La azitromicina es un antibiótico que se utiliza para tratar infecciones bacterianas específicas en gatos. Aquí descubrirás para qué sirve, en qué casos se recomienda, los efectos secundarios que debes vigilar y las preguntas más comunes sobre su uso.
Descripción general de la azitromicina para gatos
Acerca de la azitromicina para gatos
La azitromicina, conocida comúnmente bajo la marca Zithromax, es un antibiótico macrólido con un amplio espectro de acción contra diversos tipos de bacterias.
En gatos, se utiliza principalmente para tratar infecciones respiratorias superiores, sobre todo aquellas que son crónicas, recurrentes o que no responden a otros tratamientos antibióticos.
Este medicamento está clasificado como un antimicrobiano de máxima prioridad y suma importancia para la medicina humana. Por eso, su uso prolongado en gatos con rinosinusitis crónica (inflamación o infección persistente de las vías nasales y senos paranasales) genera debate, pues un tratamiento largo podría favorecer la resistencia bacteriana. Por ello, se emplea con más cuidado y en casos específicos, evitando que sea la primera opción.
Se ha comprobado que actúa rápido contra infecciones causadas por Bartonella —la bacteria responsable de la “enfermedad por arañazo de gato” en humanos— aunque los cuadros clínicos graves en felinos por esta bacteria son poco comunes.
Además, se cree que tiene cierta eficacia contra protozoos como Toxoplasma y Babesia, aunque suele ser más efectiva cuando se combina con otros medicamentos adecuados.
La azitromicina es un antibiótico bacteriostático, lo que no significa que sea “menos potente” que un bactericida como Clavamox. Los antibióticos bacteriostáticos también eliminan las bacterias susceptibles, aunque necesitan una concentración mayor para lograrlo.
Un estudio de 2018 publicado en Clinical Infectious Diseases, que comparó antibióticos bacteriostáticos y bactericidas en humanos, mostró que ambos tipos suelen ser igual de eficaces. Incluso, en algunos casos, los bacteriostáticos demostraron ser superiores y más económicos.
A diferencia de la mayoría de antibióticos, la azitromicina también posee propiedades antiinflamatorias y moduladoras del sistema inmune. Aunque estos efectos aún no se comprenden completamente en animales, probablemente contribuyen a la mejoría en gatos con rinosinusitis crónica y estomatitis (inflamación en la boca).
Por último, aunque poco estudiado en animales, en humanos la azitromicina facilita el movimiento del tracto gastrointestinal, ayudando a que los alimentos avancen. Algunos efectos similares se han reportado también en perros y gatos.
¿Qué hace la azitromicina en los gatos?

Una característica distintiva de la azitromicina es que permanece en los tejidos por mucho más tiempo que otros antibióticos.
La azitromicina es un antibiótico eficaz contra la mayoría de las bacterias que suelen ser sensibles a él. Los veterinarios, siempre que pueden, basan la elección del antibiótico en un cultivo bacteriano o, al menos, en la probabilidad de los microorganismos presentes y el sistema del cuerpo afectado.
Como ocurre con la mayoría de los antibióticos, la azitromicina tiene buena efectividad contra ciertas bacterias, pero algunas pueden ser resistentes o no responder al tratamiento.
Por ejemplo, una infección respiratoria alta en un gato causada por Bordetella, o una uveítis (inflamación ocular) provocada por Bartonella, generalmente son susceptibles a este medicamento. En cambio, no actúa contra Chlamydophila felis, responsable de la conjuntivitis felina, ni contra la anemia causada por Mycoplasma haemofelis.
Tampoco es efectiva frente a infecciones respiratorias virales en gatos, como las causadas por el herpesvirus felino o el calicivirus, que son las causas más comunes en estos casos.
Una característica que distingue a la azitromicina es su capacidad para permanecer en los tejidos durante mucho más tiempo que otros antibióticos. Esta absorción prolongada permite administrar dosis con menos frecuencia, lo que la convierte en una opción efectiva y más económica para infecciones susceptibles que requieren tratamientos prolongados.
Gracias a estas propiedades, los veterinarios suelen considerarla para infecciones respiratorias crónicas o recurrentes, especialmente en las vías nasales y senos paranasales, que necesitan tratamientos largos para resolverse.
De manera anecdótica, la azitromicina también ha mostrado resultados positivos en gatos con estomatitis, una inflamación crónica de los tejidos bucales, atribuida a sus efectos antiinflamatorios y moduladores del sistema inmunológico.
