Inflamación de la cavidad abdominal (peritonitis) en gatos

Compartir Email Pinterest Linkedin Twitter Facebook

Gato con punto quirúrgico

Este artículo te explica qué es la peritonitis en gatos. Está pensado para ayudarte a entender de forma clara y sencilla esta enfermedad, especialmente si tu compañero felino la padece y quieres saber exactamente qué le ocurre.

¿Qué es la peritonitis?

La peritonitis es una inflamación del revestimiento de la cavidad abdominal, también conocida como cavidad peritoneal. Cuando esto ocurre, se acumulan líquidos y desechos inflamatorios alrededor de las zonas afectadas.

El peritoneo es ese revestimiento interno del abdomen. Imagina una capa parecida al papel film que cubre tanto los músculos de la pared abdominal como la superficie exterior de los órganos —intestinos, riñones, vejiga, entre otros—.

Este revestimiento genera una pequeña cantidad de líquido similar al aceite, cuya función es facilitar que los órganos se deslicen entre sí de forma suave y sin fricción.

Cuando el peritoneo se inflama, su textura cambia: se vuelve más grueso, como si pasaras de papel film a una toalla de cocina. Además, el sistema inmunológico responde generando una gran cantidad de líquido y células inflamatorias en la cavidad abdominal, lo que provoca hinchazón en el vientre.

¿Qué causa la peritonitis?

Hay dos tipos principales de peritonitis: séptica y aséptica.

Peritonitis séptica

La peritonitis séptica ocurre cuando hay una infección bacteriana en la cavidad abdominal. Las causas más frecuentes incluyen heridas que atraviesan el abdomen, complicaciones tras una cirugía (como la ruptura de una sutura), daños en el tracto gastrointestinal —ya sea en el estómago o los intestinos—, o infecciones que se extienden desde el aparato urinario o reproductor, como puede suceder con una vejiga o un útero roto.

Esta infección puede extenderse por toda la cavidad abdominal o quedarse localizada en zonas específicas, como ocurre con los abscesos. A esto se le llama peritonitis secundaria, ya que tiene un origen claro: un problema inicial que permite que la infección avance. La peritonitis primaria, en cambio, aparece sin una causa evidente y es muy poco común.

Peritonitis aséptica

La peritonitis aséptica o estéril puede ocurrir con la peritonitis infecciosa felina (FIP, causada por un coronavirus), la inflamación del páncreas (pancreatitis), el cáncer, la enfermedad hepática, la enfermedad del sistema biliar (como una vesícula biliar rota) y la inflamación de la grasa (pansteatitis). Se desarrollan los mismos cambios, incluida la acumulación de líquido, pero no hay bacterias presentes y el cultivo del líquido sería estéril.

¿Qué tan común es la peritonitis?

La incidencia es difícil de estimar, pero la mayoría de los veterinarios consideran regularmente que la peritonitis es causa de enfermedad grave en los gatos domésticos.

Síntomas de peritonitis en gatos

Un gato con peritonitis suele mostrarse apagado, retraído y con un comportamiento inusual; es común que busque esconderse.

Los signos más frecuentes de esta enfermedad incluyen:

  • Letargo o decaimiento
  • Vómito
  • Diarrea
  • Dolor abdominal
  • Abdomen inflamado
  • Falta de apetito o rechazo total a la comida
  • Pérdida de peso (de forma progresiva)

Si notas alguno de estos síntomas, no esperes. Lleva a tu gato cuanto antes con un veterinario especializado en animales de compañía. El diagnóstico se confirmará tras una revisión física y algunas pruebas complementarias.

Diagnóstico de la peritonitis

Veterinario pesando a un gato en una báscula

Puede haber múltiples pasos para lograr un diagnóstico de peritonitis y determinar una causa subyacente.

Si tu veterinario o veterinaria considera que tu gato podría tener peritonitis, es probable que siga estos pasos:

1. Toma de historia clínica detallada

El veterinario hablará contigo sobre todos los aspectos relacionados con la salud y el estado general de tu gato, buscando pistas que ayuden a entender qué lo está afectando.

2. Examen físico

El veterinario examinará con cuidado a tu gato en busca de señales de peritonitis. Es común que, al tocarle el abdomen, el animal tense los músculos de esa zona —esto se conoce como “rigidez abdominal”— debido al dolor que provoca la inflamación. También es frecuente notar el vientre hinchado por la acumulación de líquido, lo que se denomina derrame abdominal.

Otros signos clínicos que pueden observarse son:

  • Encías pálidas
  • Deshidratación
  • Temperatura corporal alterada (ya sea fiebre o una baja considerable)
  • Ictericia (color amarillento en la piel o mucosas)
  • Cambios en el ritmo cardíaco, que puede volverse muy lento, acelerado o irregular (arritmia)

3. Análisis de sangre y orina de rutina

Lo más probable es que el veterinario solicite análisis de sangre, incluyendo los estudios diagnósticos habituales como el hemograma completo y un perfil bioquímico.

Aunque no en todos los casos, suele encontrarse un aumento en los glóbulos blancos —especialmente de los neutrófilos—, aunque en ocasiones este valor puede estar por debajo de lo normal.

