Los animales de compañía aportan a sus dueños una serie de beneficios para la salud mental y pueden inundarnos de oxitocina (la hormona del amor). Las mascotas son un consuelo constante, un antídoto contra la soledad y un tónico contra el estrés.
Sin duda, mis gatos me brindan una compañía y un amor constantes, lo cual es sumamente positivo para mi bienestar mental. Mi cariñoso gato, Jazzy, siempre está listo para acurrucarse en mi regazo justo cuando más lo necesito. Pero es difícil saber si eso es solo una coincidencia o si realmente puede leer mi estado de ánimo.
A los gatos se les atribuye a menudo un “sexto sentido”, una capacidad extraordinaria para saber cuándo algo no va bien. Pero, ¿saben realmente los gatos cuándo nos sentimos mal o estamos aplicando valores humanos a nuestros amigos felinos? Veamos lo que nos dice la ciencia.
¿Pueden los gatos percibir tu estado de ánimo?
Los gatos domésticos han vivido junto a los humanos durante miles de años y las investigaciones han demostrado que los gatos establecen vínculos estrechos con las personas. Estos vínculos sociales pueden afectar el comportamiento y el estado de ánimo, y ambas partes se benefician del amor y la compañía incondicionales. Los gatos están muy en sintonía con sus dueños, pueden seguir las señales humanas, como señalar y mirar, y pueden distinguir a sus dueños de otros humanos con señales visuales y de voz. [1]
Sin embargo, sabemos menos sobre el reconocimiento de emociones por parte de los gatos. Reconocer emociones y estados de ánimo en los demás es una habilidad importante para los animales sociales. La compañía entre humanos y gatos ha sido común en la sociedad durante mucho tiempo, y esta coexistencia ha hecho posible (e incluso ventajoso) que los gatos interpreten las señales emocionales humanas.
Los gatos han demostrado este talento en varios estudios recientes. Un estudio realizado en 2020 por investigadores de la Universidad de Bari examinó si los gatos reconocen las emociones humanas mediante señales visuales y auditivas. Diferentes estímulos emocionales, como la "felicidad" y la "ira", se reflejaron tanto en la expresión facial como en los sonidos no verbales. Los gatos pudieron distinguir entre ellos, lo que implica que pueden reconocerlos como estados emocionales separados.
Sin embargo, los gatos no se basan únicamente en nuestras caras y vocalizaciones para leer nuestro estado de ánimo. Los gatos son sensibles a los cambios en los parámetros fisiológicos, como la frecuencia cardíaca, las señales respiratorias y la presión arterial, que pueden ser síntomas de depresión, estrés y ansiedad. También están muy en sintonía con nuestros horarios, e incluso pequeñas alteraciones en nuestra rutina diaria serán notadas por estos inteligentes amigos peludos.
La Dra. Liz Baknall, veterinaria y especialista en comportamiento de Bristol, Reino Unido, está de acuerdo. “Los gatos están muy atentos a las señales sutiles que les indican que algo no va bien”, afirma. “Pueden leer nuestro estado emocional observando nuestras rutinas y hábitos, así como los marcadores faciales y olfativos”.
Es difícil saber con exactitud hasta qué punto los gatos están en sintonía con nuestras emociones. La mayoría de los estudios se han basado en la sensación de “feliz”, “triste” o “enojado”, en lugar de en algo más preciso. Se cree que los gatos perciben las emociones humanas en menor grado que los perros, lo que quizás explique por qué se los considera menos comúnmente como animales de terapia. Sin embargo, cualquier amante de los gatos le dirá que los gatos parecen tener una conciencia especial de las emociones y los estados de ánimo de sus dueños. ¡Los míos sin duda lo tienen!
Cómo responden los gatos al estrés
Se ha descubierto que los gatos pueden basar ciertas conductas y reacciones en las señales de sus dueños, en una forma de referencia social. Por ejemplo, los gatos pasan más tiempo con sus dueños cuando se les muestran señales positivas, pero buscan una salida cuando los dueños reaccionan de manera temerosa ante un nuevo objeto.
Si te sientes deprimido o ansioso, tu gato percibirá que tu estado de ánimo ha cambiado y podría modificar su comportamiento en consecuencia. La forma en que responden varía. Algunos gatos percibirán tu estrés y se pondrán ansiosos, especialmente si su rutina cambia o la persona interactúa con ellos de manera diferente. Esto puede manifestarse como un uso inadecuado del baño, escondite, cambios en el apetito, acicalamiento excesivo u otros signos de estrés felino .
Algunos gatos pueden consolar a su dueño demostrándole más afecto o simplemente estando presentes con él, brindándole amor y compañía. Es posible que se froten contra ti, esparciendo feromonas reconfortantes para intentar reducir la ansiedad. Esto puede parecer que el gato está más apegado o necesitado o que simplemente se interpone en tu camino más de lo habitual.
Es bien sabido que tener una mascota tiene muchos beneficios para la salud, tanto física como mental. Los gatos que ayudan a sus dueños en momentos difíciles pueden ser registrados como ayudantes oficiales. Los gatos no pueden clasificarse como animales de servicio en los Estados Unidos, pero pueden ser animales de apoyo emocional (ESA).[4]
Parece que los gatos pueden reconocer ciertas emociones en las personas y responder a estos cambios de humor. Es difícil decir con qué precisión los gatos pueden comprender una variedad de emociones humanas, pero sin duda podrían ser capaces de darse cuenta de que algo no va bien. Los gatos tienen sus propios estados de ánimo y personalidades y pueden responder de forma diferente a la ansiedad o depresión de sus dueños, pero las mascotas pueden ser una gran fuente de consuelo y apoyo para muchos.
Edwards, C., Heiblum, M., Tejeda, A., y Galindo, F. (2007). Evaluación experimental de conductas de apego en gatos con dueño . Journal of Veterinary Behavior , 2 (4), 119–125.
Quaranta, A., D'Ingeo, S., Amoruso, R., & Siniscalchi, M. (2020). Reconocimiento de emociones en gatos . Animales , 10 (7), 1107.
Galvan, M., & Vonk, J. (2015). El otro mejor amigo del hombre: los gatos domésticos (F. silvestris catus) y su discriminación de las señales emocionales humanas . Animal Cognition , 19 (1), 193–205.
Beetz, A., Uvnäs‐Moberg, K., Julius, H., y Kotrschal, K. (2012). Efectos psicosociales y psicofisiológicos de las interacciones entre humanos y animales: el posible papel de la oxitocina . Frontiers in Psychology , 3 .