El letargo repentino en los gatos es un síntoma común y grave de enfermedad en los gatos. Sigue leyendo para obtener una explicación sencilla y clara sobre por qué puede suceder esto y qué debes hacer si tu gato se ve afectado.
¿Qué es el letargo repentino?

Un gato que experimenta un letargo repentino permanecerá acostado durante gran parte del día y mostrará poco interés en jugar.
La letargia repentina ocurre cuando un gato pierde de golpe la energía y el interés por lo que lo rodea. Se trata de una condición que va más allá del simple cansancio. Desde una perspectiva médica, se define como un estado anormal de somnolencia profunda, inactividad y falta de respuesta. Cuando se presenta, es una señal clara de que algo no está bien.
Un gato letárgico se ve decaído, apático y extremadamente somnoliento. Duerme mucho más de lo habitual y deja de hacer lo que normalmente disfruta. Puede parecer débil y ni siquiera tener ganas de ir al arenero. A veces también muestra otros signos de malestar.
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La letargia no siempre se manifiesta con la misma intensidad. Puede clasificarse en tres niveles:
- Letargia leve: notas que ya no juega tanto ni se mantiene tan activo como antes.
- Letargia moderada: está agotado, no muestra interés por nada y evita cualquier tipo de interacción.
- Letargia severa: no quiere moverse en absoluto, y puede llegar al punto de ni siquiera levantar la cabeza.
¿Qué tan común es el letargo repentino?

El letargo repentino en los gatos es poco común, por lo que es una señal de que algo anda mal.
La letargia repentina no es algo común, pero cuando aparece, genera preocupación. No se trata de una enfermedad en sí, sino de un síntoma que puede estar relacionado con muchas causas subyacentes distintas (más adelante las verás).
Síntomas de letargo repentino en gatos

Un gato que experimenta letargo repentino puede dejar de acicalarse, por lo que su pelaje puede parecer descuidado.
Un gato letárgico deja de comportarse como de costumbre. No quiere caminar, jugar ni subirse a los muebles. Prefiere quedarse quieto, echado en el mismo lugar. No reacciona como lo haría normalmente cuando le hablas o intentas interactuar con él. Además de este cambio de conducta, suele perder el apetito y rechaza la comida.
Muchos buscan esconderse en lugares oscuros y tranquilos, como debajo de la cama o dentro de un clóset. Evitan el contacto tanto con personas como con otros animales.
Es importante entender que la letargia no es lo mismo que estar cansado o somnoliento. Un gato con letargia no se activa aunque lo llames por su nombre o intentes animarlo. Permanece profundamente adormilado, sin respuesta y sin moverse. Si la situación se prolonga, también puede mostrar otros signos como debilidad o pérdida de peso, dependiendo de qué lo esté afectando.
Otros síntomas que podrían aparecer al mismo tiempo incluyen jadeo, tos, estornudos, cambios de peso, aumento en la sed, vómito o diarrea.
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Causas del letargo repentino en los gatos
Letargo leve

El letargo leve, en el que un gato parece menos activo de lo normal, podría ser causado por estrés o un problema médico.
La letargia leve puede ser causada por estrés o ansiedad, o bien manifestarse como una señal temprana de un problema de salud más serio.
Un gato puede sentirse estresado o ansioso por muchas razones. Puede estar inquieto por cambios en la casa o en su entorno, alguna enfermedad o lesión, o por mucho movimiento alrededor. También puede afectar la pérdida de un compañero cercano, el traslado a un nuevo hogar, la llegada de un nuevo miembro a la familia (como un bebé), o cuando el gato pasa a vivir con un dueño diferente.
Para ayudar a un gato estresado o ansioso, piensa qué ha cambiado en el ambiente que podría estarle afectando. Bríndale estímulos como juguetes, sesiones de juego con láser, rascadores, árboles para gatos o hierba para gatos. Puedes usar feromonas específicas para felinos recomendadas por veterinarios o suplementos calmantes. Elimina todas las fuentes de estrés que puedas controlar.
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Letargo moderado o severo

