Si tu veterinario ha diagnosticado a tu gato con enfermedad dental, no te preocupes, ¡no estás solo!
La enfermedad dental es un problema bastante común que afecta a la mayoría de los gatos adultos. De hecho, algunos estudios estiman que entre el 85 % y el 90 % de los gatos mayores de 3 años la padecen.
Afortunadamente, la mayoría de los casos se pueden tratar con éxito. Con una atención adecuada al cuidado dental en casa, también podrás prevenir la recurrencia de la enfermedad dental en tu gato.
¿Qué es la enfermedad dental en los gatos?
El término “enfermedad dental” se utiliza para referirse a una serie de afecciones que afectan a los dientes y las encías. Existen tres tipos principales de enfermedades dentales que se dan comúnmente en los gatos:
- Gingivitis: inflamación de las encías.
- Periodontitis: inflamación del hueso y los tejidos conectivos que se encuentran debajo de las encías.
- Reabsorción dental: la degradación de los dientes.
En la mayoría de los casos, la enfermedad dental felina avanza con el tiempo. Al principio aparece la gingivitis, que puede manifestarse con una leve inflamación o enrojecimiento en las encías. Si no se atiende a tiempo, esta inflamación se extiende hacia tejidos más profundos, incluyendo los huesos de la mandíbula, y da lugar a la periodontitis.
Con el paso del tiempo, esta afección crónica provoca reabsorción dental. A diferencia de las caries humanas, que inician en la superficie del diente y avanzan hacia el centro, la reabsorción dental comienza desde el interior.
Cuando finalmente se nota a simple vista, el daño ya es considerable. Esta condición, además de ser muy común en gatos, resulta extremadamente dolorosa y representa una de las principales causas del malestar asociado con los problemas dentales.
Causas de enfermedades dentales en los gatos
Las causas de la enfermedad dental en gatos son variadas. En la mayoría de los casos, está relacionada con el deterioro de los dientes, de forma similar a lo que ocurre en los humanos. Aun así, también pueden influir otros factores en su aparición.
1. Placa y sarro
¿Alguna vez te has despertado con una sensación como de capa “áspera” o “pegajosa” en los dientes antes de cepillarlos? Eso es placa. La placa se forma por restos de comida, saliva y bacterias que se acumulan en los dientes. Basta con cepillar bien para eliminarla.
Pero si permanece entre 36 y 48 horas, se endurece y se convierte en sarro, una capa firme que ya no se quita con el cepillado. El sarro, además, crea un entorno ideal para que proliferen más bacterias.
Tanto la placa como el sarro dañan especialmente la zona de las encías. Cuando las bacterias entran en contacto con los tejidos delicados de las encías de tu gato, provocan una respuesta del sistema inmunológico. Esto da lugar a la gingivitis y, más adelante, a la periodontitis.
2. Afecciones virales
Se ha observado que el virus de la leucemia felina (FeLV) y el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV) aumentan el riesgo de enfermedades dentales en los gatos. La gingivitis inducida por la infección viral puede ser grave.
No sabemos exactamente por qué estos virus contribuyen a la enfermedad dental. No obstante, sospechamos que tiene que ver con la forma en que estos virus afectan al sistema inmunológico. Una respuesta inmunitaria alterada a las bacterias en la boca de tu gato puede provocar una estomatitis importante.
3. Otras condiciones médicas
Otras afecciones médicas subyacentes pueden predisponer a un gato a sufrir enfermedades dentales. Por ejemplo, se ha observado una conexión entre las enfermedades dentales y la enfermedad renal crónica.
No estamos completamente seguros de qué aparece primero, si las enfermedades dentales o la enfermedad renal, pero parece haber una interacción entre estas dos afecciones. Los gatos con diabetes mellitus también tienen más probabilidades de desarrollar problemas dentales importantes, tal vez debido a los efectos de la diabetes en el sistema inmunológico.
4. Enfermedad autoinmune

Las enfermedades autoinmunes pueden predisponer a un gato a sufrir enfermedades dentales.
