Sarna es el término coloquial que se usa para referirse a cualquier afección cutánea provocada por ácaros de la familia sarcoptiforme. La sarna felina es una enfermedad de la piel altamente contagiosa, causada por el parásito Notoedres cati, que provoca una picazón intensa.
También conocida como sarna notoédrica, esta infestación hace que la piel del gato afectado adquiera un aspecto escamoso. Por suerte, en Estados Unidos, la sarna notoédrica es poco común.
Dado que es una enfermedad zoonótica, también puede afectar a las personas. En quienes tienen un sistema inmunológico comprometido, la infestación suele ser más severa.
¿Qué causa la sarna?
El ácaro Notoedres cati es el responsable de la sarna felina. Este parásito es similar a otros miembros de su familia, como Sarcoptes scabiei var. canis, causante de la sarna sarcóptica en perros. Ambos comparten un ciclo de vida parecido. Aunque se le conoce como sarna canina, esta también puede afectar a gatitos.
Los gatos son especialmente vulnerables a las infestaciones por ácaros. Por eso, los términos “sarna” y “ácaros” suelen usarse como sinónimos.
Existen varios tipos de sarna:
- Sarna sarcóptica: También llamada sarna canina.
- Sarna notoédrica: Causada por los ácaros que provocan la sarna felina.
- Sarna otodéctica: Provocada por el ácaro Otodectes cynotis, responsable de los ácaros del oído en gatos y perros.
- Quelitielosis: Generada por Cheyletiella blakei, produce lo que se conoce como “caspa andante” en gatos.
- Trombiculosis: Larvas parasitarias que provocan picaduras molestas.
- Demodicosis: Causada por Demodex gatoi. Aunque Demodex no es un ácaro de la sarna como tal, sí genera irritación en la piel, lo que provoca picor intenso y caída del pelo. Demodex cati, por otro lado, también es parte de esta familia, pero suele considerarse un habitante normal de la piel felina.
El ácaro del pelaje, Lynxacarus radovskyi, es relativamente común en algunas zonas de Estados Unidos, como Florida, Texas y Hawái. El nivel de picor e inflamación varía de un gato a otro, aunque en general, el pelaje adquiere una apariencia similar a granos de sal y pimienta.
¿Cuáles son los signos de la sarna?

Los síntomas de la sarna en los gatos incluyen picazón, dermatitis, pérdida de pelo y anorexia (pérdida de apetito).
Los signos más comunes de esta enfermedad cutánea incluyen:
- Prurito: Picor intenso que no mejora con tratamientos con esteroides. Esta molestia provoca acicalamiento excesivo y lamidos constantes.
- Dermatitis: Lesiones amarillentas con costras en orejas, cara y cuello. Algunos gatos también presentan cambio s en la pigmentación de la piel, protuberancias o zonas escamosas. La picazón puede ser tan intensa que terminan lastimándose. Las infecciones secundarias en la piel son frecuentes.
- Pérdida de pelo: Aparecen zonas sin pelaje, resultado del rascado continuo y el daño autoinfligido. La sarna notoédrica puede avanzar hasta extenderse por todo el cuerpo.
- Anorexia: El malestar llega a tal punto que muchos gatos dejan de comer y empiezan a perder peso. En casos graves, pueden quedar extremadamente delgados e incluso morir.
¿Cómo se diagnostica la sarna?
Si notas signos de una posible infestación por ácaros, agenda una cita con tu veterinario cuanto antes.
Tras una revisión física completa, el veterinario tomará algunas muestras de la piel de tu gato. Una de las pruebas más sencillas consiste en aplicar una tira adhesiva sobre la zona afectada para observarla al microscopio. Es un procedimiento rápido, no invasivo y bien tolerado por la mayoría de los gatos.
En ciertos casos, puede ser necesario realizar un raspado cutáneo más profundo. Este tipo de muestra, al ser más invasiva, suele requerir sedación. Muchas formas de sarna provocan síntomas similares, por lo que el diagnóstico definitivo solo puede confirmarse mediante la observación microscópica de la piel.
