Este artículo tiene como objetivo explicar los detalles de las enfermedades de la médula ósea en los gatos, un problema común y grave. El propósito es ofrecer una explicación clara y sencilla sobre los tipos de problemas que pueden afectar la médula ósea felina, para ayudar a los dueños de gatos a comprender qué ocurre si sus mascotas se ven afectadas.
¿Dónde se encuentra la médula ósea en los gatos y cuál es su función?
La médula ósea se encuentra en el núcleo interno de la mayoría de los huesos de los gatos. Es una sustancia blanda y esponjosa de color rojo, encargada de la producción de las células sanguíneas, incluyendo los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas.
¿Qué es la enfermedad de la médula ósea?
La enfermedad de la médula ósea hace referencia a cualquier condición en la que esta deja de funcionar correctamente. También se conoce como insuficiencia de la médula ósea. Existen varios tipos de enfermedades, pero todas afectan la capacidad de la médula ósea para funcionar, lo que provoca una producción reducida de células sanguíneas o una producción excesiva de células sanguíneas anormales.
Los síntomas de la enfermedad son causados por los niveles alterados de las células sanguíneas. No hay una causa común única, ya que cada tipo de trastorno de la médula ósea tiene un origen distinto.
¿Qué tan común es la enfermedad de la médula ósea?
Los trastornos de la médula ósea son un problema poco frecuente en los gatos: como veterinario en una clínica con mucha actividad, es posible que vea solo unos pocos casos al año.
Causas de la enfermedad de la médula ósea en los gatos
La enfermedad de la médula ósea tiene dos tipos amplios, y cada uno de ellos se divide en subtipos según la causa subyacente.
Aumento de la producción de células sanguíneas y plaquetas
Varios tipos de cáncer de médula ósea implican el desarrollo de células cancerosas anormales en la médula ósea, lo que conduce a la producción de células sanguíneas anormales.
Estos incluyen:
- Leucemia, que implica el desarrollo de células hematopoyéticas cancerosas en la médula ósea y, a veces, en el torrente sanguíneo. Existen subtipos de leucemia que se describen en función del tipo específico de glóbulo blanco que está sujeto a la proliferación cancerosa: las células principales son los linfocitos, los granulocitos (neutrófilos, basófilos y eosinófilos), así como las plaquetas, todas las cuales se producen en cantidades normales en la médula ósea sana.
- Leucemia linfoblástica aguda (LLA) en la que los linfoblastos inmaduros (la versión temprana de los linfocitos) se producen en cantidades mayores de lo normal.
- La leucemia mieloide aguda (LMA) implica la producción cancerosa de células hematopoyéticas no linfoides inmaduras, lo que luego conduce a una gran cantidad de células inmaduras en la médula ósea y en otras partes del cuerpo.
- La leucemia mieloide crónica (LMC) implica la sobreproducción cancerosa de glóbulos blancos distintos de los linfocitos (los llamados granulocitos, que son principalmente neutrófilos, pero a veces también eosinófilos y basófilos). Todos ellos se encuentran en una muestra de sangre normal, pero en esta afección, hay cantidades elevadas y pueden parecer anormales.
- La leucemia eosinofílica crónica (LEC) es una forma rara de la enfermedad en la que la proliferación cancerosa produce un tipo particular de glóbulo blanco en grandes cantidades, el eosinófilo; en esta afección, se encuentran grandes cantidades de eosinófilos en el torrente sanguíneo.
- La leucemia linfocítica implica el desarrollo de linfocitos cancerosos en la médula ósea. Los linfocitos neoplásicos también pueden originarse ocasionalmente en el bazo. Las células neoplásicas pueden o no observarse en las muestras de sangre.
- Las llamadas leucemias aleucémicas describen un tipo de leucemia en la que hay células cancerosas en la médula ósea, pero no se observan células sanguíneas anormales en el torrente sanguíneo.
- El síndrome mielodisplásico (SMD) es un tipo poco común de cáncer de médula ósea en el que se produce una proliferación cancerosa de las células productoras de células sanguíneas en la médula ósea. El signo clave es la reducción de células en el torrente sanguíneo (denominada citopenia) debido a la producción reducida de células sanguíneas, así como a la presencia de células sanguíneas que parecen anormales.
- La trombocitosis primaria es otro tipo raro de cáncer en el que se produce una proliferación cancerosa de megacariocitos (que son las células que se convierten en plaquetas). Se detecta un aumento de la cantidad de plaquetas en el torrente sanguíneo (trombocitosis) y es posible que las plaquetas no funcionen con normalidad.
Reducción de la producción de células sanguíneas y plaquetas
La función de la médula ósea es producir células sanguíneas y existen diversas situaciones en las que la médula ósea puede dejar de realizar esta función con normalidad.
- La pancitopenia es una afección poco común en la que la médula ósea deja de producir una amplia variedad de células sanguíneas. Esto puede deberse a toxinas y se relacionó con un alimento específico para gatos producido en una fábrica específica durante el verano de 2021. La anemia aplásica es el resultado de este tipo de problema, y la aplasia de la médula ósea indica que la médula ósea está inactiva y no produce células como debería.
