Problemas de las glándulas anales en los gatos: causas, síntomas y tratamiento

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Gato lamiendo la zona de las glándulas anales

Este artículo tiene como objetivo explicar las cuestiones relacionadas con los problemas causados por las glándulas anales o sacos anales en los gatos.

¿Qué son las glándulas anales y los sacos anales?

Los detalles anatómicos aquí son clave:

  • Los “sacos anales” son pequeñas estructuras en forma de globo a ambos lados del ano, justo dentro del esfínter anal.
  • Las “glándulas anales” hacen referencia al tejido glandular que produce la secreción que llena los sacos anales.

Al hablar de este tema, es más sencillo referirse a los sacos anales, ya que suelen ser estos los que concentran los problemas.

¿Cuáles son los detalles de los sacos anales?

Una imagen relacionada con los sacos anales de los gatos, que ilustra una parte de la anatomía de un felino a menudo asociada con el marcado de olor y posibles problemas de salud.

Crédito de la imagen: https://vcahospitals.com/know-your-pet/anal-sac-disease-in-cats

Los gatos, al igual que los perros, hurones, zorrillos y muchas otras especies, tienen dos pequeños sacos anales que producen una secreción glandular de olor intenso. Estas estructuras, ubicadas a la izquierda y derecha del ano, se encuentran justo bajo la piel, en las posiciones comúnmente descritas como las “4” y las “8” del reloj.

Cada saco se conecta al recto mediante un conducto delgado, justo en el interior del ano. Cada vez que el animal defeca, el movimiento intestinal ejerce presión física que comprime el saco y expulsa su contenido, cubriendo el exterior de las heces.

Algunos animales pueden vaciar los sacos anales sin necesidad de defecar, simplemente contrayendo los músculos de la zona para liberar la secreción por separado.

Este líquido cumple una función importante en la comunicación animal. La marca de olor que deja contiene información clave: es una forma de señalar su paso y forma parte esencial de los mensajes territoriales entre individuos.

¿Qué causa los problemas en las glándulas anales de los gatos?

Los sacos anales pueden enfermarse por distintas causas, aunque en gatos esto ocurre con poca frecuencia si se compara con los perros.

El problema más común es sencillo: los sacos dejan de vaciarse correctamente y se llenan en exceso. En condiciones normales, miden aproximadamente lo mismo que un chícharo pequeño (unos 5 mm de diámetro), pero pueden llegar a duplicar su tamaño. Cuando esto sucede, suelen provocar molestias e irritación.

También pueden presentarse otros trastornos, como la impactación (cuando la secreción pasa de líquida a casi sólida), infecciones bacterianas que incluyen abscesos, e incluso neoplasias (tumores o cáncer).

¿Por qué los sacos anales se llenan demasiado?

Una imagen relacionada con un gato con una fístula, que resalta una condición médica que puede requerir atención veterinaria.

Las glándulas anales de un gato pueden llenarse en exceso si su alimentación no contiene suficiente fibra o volumen para ejercer la presión necesaria al defecar y así expulsar la secreción.

Hay varias razones por las que los sacos anales no se vacían correctamente, pero la más común es que, en algunos gatos, la dieta no tiene el volumen necesario para que las heces ejerzan la presión suficiente al pasar.

En estado salvaje, los gatos suelen ingerir pelo, piel, huesos y otros materiales no digeribles que atraviesan el sistema digestivo sin descomponerse, generando heces más grandes y firmes. Estas ejercen una presión eficaz sobre los sacos anales, lo que permite vaciarlos. En cambio, los gatos domésticos suelen consumir alimentos altamente procesados, lo que da lugar a heces más pequeñas, blandas o incluso pastosas, que no siempre logran vaciar los sacos correctamente.

En la mayoría de los casos, esto no representa un problema: los sacos anales continúan vaciándose sin ayuda. Pero en algunos gatos, la secreción se acumula, los sacos se inflaman y generan incomodidad e irritación.

Algunos empiezan a arrastrar la parte trasera por el suelo. En ciertos casos, este comportamiento logra aliviar el problema, ya que el movimiento puede vaciar los sacos de forma natural. Aun así, lo más común es que sigan llenos y molestos, y que se necesite la intervención de una persona para solucionarlo.

Síntomas de problemas en el saco anal de los gatos

La señal más común de problemas en los sacos anales es la molestia o el dolor en la zona que rodea el ano. El gato puede arrastrar la parte trasera por el suelo, lamerse debajo de la cola o incluso morderse alrededor de la base de la misma.

En algunos casos, muestra incomodidad al usar el arenero. También puede mantener la cola en una posición inusual. A veces hay mal olor proveniente del área anal, o se observa una secreción con un líquido de olor fuerte que sale del ano o de una abertura en la piel cercana (lo que se conoce como una “fístula”).

Tratamiento para problemas de los sacos anales en gatos

Un gato blanco y negro, que muestra el patrón de color clásico de este felino.

Aunque la mayoría de los problemas en las glándulas anales se pueden resolver con cuidados básicos en casa, hay casos más graves o con complicaciones que requieren una visita al veterinario para que tu gato reciba atención especializada.

Sacos anales demasiado llenos o impactados

La impactación puede tratarse mediante el vaciado manual. Lo ideal es que este procedimiento lo realice tu veterinario, ya que suele ser sencillo y se puede llevar a cabo durante una consulta de rutina.

