Nov 18, 2024
Lizzie Youens / Gatos.com
Como veterinaria apasionada por los gatos, disfruto atender a cada uno de mis pacientes felinos. Y entre todos, los de edad avanzada ocupan un lugar especial en mi corazón. Como dice el dicho, la edad es solo un número, y estos compañeros tienen mucho cariño y compañía para brindar.
¿Cuándo un gato se considera mayor? Según la American Animal Hospital Association y la American Association of Feline Practitioners, a los 10 años entra en esta etapa. La International Society of Feline Medicine clasifica a los gatos de 7 a 10 años como maduros y a partir de los 11 como seniors. Cuando mis pacientes alcanzan los 7 u 8 años, hablo con sus cuidadores sobre alimentación, ajustes en el hogar, atención veterinaria y rutinas adecuadas para esta etapa.
Veamos algunas formas sencillas y efectivas de mantener su bienestar y comodidad.
1. Dieta y nutrición
Mi gato Pi ya tiene 10 años y está tomando una nueva dieta de comida húmeda. Lizzie Youens / Cats.com
Las necesidades nutricionales no cambian demasiado, pero algunos ajustes pueden marcar la diferencia en la salud de un gato mayor. Los mejores alimentos para esta etapa contienen proteínas de alta calidad, fáciles de digerir y con un sabor irresistible. Con el tiempo, los gatos geriátricos absorben los nutrientes con mayor dificultad y pierden masa muscular. Para aquellos que tienen problemas para mantener un peso saludable, recomiendo una dieta rica en calorías y muy apetecible.
El consumo de agua también juega un papel clave en su bienestar. La enfermedad renal crónica es frecuente, por lo que mantenerlos hidratados es fundamental. Optar por comida húmeda en lugar de croquetas, colocar varios recipientes de agua accesibles y considerar una fuente pueden ayudar a mejorar su hidratación.
Cuando mi gata Pi era más joven, le daba croquetas secas para controlar su peso. Sin embargo, en su último análisis, sus niveles renales mostraron un ligero aumento, así que cambié a una dieta húmeda para mejorar su hidratación y cuidar su función renal.
2. Visitas regulares al veterinario
Al igual que los humanos, los gatos mayores son más propensos a ciertos problemas de salud. Estar alerta a cualquier signo temprano de enfermedad es vital para acceder a un diagnóstico y tratamiento rápidos. Las enfermedades comunes en los gatos mayores incluyen:
- Artritis
- Hipertiroidismo
- Diabetes
- Enfermedad dental
- Disfunción cognitiva (demencia)
- Presión arterial alta (hipertensión)
- Enfermedad renal crónica
- Cáncer
Puede parecer una lista larga y aterradora, pero el conocimiento trae consigo el poder. Los controles veterinarios regulares ayudarán a detectar problemas de forma temprana y son un buen momento para hablar sobre las necesidades cambiantes de tu gato, como la dieta o el entorno. A medida que tu gato crezca, tu veterinario puede recomendarte visitas más regulares, que incluyan exámenes de presión arterial, análisis de sangre y orina.
Cuando veo gatos mayores en la clínica, siempre aconsejo a los dueños que estén atentos a estos signos comunes de problemas:
- Pérdida o aumento de peso: los cambios en el peso habitual o en la forma corporal de tu gato pueden ocurrir en gatos mayores, pero pueden ser un signo temprano de una enfermedad, como problemas dentales o diabetes.
- Cambios en el apetito o la sed: la sed excesiva se asocia con hipertiroidismo, enfermedad renal y diabetes, y también pueden ocurrir cambios en el apetito.
- Problemas de movilidad: rigidez, incapacidad de saltar a sus perchas favoritas y cambios en la actividad pueden indicar dolor, como en el caso de la osteoartritis.
- Cambios de comportamiento: los cambios en el comportamiento de un gato pueden ocurrir debido a enfermedades físicas, estrés y otros problemas como la demencia felina.
