Los dueños de perros están acostumbrados a escuchar a sus cachorros gruñir de vez en cuando, pero ¿sabías que no es raro que los gatos también gruñan?
Los gatos utilizan una amplia gama de sonidos vocales dirigidos a miembros de su propia especie y también a los humanos para transmitir sus emociones e intenciones. Los sonidos que emite un gato se dividen en tres formas de comunicación verbal: sonidos vocálicos, murmullos y vocalizaciones hostiles.
Si bien puede ser complicado traducir todos los sonidos que hace tu gatito, el gruñido del gato suele ser indicativo de un sonido hostil asociado con miedo o ansiedad, agresión, frustración y/o dolor.
Vamos a decodificar cómo suena el gruñido de un gato, su significado comunicativo y la mejor manera de comportarse ante un felino gruñón.
¿Qué es el gruñido del gato?
El gruñido en los gatos es un sonido de «intensidad forzada» que se produce con la boca abierta y generalmente expresa una emoción negativa. A diferencia de otros sonidos similares, como los alaridos o maullidos prolongados, la boca no se abre tanto al gruñir. Además, el gruñido suele alternarse con bufidos.
Los gatos gruñen tanto en situaciones defensivas como ofensivas, ya sea ante otros felinos, personas o incluso otras mascotas.
¿Cómo suena el gruñido de un gato?
Susanne Schötz, de la Universidad de Lund, describe el gruñido felino como un sonido áspero, ronco, de tono bajo (100 a 225 hercios), con modulación de pulso rápida y frecuente, y de duración prolongada. Se produce durante una exhalación lenta mientras la boca permanece ligeramente abierta.
La duración e intensidad del gruñido pueden variar según la motivación del gato al emitirlo. Por lo general, el gruñido se combina con otros sonidos como alaridos, bufidos, gemidos o maullidos prolongados, o sirve como transición entre un gruñido y un aullido.
Durante una pelea, los gruñidos pueden oscilar entre 400 y 800 hercios (Houpt, 2004).
¿Por qué gruñen los gatos?
1. Una señal de advertencia para mantenerse alejado
El gruñido es una clara advertencia para que te alejes. Tanto el bufido como el gruñido reflejan una emoción negativa, que puede deberse a la ansiedad por la presencia de un desconocido, molestia ante una situación o miedo por sentirse inseguro.
Presta atención a las señales de advertencia de tu gato—cuerpo tenso, cola agitándose, gruñidos, piloerección (pelo erizado) y orejas echadas hacia atrás—antes de que la situación escale a una respuesta agresiva.
2. Protección territorial de su área central
Los gatos son particularmente territoriales. Protegen sus territorios con vehemencia y manifiestan conductas ofensivas y hostiles hacia los intrusos para proteger los recursos que se encuentran dentro de ellos. Esto se comunica a través de vocalizaciones de intensidad forzada, como gruñidos, silbidos y maullidos, así como arañazos y mordiscos, especialmente si el gato no puede evitar la situación o a la persona y huye a un lugar seguro.
Los gatos machos desconocidos que vagan libremente también protegen agresivamente su territorio de los machos competidores para frustrar el acercamiento reproductivo a las hembras.
3. Protección de alimentos

Un gato que gruñe mientras come o cerca del recipiente de comida puede estar protegiendo un recurso.
4. Invasión de un intruso felino
Los gatos que viven en grupo suelen mostrar comportamientos amigables entre ellos. Sin embargo, los intrusos felinos, como un nuevo gato en casa o aquellos que invaden jardines y patios ajenos, suelen ser recibidos con hostilidad. Para defender su territorio, emplean vocalizaciones agresivas y lenguaje corporal, como gruñidos, bufidos, escupitajos, persecuciones y posturas intimidantes que los hacen parecer más grandes y disuaden a los intrusos.
5. Dolor
El dolor agudo o crónico puede hacer que un gato gruña o bufe cuando alguien se acerca. También es común que emita un quejido si se le toca una herida o una zona dolorida.
Dado que los gatos son expertos en ocultar el malestar, es importante estar atento a otras señales de enfermedad o estrés: pérdida de apetito, inactividad, sueño excesivo, aumento de vocalizaciones, menor aseo personal, rechazo a la caja de arena y cambios en la interacción con sus cuidadores.
Enfermedades como la osteoartritis, problemas dentales, traumatismos, infecciones y disfunciones tiroideas pueden provocar gruñidos en los gatos.
6. Miedo o ansiedad
Otro motivo por el que los gatos gruñen es el miedo o la ansiedad.
Un gato que no tuvo socialización o que tuvo experiencias negativas con personas durante su etapa de cachorro puede reaccionar con agresividad cuando se ve obligado a interactuar sin posibilidad de escapar. En estos casos, puede bufar, gruñir, arañar o morder como forma de autodefensa. Los gatos especialmente temerosos suelen percibir el contacto físico como algo negativo en lugar de reconfortante, por lo que sus interacciones deben ser mínimas y supervisadas por un profesional para evitar la «inundación emocional» (exposición prolongada a un estímulo que les genera miedo intenso).
Introducir un nuevo gato en casa o dejar a tu gato en un entorno desconocido, como una clínica veterinaria o una guardería, puede provocar una respuesta de miedo o ansiedad. Esto puede llevarlo a gruñir, bufar o escupir tanto a su cuidador como a otros animales.
En el siguiente video, el gato gruñe al ser colocado en un entorno nuevo.
7. Frustración
Por último, un gato puede gruñir por frustración. La frustración suele darse cuando un felino no puede acceder de forma instantánea a algo que quiere o cuando no puede evitar que su espacio personal o territorial sea invadido. Un ejemplo es cuando un gato está encerrado en casa y ve a otro gato en el jardín o a través de una ventana.
Para minimizar la agresión redirigida a menudo causada por la frustración, desarrolla una rutina predecible y proporciona enriquecimiento cognitivo para mejorar el bienestar de tu gato.
¿Cómo debes reaccionar ante el gruñido de un gato?

Presta atención a lo que sucede alrededor de tu gato cuando gruñe y toma medidas para abordar lo que lo esté molestando.
Observa y escucha a tu gato cuando exprese molestia o incomodidad.
Si gruñe hacia ti o hacia un extraño, aléjate en silencio y evita forzar cualquier contacto hasta que se calme. También puedes moverte lentamente a otra área, manteniendo la distancia.
Por lo general, un gato solo atacará si siente que no tiene otra opción, especialmente si la persona continúa acercándose o intentando interactuar.
Evita gritar o castigarlo, ya que esto solo intensificará su miedo o ansiedad, reforzando la agresión en lugar de reducirla.
Si el gruñido está dirigido a otro gato o perro, sepáralos y espera a que tu gato esté completamente tranquilo antes de intentar reintroducirlos.
La vocalización y el lenguaje corporal de tu gato pueden darte muchas pistas sobre su estado emocional. Siempre que sea posible, trata de identificar la causa del gruñido.
Si comienza a gruñir de repente o la intensidad de los gruñidos aumenta, agenda una visita al veterinario lo antes posible para descartar problemas de salud.
Con paciencia, comprensión y empatía, tu gato volverá a ser un compañero relajado y cariñoso.
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