¿Has notado últimamente un olor extraño, como a pescado, en tu gato? Seguro te preguntas por qué huele así, sobre todo cuando se esfuerza tanto por mantenerse limpio. Si ese aroma desagradable ya llamó tu atención, sigue leyendo para descubrir qué lo provoca y cómo puedes solucionarlo.
1. Problemas de las glándulas anales
Las glándulas anales del gato, también llamadas sacos anales, están ubicadas a ambos lados del ano, aproximadamente en las posiciones de las 5 y las 7 en punto. Estas glándulas liberan una secreción de olor muy fuerte y penetrante que funciona como una marca de olor única. Al expulsar una hez firme y bien formada, se ejerce presión sobre las glándulas y el líquido sale a través de un conducto hacia el ano.
Tu gato también puede vaciar estas glándulas cuando siente miedo o estrés, lo que explica por qué, en ocasiones, puede oler a pescado. Si ocurre de forma esporádica, no hay de qué preocuparse. Aun así, conviene saber que estas glándulas pueden presentar complicaciones, aunque en gatos no es tan común como en perros.
Cuando los sacos no se vacían correctamente, las glándulas pueden “obstruirse”, lo que provoca acumulación del líquido y una posible inflamación. Si no se atiende a tiempo, puede desarrollarse una infección e incluso formarse abscesos dolorosos. Presta atención a estos signos:
- Olor fuerte y desagradable, similar al pescado
- Se arrastra con el trasero por el suelo
- Se lame con más frecuencia la zona trasera
- Piel roja o inflamada alrededor del ano
2. Infección del tracto urinario
Los gatos pueden sufrir infecciones del tracto urinario (ITU), que le dan a su orina un olor desagradable. Las ITU también pueden causar incontinencia. Es posible que queden gotitas de orina en el pelaje alrededor de la parte trasera, lo que produce un olor acre que persiste en el gato. Otros signos de una ITU incluyen:
- Esfuerzo para orinar
- Sangre en la orina (hematuria)
- Vocalizar al orinar
Si crees que tu gato tiene problemas para orinar, llévalo a un chequeo con tu veterinario.
3. Enfermedad dental
Mucha gente cree que el mal aliento en los gatos es algo normal, pero la boca de un gato sano no debería desprender olores desagradables. Si alguna vez te has alejado al oler el aliento de tu gato, es muy probable que tenga algún problema dental. De hecho, las enfermedades bucales son una de las afecciones más frecuentes en felinos.
Según un estudio de la American Veterinary Dental Society, el 70 % de los gatos desarrolla enfermedad periodontal antes de los 3 años. La placa y el sarro se acumulan en los dientes, favoreciendo la proliferación bacteriana y la inflamación de las encías (gingivitis). Con el tiempo, esto puede provocar la pérdida de piezas dentales y, en algunos casos, la formación de abscesos en la raíz.
Además del mal aliento, presta atención a estos signos de dolor dental:
- Dificultad para masticar o preferir un solo lado
- Dejar caer la comida mientras come
- Babeo excesivo
- Rascarse o tocarse la cara con las patas
Si tu gato presenta estos síntomas, el veterinario te recomendará una limpieza dental profesional, que incluye la eliminación de sarro, el pulido de los dientes y, si es necesario, la extracción de los que estén dañados.
Para evitar estas enfermedades, es fundamental mantener una rutina de cuidado dental en casa. Cepillar sus dientes todos los días con pasta específica para gatos es la manera más efectiva de reducir la placa. Puede ser complicado acostumbrar a gatos adultos, por eso es ideal comenzar desde pequeños. También existen otras alternativas, como aditivos para el agua y dietas especiales.
Durante el examen anual, el veterinario revisará la salud bucal de tu gato y estará encantado de resolver cualquier duda que tengas para mantener sus dientes en óptimas condiciones.
4. Gingivoestomatitis crónica felina

La gingivoestomatitis crónica felina puede provocar mal aliento entre otros síntomas.
