Cáncer de ojo en gatos: causas, síntomas y tratamiento

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Un gato gris tuerto yace en el alféizar de la ventana. Enfermedad. Tumor maligno del ojo izquierdo. Intervención quirúrgica. Extirpación del globo ocular.

El tratamiento del cáncer ocular puede implicar la extirpación quirúrgica de todo el ojo (llamada enucleación). yanatereshchenko_89 / Shutterstock.com

El cáncer ocular en gatos no es común, pero sí llega a presentarse. Si notas algo extraño en el ojo de tu gato—como enrojecimiento, hinchazón, secreción o que entrecierra el párpado—lo mejor es acudir de inmediato con el veterinario. En este artículo conocerás todo sobre este tipo de cáncer: desde las señales que pueden alertarte hasta las opciones de tratamiento disponibles.

Tipos de cáncer ocular en gatos

El cáncer ocular puede desarrollarse en los gatos, al igual que el cáncer puede afectar a cualquier otra parte del cuerpo de un gato. Cualquier parte del ojo puede verse afectada, pero hay siete manifestaciones más comunes.

  1. Neoplasia del párpado: Aparece un crecimiento en el párpado superior o inferior. Las neoplasias del párpado pueden ser benignas (como los adenomas) o malignas (como los adenocarcinomas o carcinomas de células escamosas, que son comunes especialmente en los gatos blancos).
  2. Neoplasia del tercer párpado: Aparece un crecimiento en el tercer párpado, que es una estructura membranosa ubicada en la cara interna de los párpados y que normalmente está oculta a la vista.
  3. Neoplasia conjuntival: Se desarrolla un crecimiento en la conjuntiva, que es el tejido blando que recubre el interior de los párpados, la superficie del globo ocular y el revestimiento de la cuenca del ojo.
  4. Tumores del iris: Un tipo común de cáncer infiltrante puede afectar el iris o el cuerpo ciliar y la coroides (la parte coloreada del ojo, que forma el tejido que rodea la pupila). Esto se conoce como melanoma maligno, melanomas del iris, melanosis del iris, melanoma uveal o melanoma difuso del iris felino. Se presenta como un área agrandada de pigmento oscuro en el iris causada por melanocitos cancerosos (células que producen pigmento o melanina).
  5. Otros tipos de tumores dentro del ojo: Algunos ejemplos son el sarcoma postraumático ocular felino (FOPTS), un cáncer que puede aparecer en gatos mayores con antecedentes de traumatismo ocular o enfermedad ocular crónica, como uveítis crónica. Suele provocar un ojo blanco opaco, con una inflamación intraocular importante, destrucción del cristalino y ceguera total.
  6. Tumores de otras estructuras alrededor del ojo: El hueso y los tejidos blandos que forman la cuenca del ojo, que encierra el globo ocular, pueden desarrollar una variedad de cánceres diferentes, incluidos tumores de células fusiformes, tumores de células redondas, fibrosarcomas y osteosarcoma/condrosarcoma.
  7. Linfoma/linfosarcoma: Esta enfermedad generalizada puede aparecer como un tipo de cáncer del interior del globo ocular.

Causas del cáncer ocular

Primer plano de la cara de un gato británico enfermo. Prolapso del siglo III, prolapso de la glándula lagrimal

En algunos casos, un tercer párpado que sobresale puede ser causado por un crecimiento canceroso. newsony / Shutterstock.com

En la mayoría de los casos, no se conoce la causa del cáncer ocular en los gatos. Las influencias sospechadas más habituales incluyen la genética, la exposición a ciertas sustancias químicas, la radiación ultravioleta (luz solar), otros factores ambientales y, específicamente en el caso del linfosarcoma, el virus de la leucemia felina (FeLV).

Síntomas del cáncer ocular

El síntoma principal es un cambio en la apariencia del ojo afectado. Esto puede ser sutil en las primeras etapas (por ejemplo, un cambio en el color del iris o una leve hinchazón de uno de los párpados), pero se vuelve más evidente a medida que pasa el tiempo y el cáncer se desarrolla (por ejemplo, una masa visible en un párpado).

