¿Por qué mi gato tiembla? (Y cómo ayudar)

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Una imagen de un alegre gato pelirrojo que irradia felicidad, con una expresión brillante y posiblemente una cola levantada, irradiando satisfacción y energía positiva.

Si tienes un gato en casa, sabes bien lo angustiante que resulta cuando no se siente bien. Pero a veces es difícil distinguir si está enfermo o simplemente mostrando su comportamiento habitual. Vamos a descubrir qué puede provocar que tu gato tiemble o se estremezca, qué es normal y en qué momento debes prestar atención.

¿Cuál es la diferencia entre estremecerse y temblar?

Si lo piensas, no hay mucha diferencia entre temblar y estremecerse, pero las razones que los provocan son bastante diferentes. En ambos casos, el cuerpo del gato se contrae o vibra con bastante rapidez. Como son movimientos tan similares, puede resultar difícil diferenciarlos sin conocer la causa subyacente.

A continuación se enumeran algunas de las posibles razones:

1. Miedo

Una imagen evocadora que captura un gato asustado, con ojos muy abiertos, orejas aplanadas y una postura tensa, que retrata la respuesta del gato a una amenaza percibida o una situación de miedo.

Los gatos a veces tiemblan o se estremecen cuando tienen mucho miedo de algo.

Cuando los gatos sienten miedo, a veces tiemblan. Si notas que tu gato se sacude o parece vibrar mientras sucede algo que lo asusta, seguramente está asustado. Tal vez un perro ruidoso, una tormenta o fuegos artificiales estén generando su ansiedad. Si detectas alguna causa que pueda incomodarlo, esa será la razón de su temblor.

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2. Sueños

Una imagen encantadora de un gato en reposo, que muestra movimientos sutiles y posiblemente bigotes temblorosos, lo que sugiere que el gato está en un estado de sueño, lo que se suma al misticismo del comportamiento felino.

Los breves momentos de espasmos durante el sueño pueden ser una señal de que el gato está teniendo un sueño.

Si tu gato se mueve o tiembla mientras duerme, probablemente esté soñando. Durante el sueño, su cerebro desconecta los músculos para evitar que actúe lo que sueña, igual que sucede en las personas.

Cuando está en un sueño ligero y percibe sonidos o estímulos del entorno, puede que mueva las patas, la cola, la nariz, las orejas o la boca.

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3. Convulsiones

Una imagen ilustrativa que muestra a un gato experimentando una convulsión, con su cuerpo mostrando movimientos involuntarios y contracciones musculares, lo que resalta un evento médico preocupante que requiere atención y cuidado.

Las convulsiones graves suelen ser inconfundibles, pero durante una convulsión leve, es posible que solo notes temblores o temblores.

Ver a tu gato sufrir una convulsión es muy angustiante y es normal sentir pánico en ese momento. Durante una convulsión tónico-clónica, puede que haga movimientos como de remar con las patas y su cuerpo tiemble o se sacuda. También es común que orine o defeque sin control y que abra y cierre la boca.

Lo mejor es no acercarte mientras dure la convulsión, porque podría morder o arañar sin darse cuenta y causarte daño. En una convulsión parcial, tu gato no pierde la conciencia, pero puede temblar o repetir un movimiento de la pata, la cabeza u otra parte del cuerpo.

Antes y después del episodio, tu gato puede comportarse de forma extraña y puede tomarle una o dos horas regresar a la normalidad. Las convulsiones pueden ser provocadas por epilepsia, intoxicaciones, golpes en la cabeza, baja de azúcar en sangre, fiebre alta o tumores cerebrales.

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4. Intoxicación

Una imagen informativa que ilustra los riesgos de intoxicación por insecticidas en gatos, mostrando un gato en peligro y malestar, acompañado de una representación de insecticidas domésticos comunes, enfatizando la importancia de prevenir la exposición a sustancias tóxicas.

Debido a que el envenenamiento es una de las causas de temblores, es vital buscar atención veterinaria de inmediato.