En el perfil bioquímico pueden aparecer alteraciones como niveles bajos de proteínas (por ejemplo, albúmina) debido a la filtración hacia el líquido peritoneal, enzimas hepáticas elevadas, cambios en las enzimas pancreáticas, desequilibrios electrolíticos y, en algunos casos, parámetros renales altos. También puede medirse el nivel de lactato, un marcador que en ciertas situaciones ayuda a precisar el pronóstico.

Como parte del estudio general, se realiza también un examen de orina, como se hace habitualmente con gatos enfermos.

4. Análisis de sangre especializados

Tu veterinario puede recomendar análisis de sangre específicos para algunas infecciones virales como FeLV y VIF, ya que pueden estar relacionadas con la causa subyacente de la peritonitis y existen implicaciones significativas si tu gato es positivo para cualquiera de estas.

5. Análisis de fluidos

Analizar el líquido extraído de la cavidad abdominal es una herramienta muy útil para entender mejor la peritonitis. Para obtener esta muestra se utiliza una aguja y jeringa mediante una técnica llamada abdominocentesis. El líquido puede ser analizado en el consultorio o enviado a un laboratorio externo. Se estudian el tipo de células presentes, los niveles de proteínas y, en ocasiones, se realiza un cultivo bacteriano.

En algunos casos, se recomienda un lavado peritoneal diagnóstico. Consiste en introducir líquido estéril en el abdomen para luego aspirarlo y analizar las células que contiene, lo que ayuda a llegar a un diagnóstico más preciso.

6. Pruebas adicionales

Tu veterinario probablemente tome radiografías del abdomen. Estas imágenes pueden mostrar acumulación de líquido, que reduce el contraste y dificulta ver detalles, además de ayudar a identificar obstrucciones intestinales o masas en la zona.

La ecografía es una herramienta muy útil para detectar líquido libre en la cavidad abdominal, algo habitual en la peritonitis, y permite evaluar con precisión la estructura de los órganos internos.

También se puede medir la presión arterial para valorar el estado general y la estabilidad de tu gato.

El veterinario te indicará cuáles son los estudios más adecuados según el caso.

¿Cuánto cuesta tratar a un gato con peritonitis?

No es posible dar una cifra exacta, ya que cada caso presenta variables que influyen en el costo final. Lo mejor es que consultes con tu veterinario para obtener un presupuesto detallado antes de decidir continuar con el tratamiento. Los gastos pueden ir desde unos 400 € en casos sencillos hasta 4,000 € o más en situaciones de peritonitis especialmente complejas.

Tratamiento de la peritonitis

Veterinario sonriendo a un gato curioso

Los gatos con peritonitis pueden necesitar un tratamiento intensivo y cuidados en el veterinario

El objetivo principal es primero estabilizar al gato afectado por peritonitis y luego identificar y tratar la causa que la provocó. La estabilización suele incluir terapia intravenosa para hidratar y apoyar al paciente, junto con antibióticos de amplio espectro si se sospecha una peritonitis séptica.

En muchos casos es necesaria una intervención quirúrgica para localizar y corregir el problema de fondo, como una perforación intestinal, cuerpos extraños, heridas penetrantes o tumores. Este tipo de cirugía es compleja, ya que el peritoneo suele estar engrosado y pueden formarse adherencias, donde distintas partes del abdomen se han pegado entre sí.

Además del tratamiento específico, puede recomendarse un drenaje abdominal abierto durante algunos días. Esto implica dejar la herida quirúrgica sin cerrar completamente y utilizar vendajes para absorber el líquido que drena. Estos casos requieren cuidados muy cuidadosos, con vigilancia constante para detectar hemorragias u otras complicaciones.

Si la causa no queda clara durante la operación, se puede tomar una biopsia, por ejemplo, si hay una masa que podría ser cancerosa.

Después de la cirugía, el gato necesitará soporte continuo con líquidos intravenosos, antibióticos, analgésicos y cuidados intensivos, que a veces incluyen alimentación por sonda, durante varios días.

Seguimiento y pronóstico

El monitoreo constante y la actualización de los tratamientos son fundamentales. El pronóstico varía mucho según la causa subyacente. Se trata de una condición grave, con una tasa de mortalidad elevada, y solo alrededor del 50 % de los casos logra sobrevivir.

Conclusión

La peritonitis es una afección grave que demanda estudios y tratamientos veterinarios intensivos. Actuar a tiempo aumenta considerablemente las probabilidades de éxito.

Avatar photo

Dr. Pete Wedderburn, DVM

El Dr. Pete Wedderburn se graduó como veterinario en Edimburgo en 1985 y ha dirigido su propio consultorio de cuatro veterinarios con animales de compañía en el condado de Wicklow, Irlanda, desde 1991. Pete es muy conocido como un veterinario de los medios con apariciones regulares en la televisión, la radio y los periódicos nacionales, incluidos una columna semanal en el Daily Telegraph desde 2007. Pete es conocido como "Pete el veterinario" en sus ocupadas páginas de Facebook, Instagram y Twitter, y publica periódicamente información sobre temas de actualidad y casos de la vida real de su clínica. También escribe un blog habitual en www.petethevet.com. Su último libro: “Pet Subjects”, fue publicado por Aurum Press en 2017.