Ataxia en gatos: causas, síntomas y tratamiento

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un gato que cojea, apoyando una de sus patas, lo que indica una posible lesión o malestar y resalta la importancia de buscar atención veterinaria para las mascotas que presentan signos de dolor o problemas de movilidad.

El propósito de este artículo es ayudarte a entender por qué algunos gatos desarrollan ataxia, cómo reconocerla a tiempo y qué hacer para brindarles el apoyo que necesitan frente a este problema frecuente.

¿Qué significa cuando un gato sufre de ataxia?

La ataxia se describe como una dificultad para coordinar movimientos y caminar, acompañada de una pérdida del equilibrio. Los gatos que la padecen sienten mareo o torpeza, aunque no pueden decírtelo con palabras. Por eso, necesitas observarlos con atención para darte cuenta de que algo no anda bien.

Algunas señales que pueden ayudarte a identificarla son: caminar de forma extraña, tener problemas para desplazarse, saltar o subir y bajar escaleras. También podrías ver que tu gato camina en círculos, se tambalea, presenta temblores musculares o mueve la cabeza de forma poco habitual, a veces ladeada.

Lo más importante es notar que el gato no se mueve como lo hace normalmente. Detectar este cambio general suele ser más fácil que describir con precisión todos los movimientos anormales que realiza.

Algunos veterinarios usan el término “gato tambaleante” para resumir esta condición de forma sencilla y clara.

Existen dos tipos principales de ataxia, dependiendo de la zona del cuerpo afectada:

  1. Ataxia generalizada: se origina por un problema central en el cráneo, el cuello o por una enfermedad sistémica.
  2. Ataxia localizada: en la mayoría de los casos afecta las patas traseras, aunque también puede presentarse en las delanteras, cuando la falta de coordinación se limita a una parte específica del cuerpo.

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¿Qué tan común es la ataxia en los gatos?

La ataxia es un signo común en gatos de todas las edades, con varias causas posibles.

¿Qué causa la ataxia en los gatos?

Los posibles tipos de causa dependen del tipo de ataxia.

Ataxia generalizada

Las enfermedades generalizadas y no específicas pueden ser la causa más común de ataxia: si un gato se siente débil o indispuesto, es común que pierda la coordinación y sea menos capaz de moverse. Un gato con hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en sangre) puede mostrar signos de ataxia. Un gato con anemia puede ser atáxico debido a la debilidad.

Muchos tipos diferentes de enfermedades del sistema nervioso central (cerebro) pueden causar ataxia generalizada, incluidas una serie de intoxicaciones que incluyen toxinas como cebos para babosas, cannabis y otras.

En raras ocasiones, un gato puede nacer con una anomalía cerebral congénita (por ejemplo, hipoplasia cerebelosa en gatitos, donde el cerebelo no se forma normalmente en el útero debido a que la madre tiene el virus de la panleucopenia) que puede causar ataxia.

Algunos problemas nutricionales (por ejemplo, la deficiencia de tiamina) pueden causar ataxia generalizada.

Las hemorragias o coágulos cerebrales («un derrame cerebral») pueden causar ataxia.

Enfermedades cerebrales raras, como la meningitis, pueden afectar el cerebro y causar ataxia.

La enfermedad vestibular (o síndrome vestibular) es la causa más común de un tipo más específico de ataxia generalizada (conocida como ataxia vestibular): esto significa enfermedad del sistema vestibular, que es el área anatómica que controla el equilibrio, incluyendo el oído medio, el oído interno y partes del cerebro.

Las posibles causas de la enfermedad vestibular incluyen idiopática (es decir, no podemos identificar la causa, a pesar de todas las pruebas), así como infección del oído medio o interno, pólipos nasofaríngeos, traumatismo craneal, hemorragia cerebral, algunas toxicidades específicas (por ejemplo, reacciones a antibióticos específicos) y tumores.

La ataxia generalizada también se puede subdividir en grupos dependiendo de qué parte del cerebro esté causando el problema, por ejemplo, si el cerebelo es la fuente de la ataxia, esto se conoce como ataxia cerebelosa, mientras que si el tronco encefálico es el foco, se observará un tipo diferente de ataxia.

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Ataxia localizada (por ejemplo, en las extremidades anteriores o posteriores)

Gato curioso con una encantadora inclinación de la cabeza, que muestra una postura inquisitiva y entrañable que captura la esencia de la curiosidad y el espíritu juguetón felinos.

