Todos los dueños de gatos conocen lo mucho que disfrutan del calor. Los felinos son auténticos amantes del sol, disfrutan estar en un regazo tibio o acurrucarse junto al fuego. No hay nada que prefieran más que estirarse y absorber el calor, sin importar dónde se encuentren.
El problema aparece cuando tu gato se calienta demasiado. Existen varias razones por las que tu gato puede sentirse caliente al tacto. Algunas no representan mayor riesgo, pero otras indican que algo no está bien.
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Temperatura normal para los gatos

La temperatura normal de los gatos varía en torno a los dos grados y puede fluctuar dependiendo de muchos factores diferentes.
La temperatura normal en los gatos oscila entre 38 y 39.2 grados Celsius, aunque puede variar. Este rango depende de varios aspectos, como la edad, el momento del día, el sexo, la actividad reciente, el estado de salud general, el lugar donde se midió y si el gato está despierto o dormido.
Para mantener su temperatura dentro de esos rangos, los gatos cuentan con un proceso llamado termorregulación. Su sistema nervioso central ajusta sutilmente la temperatura según las condiciones y el ambiente.
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Razones por las que tu gato tiene calor

Tomar la temperatura de tu gato por vía rectal con un termómetro digital es el método más preciso.
Tu gato puede sobrecalentarse de diferentes maneras. Cuando la temperatura corporal supera lo normal, se llama hipertermia. Esta puede ser controlada o descontrolada. La hipertermia descontrolada sucede cuando el ambiente es demasiado caluroso o por un esfuerzo excesivo.
Muchas veces, los gatos se sobrecalientan porque el ambiente externo es muy caliente y no logran bajar su temperatura. En cambio, la hipertermia controlada ocurre cuando el cuerpo eleva su temperatura interna como respuesta a una amenaza. A esto también se le conoce como pirexia.
La pirexia es una fiebre sistémica que el cuerpo genera para combatir lo que identifica como un peligro, como una infección viral o bacteriana.
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Exploremos algunas de las razones por las que tu gato podría sobrecalentarse.
1. Cercanía a una fuente de calor

Los gatos buscan lugares cálidos para dormir y mantenerse calientes, pero a veces los lugares elegidos los calientan demasiado.
Los gatos dedican gran parte de su tiempo a buscar lugares cálidos y cómodos. Puede ser bajo la luz directa del sol, junto a un radiador o calentador. También prefieren acurrucarse frente al fuego o enrollarse en tu regazo.
En estas situaciones, su temperatura suele subir de forma paulatina. Por ejemplo, cuando están en tu regazo, el calor de tu cuerpo se transfiere a ellos y eleva su temperatura. Si encuentran un sitio confortable, pueden quedarse allí horas sin moverse, siempre que no los molesten.
Durante ese tiempo, pueden calentarse un poco más de la cuenta. Normalmente, cuando sienten demasiado calor, se trasladan a un lugar más fresco, pero si los tocas justo antes de que se muevan, te darás cuenta de que están más calientes de lo habitual.
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2. Esfuerzo excesivo

Al igual que en los humanos, la temperatura corporal de un gato aumenta cuando hace ejercicio.
Cualquier actividad física, ya sea escapar de un depredador, cazar, jugar con sus juguetes o simplemente correr por la casa, puede elevar la temperatura de tu gato. Al igual que los humanos generan calor al hacer ejercicio, los gatos también lo hacen. La diferencia es que ellos no sudan como nosotros, por lo que su temperatura sube más rápido durante esos momentos de actividad intensa.
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3. Golpe de calor

Si un gato comienza a sobrecalentarse y no puede moverse a un lugar más fresco ni beber agua, podría sufrir un golpe de calor.
Los gatos, desde siempre, han estado muy preparados para enfrentar temperaturas extremas. Algunos vivían en zonas desérticas mucho antes de ser domesticados. Hoy en día, los ambientes modernos pueden representar un desafío tanto para gatos que viven adentro como para los que están afuera.
Físicamente, los gatos no sudan como nosotros ni recurren al jadeo con la frecuencia que lo hacen los perros, una forma eficaz de eliminar calor. Cuando comienzan a sobrecalentarse, suelen buscar un lugar más fresco o beber agua. Si no logran escapar del calor o no tienen acceso a agua, es cuando el golpe de calor se presenta.
Los gatos más jóvenes, pequeños, mayores o con cara chata, como los persas, son más propensos a sufrir un golpe de calor. Además, la salud general de tu gato influye en qué tan grave puede ser esta situación; si ya están enfermos, les cuesta más manejar las temperaturas extremas.
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4. Fiebre sistémica

