Todos los mamíferos, incluidos los gatos, tienen flatulencias: se trata simplemente de gases en el estómago, los intestinos y el colon. Una cantidad moderada es completamente normal. Pero si notas que tu gato expulsa demasiados gases, tienen un olor muy desagradable, o vienen acompañados de diarrea, vómito, pérdida de peso o falta de apetito, entonces podrías estar frente a un trastorno digestivo que necesita revisión veterinaria.
¿Los gatos realmente se tiran pedos?

Como cualquier animal con sistema gastrointestinal y ano, los gatos son capaces de tirarse pedos.
En resumen: sí, los gatos se tiran gases. Cada vez que el sistema gastrointestinal expulsa aire, ocurre una flatulencia. Y como los gatos tienen aparato digestivo y ano, cuentan con todo lo necesario para hacerlo.
Causas de flatulencia en gatos
La flatulencia se produce por una acumulación excesiva de gases en el sistema gastrointestinal. Hay muchos factores que pueden provocar la acumulación de gases en el tracto digestivo de los gatos.
A continuación se muestra una breve lista de cosas que pueden provocar pedos en el gato doméstico:
1. Tragar aire
Los gatos que devoran su comida demasiado rápido o padecen una afección respiratoria pueden ser propensos a tener gases.
2. Parásitos intestinales
Los gusanos intestinales, como los anquilostomas o los nematodos, y otros parásitos intestinales provocan inflamación en el sistema digestivo, lo que puede provocar una acumulación anormal de gases. Los gusanos son más comunes en los gatitos y los gatos que viven al aire libre.
3. Alergias alimentarias
El problema podría estar en lo que come tu gato. Algunos tienen dificultad para digerir ciertos ingredientes de su alimento. Las alergias más comunes incluyen pollo, huevo, lácteos, res, cerdo, soya y, con menor frecuencia, maíz y trigo. A pesar de la imagen clásica del gato tomando leche, la mayoría no tolera la lactosa.
También hay gatos que reaccionan mal a cambios bruscos en su dieta y pueden soltar gases si modificas su comida de un día para otro. Además, no todos procesan igual la fibra que se incluye en los alimentos comerciales; el tipo o la cantidad pueden generar molestias.
Si notas que tu gato tiene gases en exceso u otros signos digestivos, considera cambiar su alimento por uno que no contenga ninguno de los ingredientes mencionados, ni legumbres como chícharos o garbanzos (que generan gases). Busca opciones con niveles comprobados de probióticos que apoyen la salud intestinal y que cuenten con certificación de AAFCO como alimento completo y equilibrado.
Lo ideal es que consultes con tu veterinario. Tiene la preparación necesaria para orientarte sobre opciones de alta calidad que podrían mejorar el problema.
4. Otros problemas de salud
Las enfermedades del sistema digestivo o de otras partes del cuerpo de un gato pueden provocar flatulencias. Las enfermedades del tracto digestivo, como la enfermedad inflamatoria intestinal, el estreñimiento, las bolas de pelo, el linfoma gastrointestinal, la pancreatitis, los desequilibrios en las bacterias intestinales u otros problemas con la función gastrointestinal pueden contribuir a la acumulación de gases. Otros problemas de salud, como problemas hormonales, enfermedades hepáticas o estrés, pueden afectar el sistema digestivo y provocar gases.
¿Qué hacer si tu gato se tira muchos pedos?

Las flatulencias en exceso pueden ser señal de varios problemas de salud. Si notas que tu gato tiene este síntoma con frecuencia, lo mejor es identificar y tratar lo que lo está provocando.
Si tu gato tiene demasiados gases, lo primero es acudir al veterinario. Llévalo a una revisión general y lleva una muestra de heces para analizar la presencia de parásitos intestinales.
Además de lombrices, el veterinario puede buscar parásitos como Giardia o Tritrichomonas foetus. Si detecta cualquier otro problema durante la consulta, sigue sus indicaciones para tratarlo adecuadamente.
Si tu gato come con demasiada prisa, tendrás que modificar la forma en que le das de comer. Puedes usar una bandeja plana, como una charola para hornear, o un plato especial de alimentación lenta.
Si todo lo anterior está en orden, entonces conviene revisar su dieta. Sigue las recomendaciones de ingredientes ya mencionadas y asegúrate de elegir un alimento que tenga certificación de AAFCO como nutricionalmente completo y balanceado.
Al hacer el cambio de alimento, ve con calma: hacerlo demasiado rápido puede causar más molestias. Mezcla poco a poco el nuevo con el anterior y da un periodo de entre 5 y 7 días para completar la transición.
La paciencia es fundamental para saber si una nueva dieta realmente funciona. A menos que tu gato reaccione mal al alimento (con vómito, diarrea o rechazo), deberás mantener esta comida durante al menos un mes para evaluar si disminuyen los gases.
Durante ese tiempo, no le des ningún otro tipo de alimento, incluyendo comida para humanos. De lo contrario, no podrás saber si los gases se deben a la nueva dieta o a los extras que le estás ofreciendo.
Si después de ese mes no ves mejoría, es probable que ese alimento no sea la solución. En ese caso, consulta con tu veterinario sobre una fórmula terapéutica diseñada específicamente para reducir gases y favorecer la digestión en gatos sensibles.
Aunque las flatulencias rara vez representan un riesgo grave, sí indican que algo en el organismo de tu gato no está funcionando del todo bien. Así que enciende una vela aromática y recuerda que hay formas de ayudarlo a tener una digestión más tranquila… y de paso, hacer que tu casa huela mucho mejor.