Las toxinas pueden causar temblores, así que si crees que tu gato tuvo contacto con alguna sustancia tóxica, consulta a un veterinario de inmediato. Algunos tratamientos para pulgas no son seguros si se ingieren.

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5. Problemas de oído

Una imagen que captura a un gato con picazón en la oreja, posiblemente rascándose o inclinando la cabeza en respuesta a la incomodidad, lo que resalta el problema común de la irritación del oído en los felinos.

Los problemas de oído pueden afectar el equilibrio, lo que puede causar inestabilidad o temblores.

Las afecciones del oído, como los pólipos y las infecciones del oído interno y medio, pueden alterar el equilibrio del gato y provocar que incline la cabeza y, a veces, que tiemble y se tambalee. Si tu gato se ha estado rascando la oreja, la tiene roja, huele mal o sucia, o se mueve como si estuviera un poco borracho, es hora de acudir al veterinario.

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6. Condición neurológica

Una imagen educativa que ilustra cómo los ojos y el cerebro de un gato colaboran durante la caza, mostrando la mirada enfocada de un gato y el procesamiento de señales visuales por parte de su cerebro, mostrando la intrincada coordinación esencial para un comportamiento depredador exitoso.

Algunos problemas graves pueden provocar temblores en los gatos, incluidos tumores cerebrales y enfermedades vestibulares.

Otras afecciones que afectan el cerebro también pueden provocar temblores, como la enfermedad vestibular, tumores cerebrales, problemas hepáticos y ciertas infecciones por protozoarios. Presta atención a síntomas adicionales como inclinación de la cabeza, convulsiones, vómitos, pérdida de apetito y falta de coordinación.

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¿Por qué tiemblan los gatos?

Una imagen informativa que ofrece consejos sobre cómo mantener frescos a los gatos, mostrando a un gato en un entorno cómodo con sugerencias como proporcionar sombra, agua y ventilación adecuada para garantizar el bienestar de los compañeros felinos durante el clima más cálido.

Cuando un gato tiembla, suele ser porque tiene frío. Revisa el termostato para ver si la temperatura está baja. Aunque esto es un poco en broma, lo cierto es que es raro que los gatos tiemblen, ya que su pelaje los mantiene cálidos y protegidos.

Si notas que tu gato tiembla y está frío al tacto, llévalo al veterinario de inmediato, pues es probable que su temperatura corporal haya bajado y esté sufriendo hipotermia.

Por otro lado, los gatos también pueden temblar cuando tienen fiebre. Al igual que las personas con gripe, pueden sentir escalofríos. Si crees que su temperatura está demasiado alta o baja, puedes intentar medirla con un termómetro rectal bien lubricado, siempre que alguien te ayude a sujetarlo. Si no, lo mejor es esperar hasta llegar a la clínica veterinaria.

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¿Cómo saber si el temblor de tu gato es algo que debe preocuparte?

Una imagen entrañable que captura a un gato realizando un comportamiento social de rodadura, donde el gato se da vuelta sobre su espalda, mostrando confianza y un deseo de interacción, invitando a una participación positiva de los humanos u otros compañeros.

Los temblores suelen ser anormales en los gatos, por lo que siempre es mejor buscar asesoramiento veterinario.

Si el comportamiento de tu gato cambia de repente o si presenta nuevos síntomas, siempre vale la pena programar una revisión de salud con un veterinario. Por lo tanto, si tu gato ha comenzado a temblar de repente o si ha tenido algunos episodios de temblores recientemente, es hora de hablar con un veterinario. Incluso si parece estar bien, si sus temblores son algo que no has visto antes, podría haber una razón médica subyacente.

¿Cómo puedes ayudar a tu gato si tiembla?

Si tu gato ha empezado a temblar pero parece estar bien y come, bebe, hace sus necesidades y se mueve con normalidad, puedes probar los siguientes consejos para ver si puedes ayudar a resolver el problema. Esto dicho, si parece estar enfermo o tiene otros síntomas además de los temblores, lo mejor es que lo examine un veterinario urgentemente.

