¿Por qué los gatos se mueven antes de saltar?

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La imagen captura a un gato en una postura preparada y alerta, listo para saltar.

Cuando los deportistas practican el tenis, hay un cierto grado de ritual en ello. Por ejemplo, cada saque de tenis suele ir precedido de una rutina meticulosa: ajustarse la camiseta, inspeccionar las pelotas de tenis, saltar de un pie al otro y hacer rebotar la pelota una cantidad determinada de veces. Todo sirve como preparación para el juego que viene, tanto para el cuerpo como para la mente.

Los gatos son atléticos. Saltan, se abalanzan, saltan y aterrizan con mucha precisión y exactitud. Al igual que el tenista, tienen sus propios rituales antes de saltar a la acción. Por lo general, se agachan con el vientre pegado al suelo y el trasero en el aire.

Una mirada de acero, de determinación y concentración, se posa sobre la “presa” deseada, ya sea un animal salvaje desprevenido, su juguete favorito para gatos o tus pies. Mientras la parte superior del cuerpo permanece inmóvil, las patas traseras se flexionan a su vez y crean un pequeño movimiento del trasero. Vemos este comportamiento en todo el reino de los gatos, ya que a menudo se ve a los gatos salvajes haciendo lo mismo antes de abalanzarse.

Razones para el movimiento del gato antes de saltar

Las razones exactas de este comportamiento particular del gato no están comprobadas, pero se cree que incluyen:

1. Calentamiento muscular

Un salto es un movimiento explosivo en el que se transfiere mucha fuerza a través de las extremidades traseras del gato para impulsarlo hacia adelante. Al igual que cuando se realiza un saque, el salto requiere un alto nivel de esfuerzo muscular, y los músculos funcionan mejor cuando ya están calentados. Mover las patas traseras aumenta el flujo sanguíneo y aumenta la eficiencia muscular.

El hecho de que grandes felinos como leones, tigres y jaguares utilicen la misma técnica nos lleva a pensar que esta acción de meneo aumenta las posibilidades de un salto exitoso cuando hay una presa involucrada porque los gatos salvajes adultos rara vez gastan energía innecesariamente.

2. Mejora la tracción y la propiocepción

Gato marrón rayado acostado en el suelo

Mover la parte trasera puede ayudar a colocar las patas delanteras del gato en la posición ideal.

John Hutchinson es profesor de biomecánica evolutiva en el Royal Veterinary College de Londres. Su teoría es que el movimiento de las extremidades traseras presiona las patas del gato contra el suelo y aumenta la fricción. Esto mejora la tracción a través de las patas traseras y aumenta las posibilidades de un salto exitoso, de manera similar a cómo el uso de calzado deportivo especial con una suela funcional mejoraría nuestro agarre durante el deporte.

El profesor Hutchinson también cree que el movimiento del trasero confiere una ventaja propioceptiva. La propiocepción es la capacidad de un animal de saber dónde están sus extremidades en el espacio y su conciencia del movimiento de su propio cuerpo. Al mover las patas traseras, los gatos aumentan las órdenes neuronales dirigidas a la parte trasera y mejoran su propiocepción y su capacidad para saltar.

3. Respuesta emocional

Existen razones físicas innegables para que los gatos realicen un movimiento de cola antes de saltar, pero también puede ser en parte una respuesta emocional. Algunos gatos, y en particular los gatitos, disfrutan más que otros de jugar, cazar o saltar, pero por lo general es un comportamiento felino placentero.

Cuando los gatos, o cualquier animal, realizan una conducta que disfrutan, el cuerpo libera dopamina, la “hormona de la felicidad”. La dopamina crea sentimientos de placer y satisfacción. Mientras están absortos en la emoción de la caza, es posible que la oleada de dopamina impulse a los gatos a mover el trasero.

De esta manera, el movimiento es una manifestación física de una respuesta emocional. Al igual que los gatos se frotan el trasero cuando están felices y reciben abrazos, el movimiento del trasero puede ser una expresión subconsciente de cómo se sienten.

Reflexiones finales

La imagen retrata una escena dinámica de un gato en pleno ataque.

El movimiento de un gato antes de saltar probablemente sea un calentamiento para el gran evento, así como una señal de que está emocionado.

Como es de esperar, el movimiento del trasero previo al ataque se repite una y otra vez en todo el reino felino. Tanto es así que debe tener un propósito. Aunque los especialistas en comportamiento no están seguros de su función principal, es probable que sirva para mejorar la tracción y la preparación de los músculos y los nervios antes del ataque.

Además, es probable que sea una señal de que nuestros gatos están desbordados de emociones y de que están felices y emocionados. Para los dueños de gatos, los gatos felices y emocionados son una prerrogativa, así que ¡aproveche ese adorable movimiento de trasero!

Lea también: ¿Cómo cazan los gatos?

Preguntas frecuentes

¿Por qué mi gato se mueve antes de atacar?

Se cree que los gatos mueven el trasero antes de atacar para calentar los músculos, concentrar su atención y mejorar la tracción que les ayuda a saltar. También podría ser una señal de su placer y emoción ante la oportunidad de cazar o jugar.

¿Los grandes felinos se mueven antes de atacar?

Sí, los grandes felinos, incluidos los leones, los tigres y los jaguares, suelen mover el trasero antes de abalanzarse. Se cree que el movimiento de calentamiento aumenta sus posibilidades de abalanzarse con éxito y les ayuda a atrapar presas. Es un comportamiento común entre los grandes felinos y sus congéneres domésticos.

¿Por qué los gatos se abalanzan sobre ti?

Los gatos quieren cazar instintivamente, ya que así es como sus antepasados salvajes habrían tenido que sobrevivir. Los gatos domésticos han conservado y disfrutan de este comportamiento y a menudo saltan como una forma de juego porque lo encuentran divertido.

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Sobre Dr. Alexandra Warner BVMS

Alexandra trabajó en consultorios mixtos en todo el Reino Unido y Australia, tratando a criaturas grandes y pequeñas. Experta en nutrición y comportamiento, ahora es veterinaria senior en una práctica predominantemente de animales de compañía en la parte superior de la Isla Sur de Nueva Zelanda.