Transfusiones de sangre a gatos: procedimiento, resultados y recuperación

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Una imagen relacionada con el análisis de sangre de gatos, que enfatiza la importancia de los análisis de sangre en la atención médica felina.

Seguro conoces la idea de donar sangre para pacientes humanos, pero ¿sabías que las transfusiones también se usan en veterinaria? Gatos, perros y otras especies pequeñas pueden recibir sangre cuando enfrentan problemas como anemia por lesiones o enfermedades.

¿Cómo funciona el procedimiento de transfusión de sangre de gato?

El primer paso en una transfusión de sangre es realizar pruebas previas. Se llevan a cabo varios análisis antes de la transfusión para asegurar que el donante y el receptor sean compatibles.

¿Cómo determinar el tipo de sangre de tu gato?

Hay tres tipos de sangre en el sistema de grupos sanguíneos felinos: tipo A, tipo B y tipo AB. El tipo A es el tipo de sangre más común y se encuentra en el 95 % de los gatos domésticos de pelo corto. La sangre tipo A también es común en los gatos siameses, birmanos y azules rusos. La sangre tipo B es el tipo de sangre predominante en los persas, abisinios, devon rex, scottish fold, maine coon y esfinges. La sangre tipo AB es rara, pero puede darse en gatos de cualquier raza.

No existe un “donante universal” en los gatos. Los gatos con sangre tipo A solo deben recibir sangre de un donante de tipo A y los gatos con sangre tipo B solo deben recibir sangre de un donante de tipo B, porque los gatos con sangre tipo B tienen anticuerpos anti-A y los gatos con sangre tipo A tienen anticuerpos anti-B. Los gatos con sangre tipo AB se consideran “receptores universales”, porque pueden recibir cualquier tipo de sangre.

Prueba de compatibilidad cruzada

Una vez que se ha identificado el tipo de sangre de tu gato y se encuentra un donante compatible, el veterinario realizará una prueba llamada cruzada para evaluar la compatibilidad entre donante y receptor. Esto consiste en mezclar pequeñas cantidades de sangre de ambos y observar las muestras al microscopio.

Esta prueba ayuda a detectar combinaciones que pueden provocar reacciones adversas. En algunos casos, incluso gatos con el mismo tipo de sangre pueden mostrar señales de incompatibilidad en la cruzada. Si esto sucede, será necesario buscar otro donante.

Después de determinar el tipo de sangre y hacer la prueba cruzada, el veterinario recolectará sangre completa del gato donante. Si no hay un donante adecuado en la clínica, podrá obtener sangre de un banco especializado.

Recolección de una muestra de sangre

La cantidad de sangre que se extrae varía según el tamaño de tu gato, el del donante y la gravedad de la anemia. La sangre se recoge en una bolsa o frasco especial que contiene anticoagulante para evitar que se forme coágulos.

Una vez extraída, esa bolsa o frasco se conecta a una línea de infusión con un filtro incorporado para eliminar cualquier coágulo que pueda haberse formado a pesar del anticoagulante. La línea se inserta en un catéter intravenoso colocado en la pata de tu gato.

Las transfusiones suelen administrarse de forma lenta, entre una y tres horas. Este ritmo pausado permite al equipo veterinario vigilar de cerca a tu gato y ajustar el tratamiento si es necesario. Después, es probable que permanezca hospitalizado al menos 24 horas para seguir de cerca su evolución.

¿Por qué los gatos pueden necesitar una transfusión de sangre?

Una imagen relacionada con el análisis de sangre de un gato, resaltando el proceso de diagnóstico en la atención médica felina.

Antes de la transfusión, los análisis de sangre permiten al veterinario confirmar que el donante y el receptor sean compatibles.

Los gatos pueden necesitar una transfusión de sangre por diferentes motivos. Siempre que el recuento de glóbulos rojos sea muy bajo, se considera la transfusión. En un gato sano, el volumen de células empaquetadas (VCE), que indica el porcentaje de sangre compuesto por glóbulos rojos, suele estar entre 25 y 45 %. La mayoría de los veterinarios recomiendan transfundir cuando el VCE baja a 10-15 %, aunque la apariencia clínica del gato también influye en la decisión.

