Los gatos son increíblemente curiosos, y a veces eso les juega en contra. Cualquier bicho que salte o vuele puede llamar su atención de inmediato. El problema es que las abejas, avispas y otros insectos no dudan en picar o morder si se sienten amenazados. Por eso, necesitas saber cómo identificar una picadura, qué hacer para ayudar a tu gato y cuándo acudir al veterinario.
Causas de picaduras de insectos en gatos
Las picaduras de insectos son bastante comunes en gatos. Si alguna vez has visto a tu gato perseguir una mosca, sabes que puede hacer de todo por atraparla. Por suerte, una mosca común no pica, pero muchos otros insectos sí lo hacen.
Los más conocidos por sus picaduras son:
- Abejas
- Avispas
- Avispones
Como las heridas suelen parecerse, también hay que hablar de mordeduras. Entre los insectos y arácnidos que muerden con mayor frecuencia están:
- Mosquitos
- Garrapatas
- Pulgas
- Arañas
- Hormigas
- Moscas (en especial las negras, tábanos, de la arena y jejenes)
Muchos tutores preguntan por los ciempiés domésticos, esos que aparecen corriendo por la casa o quedan atrapados en la tina o el lavabo. Aunque despiertan mucha curiosidad en los gatos, la empresa de control de plagas Orkin señala que sus diminutas piezas bucales apenas pueden morder.
La mayoría de estos encuentros ocurren al aire libre, sobre todo en los meses cálidos, cuando hay más insectos. Si tu gato sale de casa, las probabilidades de que se cruce con alguno aumentan.
Aun así, los gatos de interior no están exentos. Arañas, avispas y avispones pueden colarse por rendijas, ventanas mal cerradas, mosquiteros rotos o incluso cuando abres la puerta. Y un gato casero, ante un insecto intruso, lo más probable es que lo investigue.
A veces, los encuentros son accidentales: pueden pisar un insecto o acercarse a un nido sin darse cuenta. Pero otros, como mosquitos, pulgas y garrapatas, van directamente en busca de animales de sangre caliente, y tu gato no es la excepción.
En muchos casos, una picadura o mordedura —especialmente de abeja, avispa, avispón o araña— ocurre cuando el gato intenta cazar al insecto.
Síntomas de picaduras de insectos en gatos
Las mordeduras y picaduras de insectos pueden presentar síntomas muy similares. Aunque también hay variaciones según el tipo de insecto o araña, en general puedes detectar que se trata de una picadura si notas lo siguiente:
- Uno o varios bultos rojos e inflamados
- Molestia o irritación evidente en la zona
- Aparición repentina de los síntomas
- Un maullido fuerte justo antes de que comenzaran los signos
- Comportamiento frenético o errático justo después del incidente
- A veces hay testigos del encuentro con un insecto o araña
Según el insecto o arácnido involucrado, esto es lo que podrías observar:
Abejas: Suelen dejar el aguijón incrustado, así que podrías verlo en la piel. También es posible que haya más de una picadura si ocurrió cerca de una colmena.
Avispas y avispones: No pierden el aguijón, por lo que pueden picar varias veces. Es común encontrar múltiples picaduras si hubo un ataque.
Mosquitos: Prefieren zonas con poco pelo, como nariz y orejas. A diferencia de los humanos, los gatos no suelen desarrollar ronchas grandes y blancas, sino pequeños bultos rojos.
Pulgas: Las picaduras son diminutas y normalmente hay varias. Más allá de las marcas, lo que llama la atención es el rascado constante. A veces puedes ver las pulgas, aunque si hay pocas, pueden pasar desapercibidas.
Hormigas: Se sienten atraídas por la comida, incluso por restos en el plato de tu gato. Aunque pueden morder, no es muy común. La excepción son las hormigas de fuego del sur de Estados Unidos, cuyo veneno causa ardor intenso. Estas sí son agresivas, y sus picaduras suelen ser múltiples, con ampollas pequeñas y mucha picazón.
Garrapatas: Se adhieren a la piel durante al menos 24 horas para alimentarse. Por eso, lo habitual es encontrar la garrapata en el sitio de la mordida. Al caer, pueden dejar una pequeña costra que causa picazón.
Moscas: Sus mordidas pueden ser una o varias, con pequeños bultos rojos como señal.