- Problemas para ir al baño: orinar con mayor frecuencia o en lugares extraños, tener diarrea o estreñimiento pueden ser signos tempranos de problemas de salud.
Si tienes inquietudes acerca de tu mascota mayor, consulta a tu veterinario.
3. Dolor y comodidad
El dolor crónico en los gatos puede ser difícil de detectar, ya que son expertos en disimularlo. Con la edad, son más propensos a problemas dolorosos como la artritis y las enfermedades dentales, por lo que conviene estar atentos a cualquier señal.
Los signos de dolor pueden ser tanto físicos como conductuales. Un gato con artritis no siempre cojea de manera evidente, pero quizás deje de saltar a su lugar favorito para dormir o empiece a hacer sus necesidades fuera del arenero, sobre todo si este tiene bordes altos. Si tiene molestias en los dientes, podría volverse quisquilloso con la comida o ensuciarse más al comer. Cambios repentinos en el comportamiento, como reaccionar con agresividad al ser acariciado o cepillado, también pueden indicar dolor.
Si notas alguna de estas señales, consulta con un veterinario. Existen distintos medicamentos y suplementos que pueden aliviar el dolor y mejorar su bienestar. El dolor crónico afecta mucho su calidad de vida, así que es fundamental prestar atención a su comportamiento.
No olvides los pequeños cuidados que hacen la diferencia. Los gatos mayores pueden necesitar ayuda con su higiene, incluidas sus uñas. Sesiones de cepillado regulares no solo fortalecen el vínculo, sino que también permiten detectar bultos o irregularidades a tiempo. Cuanto antes empieces, mejor, así que consigue un buen cepillo y acostúmbralo poco a poco con sesiones cortas y positivas.
4. Entorno del hogar
Los gatos mayores necesitan muchos espacios cálidos y cómodos para descansar. Lizzie Youens / Cats.com
Considera el entorno de tu gato mayor y si se pueden hacer adaptaciones para facilitarle la vida. Su hogar es fundamental para su bienestar, y hay formas sencillas de mejorar su comodidad.
Es posible que tu gato necesite escaleras o rampas para acceder al mobiliario. Si vives en una casa de varios pisos, podría dejar de subir escaleras si siente molestias, lo que afectaría su territorio y podría generarle estrés. Si no se pueden realizar ajustes, asegúrate de que todos sus recursos estén en habitaciones de fácil acceso.
¿Su cama cuenta con suficiente acolchado para brindar calor y apoyar sus articulaciones adoloridas? Los gatos mayores duermen más que los adultos jóvenes y suelen tener menos masa muscular para proteger sus articulaciones. Proporciona lugares de descanso cálidos y libres de corrientes de aire.
¿La caja de arena y los platos de comida son accesibles para ellos? Algunos gatos mayores tienen dificultades para entrar en areneros con bordes altos, lo que puede provocar comportamientos inapropiados al hacer sus necesidades. Si lo alimentas en una superficie elevada, asegúrate de que pueda acceder cómodamente.
5. Estimulación mental
Los gatos mayores pueden encontrar más difíciles las actividades físicas, como correr, perseguir o jugar con juguetes, a medida que envejecen. Esto es especialmente cierto para aquellos con artritis. No obstante, es fundamental que sigan teniendo acceso a estímulos e interacciones en su vida diaria.
No descartes el movimiento por completo para un gato anciano. Mantenerse activo, aunque sea a un nivel que puedan manejar cómodamente, beneficia su masa muscular y articulaciones. Juegos suaves, como buscar golosinas, circuitos de obstáculos sencillos y juguetes o dispensadores de comida son adecuados para todas las edades y no requieren habilidades atléticas.
También puedes considerar otras formas de interacción social, como sesiones de cepillado y momentos de acurrucarse en el sofá. Algunos gatos se vuelven más cariñosos y pegajosos con la edad, buscando más tiempo de cariño mientras duermen. Otros prefieren su espacio físico, pero a menudo disfrutan de la compañía o simplemente de saber que estás cerca.
