Intoxicación por anticongelante en gatos: causas, síntomas y tratamiento

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Un gato observando con curiosidad una bola de nieve.

El anticongelante figura entre los envenenamientos más frecuentes en gatos y, lamentablemente, suele ser mortal. En este artículo descubrirás qué lo causa, cómo actuar si tu gato entra en contacto con él y, sobre todo, qué hacer para evitar que ocurra.

Acerca de la intoxicación por anticongelante en los gatos

El anticongelante es un aditivo que reduce la temperatura de congelación del agua. Generalmente viene en forma líquida y de colores llamativos como verde fluorescente, rojo, naranja, amarillo o azul. Se mezcla con agua y se utiliza para evitar que los motores se congelen o sufran daños en climas extremadamente fríos.

Además de proteger en invierno, estos químicos también mejoran el rendimiento del refrigerante en temperaturas altas, por lo que se emplean incluso en verano. Suele diluirse en una proporción uno a uno con agua, lo que permite alcanzar un punto de congelación cercano a −37 °C (−34 °F), según la fórmula.

Aunque su uso principal es en radiadores de autos, también puedes encontrarlo en líquidos de frenos hidráulicos, intercambiadores de calor, paneles solares térmicos, productos para invernar inodoros, bases de canastas de baloncesto domésticas e incluso en algunas bolas de nieve decorativas.

Existen tres sustancias químicas que pueden utilizarse como anticongelante: el etilenglicol, el metanol y el propilenglicol. El etilenglicol es el más común y el más tóxico. Este artículo se centra principalmente en este compuesto.

  • El etilenglicol representa la forma más peligrosa de anticongelante. Una dosis letal para un gato de 4 kg (8.8 lb) ronda apenas los 1.4 ml por kilo de peso, lo que equivale a poco más de una cucharadita. Bastaría que un gato lamiera una pequeña cantidad derramada en el suelo de un garaje para intoxicarse gravemente. Este líquido tiene un sabor dulce que les resulta atractivo, lo cual lo vuelve aún más peligroso. Al ser ingerido, interfiere con el metabolismo provocando acidosis, y daña gravemente los riñones mediante una afección conocida como necrosis tubular renal aguda, que puede desarrollarse en cuestión de horas. Uno de sus metabolitos se une al calcio presente en la sangre y forma cristales de oxalato de calcio que se depositan en los riñones, siendo esta acumulación la principal causa del fallo renal que produce esta intoxicación.
  • El propilenglicol se comercializa a veces como una alternativa más segura para sistemas de refrigeración. Aunque es menos tóxico que el etilenglicol, sigue siendo venenoso para los gatos: provoca acidosis y puede afectar tanto el hígado como los riñones.
  • El metanol —también conocido como alcohol metílico o alcohol de madera— se usa sobre todo en líquidos limpiaparabrisas. Aunque es considerablemente menos tóxico que el etilenglicol, también puede causar acidosis si se ingiere en grandes cantidades. Para que resulte letal, un gato tendría que beber unos 5 ml por kilo de peso, es decir, aproximadamente 25 ml (unas cinco cucharaditas) en total. Esto es poco probable, ya que su sabor no les resulta agradable.

Síntomas de intoxicación por anticongelante en gatos

El anticongelante provoca tres etapas de intoxicación que se reflejan en los signos clínicos que comienzan a desarrollarse a las pocas horas de la ingestión del veneno.

  • Signos neurológicos agudos e irritación del tracto digestivo. Los gatos afectados presentan desorientación, ataxia, tambaleo, apatía, falta de apetito, salivación, babeo y, a menudo, vómitos y diarrea. Estos signos pueden comenzar media hora después de ingerir el veneno y pueden durar hasta doce horas.
  • Acidosis metabólica. Entre 12 y 24 horas después de la ingestión, los gatos suelen desarrollar una acidosis metabólica grave, con embotamiento, inapetencia y dificultades respiratorias (los gatos suelen jadear, en un intento de crear una “alcalosis respiratoria” para contrarrestar la acidosis metabólica causada por el veneno). Se puede observar sed y micción excesivas (poliuria polidipsia, abreviada como PUPD), junto con hipotermia (temperatura corporal por debajo de lo normal), espasmos musculares, taquicardia (frecuencia cardíaca rápida), meiosis (pupilas contraídas) y convulsiones o coma.
  • Insuficiencia renal. Entre 24 y 72 horas después de la ingestión, los gatos afectados desarrollan la denominada insuficiencia renal oligúrica o anúrica (los riñones dejan de funcionar y la producción de orina es escasa o nula). En esta etapa, pueden observarse aturdimiento, más vómitos, más convulsiones y ulceración oral.

Estas tres etapas no siempre se ven claramente como fases separadas y pueden fusionarse entre sí. Los gatos afectados pueden morir en cualquier momento durante el envenenamiento. La cantidad de etilenglicol consumido tiene un impacto muy significativo en el resultado del envenenamiento.

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Ante un envenenamiento por anticongelante, actuar de inmediato marca la diferencia: debes llevar a tu gato al veterinario de urgencia sin perder un solo minuto. Mientras te diriges a la clínica, conviene que llames a una línea de ayuda especializada en intoxicaciones animales; eso te ayudará a estar preparado para las preguntas que puedan hacerte más adelante.