La ataxia localizada suele afectar las extremidades anteriores o posteriores y se confunde fácilmente con una parálisis parcial

Cualquier condición que interfiera con la conexión nerviosa de una extremidad puede generar ataxia localizada en esa zona del cuerpo, ya sea en una sola pata o en un par. Un ejemplo común es la enfermedad de los discos espinales: si el problema está en el cuello, puede afectar tanto las patas delanteras como las traseras; si la lesión está en la parte media o baja de la espalda, la falta de coordinación suele limitarse a las patas traseras.

También pueden provocar ataxia localizada las lesiones específicas, como una fractura en la pelvis que afecte la movilidad de las patas traseras, o ciertos tumores que presionan los nervios responsables del movimiento en una extremidad. Por ejemplo, un tumor en el nervio axilar podría alterar solo una de las patas delanteras.

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Síntomas de la ataxia

Los gatos que sufren de ataxia pueden mostrar los siguientes signos:

Ataxia generalizada

  • Tambalearse, perder el equilibrio al saltar
  • Moverse de manera menos coordinada de lo habitual
  • Caminar en círculos, rodar o caerse
  • Nistagmus (movimiento rápido de los ojos de un lado a otro)
  • Inclinación de la cabeza
  • Dificultad para mover las patas correctamente o para colocar los pies de manera normal al caminar o saltar
  • En algunos casos, también puede haber vómitos

Ataxia localizada

  • Incapacidad para colocar una pierna o un par de piernas en el suelo de manera coordinada normal
  • El pie se coloca más ancho o más cerca de lo normal

Investigando la ataxia

Cualquier gato que desarrolle ataxia debe ser llevado al veterinario lo antes posible para identificar el problema subyacente y comenzar el tratamiento.

Si la ataxia es leve y tu gato sigue luciendo bien en general, puedes visitar a tu veterinario habitual durante el día. Sin embargo, si la ataxia aparece de forma repentina y es grave, debes acudir al servicio de emergencias veterinarias.

Tu veterinario podría tomar las siguientes medidas.

1. Toma de historia clínica detallada

Tu veterinario discutirá todos los aspectos de la condición de tu gato y revisará su salud general. Existen varias causas posibles para la ataxia, y recopilar un historial detallado ayudará a identificar la causa.

Es importante tener en cuenta varios factores, por ejemplo, los gatos geriátricos son más propensos a ciertos problemas que los jóvenes, y los gatos que tienen acceso al exterior están más expuestos a riesgos como intoxicaciones o accidentes en la carretera que los gatos que viven solo dentro de casa.

El historial de alimentación también es clave: ¿qué tipo de comida come tu gato? ¿Ha empezado a comer algún alimento nuevo recientemente? ¿Pudo haber comido algo fuera de lo común? Los dueños de gatos deben observar con cuidado el comportamiento de su mascota en la caja de arena. ¿Está orinando y defecando con normalidad?

Si has grabado en video a tu gato mostrando signos de ataxia (por ejemplo, tambaleándose al saltar), eso también puede ser de ayuda.

2. Examen físico

Tu veterinario examinará cuidadosamente el cuerpo de tu gato, palpando todas las partes y buscando posibles anomalías. Esto normalmente incluye tomar la temperatura, escuchar su pecho con un estetoscopio y pesar al gato.

Generalmente, se realizará un examen neurológico completo, que consiste en probar los reflejos en varias partes del cuerpo, revisar los ojos detenidamente y tratar de localizar la ataxia para determinar su extensión con la mayor claridad posible.

Si el gato tiene ataxia propioceptiva (la incapacidad de saber cuándo una pata está en la posición correcta debido a problemas nerviosos), el veterinario podrá detectarlo y localizar el tronco nervioso involucrado. Puede que permita que tu gato se mueva por la consulta, observando cómo camina, salta y sube para evaluar el nivel de ataxia.

3. Análisis de sangre y orina de rutina

Es muy probable que tu veterinario realice análisis de sangre, que incluyen los exámenes diagnósticos habituales, como hematoanálisis (recuento sanguíneo) y perfiles bioquímicos (incluyendo electrolitos). También podrían hacer pruebas de análisis de orina simples.

Este tipo de trabajo se conoce como la base mínima de datos y se realiza para evaluar a la mayoría de los gatos enfermos, sin importar los signos específicos de la enfermedad. Proporciona información importante sobre la salud general de tu gato. En la mayoría de los casos, se descartan enfermedades hepáticas y renales como causas contribuyentes.