1. Asegúrate de que no tengan niveles bajos de azúcar en sangre

Una imagen informativa que ilustra la medición de la presión arterial de un gato, mostrando a un profesional veterinario usando un manguito de presión arterial para monitorear la salud cardiovascular del gato, resaltando la importancia de los controles regulares para el bienestar general.

Los gatos que han pasado demasiado tiempo sin comer o aquellos con diabetes pueden desarrollar niveles bajos de azúcar en sangre.

Puedes tratar rápidamente la hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en sangre) frotando miel en las encías de tu gato. Esto no dañará a tu mascota, por lo que incluso si no estás seguro de si el nivel bajo de glucosa en sangre es la causa, es seguro intentarlo. Siempre haz un seguimiento con una llamada a tu veterinario.

2. Asegúrate de que estén lo suficientemente calientes

Una imagen que muestra un gato envuelto cómodamente en una manta, lo que refleja un entorno reconfortante y seguro que los gatos a menudo buscan para relajarse y sentirse cálidos.

Si tu gato ha estado atrapado en el exterior en un clima húmedo o cuando hace mucho frío, podría sufrir hipotermia. Esto también puede suceder si recientemente lo han sedado o anestesiado en la clínica veterinaria. Si tu gato tiene frío y tiembla, intenta encender la calefacción y proporciónale mantas adicionales y bolsas de agua caliente o bolsas de trigo aptas para mascotas.

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3. Busca desencadenantes de estrés

Una imagen que captura a un gato juguetón en movimiento, posiblemente persiguiendo o abalanzándose sobre un juguete, ejemplificando la naturaleza enérgica y entretenida del juego felino.

Si crees que tu gato está asustado o estresado por algo, trata de identificar qué lo está afectando.

Si crees que tu gato tiembla por miedo o estrés, trata de identificar qué lo provoca. Si es un gato de casa, piensa en visitas recientes de personas o animales, tormentas, mal clima o fuegos artificiales. Al detectar la causa, podrás evitar que se exponga a ella o ayudarlo a mantenerse más tranquilo.

4. Ayúdalos a sentirse seguros

Una imagen emotiva que muestra a una mujer abrazando tiernamente a un gato, reflejando el profundo vínculo y afecto entre los humanos y sus compañeros felinos.

Las feromonas sintéticas para gatos pueden ayudar a que los gatos se sientan más tranquilos y seguros.

El uso de aerosoles calmantes y difusores de feromonas puede ayudar a que tu gato se sienta más a gusto. También puedes crear un espacio seguro o una guarida donde pueda esconderse de los ruidosos fuegos artificiales, los relámpagos o los invitados bulliciosos.

5. Llévalos al veterinario

Una imagen que captura la interacción entre un gato y un veterinario, con el veterinario brindando atención y cuidados profesionales, resaltando la importancia de los controles de salud regulares para el bienestar felino.

Lo mejor es que un veterinario revise a tu gato para descartar cualquier problema de salud que esté causando los temblores.

Si ninguno de estos consejos funciona y tu gato sigue temblando, llama a la clínica veterinaria para agendar una consulta. El veterinario podrá revisar sus oídos, evaluar la función nerviosa y realizar análisis de sangre para entender mejor su estado de salud.

Si es necesario, podría recetar tratamientos como gotas para los oídos, antibióticos o medicamentos para controlar convulsiones. En caso de sospecha de intoxicación, puede recomendar hospitalizarlo y administrar líquidos por vía intravenosa.

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Aunque el temblor o sacudida parezcan leves, pueden ser síntomas de un problema serio. Si notas que tu gato se comporta de forma extraña o ha cambiado repentinamente, no dudes en llevarlo al veterinario cuanto antes.

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Dr. Hannah Godfrey BVETMED MRCVS

Hannah se graduó en el Royal Veterinary College del Reino Unido en 2011 y comenzó a trabajar de inmediato en una práctica mixta muy ocupada. Al principio trataba a todas las especies, pero a medida que el hospital de pequeños animales se volvió más ocupado, se centró en los animales pequeños. Hannah es una experta en comportamiento y nutrición de gatos.