Algunos gatos parecen estar predispuestos a sufrir enfermedades dentales graves, sin ningún otro factor de riesgo identificable. En estos gatos, incluso el cepillado diario y las limpiezas dentales regulares pueden ser insuficientes para prevenir la gingivitis, la periodontitis y la reabsorción dental. Estos gatos podrían tener una forma de enfermedad autoinmune, que hace que reaccionen de forma exagerada a las bacterias presentes en su boca.
Signos de enfermedad dental en los gatos
Los signos de enfermedad dental pueden variar mucho según el grado de avance.
En las primeras etapas, si observas con atención, podrías notar un enrojecimiento leve y cierta inflamación en las encías. En este punto, tu gato probablemente comerá con normalidad y no mostrará señales evidentes de molestia.
A medida que el problema avanza y se convierte en periodontitis, los síntomas se vuelven más notorios. Las encías se ven más rojas, inflamadas, y es posible que algunos dientes estén flojos o incluso falten. El sangrado en la línea de las encías es frecuente, así que podrías ver restos de sangre en la saliva o en el recipiente de agua.
Un gato con periodontitis suele estar incómodo. Puede babear más de lo habitual, llevarse la pata a la boca o mostrar rechazo al comer. A veces mastica solo de un lado, inclinando la cabeza mientras lo hace. También es común que el aliento se vuelva especialmente desagradable.
La reabsorción dental, al igual que la periodontitis, causa dolor. Si examinas los dientes con detenimiento, podrías ver pequeñas lesiones rosadas en su superficie. Estas suelen aparecer cerca de la encía, aunque también pueden presentarse en otras zonas del diente.
Tratamiento de enfermedades dentales en gatos
El primer paso para tratar una enfermedad dental es llevar a tu gato al veterinario para una limpieza profunda acompañada de una evaluación completa de la salud bucal. Esto permite detectar cualquier problema y actuar con el tratamiento adecuado.
Estas limpiezas dentales siempre se realizan bajo anestesia general. A diferencia de las personas, un gato no puede quedarse completamente quieto con la boca abierta durante todo el procedimiento. (Quizá hayas visto servicios que ofrecen “limpiezas sin anestesia”, pero no reemplazan en absoluto una limpieza completa ni una evaluación profesional.)
Una vez anestesiado, un técnico veterinario se encargará de eliminar todo el sarro de los dientes, prestando especial atención a la línea y al interior de las encías, ya que es ahí donde el daño suele ser mayor.
Después se toman radiografías dentales. Esto es fundamental, ya que muchos problemas dentales comienzan debajo de la encía y no son visibles a simple vista.
Con los dientes limpios y las radiografías listas, el veterinario examinará con detalle toda la boca. Revisará las encías buscando bolsas que indiquen periodontitis y evaluará si hay lesiones de reabsorción u otros signos de enfermedad. También analizará las radiografías para identificar alteraciones internas.
Según lo que encuentre, propondrá un tratamiento. En casos severos, puede ser necesario extraer uno o más dientes. Si solo hay gingivitis o una periodontitis leve, basta con una limpieza profunda y pulido.
Tras el procedimiento, es posible que el veterinario recete analgésicos y antibióticos. Los días posteriores pueden resultar molestos, sobre todo si hubo inflamación importante o extracciones. Incluso sin extracciones, puede ser recomendable administrar medicamentos para el dolor. Los antibióticos ayudan a prevenir infecciones en gatos con extracciones o signos de infección bucal.
Prevención de enfermedades dentales en gatos
La forma más efectiva de prevenir enfermedades dentales en gatos es con un cepillado diario. Si empiezas desde una edad temprana, es muy probable que tu gato se acostumbre e incluso disfrute el momento del cepillado.
Ahora bien, si eso no es viable, existen otras opciones para cuidar su salud bucal desde casa. Los premios dentales, enjuagues orales y alimentos formulados especialmente para este propósito pueden ser alternativas útiles al cepillado diario.