4. Análisis de sangre especializados

Tu veterinario puede recomendar análisis de sangre específicos, como T4 total (para descartar hipertiroidismo, que puede contribuir a algunos casos de ataxia), así como pruebas para algunas infecciones virales como FeLV y FIV, ya que existen implicaciones significativas si tu gato es positivo para cualquiera de estos.

5. Pruebas adicionales

Gato colocado en una sala de rayos X, que muestra el aspecto detrás de escena de la atención veterinaria, donde las imágenes de diagnóstico ayudan a identificar y abordar posibles problemas de salud en pacientes felinos.

Un estudio diagnóstico completo para la ataxia puede incluir radiografías, ecografías u otras técnicas de diagnóstico por imágenes.

Se pueden recomendar radiografías y ecografías para visualizar las diferentes partes del cuerpo de tu gato que podrían contribuir a la ataxia (por ejemplo, radiografías de la pelvis si un gato tiene ataxia de las extremidades traseras). Según el caso, se pueden recomendar imágenes diagnósticas más detalladas (como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas) para visualizar detalles del cerebro y el oído interno.

Se puede realizar una medición de la presión arterial, ya que la presión arterial alta puede contribuir a hemorragias cerebrales que pueden provocar ataxia.

¿Cuánto cuesta tratar a un gato con ataxia?

El costo depende completamente de la causa de la ataxia y puede ser menos de $ 150 USD si un gato tiene un tipo simple de ataxia relacionada con una toxicidad leve de algún tipo, hasta más de $ 6,000 si un gato tiene ataxia causada por un problema complejo como el cáncer.

¿Se puede tratar la ataxia?

El tratamiento para la ataxia depende de la causa y sí, generalmente se puede tratar de formas útiles.

¿Qué tratamiento específico para la ataxia está disponible?

El tratamiento para la ataxia siempre depende de la causa subyacente precisa.

Si un gato padece una enfermedad generalizada no específica que provoca ataxia y debilidad, el objetivo principal es el tratamiento específico de esta afección subyacente.

Los gatos que sufren ataxis debido a envenenamiento (incluidos cebos para babosas, cannabis y otros) necesitan los cuidados intensivos de apoyo habituales para el envenenamiento: la esperanza es que una vez que el cuerpo haya metabolizado y erradicado completamente el veneno, los signos de ataxia se resuelvan.

Si la ataxia es causada por una enfermedad vestibular, es necesario tratar la enfermedad subyacente del oído interno, pólipos nasofaríngeos, traumatismo craneal, hemorragia cerebral o tumores.

Si hay ataxia localizada causada por un mal funcionamiento de la médula espinal o del nervio, es necesario un tratamiento específico, que podría implicar un enfoque médico (reposo y medicación antiinflamatoria) o un enfoque quirúrgico (por ejemplo, cirugía en la columna vertebral para eliminar una lesión de la médula espinal).

Los signos que comúnmente acompañan a la ataxia (como las náuseas) también pueden tratarse al mismo tiempo (por ejemplo, utilizando medicamentos contra las náuseas).

No se deben utilizar remedios caseros en gatos con ataxia; se debe seguir de cerca el consejo profesional individualizado de un veterinario.

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Seguimiento y pronóstico

El grado de seguimiento necesario depende de cada caso individual, pero en general, los gatos con ataxia necesitan controles frecuentes por parte de un veterinario hasta que vuelvan a la normalidad.

El pronóstico depende totalmente de cada caso individual y de la causa subyacente de la ataxia. Tu veterinario podrá darte la mejor respuesta a esta pregunta.

Conclusión

La ataxia, tanto generalizada como localizada, es un problema común en gatos de todas las edades, y siempre es importante contar con el asesoramiento del veterinario para garantizar que los gatos afectados tengan la mejor posibilidad de recuperarse por completo.

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Dr. Pete Wedderburn, DVM

El Dr. Pete Wedderburn se graduó como veterinario en Edimburgo en 1985 y ha dirigido su propio consultorio de cuatro veterinarios con animales de compañía en el condado de Wicklow, Irlanda, desde 1991. Pete es muy conocido como un veterinario de los medios con apariciones regulares en la televisión, la radio y los periódicos nacionales, incluidos una columna semanal en el Daily Telegraph desde 2007. Pete es conocido como "Pete el veterinario" en sus ocupadas páginas de Facebook, Instagram y Twitter, y publica periódicamente información sobre temas de actualidad y casos de la vida real de su clínica. También escribe un blog habitual en www.petethevet.com. Su último libro: “Pet Subjects”, fue publicado por Aurum Press en 2017.