- La mielofibrosis es una enfermedad en la que el tejido normal productor de células sanguíneas en la médula ósea es reemplazado por tejido fibroso, lo que conduce a una reducción de la producción general de células sanguíneas y plaquetas.
- La neoplasia metastásica es una afección en la que el cáncer se propaga a la médula ósea desde un cáncer primario en otra parte del cuerpo. Las áreas de la médula ósea ocupadas por este nuevo tejido canceroso no pueden producir células sanguíneas con normalidad, lo que conduce a una reducción de la producción general de células sanguíneas y plaquetas.
- La neutropenia inmunomediada (NIM) describe la situación en la que el sistema inmunitario del organismo destruye sus propios neutrófilos, tanto en el torrente sanguíneo como en el lugar de su formación, en la médula ósea. El resultado es una reducción del recuento de neutrófilos en el torrente sanguíneo. Esto es excepcionalmente raro en los gatos.
Enfermedades que causan anemia al dañar las células sanguíneas y las plaquetas
También existen afecciones que pueden imitar la enfermedad de la médula ósea y que pueden necesitar ser descartadas debido a que inicialmente los signos pueden ser similares en algunos aspectos.
- La anemia hemolítica inmunomediada (AHMI) ocurre cuando el sistema inmunológico comienza a atacar los glóbulos rojos del propio cuerpo, lo que provoca anemia. Sin embargo, la médula ósea sana suele responder a la anemia y produce nuevas células sanguíneas para compensar las que se destruyen.
- La trombocitopenia inmunomediada (IMT) describe la situación en la que el propio sistema inmunológico del cuerpo produce anticuerpos contra las plaquetas, destruyéndolas y dando lugar a una reducción del recuento de plaquetas en el torrente sanguíneo (trombocitopenia) y a los signos de enfermedad asociados a ella.
- Mycoplasma haemofelis, un parásito de la sangre, puede causar la destrucción de los glóbulos rojos, lo que provoca anemia.
- Algunos gatos con enfermedades gastrointestinales crónicas pueden sufrir deficiencia de hierro, lo que puede estar relacionado con algunos tipos de anemia.
Síntomas de la enfermedad de la médula ósea en los gatos

La observación principal para muchos dueños de gatos puede ser simplemente que su mascota está vagamente enferma, con síntomas como inapetencia, letargo y, a veces, pérdida de peso, vómitos y diarrea.
- Los signos clínicos de la enfermedad de la médula ósea varían según el tipo de enfermedad y a menudo son inespecíficos.
- Para la mayoría de los dueños de gatos, la observación principal puede ser simplemente que su mascota está vagamente indispuesta, con signos como inapetencia, letargo y, a veces, pérdida de peso (que es común en muchos tipos de enfermedades crónicas). Se pueden observar vómitos y diarrea, con dolor abdominal y, a veces, un abdomen agrandado. En raras ocasiones, se pueden observar otros signos como dolor en las articulaciones y ganglios linfáticos agrandados (linfadenopatía).
- Otros signos posibles incluyen cambios en el color de las membranas mucosas (a veces pálidas, en otros casos amarillas debido a la ictericia).
- Si está involucrado alguno de los problemas de médula ósea que causan anemia, además de membranas mucosas pálidas, puede haber taquicardia (frecuencia cardíaca acelerada), taquipnea (respiración rápida) y un soplo cardíaco.
- Si se ve afectada alguna de las enfermedades que afectan a las plaquetas, la coagulación sanguínea puede verse afectada y pueden observarse signos de hemorragia, como pérdida de sangre por las encías, epistaxis (hemorragia nasal) o sangre en la orina o las heces. Pueden observarse signos de sangrado debajo de la piel (las llamadas petequias y equimosis, que representan hemorragias de pequeños vasos sanguíneos) en lugares como la piel fina de la parte inferior del abdomen y los pabellones auriculares.
Diagnóstico de la enfermedad de la médula ósea
Si tu veterinario sospecha que tu gato puede tener una enfermedad de la médula ósea, podrían tomarse los siguientes pasos.
1. Historial detallado
Tu veterinario revisará todos los aspectos de la condición y la salud general de tu gato. Existen otras enfermedades que pueden generar los mismos síntomas que la enfermedad de la médula ósea, y esta información ayudará a diferenciar las posibles causas.
Te puede ser útil anotar todas las observaciones sobre lo que hayas notado que sea inusual en tu gato antes de la visita, para no olvidar ningún detalle importante.
2. Examen físico
Tu veterinario examinará a fondo a tu gato, buscando signos de enfermedad de la médula ósea mencionados anteriormente. También realizará una auscultación del pecho de tu gato (escuchando con un estetoscopio) para detectar signos como un soplo cardíaco, que podría indicar anemia.
Se evaluarán cuidadosamente otros posibles síntomas de la enfermedad de la médula ósea (como articulaciones dolorosas, ganglios linfáticos inflamados, etc.). Además, tu gato será pesado y se comparará con visitas anteriores.