Arañas: Por lo general, solo hay una mordedura. Al inicio puede no causar molestias, pero con el tiempo puede aparecer una pústula. Las más preocupantes son las de la viuda negra y la reclusa parda, cuyo veneno puede causar lesiones graves que requieren atención veterinaria.
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Complicaciones de las picaduras de insectos en los gatos

Algunos gatos tienen reacciones alérgicas a las picaduras de insectos, y estas pueden poner en peligro su vida.
Las complicaciones por mordeduras o picaduras de insectos en gatos se dividen en dos categorías principales. La primera es una reacción alérgica, que puede presentarse de inmediato o desarrollarse en las siguientes horas. Los síntomas a los que debes prestar atención son:
- Hinchazón intensa en cabeza o cuello (aunque la picadura no haya sido ahí)
- Dificultad para respirar, que puede notarse como jadeo o esfuerzo al inhalar
- Ronchas en cualquier parte del cuerpo; se sienten como círculos ligeramente elevados que levantan la piel y el pelaje. En zonas sin pelo, como el abdomen, se ven rojas y causan picazón
- Vómito o diarrea
- Babeo o salivación excesiva
- Inquietud o agitación
- Mareo o desorientación
- Convulsiones (muy poco comunes, pero posibles con insectos o arañas venenosas)
La segunda categoría corresponde a respuestas inmunológicas tardías, sobre todo en la piel. En estos casos, el gato puede desarrollar erupciones cutáneas, a veces lejos del lugar de la picadura. Dos ejemplos comunes son:
Hipersensibilidad a picaduras de mosquito: Algunos gatos desarrollan muchos pequeños bultos rojos, sobre todo en orejas y en el puente de la nariz. No son las picaduras como tal, sino una reacción en la piel.
Dermatitis alérgica por pulgas: Los gatos alérgicos a la saliva de las pulgas pueden presentar pequeños brotes de granitos rojos con costra, llamados pápulas. Esto se conoce como dermatitis miliar y es una reacción de la piel, no las picaduras en sí.
Además, al rascarse por la picazón, pueden generarse erupciones, irritación o incluso infecciones bacterianas en la piel.
Diagnóstico de picaduras de insectos en gatos
Si un insecto ha picado a tu gato, es posible que el veterinario necesite algo de contexto antes de evaluar la inflamación visible en la piel. Algunas picaduras pueden parecerse mucho a otras afecciones, como infecciones cutáneas, reacciones alérgicas o incluso algunos tipos de tumores.
Estas son algunas preguntas que podría hacerte:
- ¿Hace cuánto apareció el bulto o la hinchazón?
- ¿La zona le duele o le molesta a tu gato en casa?
- ¿Encontraste cerca un insecto, garrapata o araña?
- ¿Viste a tu gato intentando cazar o seguir un insecto dentro de casa?
- ¿Actualmente recibe tratamiento preventivo contra pulgas, garrapatas o gusano del corazón?
- ¿Tu gato vive exclusivamente dentro de casa o también sale?
Es posible que el veterinario sugiera hacer algunas pruebas para descartar otras causas. Entre ellas:
- Tomar una muestra con un hisopo de zonas enrojecidas, húmedas o irritadas para observarla al microscopio.
- Usar una aguja muy fina para extraer una muestra del bulto, inflamación o ampolla.
- Raspar suavemente la piel para descartar presencia de ácaros.
Sin una evidencia clara de contacto con un insecto, a veces es difícil determinar si una lesión se debe a una picadura o mordedura.
Si logras identificar al insecto, araña o garrapata responsable y puedes recogerlo sin riesgo, llévalo contigo a la consulta. Eso puede ser de gran ayuda.
Tratamientos para picaduras de insectos en gatos
Algunas picaduras o mordeduras de insectos no requieren cuidados complejos. Tu veterinario puede indicarte la dosis adecuada de un antihistamínico como difenhidramina (Benadryl) para administrar en casa, y también recetar una pomada para aplicar en la zona afectada.
Si notas que tu gato se rasca, muerde o lame insistentemente el área, es probable que el veterinario recomiende un collar isabelino (el “cono”) u otra medida para evitar que se lastime aún más.
En algunos casos, el antihistamínico no basta. Si la reacción es más intensa, puede ser necesario un medicamento con esteroides, como prednisolona, para controlar la respuesta del sistema inmunológico que está causando la hinchazón, la comezón y la molestia.
