a una frecuencia de una vez al mes o cada dos meses. Esto se debe a que, aunque la cobalamina necesita unas semanas para alcanzar niveles adecuados —sobre todo si hay una deficiencia—, una vez que llega a su concentración ideal, permanece en el organismo durante bastante tiempo.
Las inyecciones pueden aplicarse en la clínica veterinaria como parte del servicio. Aunque muchos tutores de gatos se sienten cómodos administrándolas en casa luego de una demostración breve por parte del personal veterinario.
Si decides hacerlo tú mismo, lo ideal es aplicar la inyección mientras tu gato está tranquilo o distraído, por ejemplo, durante la comida. Como se usa una aguja muy fina (una de calibre 25 suele ser suficiente) y la frecuencia es baja, no suele ser una experiencia desagradable para el gato.
Eso sí, recuerda desechar siempre agujas y jeringas usadas en un contenedor especial para objetos punzocortantes o en un recipiente de plástico resistente, bien cerrado. Consulta con tu veterinario cuál es el método más adecuado para deshacerte de estos residuos en tu zona.
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La vitamina B12 también está disponible en presentaciones orales. Cobalequin, fabricado por Nutramax, es un suplemento masticable de cianocobalamina diseñado para perros y gatos, con una dosis de 250 microgramos. A diferencia de la forma inyectable, el suplemento oral debe administrarse todos los días. Además, el periodo inicial de carga es más prolongado y suele durar unas 12 semanas.
Es posible monitorear los niveles de cobalamina en sangre, y muchos veterinarios prefieren hacerlo al momento de diagnosticar una enfermedad gastrointestinal, así como durante el tratamiento, para asegurarse de que los niveles se mantengan dentro del rango adecuado. Esto cobra especial importancia una vez finalizado el periodo de carga, ya que permite ajustar la frecuencia de administración a largo plazo.
La mayoría de los gatos que necesitan suplementación con B12 —especialmente por enfermedades digestivas— requerirán este apoyo durante toda su vida.
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