Es fundamental distinguir entre la sarna felina y la canina. Cuando un gato se infecta con sarna sarcóptica (la variedad común en perros), el pronóstico suele ser más reservado, sobre todo si el sistema inmunológico está comprometido.
La pérdida de pelo en parches y el picor intenso también pueden confundirse con la tiña, una infección por hongos. Como los tratamientos para estas enfermedades son completamente distintos, un diagnóstico preciso es esencial.
¿Cómo se trata la sarna?

Por suerte, la sarna es una condición relativamente fácil de tratar con baños de azufre de cal, inyecciones y otros medicamentos recetados.
Afortunadamente, la sarna es una enfermedad cutánea que suele tratarse fácilmente. Existen varias opciones de tratamiento para tu mascota. Siempre consulta a tu veterinario antes de administrarle cualquier medicamento a tu gato.
- Inmersiones de azufre y cal
- Los baños de azufre y cal son un tratamiento. Se requieren baños semanales durante un máximo de 4 a 8 semanas y dos pruebas cutáneas negativas confirman la resolución.
- Los baños de azufre y cal son seguros y muy efectivos, pero a pocos gatos les gusta que los «bañen». Desafortunadamente, este producto huele mal y puede manchar temporalmente el pelaje de tu gatito de amarillo. También puede mancharte a ti y a tus toallas de baño, ¡así que siempre usa guantes!
- Después, tu gato debería secarse de forma natural. Probablemente tengas que colocarle el “cono de la vergüenza”, también conocido como collar isabelino, para evitar que tu gato lama el producto.
- Es importante tratar a todas las mascotas de la casa para evitar una nueva infestación.
- Insecticidas inyectables
- El veterinario administra la ivermectina en forma de inyección debajo de la piel (subcutánea) cada dos semanas. Por lo general, tres tratamientos son suficientes para eliminar una infestación.
- La doramectina es una inyección única que un veterinario puede administrar por vía subcutánea.
- Medicamentos tópicos
- La selamectina es un medicamento tópico que se puede administrar cada dos semanas (durante tres tratamientos) en la piel entre los omoplatos de tu mascota.
- Medicamentos glucocorticoides
- Tu veterinario puede optar por administrarle a tu mascota una inyección de glucocorticoides o esteroides. Este medicamento en realidad no trata la causa (es decir, no mata los ácaros), pero sí ayuda a reducir la picazón. Esto le dará a tu gatito el alivio que tanto necesita.
- Antibióticos
- No todos los gatos necesitan antibióticos. Estos deberían tratar cualquier infección bacteriana secundaria. Los antibióticos no matan a los ácaros.
Existen algunos medicamentos que funcionan para tratar la sarna felina, pero no están aprobados para este uso. Debes consultar con tu veterinario sobre las opciones de tratamiento para tu mascota.
¿Cómo puedo prevenir la sarna en mi gato?
La pregunta que todos se hacen después de leer esta información es: ¿cómo evitar que mi mascota contraiga sarna en primer lugar?
Dado que el ácaro de la sarna, Notoedres cati, es un parásito obligatorio de la piel, no puede sobrevivir mucho tiempo en el ambiente. El contacto directo entre animales es la forma más común de transmisión. Si es posible, debes evitar o reducir al máximo el contacto de tu gato con gatos callejeros o zorros salvajes.
Si tu gato vive únicamente en el interior, las probabilidades de que contraiga sarna notoédrica son menores. Aún así, puede suceder, ya que podríamos llevar el ácaro al interior por un corto período de tiempo.
Los gatos viajeros y los que necesitan un cuidado regular del pelaje deben hacerlo en un lugar con protocolos de higiene y desinfección excelentes.
Algunos medicamentos tópicos o insecticidas pueden usarse como medida preventiva. Esto es especialmente útil si tu gato es de interior/exterior. Consulta con tu veterinario para diseñar un plan personalizado que se ajuste al estilo de vida de tu mascota y el tuyo.