Cuando un gato se irrita demasiado la piel por rascarse o morderse, pueden aparecer infecciones bacterianas secundarias. En estos casos, puede ser necesario administrar antibióticos y otros tratamientos tópicos.
Aunque no es lo más común, algunas reacciones pueden volverse graves y requerir medicamentos inyectables, sueros intravenosos o atención hospitalaria. Si eso ocurre, tu veterinario podría derivarte a una clínica de urgencias o a un hospital especializado para brindar cuidados más intensivos.
Consejos para el cuidado de los gatos
Para las primeras picaduras, puedes darle algunos cuidados básicos en casa si todo parece estar bien.
Compresas frías: Si tu gato lo permite y puedes hacerlo con seguridad, aplica una bolsa de hielo, un paquete de guisantes congelados o una toalla fría sobre la zona afectada durante 5 a 10 minutos para reducir la inflamación. Envuelve la compresa en una toalla de papel o tela fina. Asegúrate de que no esté demasiado fría al tocarla con tu propia piel.
Precaución con lociones y cremas: Algunos productos pueden ser tóxicos para los gatos, así que consulta siempre con tu veterinario antes de aplicar cualquier cosa por tu cuenta.
Ten a mano Benadryl: Pide a tu veterinario la dosis correcta de difenhidramina para tu gato en caso de emergencia, así la tendrás lista si la necesitas. Evita usar Benadryl-D porque contiene pseudoefedrina, que es tóxica para los animales.
Evita que se lastime más: Si tienes un collar isabelino o “cono”, úsalo para proteger la zona y evitar que el gato se cause más daño o se infecte. También puedes recortar sus uñas o usar fundas para garras para disminuir el daño por rascado.
No vendas ni aprietes la zona: Aunque una prenda suelta que cubra la picadura pueda ayudar, no es recomendable envolver o vendar con fuerza una pata o extremidad, pues podría causar más daño.
Consulta al veterinario: Si la inflamación, el dolor o la irritación no disminuyen en unas horas o empeoran, llama a tu veterinario de confianza o a un centro de urgencias para que te indiquen qué hacer.
¿Cómo prevenir las picaduras de insectos en los gatos?

Reduce las probabilidades de que tu gato sea picado o mordido manteniéndolo en casa y aplicándole un antiparasitario.
Las picaduras y mordeduras de insectos no siempre se pueden evitar. Los gatos son gatos: les encanta perseguir todo lo que zumba, vuela o se arrastra, y no siempre podemos mantener la naturaleza fuera de casa. Pero sí puedes hacer algunas cosas para reducir el riesgo al máximo.
Mantén a tu gato dentro de casa: No siempre es posible para todos los gatos, pero tenerlo en un ambiente controlado disminuye las oportunidades de que sea picado o mordido, ya que afuera hay más insectos y parásitos.
Usa un control responsable de plagas: Según la zona, algunas casas son más propensas a invasiones de hormigas, avispas y avispones. Pulgas, garrapatas y mosquitos también pueden ser un problema, incluso en patios pequeños.
Si aplicas productos por tu cuenta, revisa bien los ingredientes y sigue las recomendaciones de seguridad. Nunca uses repelentes o insecticidas directamente sobre tu gato. Si contratas un servicio, asegúrate de que sepan que tienes mascotas.
Observa la actividad de tu gato: Los dueños suelen notar cuando algo capta de repente la atención de su gato y lo pone en modo caza. Si ves ese cambio, trata de intervenir si puedes hacerlo de forma segura. Aunque no sea un insecto, puede ser algo que prefieras evitar que manipule.
Usa medicamentos o repelentes preventivos: La mayoría de estos productos están diseñados para eliminar pulgas, garrapatas, parásitos intestinales o prevenir enfermedades. Pocos repelen insectos. Revisa siempre las indicaciones y limitaciones en las etiquetas.
Reflexiones finales
Como criaturas curiosas que disfrutan cazar e investigar, los gatos son propensos a picaduras y mordeduras de insectos. La mayoría no representan un problema grave y pueden tratarse en casa, pero siempre debes vigilar a tu gato para detectar cualquier señal de reacción alérgica que requiera atención veterinaria urgente.
Puedes ayudar manteniendo tu casa y jardín libres de plagas tanto como sea posible, y prestando atención cuando tu gato muestre un interés repentino por algo que zumba, vuela o se arrastra.
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