En ocasiones, el globo ocular puede estar hundido (enoftalmos) o puede sobresalir (exoftalmos) si hay un crecimiento en la parte posterior del ojo. La forma de la pupila puede cambiar y puede desarrollarse un glaucoma secundario, luego del bloqueo del ángulo iridocorneal por tejido canceroso que obstruye el drenaje normal de líquido del globo ocular.

En afecciones generalizadas (como el linfoma), pueden observarse otros signos relacionados con la enfermedad sistémica (por ejemplo, ganglios linfáticos agrandados, letargo, inapetencia, etc.).

Diagnóstico del cáncer ocular

Si llevas un gato que presenta signos que sugieren cáncer ocular a un veterinario, se podrían tomar las siguientes medidas:

Historial médico detallado

El veterinario hablará contigo sobre distintos aspectos relacionados con la salud y el bienestar general de tu gato. Aunque parezca que no tiene relación directa con un problema evidente—como una masa en el párpado—es fundamental que tenga un panorama completo de su estado de salud.

También podría preguntarte sobre su estilo de vida (si vive dentro de casa o sale al exterior, cómo se alimenta, sus hábitos en el arenero, entre otros). Es posible que te consulte sobre contacto con sustancias tóxicas, como productos de jardinería, plantas venenosas, medicamentos o tratamientos antipulgas. Además, buscará reconstruir la evolución del problema, preguntando desde cuándo notaste cambios en el ojo, incluso si fue hace semanas o meses.

Examen físico

Después, el veterinario revisará a tu gato con atención: tomará su temperatura, medirá la frecuencia cardíaca y auscultará corazón y pulmones con un estetoscopio. También palpará todo su cuerpo. Esta evaluación general le permitirá tener una idea clara de su estado de salud.

Luego centrará la atención en los ojos, examinándolos con cuidado. Usará una luz intensa y un oftalmoscopio —que permite ver con aumento— para observar cada detalle. Prestará especial atención a cualquier cambio en la pigmentación del iris, con el fin de distinguir si se trata de pecas inofensivas o de lesiones más preocupantes.

Es común que tome una fotografía (a menudo con el celular) para llevar un registro visual de la evolución. Además de buscar tumores oculares primarios, también explorará si hay señales de que el cáncer se haya extendido a otras partes del cuerpo, todo mediante esta revisión minuciosa.

Pruebas de laboratorio de rutina

Es probable que el veterinario realice análisis de sangre, que incluyen un hemograma completo y un perfil bioquímico para evaluar el funcionamiento del hígado, los riñones y otros parámetros importantes. También suele solicitarse un examen de orina.

Además, podría recomendar pruebas para detectar infecciones virales comunes como la leucemia felina (FeLV) y el virus de inmunodeficiencia felina (VIF). Estas forman parte de un chequeo general y pueden estar relacionadas con enfermedades sistémicas como el linfoma, que en algunos casos también se asocia con el cáncer ocular.

Diagnóstico por imágenes

En algunos casos poco comunes, el veterinario podría indicar radiografías del cráneo o una ecografía ocular para obtener más información sobre los cambios en la zona que podrían estar relacionados con cáncer en el ojo. También puede sugerir radiografías de tórax y una ecografía abdominal para detectar metástasis, es decir, la posible diseminación del cáncer a otras partes del cuerpo. En ciertas situaciones, incluso podría recomendar estudios de imagen más avanzados, como una tomografía computarizada (CT) o una resonancia magnética (MRI).

Biopsia

En raras ocasiones, se toma una muestra del ojo afectado para analizarla en el laboratorio, lo cual a veces es necesario para confirmar con certeza el tipo de cáncer ocular. Esta toma de muestra puede realizarse junto con una cirugía con fines curativos. Por ejemplo, el veterinario podría hacer una biopsia escisional para retirar un tumor en el párpado y enviar todo el tejido extraído a análisis histopatológico.