3. Análisis de sangre y orina de rutina
Es muy probable que tu veterinario realice análisis de sangre rutinarios en la primera consulta, incluyendo el panel habitual de pruebas diagnósticas, como hematoanálisis (recuento de células sanguíneas o hemograma completo – CBC) y perfiles bioquímicos.
Esto incluirá un volumen de células empaquetadas (PCV), que es una medición útil para evaluar la cantidad de glóbulos rojos (RBCs) en casos de anemia. También se suele realizar un análisis de orina rutinario.
Estas pruebas se hacen con frecuencia en el mismo consultorio, lo que permite obtener resultados rápidamente, y proporcionarán información general valiosa que guiará qué otras pruebas deben realizarse. En este sentido, son pruebas de detección que también ayudan a descartar otras condiciones, como enfermedades renales que también pueden causar anemia, o problemas subyacentes que podrían influir en el plan de tratamiento.
4. Análisis de sangre especializados
Si se sospecha una enfermedad de la médula ósea, es posible que el veterinario desee enviar muestras de sangre a un laboratorio externo para que un hematólogo especializado pueda realizar una revisión detallada en persona del frotis de sangre. Se pueden medir los niveles precisos de hemoglobina.
Es relativamente rápido y sencillo diagnosticar la anemia, pero se necesita un examen más detallado de las muestras de sangre para diferenciar las diferentes causas de anemia, por ejemplo, anemia hemolítica (anemia causada por la destrucción de glóbulos rojos en lugar de una enfermedad de la médula ósea), anemia regenerativa (anemia en la que la médula ósea está sana y produce activamente nuevas células sanguíneas) y anemia no regenerativa (anemia en la que la médula ósea no produce nuevas células sanguíneas, es decir, enfermedad de la médula ósea).
Tu veterinario también puede recomendar análisis de sangre específicos para algunas infecciones virales como el virus de la leucemia felina (FeLV) y el virus de la inmunodeficiencia felina (VIF), ya que a menudo están relacionados con enfermedades de la médula ósea, incluida la leucemia.
5. Otras pruebas
Se pueden realizar radiografías (rayos X) y ecografías para descartar otras enfermedades subyacentes que puedan causar signos similares de enfermedad o que podrían causar complicaciones.
Tu veterinario te aconsejará sobre qué investigaciones detalladas son necesarias.
6. Biopsia de médula ósea
Si bien las pruebas enumeradas anteriormente pueden proporcionar evidencia sólida de la sospecha de una enfermedad de la médula ósea, la única forma de confirmar una enfermedad específica es realizar una biopsia de médula ósea.
Se trata de un procedimiento relativamente invasivo que implica anestesia general y luego el uso de un instrumento tipo aguja para atravesar el hueso hasta la médula ósea y recolectar una pequeña cantidad de tejido mediante un proceso conocido como aspiración de médula ósea.
Esta muestra se envía luego al laboratorio para que un patólogo la analice en detalle. Este procedimiento casi siempre es necesario para confirmar un diagnóstico sospechoso de enfermedad de la médula ósea.
7. Derivación a un especialista
La enfermedad de la médula ósea puede ser compleja, y en ocasiones tu veterinario puede recomendarte consultar a un especialista en medicina interna para un diagnóstico más detallado y tratamientos más complejos.
Tratamiento de enfermedades de la médula ósea

El pronóstico depende completamente del tipo específico de enfermedad de la médula ósea: tu veterinario te orientará sobre las expectativas concretas según el diagnóstico preciso que se haya realizado.
El tratamiento de la enfermedad de la médula ósea depende completamente del tipo específico de enfermedad.
- Para los cánceres de médula ósea, se pueden usar diferentes tipos de quimioterapia.
- En los casos de enfermedades autoinmunes que afectan la médula ósea, las células sanguíneas o las plaquetas, a menudo se recomienda terapia inmunosupresora.
- Para todos los tipos de anemia, puede recomendarse una transfusión de sangre.
- En casos de anemia, también se puede recomendar eritropoyetina.
- Tu veterinario te orientará sobre el tratamiento más adecuado para tu gato según su situación particular.
Seguimiento y pronóstico
Para el monitoreo, además de los chequeos físicos frecuentes, se pueden tomar muestras de sangre repetidas para seguir los cambios en tu gato, comparando los resultados con mediciones anteriores para evaluar su progreso.
El pronóstico depende completamente del tipo específico de enfermedad de la médula ósea: tu veterinario te orientará sobre las expectativas concretas según el diagnóstico preciso que se haya realizado.
Conclusión
La enfermedad de la médula ósea es una condición grave que puede afectar a los gatos. Prestar atención cuidadosa a la salud general del gato, incluyendo la vacunación regular para protegerlo contra causas virales, es fundamental para prevenir el problema. Además, recibir atención veterinaria de inmediato es clave si un gato muestra alguno de los síntomas de esta enfermedad.