La gingivoestomatitis crónica felina es una enfermedad inflamatoria grave que provoca úlceras en los labios, las encías, la lengua y la garganta. Como la afección es tan dolorosa, los gatos suelen tener menos apetito o se niegan a comer.
Se cree que se trata de un trastorno autoinmune, en el que el sistema inmunológico del gato reacciona de forma exagerada a niveles bajos de bacterias en la boca. Los virus, como el virus de la leucemia felina (FeLV) y el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV), y las enfermedades sistémicas, como la diabetes y la enfermedad renal crónica, también pueden contribuir a su desarrollo.
5. Problemas de aseo
Los gatos dedican gran parte de su tiempo despierto a acicalarse y mantenerse limpios. Cuando disminuye ese cuidado personal, pueden empezar a oler mal. Los gatos con sobrepeso suelen tener dificultades para acicalar ciertas zonas de su cuerpo.
Además, los gatos con artritis les cuesta alcanzar algunas áreas, sobre todo cerca de la parte trasera, debido al dolor y la rigidez. El veterinario podrá orientarte si crees que tu gato tiene sobrepeso o sufre artritis. Por otro lado, los gatos de pelo largo tienden a enredarse con facilidad y necesitan un cepillado frecuente.
6. Heridas e infecciones
Si tu gato ha tenido una pelea con otro, revisa si presenta hinchazón o molestias. La boca de los gatos está llena de bacterias, y las mordeduras pueden provocar abscesos dolorosos. Estos pueden romperse, liberando sangre, pus y un olor muy desagradable. Es fundamental llevar a tu gato al veterinario para que lo evalúe y recete antiinflamatorios y antibióticos.
Los gatos también pueden desarrollar infecciones en la piel, que generan olores fuertes. Estas infecciones suelen ser consecuencia de problemas subyacentes, como alergias o infestación de parásitos. Cuando esto ocurre, tu gato estará muy incómodo, con picazón intensa. Podrás notar piel inflamada y lesionada, pérdida de pelo, costras y escamas en su pelaje.
7. Infecciones del oído
Si tu gato tiene los oídos muy malolientes, es posible que tenga una infección de oído. Presta atención a la secreción cerosa excesiva, al aumento del rascado de oídos y a los movimientos de cabeza. Los ácaros del oído son la causa más común de infecciones de oído en los gatos. Otras causas incluyen:
- Alergias
- Cuerpos extraños (por ejemplo, semillas de césped)
- Crecimientos en los oídos (por ejemplo, tumores, pólipos)
- Sobrecrecimiento bacteriano o de levadura
El veterinario puede examinar los conductos auditivos de tu gato con un otoscopio. Además, puede tomar muestras para analizarlas al microscopio y detectar ácaros, bacterias o levaduras, antes de recomendar el tratamiento adecuado.
Reflexiones finales

No es habitual que los gatos huelan mal, así que habla con tu veterinario si no puedes averiguar qué está causando el olor a pescado.
Los gatos son animales muy limpios y dedican gran parte de su tiempo despierto a acicalarse. Si percibes un olor desagradable, como a pescado, intenta identificar de dónde proviene exactamente para saber qué otros síntomas debes observar.
Diversas afecciones médicas, como problemas en las glándulas anales, infecciones del tracto urinario o enfermedades dentales, pueden causar ese mal olor. Si te preocupa el aroma de tu gato, consulta con el veterinario para que le realice un chequeo completo.
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Crossley, D., & Smithson, A. (2022). Gingivitis and stomatitis. Vetlexicon. Recuperado el 27 de diciembre de 2022 de https://www.vetlexicon.com/treat/felis/diseases/gingivitis-and-stomatitis
Marsella, R., Mason, I., Scarff, D., & Godfrey, D. (2022). Otitis externa. Vetlexicon. Recuperado el 27 de diciembre de 2022 de https://www.vetlexicon.com/treat/felis/diseases/otitis-externa
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