Lo mejor es evitar usar termómetros de vidrio para medir la temperatura de tu gato, ya que pueden romperse fácilmente y liberar mercurio, que es tóxico.
La fiebre sistémica es un mecanismo de defensa del sistema inmunológico. El cuerpo de tu gato eleva intencionalmente su temperatura central para combatir alguna amenaza percibida, como una infección.
Otras causas de fiebre pueden ser dolor, abscesos, ciertos venenos, traumatismos, una condición llamada pirexia de origen desconocido o una reacción adversa a medicamentos. Los gatos regulan su temperatura a través de una zona del cerebro llamada hipotálamo. Generalmente, la fiebre indica que algo no está bien en tu gato.
Por lo general, la fiebre viene acompañada de otros síntomas cuando el gato está enfermo, como letargo, esconderse, pérdida de apetito o jadeo. Si sospechas que tu gato tiene fiebre, es momento de actuar. Puedes tomarle la temperatura rectalmente o llamar al veterinario de inmediato para programar una consulta.
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Señales de que tu gato tiene sobrecalentamiento

El jadeo no es algo normal en gatos como lo es en perros; si ves que tu gato jadea, debes llevarlo al veterinario de inmediato.
Los signos de sobrecalentamiento en tu gato pueden variar mucho. Los signos más comunes incluyen:
- Jadeo
- Respiración rápida con la boca abierta
- Letargo/debilidad
- Pérdida de apetito
- Maullar
- Hipersalivación/babeo
- Vómitos
- Diarrea
- Encías de color rojo oscuro
- Convulsiones/ataques epilépticos
- Ataxia
- Colapsar
¿Cómo evitar que tu gato sufra un sobrecalentamiento?

Una fuente para mascotas proporciona un suministro continuo de agua fresca para que los gatos se mantengan frescos e hidratados.
Si sabes que tu casa se calienta mucho o que algunas zonas alcanzan altas temperaturas durante el día cuando no estás, puedes tomar estas medidas para evitar que tu gato se sobrecaliente:
- Asegura que tenga acceso constante a agua fresca y fresca.
- Ofrece lugares frescos y tranquilos donde pueda descansar.
- Mantén las puertas internas abiertas para facilitar la circulación de aire y evitar que tu gato quede atrapado en una habitación.
- Abre las ventanas si es seguro y están bien protegidas.
- Usa aire acondicionado o ventiladores para mantener el aire en movimiento.
Para crear un espacio fresco donde tu gato pueda descansar, congela una botella de agua, envuélvela en una toalla y colócala bajo su cama. Recuerda que los gatitos muy pequeños y los gatos mayores son más vulnerables a las temperaturas extremas.
Reflexiones finales

Los gatos suelen ser hábiles para encontrar lugares donde calentarse o refrescarse según lo necesiten, pero ante un sobrecalentamiento o fiebre, es indispensable acudir al veterinario.
Todos saben que los gatos son como imanes para el calor, siempre buscan un lugar cálido y cómodo. Muchas veces, se sienten calientes al tacto porque han subido un poco su temperatura, pero suelen buscar formas de refrescarse. No obstante, si están expuestos a un ambiente muy caluroso y no tienen cómo bajar su temperatura, pueden sufrir un golpe de calor, una condición grave que puede enfermarlos seriamente e incluso poner en riesgo su vida.
También pueden sentirse calientes si tienen fiebre alta, que es una respuesta natural del cuerpo para defenderse. Si notas que tu gato está caliente al tacto y presenta síntomas de fiebre o golpe de calor, debes llevarlo al veterinario sin demora.
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