Existen varias causas que pueden reducir el número de glóbulos rojos o el VCE, y se dividen en tres grupos: disminución en la producción, aumento en la pérdida o destrucción acelerada de estas células.

Los glóbulos rojos se forman en la médula ósea. Cualquier enfermedad que afecte este tejido puede dificultar su producción y provocar anemia. La vida útil de un glóbulo rojo felino es de aproximadamente dos meses, por lo que sin un aporte constante de células nuevas para reemplazar las que mueren, la anemia se desarrollará.

Enfermedad de la médula ósea

Las causas más comunes de enfermedades de la médula ósea en los gatos incluyen el virus de la leucemia felina (FeLV por sus siglas en inglés), el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV por sus siglas en inglés) y el cáncer. Los gatos con leucemia felina se vuelven inmunodeprimidos, lo que puede derivar en una variedad de problemas de salud secundarios.

Nefropatía

Los riñones también participan en el desencadenamiento de la producción de glóbulos rojos, por lo que la enfermedad renal también puede provocar una disminución en la producción de glóbulos rojos.

Sangría

La pérdida de glóbulos rojos se produce debido a un sangrado. Si bien este sangrado puede ser causado por un traumatismo, la anemia es causada más comúnmente por una pérdida de sangre crónica y gradual.

Las causas más comunes de sangrado en los gatos incluyen sangrado gastrointestinal (úlceras o tumores sangrantes), tumores sangrantes en otras partes del cuerpo, infestación grave por pulgas y trastornos de la coagulación sanguínea. El aumento del sangrado puede superar la capacidad del cuerpo para crear nuevos glóbulos rojos, lo que provoca anemia.

Enfermedad inmunomediada

La destrucción de glóbulos rojos se refiere a la destrucción de glóbulos rojos dentro de la circulación. Esta destrucción es causada por una enfermedad inmunomediada, en la que el cuerpo del gato comienza a reconocer sus propios glóbulos rojos como extraños.

Una enfermedad autoinmune primaria puede causar una enfermedad inmunomediada o puede ocurrir en respuesta a otro desencadenante, como el cáncer, una infección de glóbulos rojos o una reacción a un medicamento. Los gatos con una mayor destrucción de glóbulos rojos pueden volverse anémicos si la tasa de destrucción de glóbulos rojos supera la tasa de producción de nuevos glóbulos rojos.

Tasa de éxito de la transfusión de sangre en gatos

Un estudio de 2004 analizó las tasas de supervivencia en gatos que recibieron transfusiones. En esta investigación con 91 gatos, ninguna muerte se atribuyó directamente a la transfusión. No obstante, durante los siguientes 10 días, el 36 % falleció debido a la enfermedad que padecían.

Esto se debe a que los gatos que requieren transfusión suelen estar muy enfermos. Cuando el VCE baja tanto como para necesitarla, la vida del gato corre un riesgo serio sin este tratamiento vital. La transfusión puede mejorar notablemente el pronóstico en casos graves.

El efecto de la transfusión depende mucho de la enfermedad subyacente. Por ejemplo, un gato con anemia grave causada por una infestación severa de pulgas tendrá un buen pronóstico si recibe la transfusión junto con el tratamiento adecuado contra las pulgas.

En cambio, un gato con cáncer en la médula ósea puede experimentar un alivio temporal de la debilidad y el cansancio gracias a la transfusión, pero su supervivencia a largo plazo dependerá del control del cáncer.

Reacciones a las transfusiones de sangre

Hay dos tipos diferentes de reacciones transfusionales que pueden ocurrir en los gatos: inmunológicas y no inmunológicas.

Reacciones inmunológicas

Imagen relacionada con un análisis de sangre en gatos, resaltando el proceso diagnóstico en la atención médica felina.

Las reacciones inmunológicas son aquellas reacciones que primero nos vienen a la mente cuando consideramos reacciones transfusionales; implican la respuesta inmune del cuerpo al recibir glóbulos rojos extraños y pueden parecerse a una reacción alérgica.