Derivación a un oftalmólogo veterinario

Melanoma del iris en gatos adultos, pigmentación del iris

En el caso del melanoma del iris, se puede extirpar todo el ojo. Todorean-Gabriel / Shutterstock.com

En ciertos casos, se recomienda acudir con un oftalmólogo veterinario, ya que cuenta con el equipo y la experiencia necesarios para abordar problemas oculares más complejos. Tu veterinario de cabecera puede ayudarte a gestionar la referencia y coordinar la cita.

Tratamientos para el cáncer ocular

El tratamiento recomendado depende del tipo específico de cáncer ocular. En general, cuando hay problemas en los ojos, el veterinario puede recetar colirios—como lubricantes, antibióticos o antiinflamatorios—para controlar infecciones e inflamación que pueden aparecer como complicaciones asociadas.

En casos de tumores en el párpado, tercer párpado o conjuntiva, si el crecimiento no causa molestias (como presión sobre el globo ocular), podría no ser necesario intervenir. Pero si representa un riesgo, se sugiere extirparlo por completo mediante cirugía. A veces basta con retirar solo el tumor, incluso con láser si se trata de zonas delicadas. En ciertos casos, la criocirugía (congelación del tejido) también es una alternativa.

Hay situaciones en las que el tumor no puede eliminarse sin extraer el ojo por completo (enucleación). Aunque puede sonar drástico, los gatos se adaptan sorprendentemente bien a vivir con un solo ojo.

Por lo general, el tejido extirpado se envía a análisis histopatológico, lo que permite confirmar el diagnóstico, definir un plan de tratamiento y anticipar el pronóstico con mayor precisión.

En algunos tipos de cáncer, se puede considerar una terapia complementaria después de la cirugía, como radioterapia o quimioterapia, aunque esto no es habitual.

La melanosis del iris es un tipo de cáncer infiltrante que afecta el interior del ojo y no puede extirparse como un tumor externo. En estos casos, también se recomienda la enucleación.

El linfoma o linfosarcoma es una enfermedad sistémica que requiere un enfoque integral, normalmente con quimioterapia de múltiples agentes. Tu veterinario diseñará un tratamiento personalizado según las características del caso.

Consejos para el cuidado de los gatos

Cuando tu gato presenta algún problema ocular, hay ciertos aspectos que conviene tener en cuenta para facilitar su cuidado y reducir el estrés tanto para él como para ti.

  • Monitoreo: Es fundamental observar con atención cualquier signo que indique una recaída, como entrecerrar o cerrar completamente el ojo, secreciones, frotarse con la pata o cambios visibles en su aspecto.
  • Revisiones veterinarias: El seguimiento será constante según lo indique tu veterinario. Al principio, es probable que las visitas sean frecuentes (por ejemplo, una vez al mes), y con el tiempo podrían espaciarse cada seis meses o incluso una vez al año.
  • Medicación: Es posible que tu gato necesite varios medicamentos, incluyendo colirios de distintos tipos, como lubricantes o antibióticos. Llevar un registro con horarios, dosis y fechas de revisión puede ayudarte a mantener todo bajo control sin omisiones.
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Dr. Pete Wedderburn, DVM

El Dr. Pete Wedderburn se graduó como veterinario en Edimburgo en 1985 y ha dirigido su propio consultorio de cuatro veterinarios con animales de compañía en el condado de Wicklow, Irlanda, desde 1991. Pete es muy conocido como un veterinario de los medios con apariciones regulares en la televisión, la radio y los periódicos nacionales, incluidos una columna semanal en el Daily Telegraph desde 2007. Pete es conocido como "Pete el veterinario" en sus ocupadas páginas de Facebook, Instagram y Twitter, y publica periódicamente información sobre temas de actualidad y casos de la vida real de su clínica. También escribe un blog habitual en www.petethevet.com. Su último libro: “Pet Subjects”, fue publicado por Aurum Press en 2017.