Aunque es una opción rentable, su uso prolongado o incluso de por vida puede favorecer la aparición de bacterias resistentes, por lo que debe reservarse para casos específicos y siempre bajo supervisión veterinaria.
Efectos secundarios de la azitromicina en gatos
La azitromicina suele ser un medicamento seguro y bien tolerado en gatos. Como muchos antibióticos, puede provocar molestias digestivas como vómitos, pérdida de apetito y diarrea. En casos de sobredosis, estos efectos adversos son más frecuentes, y debido a su acción procinética sobre la motilidad gastrointestinal, también puede causar molestias abdominales por cólicos.
Este antibiótico se metaboliza principalmente en el hígado, por lo que debe usarse con precaución en gatos que presenten alguna enfermedad o disfunción hepática.
Como cualquier medicamento, la azitromicina puede interactuar con otros fármacos, especialmente con antifúngicos de la familia -azol, como el itraconazol, que pueden alterar el ritmo cardíaco. Por eso, siempre consulta con tu veterinario antes de iniciar cualquier tratamiento nuevo para revisar posibles interacciones.
Un detalle importante es que la azitromicina puede confundirse con azatioprina, un medicamento muy diferente que actúa como inmunosupresor y no se usa comúnmente en gatos.
Esa confusión puede darse al comunicarse por teléfono con la farmacia, por errores en la escritura o en la interpretación de recetas manuscritas. La azitromicina generalmente se solicita en farmacias humanas, así que al recoger la medicina, revisa bien que sea la correcta para tu gato.
Dosis de azitromicina para gatos

En gatos, lo más habitual es que se recete la suspensión oral líquida, ya que los comprimidos disponibles son demasiado grandes para la dosis que suelen requerir la mayoría de los felinos.
La dosis de azitromicina varía según el tipo de infección que se esté tratando. También cambian la frecuencia y la duración del tratamiento. Por eso, solo el veterinario que atiende a tu gato debe indicar la dosis exacta para asegurar un uso correcto y responsable del medicamento.
Para comprender mejor su uso, es importante conocer sus características únicas de dosificación, que difieren de otros antibióticos.
Dado que la azitromicina alcanza concentraciones más altas y prolongadas en los tejidos, existen protocolos que permiten administrarla una vez al día durante varios días y luego solo cada dos o tres días, especialmente cuando el tratamiento debe extenderse por semanas o de forma prolongada. También hay esquemas que usan dosis mayores un par de veces a la semana.
Estos métodos suelen emplearse en infecciones respiratorias crónicas y estomatitis, pero no son adecuados para todas las indicaciones. Por eso, es fundamental seguir siempre las indicaciones del veterinario para la dosis correcta.
En gatos, lo más común es que se recete la suspensión oral líquida, ya que las tabletas disponibles son demasiado grandes para la dosis que suelen requerir. Como la azitromicina es un medicamento para humanos y su uso en mascotas es fuera de etiqueta, el sabor de la suspensión está pensado para personas y algunos gatos pueden rechazarlo. En esos casos, el veterinario puede sugerir una formulación compuesta que mejore el sabor y facilite la administración.
Conclusión
La azitromicina puede ser un antibiótico útil en gatos, especialmente cuando se requiere un tratamiento prolongado o cuando el costo es un factor importante. Además de sus propiedades antibacterianas, cuenta con efectos antiinflamatorios y moduladores del sistema inmunológico, junto con características de dosificación únicas que la diferencian de otros antibióticos.
No obstante, no es adecuada para todo tipo de infecciones y, como cualquier antibiótico, debe usarse con responsabilidad, siempre bajo prescripción y supervisión veterinaria.
Aviso sobre dosificación: Solo proporcionamos dosis para medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para uso en gatos y siguiendo estrictamente las indicaciones del etiquetado. Para medicamentos usados fuera de etiqueta, ofrecemos únicamente pautas generales e información de seguridad. La dosificación segura y adecuada en estos casos solo puede determinarla el veterinario de confianza.
Te recomendamos trabajar junto a tu veterinario para decidir si un medicamento es adecuado para tu gato. Modificar o ajustar la dosis por cuenta propia sin consulta previa puede representar un riesgo. Tampoco promovemos el uso de medicamentos humanos en mascotas sin la orientación de un profesional veterinario.