¿A tu gato le resulta muy reconfortante acurrucarse en tu almohada? ¿Te das la vuelta por la noche y te encuentras la cara llena de pelo? ¿Quieres saber por qué los gatos hacen esto? ¡Sigue leyendo para descubrirlo!
Los gatos son criaturas muy inteligentes y sensibles. Muchas de las cosas que hacen pueden confundirnos y dejarnos preguntándonos qué diablos está pasando. Una de ellas es que ocupan un lugar de honor en el lugar donde ponemos la cara por la noche, afirmando que esa es su posición favorita para dormir. Hay muchas razones por las que los gatos duermen en nuestras almohadas. Veamos en profundidad las razones.
#1 Calor corporal

Los gatos tienen una temperatura corporal naturalmente alta y les encanta estar calientes.
Seamos realistas, no hay nada más acogedor que estar acurrucado en la cama. Tu gato ve lo que haces y quiere sacar provecho de ello. A los gatos no les gusta sufrir el frío. Pasan gran parte del día buscando un lugar cálido para relajarse. Nuestras cabezas liberan mucho calor y son una de las partes más cálidas de nuestro cuerpo.
Hacen que nuestras almohadas sean muy cálidas y acogedoras. La temperatura corporal central de los gatos suele ser más alta que la de los humanos y les gusta mantenerla. Esto significa que siempre están buscando algo cálido con lo que acurrucarse para mantener su temperatura central como debería estar. Nuestras almohadas suelen ser el lugar ideal para nuestros gatos, ya que son cómodas y suaves y también uno de los lugares más cálidos de la casa.
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#2 Amor y afecto

Los gatos pueden formar vínculos fuertes con sus cuidadores y les gusta estar cerca de ellos.
Una de las razones por las que tu gato se acurruca por la noche en tu almohada es para demostrar su amor y adoración hacia su cuidador principal (¡es decir, tú!). Cuando estamos en la cama, por lo general, nuestros gatos solo pueden ver nuestras cabezas. A los gatos les encanta acurrucarse junto a nuestras cabezas para expresar su amor por nosotros y estar cerca de nosotros. A menudo, también comienzan a ronronear y a amasar nuestra almohada.
Todos estos son elementos normales del comportamiento de los gatos cuando están cómodos y contentos. A los gatos les gusta frotarse contra las criaturas u objetos que aman. Esta es una forma de marcar su territorio y decir que somos de su propiedad. Cuando frotan sus caras contra nosotros, estimulan glándulas especiales en su cuerpo que liberan feromonas.
Estas feromonas son mensajeros químicos que le indican al gato que se encuentra en un lugar seguro y familiar y que no hay nada que temer. Históricamente, y en estado salvaje, los gatos siempre han vivido en grandes grupos sociales. Todos dormían juntos como una familia. Cuando tu gato era un cachorro diminuto, toda la camada dormía encima de los demás y de su madre.
Tu gato te considerará parte de la familia, por lo que es natural que se sienta atraído hacia ti a la hora de dormir. Es bien sabido entre los dueños de gatos que los gatos no pierden el tiempo con criaturas (felinos o humanos) que no les gustan. Si tu gato se acurruca junto a ti, es una señal inequívoca de que te adora.
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#3 Confianza y protección

Los gatos son vulnerables cuando duermen, por eso eligen el lugar más seguro para echarse una siesta
Los gatos son, por encima de todo, criaturas sumamente instintivas. Es posible que tu gato se coloque en la parte superior de la cama, por encima de tu cabeza, como punto de observación para una vigilancia digna de un francotirador. A los gatos les gusta colocarse en un punto alto para tener una buena vista de toda la habitación y así poder estar alerta ante posibles amenazas o intrusos.
Los gatos también pueden tumbarse o sentarse dándonos la espalda cuando duermen. Puede parecer que nos están dando la espalda, pero en realidad es un gran cumplido. Si un gato se sienta así, nos está mostrando su lado vulnerable y desprevenido.
Esto significa que confían plenamente en nosotros, ya que no sienten la necesidad de mantenerse alerta cuando estamos cerca. Sin embargo, puede resultar un poco molesto darse vuelta en mitad de la noche y encontrarse con la cara llena de pelusa. Y si tu gato duerme inquieto, la experiencia también puede volverse algo incómodo.
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#4 Miedo o estrés

Los gatos pueden buscar a sus dueños para recibir cuidados y consuelo
Otra razón por la que los gatos se acurrucan en nuestras almohadas puede ser porque están estresados o tienen miedo de algo. Si tu gato se asusta fácilmente o es un gato ansioso, a menudo buscará a su cuidador principal para que lo consuele y lo tranquilice. Si tienes un vínculo fuerte con tu gato, te asociará con protección.
Tu presencia es su lugar seguro. Tu aroma los calmará y los tranquilizará. Si no pueden encontrarte, a menudo buscarán algo que huela intensamente a ti. Tu almohada sin duda cumple con este requisito (dependiendo de la última vez que la hayas lavado, ¡no te juzgo!).
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#5 Afirmar el dominio

Los gatos pueden usar su posición para dormir para demostrar su fuerte vínculo contigo a otras mascotas del hogar.
Es posible que tu gato intente demostrar sutilmente su dominio cuando duerme en tu almohada. Los gatos tratan a todos los miembros de la familia (felinos, humanos y cualquier otra criatura) como parte de su tribu. Para ellos, en esta tribu existe una estricta jerarquía. A los gatos les gusta establecer quién es el gato que está en la cima de la jerarquía. Esto es especialmente relevante en hogares con varios gatos.
Si tu gato empieza a dormir en tu almohada cuando introduces un nuevo gato o cachorro en la casa, es su forma de decir que es el rey o la reina de la casa y que tiene el título de gato principal. Le está demostrando a los demás gatos que es el número 1 al dormir cerca de ti, el cuidador principal.
Puede que haya algo de celos, y sienten la necesidad de demostrar que son los que mandan en la casa. Además, les da una ventaja de altura sobre los demás gatos.
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Conclusión

Los gatos duermen entre 12 y 18 horas al día, por lo que necesitan un lugar súper cómodo.
Los gatos eligen lugares muy extraños para dormir la siesta. Hay muchos factores que influyen en su elección. No se trata solo de la calidez y la comodidad. Sentirse seguro y a salvo también ocupa un lugar destacado en su lista de prioridades.
Si tu gato ha decidido dormir en tu almohada por la noche, esto suele ser una señal de que tienes un hermoso vínculo con él. Si no quieres compartir tu almohada con tu bebé peludo, eso también está bien. Encontrar un equilibrio en el que tú y tu gato estén felices y contentos es lo más importante.
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