Reacciones no inmunológicas

Las reacciones no inmunológicas, por el contrario, no son causadas por una reacción inmunitaria. Algunos ejemplos de reacciones no inmunológicas son la sobrecarga de volumen (una respuesta al volumen de líquido que se administra durante una transfusión sanguínea, que puede generar tensión en el corazón y los pulmones), la transmisión de enfermedades infecciosas o la infección bacteriana debido a productos sanguíneos contaminados.

La mayoría de las reacciones a las transfusiones ocurren durante las primeras 48 horas después de recibir una transfusión. Los signos y la gravedad de estas reacciones pueden variar significativamente, desde una reacción alérgica leve hasta una reacción anafiláctica más grave.

Complicaciones de la transfusión sanguínea

El signo clínico más común de una reacción a una transfusión es la fiebre, que indica una respuesta inmunitaria a los glóbulos rojos extraños. En algunas circunstancias, esta reacción puede progresar hasta incluir urticaria, inflamación de la piel, picazón, vómitos y/o diarrea. También pueden desarrollarse encías pálidas, además de una frecuencia cardíaca y/o respiratoria elevada. Si se observan signos de una reacción a una transfusión de sangre, tu veterinario detendrá inmediatamente la transfusión.

En algunos casos, la reacción inmunológica a la transfusión puede causar la destrucción de los glóbulos rojos transfundidos. El sistema inmunitario identifica estas células como extrañas y las ataca. Esto se conoce como reacción hemolítica y puede provocar ictericia. Los gatos pueden presentar una coloración amarillenta en las encías o en el blanco de los ojos. Tanto si la reacción ocurre durante como después de la transfusión, el veterinario aplicará tratamientos para detenerla.

Estos pueden incluir antihistamínicos, corticosteroides y/o epinefrina, según la gravedad. Además, el gato puede necesitar líquidos por vía intravenosa para mantener la circulación y la presión arterial.

El tratamiento puede ser breve o prolongado; en algunos casos, el gato continuará con inmunosupresores hasta que los glóbulos rojos hayan cumplido su función y sean eliminados del organismo.

Es importante destacar que la mayoría de las reacciones a transfusiones se controlan con atención médica. Aunque pueden presentarse reacciones graves, el estudio de 2004 no reportó ningún caso de reacciones mortales entre los 91 gatos analizados.

Los veterinarios evalúan cuidadosamente los riesgos y beneficios, recomendando transfusiones solo cuando el peligro de la anemia sin tratar supera al de una reacción significativa.

Recuperación de una transfusión de sangre

La recuperación tras una transfusión depende principalmente de la enfermedad que causó la anemia. En la mayoría de los casos, notarás una mejoría inmediata en el estado de tu gato después del procedimiento. Restaurar la cantidad adecuada de glóbulos rojos mejora la circulación de oxígeno y aumenta sus niveles de energía.

El cuidado posterior varía según la condición de tu gato. El veterinario podría recetar antibióticos para tratar infecciones o corticosteroides si la enfermedad es de origen inmunológico. En caso de heridas abiertas o puntos de sutura, es posible que necesite usar un collar isabelino (cono).

Costo de la transfusión de sangre en gatos

El costo de una transfusión varía mucho según el estado general del gato, la cantidad y volumen de transfusiones necesarias, y los posibles efectos secundarios. La mayoría de estos procedimientos se realizan en hospitales especializados para asegurar una vigilancia constante las 24 horas.

El precio puede oscilar entre $ 500 y $ 2,000 USD, aunque en gatos muy enfermos o con complicaciones el monto suele ser mayor. La cantidad de transfusiones dependerá de los resultados iniciales y de la enfermedad que provocó la anemia. Si el veterinario logra tratar la causa raíz, el sistema circulatorio se encargará y no harán falta más transfusiones.

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Dr. Cathy Barnette, DVM

La Dra. Barnette es veterinaria y escritora independiente radicada en Florida. Sus 14 años de experiencia en la práctica clínica de animales pequeños le han permitido ser testigo de primera mano de las brechas de comunicación que a menudo existen entre los dueños de mascotas y los miembros del equipo veterinario. Su objetivo es crear contenido atractivo que eduque a los dueños y les permita tomar las mejores decisiones posibles para sus mascotas. La Dra. Barnette tiene dos gatos propios, además de un perro y una paloma como mascota.