Diagnóstico de intoxicación por anticongelante en gatos

1. Toma de historia clínica detallada

El veterinario revisará contigo todos los aspectos relacionados con la salud y el entorno de tu gato. Muchas veces, las propias circunstancias permiten sospechar una intoxicación por anticongelante, como en el caso de un gato que empieza a mostrar malestar tras haber tenido acceso a un charco en el garaje.

2. Examen físico

El veterinario examinará a tu gato con atención, buscando señales claras de intoxicación por anticongelante. Al palpar el abdomen, es posible detectar riñones agrandados y sensibles al tacto. También puede utilizar una lámpara ultravioleta para identificar los compuestos fluorescentes que a veces se emplean para colorear el anticongelante; al revisar la boca, el vómito, las heces o la orina, puede observarse este brillo característico.

3. Análisis de sangre de rutina

Es muy probable que el veterinario solicite análisis de sangre adicionales, incluyendo pruebas diagnósticas rutinarias como un hemograma y un perfil bioquímico.

En las primeras etapas pueden aparecer alteraciones generales, como la concentración elevada de glóbulos por deshidratación. Más adelante, cuando el daño renal avanza, los resultados suelen mostrar niveles elevados de fósforo, urea, creatinina y potasio, lo que indica un fallo renal agudo.

4. Análisis de sangre especializados

Una imagen que muestra a un veterinario realizando un análisis de sangre a un gato.

El veterinario podría sugerir pruebas específicas para detectar etilenglicol en sangre. Algunas clínicas cuentan con kits para hacerlo en el momento, aunque en ciertos casos será necesario enviar la muestra a un laboratorio externo.

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5. Análisis de orina

Los análisis de orina de rutina pueden mostrar que esta está más diluida de lo normal, con una gravedad específica entre 1.008 y 1.015 (isosténurica). En el sedimento urinario pueden aparecer cilindros formados por células sanguíneas y renales. También es posible detectar los cristales clásicos de oxalato de calcio, que se depositan en los riñones, aunque suelen hacerse visibles solo en etapas avanzadas de la intoxicación.

6. Otras pruebas

La ecografía del abdomen puede mostrar los cambios característicos en los riñones causados por el etilenglicol.

Tratamiento de la intoxicación por anticongelante en gatos

ilustrando los síntomas del letargo repentino en los gatos, con un felino apático descansando en una postura inusual, indicativo de posibles problemas de salud.

Provocar el vómito puede ser una manera eficaz de eliminar el anticongelante del estómago de tu gato, siempre que se realice con rapidez, idealmente dentro de los primeros treinta minutos tras la ingestión. Pero, aunque se logre vomitar, el tratamiento adicional sigue siendo fundamental.

Lo ideal es administrar uno de los dos antídotos contra la intoxicación por anticongelante cuanto antes; si han pasado más de tres horas, las posibilidades de éxito disminuyen considerablemente.

Ambos antídotos actúan impidiendo que el etilenglicol se transforme en sus compuestos tóxicos, por eso es crucial comenzar el tratamiento rápido.

  • El fomepizol bloquea una enzima en la sangre llamada alcohol deshidrogenasa. Puede causar sedación, pero sus efectos secundarios son menos severos que los del etanol. Normalmente se aplica una dosis intravenosa inicial, seguida de refuerzos dos veces al día según los resultados de los análisis.
  • El etanol compite directamente con el etilenglicol por la misma enzima, ralentizando la toxicidad, pero al ser alcohol también puede provocar vómitos, depresión y acidosis. Por eso requiere un monitoreo cuidadoso y dosis frecuentes, por ejemplo cada cuatro horas, según el estado del paciente.

Además, el cuidado general es clave: líquidos intravenosos, vitaminas del complejo B, antieméticos y una atención constante. El seguimiento riguroso con análisis de sangre repetidos forma parte esencial del manejo. En casos graves se puede considerar diálisis o incluso trasplante renal, si están disponibles.

Prevención de la intoxicación por anticongelante en gatos

Como dueño, debes guardar el anticongelante en un lugar seguro, fuera del alcance de tus mascotas, y limpiar cualquier derrame sin demora. Además, evita que los gatos estén cerca cuando se esté rellenando el anticongelante en zonas de trabajo.

Conclusión

El envenenamiento por anticongelante es un problema frecuente en gatos, especialmente durante el invierno. La mejor defensa es prevenirlo usando estos productos con mucho cuidado. Pero si tu gato llega a ingerir esta sustancia, actuar rápido llevándolo al veterinario de urgencia puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

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Dr. Pete Wedderburn, DVM

El Dr. Pete Wedderburn se graduó como veterinario en Edimburgo en 1985 y ha dirigido su propio consultorio de cuatro veterinarios con animales de compañía en el condado de Wicklow, Irlanda, desde 1991. Pete es muy conocido como un veterinario de los medios con apariciones regulares en la televisión, la radio y los periódicos nacionales, incluidos una columna semanal en el Daily Telegraph desde 2007. Pete es conocido como "Pete el veterinario" en sus ocupadas páginas de Facebook, Instagram y Twitter, y publica periódicamente información sobre temas de actualidad y casos de la vida real de su clínica. También escribe un blog habitual en www.petethevet.com. Su último libro: “Pet Subjects”, fue publicado por Aurum Press en 2017.