1. Cepillado de dientes para gatos
Al cepillarle los dientes a tu gato, asegúrate de usar productos diseñados especialmente para felinos. La pasta dental para humanos contiene flúor, una sustancia tóxica para ellos. Además, los cepillos dentales para gatos están hechos para adaptarse mejor a su boca pequeña, lo que facilita el proceso.
La clave está en introducir el cepillado poco a poco. Durante la primera semana, ni siquiera intentes limpiar los dientes por completo. En su lugar, enfócate en lograr que lama un poco de pasta desde tu dedo, y luego desde el cepillo. Una vez que lo haga con confianza, dedica algunos días a cepillar solo un diente. Lo importante en esta etapa es que tu gato asocie el momento con algo positivo, sin forzar el proceso.
Detente antes de que se estrese y cierra cada intento con un premio sabroso. Con paciencia y constancia, en unas semanas podrás ir avanzando hasta cepillar toda la dentadura en una sola sesión.
Cuando ya esté acostumbrado, hazlo parte de su rutina diaria. Aunque puedas saltarte un día ocasionalmente, recuerda que basta con una jornada sin cepillado para que el sarro comience a acumularse nuevamente.
2. Enjuagues bucales

Si cepillarle los dientes a tu gato genera estrés, tanto para él como para ti, un enjuague bucal puede ser una opción más práctica y fácil de incorporar a su rutina.
Si tu gato permite que le toques la boca, pero no lo suficiente como para cepillarle los dientes, un enjuague bucal puede ser una excelente alternativa. Estos productos funcionan como un enjuague para mascotas: contienen agentes antibacterianos o limpiadores enzimáticos que ayudan a controlar la proliferación de bacterias en la boca. Aplícalo una vez al día o según las indicaciones del envase.
3. Masticables dentales
Aunque la expresión «premio dental» suele hacer pensar en perros, algunos gatos también disfrutan de snacks diseñados especialmente para ellos. Estos premios ayudan a remover placa y sarro de los dientes mientras mastican. Hay distintas marcas en el mercado, con ligeras variaciones en sabor y textura. Puedes ofrecérselos una o varias veces al día, según lo que indique el empaque.
4. Dietas recetadas
Al igual que los premios dentales, las dietas dentales prescritas ayudan a eliminar la placa y el sarro de los dientes de tu gato. A diferencia de los croquetas comunes, las de estas dietas tienen piezas más grandes.
Estas croquetas están diseñadas para no desintegrarse fácilmente al morderlas, lo que aumenta la probabilidad de que raspen los dientes de tu gato con cada bocado. Si tu gato sigue una dieta dental prescrita, lo ideal es que la reciba en todas sus comidas.
5. Limpiezas dentales periódicas
A pesar de un buen cuidado dental en casa, la mayoría de los gatos necesitarán limpiezas dentales periódicas realizadas por un veterinario. (Recuerda que, aunque los humanos cepillan sus dientes dos veces al día, todavía necesitan ver al higienista dental cada seis meses.)
Tu gato podría necesitar limpiezas dentales cada uno a tres años, dependiendo de la eficacia del cuidado bucal en casa y de las recomendaciones de su veterinario. Las limpiezas regulares permiten eliminar el sarro y detectar problemas a tiempo, reduciendo el riesgo de enfermedades dentales graves o avanzadas.
Enfermedades dentales: consideraciones finales

Con las medidas adecuadas, las enfermedades dentales en los gatos se pueden prevenir y tratar para que el gato esté más feliz y saludable.
La enfermedad dental en gatos es una afección común, pero no tiene por qué ser algo inevitable en la vida felina. Colabora con tu veterinario para evaluar la salud dental actual de tu gato y luego elabora un plan de cuidado en casa para prevenir la enfermedad dental a largo plazo. Al prestar atención cuidadosa a los dientes de tu gato, mejorarás su calidad de vida y reducirás el riesgo de problemas médicos graves.
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