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Siempre es angustiante ver a tu gato vomitar, sin contar el desorden que hay que limpiar. Pero, ¿cómo saber si el vómito de tu gato es algo inofensivo o algo por lo que deberías preocuparte?
El vómito, o «vomitar», es la evacuación del contenido del estómago de un gato. Los gatos vomitan por muchas razones diferentes. Algunas de las causas del vómito son muy graves, mientras que otras son menos preocupantes. Es útil saber un poco sobre el vómito en gatos para saber qué hacer si alguna vez tu gato vomita.
¿Vómitos o regurgitación?

Puedes identificar si tu gato está vomitando o regurgitando observándolo en el acto. Mientras que el vómito implica jadeos y contracciones estomacales, la regurgitación es rápida y parece casi sin esfuerzo.
Aunque ambos sucesos pueden parecer similares, el vómito es diferente de la regurgitación. El vómito vacía el estómago, mientras que la regurgitación vacía el esófago (el largo tubo que transporta la comida al estómago).
La regurgitación ocurre inmediatamente después de que el gato traga la comida. En lugar de los esfuerzos y contracciones estomacales que verás justo antes de un episodio de vómito, la regurgitación ocurre rápidamente y parece casi sin esfuerzo.
El vómito puede contener trozos de comida parcialmente digerida o incluso comida no digerida. En cambio, con la regurgitación siempre verás comida, que a menudo sale en una forma tubular larga que coincide con la forma del esófago del gato. La regurgitación puede ser causada por factores congénitos (algo con lo que el gato nace) o puede desarrollarse como respuesta a una enfermedad. Si sospechas que tu gato está regurgitando, es importante buscar atención veterinaria.
¿Vómitos o bolas de pelo?

Cuando los gatos vomitan bolas de pelo, están expulsando pelo que está acumulado en su cuerpo, en lugar de regurgitar o vomitar comida.
Cada vez que tu gato tose una bola de pelo, está vomitando. Sin embargo, una vez que la bola de pelo sale, el vómito debería detenerse. Esto no quiere decir que las bolas de pelo nunca sean un problema grave.
A veces, un gato puede vomitar repetidamente en un intento de eliminar una gran bola de pelo que tiene en el estómago. Si el vómito no es productivo y la bola de pelo no se expulsa, esta puede quedar alojada en el tracto digestivo y causar problemas potencialmente mortales.
Causas del vómito en los gatos

Cuando se utiliza contra infecciones causadas por el grupo de coccidios Isospora, Albon suele ser eficaz para eliminar el parásito.
¿Por qué vomitan los gatos? El vómito es una señal de que algo está alterando el sistema digestivo de tu gato. Algunas causas de vómitos en gatos, como las bolas de pelo, son menos graves.
Pero otras, como la intoxicación y la pancreatitis (inflamación del páncreas), pueden ser mortales. Ciertos problemas de salud también pueden provocar vómitos y otros síntomas.
Algunas de las causas más comunes de vómitos en gatos incluyen:
- Cáncer
- Constipación
- Tos
- Diabetes mellitus
- Comer alimentos en mal estado
- Comer alimentos humanos que son tóxicos para los gatos
- Exposición a niveles tóxicos de piretrinas o piretroides
- Alergias alimentarias
- Bolas de pelo
- Hipertiroidismo (glándula tiroides hiperactiva)
- Infección (bacteriana o viral)
- Enfermedad inflamatoria intestinal (EII)
- Ingestión de material vegetal
- Parásitos internos
- Nefropatía
- Enfermedad hepática o insuficiencia hepática
- Mareo por movimiento
- Trastornos neurológicos o del oído interno
- Pancreatitis
- Envenenamiento
- Cuerpo extraño alojado en el estómago o los intestinos (obstrucción)
- Cambiar de repente a un nuevo alimento
El envenenamiento siempre es una preocupación seria cuando tu gato está vomitando.
Si tu gato está vomitando y sospechas que ha comido algo que no debería, busca atención urgente.
Algunas causas comunes de envenenamiento en gatos incluyen:
- Consumir plantas tóxicas, como los lirios
- Ingerir veneno para roedores (incluido comer una rata o un ratón muerto que haya consumido el veneno)
- Uso de productos preventivos contra pulgas y garrapatas en perros en tu gato (estos preventivos pueden contener piretrinas, que son tóxicas para los gatos)
- Estar expuesto a productos químicos e insecticidas de jardinería
- Tragar anticongelante
- Comer alimentos humanos que son tóxicos para los gatos
- Ingestión de medicamentos humanos
¿Qué hacer si tu gato vomita?