Cuando el saco anal está impactado, la secreción puede volverse espesa o incluso semisólida. En estos casos, es posible que se necesite introducir una solución salina en el saco para ayudar a disolver el contenido y facilitar su extracción.

Una vez vaciados, los sacos anales a veces se enjuagan con suero fisiológico o una solución antiséptica. En intervenciones más complejas o incómodas, puede ser necesario sedar al gato para evitar molestias.

Infecciones bacterianas de los sacos anales

Las infecciones en los sacos anales se conocen a veces como “saculitis anal”. Tras el vaciado manual de los sacos afectados, se puede aplicar un tratamiento tópico directamente dentro de ellos, a través de los pequeños conductos que los conectan con el recto.

Esta infusión puede contener antisépticos, antibacterianos, medicamentos contra levaduras y/o antiinflamatorios para disminuir la irritación e hinchazón. En algunos casos, el procedimiento debe repetirse varias veces, por ejemplo, una vez por semana.

Abscesos del saco anal

Si una infección en el saco anal ha avanzado hasta formar un absceso, será necesario drenarlo quirúrgicamente. A veces, el absceso ya ha reventado por sí solo, formando una fístula que se abre hacia la piel y genera una secreción cerca del ano.

Si eso no ha ocurrido, será necesario hacer una pequeña incisión con bisturí para abrir el absceso. Luego, la zona afectada debe enjuagarse con una solución antiséptica y aplicarse un tratamiento tópico, como un antibiótico. Además, el veterinario suele recetar antibióticos sistémicos para combatir la infección desde el interior.

Adenocarcinoma del saco anal

El cáncer en los sacos anales, conocido como adenocarcinoma de saco anal, es poco frecuente en gatos. Los signos más comunes incluyen dificultad o dolor al defecar, estreñimiento, hinchazón junto al ano, presencia de zonas ulceradas y, en algunos casos, una secreción marrón o con sangre.

Las heces pueden tener una forma inusual, y el gato podría llevar la cola de forma anómala. Como con cualquier tipo de cáncer, es fundamental que el veterinario realice una evaluación completa para llegar a un diagnóstico certero. El tratamiento puede incluir cirugía, quimioterapia y, en ciertos casos, radioterapia.

Extirpación quirúrgica de los sacos anales

En casos de tumores en los sacos anales, si una impactación o infección no responde al tratamiento, o si el problema continúa recurriendo, se puede recomendar la extirpación quirúrgica de los sacos anales (lo que se conoce como «anoscaculectomía»). En la mayoría de los casos, se eliminarán ambos sacos anales, incluso si el problema afecta solo a uno de ellos.

Como con cualquier cirugía, pueden presentarse complicaciones, como infecciones en la herida, formación de fístulas o incontinencia fecal.

Terapia complementaria

Si un gato tiene molestias en el área anal debido a las pequeñas glándulas bajo la cola, se pueden aplicar compresas tibias en la zona anal dos veces al día. Una dieta altamente digestible, baja en grasa y rica en fibra puede ayudar a formar heces más firmes y voluminosas, lo que favorecerá un masaje natural de los sacos anales durante la defecación.

¿Cómo vaciar las glándulas anales de tu gato?

Un veterinario examinando a un gato, como parte de un chequeo veterinario de rutina.

Puede que necesites la ayuda de un experto la primera vez, pero vaciar las glándulas anales de tu gato es más sencillo de lo que parece.

La expresión de los sacos anales generalmente debe realizarse bajo supervisión profesional la primera vez, si deseas aprender a hacerlo tú mismo.

Básicamente, deberías usar un guante protector, levantar la cola del gato con una mano y usar el índice y el pulgar de la otra mano para apretar suavemente el tejido justo debajo del ano.

Imagina que estás apretando dos pequeños sacos ubicados a las 4 y 8 en punto. Asegúrate de apretar con suavidad pero firmeza, y es posible que sientas cómo las estructuras pequeñas, semejantes a guisantes, se reducen gradualmente de tamaño a medida que su contenido se vacía en el recto. A veces, la secreción se expulsa directamente del ano como si fuera una pistola de agua, por lo que debes tener cuidado de no salpicarte.

Conclusión

Los problemas en los sacos o glándulas anales son raros en los gatos, pero tener una comprensión básica de la anatomía y el funcionamiento de estas estructuras, así como de sus problemas comunes, facilitará el manejo de cualquier inconveniente si llegara a presentarse.

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Dr. Pete Wedderburn, DVM

El Dr. Pete Wedderburn se graduó como veterinario en Edimburgo en 1985 y ha dirigido su propio consultorio de cuatro veterinarios con animales de compañía en el condado de Wicklow, Irlanda, desde 1991. Pete es muy conocido como un veterinario de los medios con apariciones regulares en la televisión, la radio y los periódicos nacionales, incluidos una columna semanal en el Daily Telegraph desde 2007. Pete es conocido como "Pete el veterinario" en sus ocupadas páginas de Facebook, Instagram y Twitter, y publica periódicamente información sobre temas de actualidad y casos de la vida real de su clínica. También escribe un blog habitual en www.petethevet.com. Su último libro: “Pet Subjects”, fue publicado por Aurum Press en 2017.