Si alguna vez te has preguntado qué está pensando tu gato, no eres el único. Los gatos son famosos por ser criaturas curiosas y enigmáticas, así como distantes y autosuficientes. Entonces, ¿qué es lo que está pasando por esa linda y peluda cabeza?
Mucho. Los gatos poseen cerebros altamente desarrollados, lo que les permite analizar situaciones y encontrar soluciones ingeniosas. Aunque viven en hogares, conservan muchos de los instintos y características de sus antepasados salvajes, mostrando conductas tan intrigantes como sofisticadas. Además, la ciencia respalda ampliamente estas capacidades.
Cómo funciona el cerebro de tu gato
Se cree que el cerebro es el centro de la inteligencia y está dividido en áreas separadas responsables de realizar tareas altamente especializadas. El telencéfalo es el área del cerebro encargada de controlar los pensamientos.
Al igual que los humanos, los gatos tienen cerebros complejos y muy desarrollados. La superficie está plegada para aumentar el área de superficie y permitir un pensamiento y procesamiento más complejos. El cerebro felino promedio mide aproximadamente 5 centímetros (2 pulgadas) de largo y ocupa el 0.9 % del peso corporal del gato, en comparación con el 2 % del peso corporal de los humanos. Pero el tamaño del cerebro no siempre es el mejor o el único indicador de inteligencia.
La inteligencia de los gatos
Un estudio de 2016 descubrió que los gatos tienen 300 millones de neuronas corticales (la parte del cerebro que contribuye a la inteligencia) en comparación con los perros, que solo tienen 160 millones. Eso es casi el doble, lo que llevó a los autores a concluir que los gatos deben ser más inteligentes que los perros.
Pero no siempre es tan claro y otros estudios sugieren lo contrario. Hay docenas de estudios que analizan la inteligencia en grupos de animales de distintos tamaños y bajo diferentes conjuntos de técnicas de investigación.
Lamentablemente, no hay una respuesta clara ni segura sobre si los gatos son más inteligentes que los perros, pero sí sabemos que el cerebro felino es un órgano complejo que es capaz de pensar de diversas maneras.
¿En qué piensan los gatos la mayor parte del tiempo?

Los pensamientos de un gato son probablemente más simplistas que los de un humano.
Conocemos algunos datos interesantes sobre el cerebro y la inteligencia de los felinos, pero ¿qué significa esto? Bueno, significa que los gatos son capaces de pensar, procesar el mundo que los rodea y responder a él en consecuencia.
Pero, ¿en qué piensan exactamente los gatos? Es poco probable que los gatos piensen de la misma manera compleja que los humanos, y sus pensamientos son quizás un poco más simplistas que los nuestros. ¡Es poco probable que los gatos piensen demasiado en algo!
1. Comida
Cómo conseguir comida es una idea fundamental para los gatos y probablemente una idea que les viene a la cabeza muchas veces a lo largo del día. Los gatos han desarrollado unas habilidades de caza impresionantes para asegurarse de obtener suficiente comida, e incluso los gatos más domésticos siguen teniendo fuertes instintos de caza.
Además los gatos también han aprendido mucho sobre cómo obtener comida según cuándo y cómo los alimentamos. Aprenden a reconocer el sonido de su cuenco de comida o el de una lata de comida cuando se abre, pero también anticipan la comida si se les da de comer a la misma hora todos los días. Si siempre alimentas a tu gato a las 5 de la tarde, probablemente hayas notado que ronda por ahí poco antes de esa hora.
Según un estudio, los gatos también reconocen gestos relacionados con la comida. A menudo utilizamos determinados tonos de voz o gestos específicos asociados con la alimentación; los gatos aprenden a reconocerlos y comprenderlos.
2. Humanos
Según el especialista en comportamiento felino John Bradshaw, los gatos en realidad no se dan cuenta de que somos una especie completamente diferente. Saben que somos más grandes que ellos, pero no han adaptado gran parte de sus comportamientos sociales en lo que respecta a la forma en que interactúan con nosotros. Por lo tanto, es probable que piensen que somos iguales a ellos. Los gatos se frotan alrededor de nuestras piernas, levantan la cola en el aire y nos acicalan, tal como lo hacen con sus compañeros felinos.
3. Felicidad y tristeza
Los gatos pueden experimentar emociones como la felicidad y la tristeza. Sabemos que están contentos cuando se muestran relajados, ronronean o se frotan cariñosamente contra nuestras piernas. Generalmente, su alegría se manifiesta cuando reciben nuestra atención, disfrutan de nuestra compañía o se divierten jugando.
Pero sí pueden sentirse tristes si piensan que no les estamos dando la atención o los recursos que necesitan o quieren. A menudo asumimos erróneamente que los gatos son «mascotas fáciles» y que se pueden quedar solos en casa todo el día. Pero ese no es el caso, nos extrañan y se sienten solos, por eso están tan ansiosos por saludarnos cuando regresamos.
4. Ira y rencor

Aunque los gatos sienten ira, no guardan rencor por cosas que sucedieron en el pasado.
Pero los gatos viven el momento y su comportamiento está determinado por la acción y las consecuencias. Los humanos solemos malinterpretar esto como una motivación para determinados comportamientos, pero los gatos no guardan rencor ni planean venganzas.
Por lo tanto, un bufido no es un acto de represalia, sino simplemente una forma de hacernos saber que algo no les gustó. ¡Tu gato pronto estará sentado en tu regazo ronroneando como si nada hubiera pasado!
5. Miedo
Los gatos sienten miedo y se asustan en situaciones que consideran amenazantes. Para los gatos salvajes, el miedo es un pensamiento importante y cotidiano que los mantiene alejados del peligro. Pero para los gatos domésticos, el miedo suele sentirse cuando otro gato los amenaza en su territorio, los metemos en un transportín para llevarlos al veterinario, los molestamos cuando están durmiendo o si mostramos enojo hacia ellos.
El miedo puede provocar una serie de problemas conductuales y médicos en los gatos, como orinar de forma inapropiada en la casa y acicalarse en exceso. Los miembros felinos de nuestra familia son muy sensibles al mundo que los rodea, por lo que minimizar el miedo y el estrés es una parte esencial para mantenerlos felices y saludables.
6. Culpa
Los gatos no experimentan culpa. Si orina en el suelo, su expresión será de confusión o temor, pero nunca de remordimiento. Como cuidadores, a veces caemos en el error de mostrar enojo o desaprobación, lo que solo logra asustarlos. En estas situaciones, no sienten culpa, sino miedo. Es fundamental evitar cualquier tipo de castigo; lo ideal es redirigir su comportamiento y recompensarlo con refuerzos positivos.
7. Celos
Los gatos sin lugar a dudas tienen celos. Podemos notarlo si, por ejemplo, estás acariciando a tu gato y tu otro gato se acerca y trata de empujarlo para que se aparte, maúlla o empieza a empujarte el brazo. A veces, los dueños de gatos también notan celos si hay un bebé nuevo en la casa que recibe más atención o si las visitas a la casa significan que su rutina será interrumpida.
Todo esto se debe a la jerarquía social flexible de los grupos sociales felinos. Los gatos se turnan para poseer recursos importantes, como comida o refugio, a diferencia de los perros, que tienen alfas en la manada. Por lo tanto, un gato puede sentirse celoso si piensa que otros miembros de su grupo tienen recursos de los que él carece.
Reflexiones finales

Los gatos experimentan una variedad de emociones y pensamientos sobre la comida, su relación con nosotros, el juego, los celos, el miedo y la felicidad.
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