Si has visto a tu gato vomitar, debes identificar la causa y luego tratarlo en consecuencia.
Además de encontrar vómito en el suelo, otros signos de que tu gato se siente nauseoso incluyen babeo, arcadas, esfuerzos para vomitar, lamerse los labios, tragar repetidamente y mostrar incomodidad o inquietud.
Tu gato puede vomitar comida, líquido o bilis. El vómito puede ser espeso o espumoso. Si encuentras pelo, material vegetal o cualquier otra cosa en el vómito, anótalo y comunícalo a tu veterinario, ya que podría ser una pista sobre la causa del vómito.
Si tu gato vomita solo una vez y parece estar actuando normalmente de otro modo, es posible que haya sido un episodio aislado de malestar estomacal o quizás una bola de pelo (especialmente si encuentras un trozo de pelo en el vómito).
Puedes adoptar un enfoque de esperar y ver, observando si se repite el vómito y tomando nota del comportamiento de tu gato. Si el vómito disminuye por sí solo y tu gato actúa bien, es posible que el vómito se haya resuelto por sí solo.
Por otro lado, si tu gato está vomitando repetidamente, si ves sangre en el vómito o si tu gato muestra signos de estar muy enfermo, debe ser visto por un veterinario lo antes posible.
El vómito continuo por sí mismo puede causar deshidratación peligrosa y desequilibrios de electrolitos como sodio y potasio, por lo que el vómito frecuente requiere atención veterinaria inmediata.
Ten en cuenta lo siguiente cuando tu gato esté vomitando:
Frecuencia del vómito: el vómito persistente (más de una o dos veces en 24 horas) requiere atención veterinaria. El vómito que continúa durante más de un día o dos, incluso si es solo una o dos veces en 24 horas, también debe ser investigado.
Comportamiento del gato: si tu gato está vomitando y además parece estar muy enfermo (tirado, sin querer comer o jugar, vocalizando excesivamente, haciendo accidentes fuera de la caja de arena), o si tu gato está experimentando diarrea o estreñimiento junto con el vómito, llévalo a un examen lo antes posible.
Apariencia de sangre: el vómito con sangre se llama hematemesis. La sangre en el vómito del gato puede verse roja brillante o puede parecer marrón oscuro o negra, como los posos de café. La hematemesis indica que el gato podría estar experimentando sangrado interno, lo que es una emergencia médica. Siempre que un gato vomite sangre, debe ser examinado por un profesional veterinario.
Existen dos tipos de vómito: vómito agudo y vómito crónico. El vómito agudo es aquel que aparece de repente. Puedes ver vómito agudo en casos de gatos que han sido envenenados, gatos que comen comida en mal estado (intoxicación alimentaria) y enfermedades de inicio repentino.
El vómito crónico ocurre ocasionalmente y de manera algo regular con el tiempo. Algunos dueños de gatos se acostumbran a que su gato vomite, pero el vómito frecuente no es algo que deba considerarse como algo normal que el gato «hace».
Aunque puede ser normal que un gato vomite de vez en cuando, si tu gato vomita más de una o dos veces al mes, podría ser indicativo de que algo está sucediendo que requiere intervención. El vómito ocasional persistente no necesariamente tiene que resultar en pérdida de peso para ser problemático. En el caso del vómito crónico, se debe visitar al veterinario.
¿Qué darle a un gato que vomita?
El tratamiento para el vómito depende de lo que esté causando que tu gato vomite. Por ejemplo, si tu gato ha ingerido algo tóxico, el tratamiento se enfocará en eliminar el veneno y proporcionar cuidados de apoyo.
Si tu gato ha tragado un objeto extraño que está atascado en su tracto intestinal, podría ser necesario realizar una cirugía para resolver el bloqueo. Si tu gato tiene una condición médica como diabetes, pancreatitis o IBD (enfermedad inflamatoria intestinal), el veterinario iniciará el tratamiento para abordar la enfermedad subyacente, así como el vómito.
Cuando lleves a tu gato al veterinario para ser examinado, el veterinario lo revisará y te hará preguntas sobre su comportamiento y si podría haber ingerido algo como comida en mal estado o plantas venenosas.
El veterinario también podría recomendar algunas pruebas como análisis de sangre, análisis de orina, un examen fecal para buscar parásitos intestinales o radiografías abdominales o ultrasonido. Una vez que se haya determinado la causa subyacente del vómito, se puede iniciar el tratamiento. A veces, no se puede determinar una causa.
No es raro que el tracto digestivo de un gato se altere y necesite un poco de ayuda para calmarse.
El tratamiento general para los vómitos puede incluir uno o más de los siguientes:
Medicamentos antieméticos (anti-vómito): un medicamento antiemético calmara las náuseas de tu gato y detendrá el vómito.
Fluidos: si tu gato está deshidratado por vómitos repetidos, se le administrarán líquidos. Dependiendo del grado de deshidratación, la terapia de líquidos puede ser administrada subcutáneamente (bajo la piel) o por vía intravenosa mediante un catéter IV.
Dieta blanda: después de un episodio de vómito, el sistema digestivo de tu gato estará muy alterado, por lo que el veterinario podría recomendarte ofrecerle una dieta blanda y fácil de digerir durante unos días.
El veterinario podría enviarte a casa con una dieta prescrita que sea muy suave para el estómago, recomendar otro tipo de comida para gatos o incluso sugerir una dieta casera hasta que el estómago de tu gato se haya estabilizado.
Si tu gato vomita solo ocasionalmente, el veterinario podría sugerir abstenerse de darle comida durante 24 horas para darle tiempo a su tracto digestivo de descansar un poco.
Nunca ignores los vómitos
Cuando tu gato está vomitando, no esperes demasiado para buscar atención veterinaria. Algunas causas del vómito son graves e incluso ponen en riesgo la vida. Además, cuanto más esperes, más enfermo se pondrá tu gato, lo que hará más difícil tratar su condición y puede llevar a tratamientos más costosos.