El letargo moderado, en el que el gato se queda tumbado y no juega ni participa, suele estar causado por una enfermedad o una lesión.
Existe una larga lista de posibles causas de letargo repentino moderado o severo, entre las que se incluyen:
- Pirexia o temperatura alta. Esta es probablemente la causa más común de letargo repentino. Suele ocurrir cuando el sistema inmunológico del cuerpo reacciona a la presencia de bacterias (por ejemplo, de un absceso) o virus. Esto es parte del sistema de defensa natural del cuerpo. A veces, la misma reacción puede observarse durante uno o dos días después de la vacunación, en cuyo caso la temperatura ligeramente elevada puede ser una respuesta normal y no debe ser motivo de preocupación excesiva siempre que el gato no presente otros signos de enfermedad.
- Dolor. Muchas personas creen erróneamente que los gatos siempre vocalizan cuando sienten dolor. Esto no es cierto en absoluto: a menudo, el letargo es la principal señal de que un gato tiene dolor. Existen muchas causas posibles de dolor, desde un traumatismo (por ejemplo, una herida externa evidente) hasta un daño interno (enfermedad dental, hernias discales en la columna, coágulos de sangre, órganos torcidos, etc.).
- Deshidratación. La deshidratación provoca una sensación de fatiga y apatía, por lo que cualquier enfermedad que produzca deshidratación puede derivar en letargo (por ejemplo, vómitos, diarrea, enfermedad renal, etc.).
- Crisis metabólicas. Desde niveles bajos de azúcar en sangre (hipoglucemia) hasta recuento reducido de glóbulos rojos (anemia), algunas afecciones internas pueden provocar una reducción de la capacidad de la sangre para transportar glucosa u oxígeno, y el resultado es un letargo repentino. Un nivel alto de azúcar en sangre (como el causado por la diabetes mellitus) puede provocar la producción de subproductos tóxicos (por ejemplo, cetonas) que también pueden hacer que un gato esté muy letárgico. La lipidosis hepática (hígado graso) es otro ejemplo de alteración del metabolismo que provoca toxinas que inducen letargo.
- Parásitos. Las pulgas, garrapatas y gusanos pueden alterar el metabolismo de un gato de distintas maneras, lo que puede provocar falta de energía y el consiguiente letargo.
- Medicamentos. Muchos medicamentos pueden tener efectos secundarios que pueden incluir letargo, desde medicamentos anticonvulsivos hasta medicamentos contra la ansiedad y muchos otros.
- Veneno. Una amplia gama de venenos puede causar letargo, a veces debido a un efecto neurológico directo y a veces debido a una toxicidad metabólica general.
- Enfermedades cardíacas. Cuando el corazón deja de funcionar correctamente, la sangre ya no puede bombearse por todo el cuerpo de manera eficaz, lo que priva a los músculos y órganos de glucosa, oxígeno y otros productos esenciales, lo que produce letargo. Existen muchas causas posibles de enfermedades cardíacas, desde la infección por dirofilariosis hasta la miocardiopatía y el hipertiroidismo.
- Enfermedad respiratoria. Si un gato no puede respirar correctamente, es posible que la sangre no esté bien oxigenada y que los músculos, tejidos y órganos se vean privados de oxígeno, lo que provoca letargo.
- Enfermedades hepáticas y renales. El hígado y los riñones procesan toxinas y desechos del metabolismo, por lo que cuando no funcionan correctamente, estos se acumulan en el torrente sanguíneo, lo que provoca que el gato se sienta mal. Esto puede provocar letargo.
- Cáncer. El cáncer puede tener múltiples efectos en el organismo, desde dolor hasta producción de toxinas y alteraciones en el torrente sanguíneo, siendo el impacto generalizado el letargo.
- Trastornos gastrointestinales como vómitos y diarrea pueden causar letargo debido a la deshidratación, pero también debido a la falta de absorción normal de nutrientes que aportan energía.
- Enfermedad del tracto urinario. Además de la enfermedad renal directa, las afecciones que afectan la vejiga y el tracto urinario inferior pueden causar dolor, malestar y enfermedad renal secundaria, lo que resulta en letargo. Los ejemplos incluyen infecciones del tracto urinario, cistitis y obstrucción urinaria, siendo esta última más común en los gatos machos. Es importante observar atentamente la caja de arena de cualquier gato que esté letárgico para poder controlar su producción de orina.
- Diversas enfermedades inflamatorias o de tipo inmunológico. Cuando el sistema inmunológico está sobrecargado o funciona mal, el letargo puede ser uno de los síntomas.
- Enfermedad neurológica. Si el cerebro no funciona correctamente, el letargo es un signo común de que hay un problema.
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Diagnóstico de letargo repentino moderado o severo
Cuando lleves un gato que sufre de letargo repentino al veterinario, se pueden tomar los siguientes pasos.
1. Toma de historia clínica detallada

Tu veterinario te hará muchas preguntas sobre tu gato para intentar determinar la causa del letargo.
Tu veterinario analizará todos los aspectos relacionados con la salud y el estado general de tu gato. La letargia repentina puede tener muchas causas, y conocer su historial es clave para identificar el origen. Por ejemplo, te preguntará sobre posibles exposiciones a toxinas, medicamentos administrados, alimentos ingeridos, control de parásitos, entre otros factores.
2. Examen físico

Tu veterinario tomará la temperatura de tu gato para verificar si tiene fiebre.
El veterinario examinará a tu gato con atención, tomará su temperatura, escuchará el pecho con un estetoscopio, y palpará todo su cuerpo, incluyendo los ganglios linfáticos para detectar si están inflamados. También buscará áreas dolorosas o hinchazones, observará cómo se mueve y realizará una revisión general para identificar cualquier anomalía. Dentro del examen físico, es probable que lo pese para detectar pérdida o, en algunos casos, aumento de peso.
3. Pruebas de laboratorio de rutina

Los análisis de sangre y orina pueden revelar qué está pasando con la salud de tu gato.
Es común que el veterinario realice análisis de sangre estándar, que incluyen pruebas habituales como el hemograma y perfiles bioquímicos. También suele solicitar un examen de orina. Estos estudios generalmente se procesan en el laboratorio de la clínica veterinaria, por lo que los resultados suelen estar listos en poco tiempo.
4. Análisis de sangre especializados
Tu veterinario podría sugerir análisis específicos para detectar virus como la leucemia felina (FeLV) o el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV), ya que un resultado positivo tiene importantes implicaciones. También pueden realizar pruebas especializadas para medir niveles hormonales, como los de la tiroides.
5. Otras pruebas

Se pueden recomendar radiografías según los resultados del examen físico o las pruebas de laboratorio de tu gato.
Se pueden sugerir radiografías (rayos X), ecografías y mediciones de la presión arterial como formas de descubrir más sobre lo que sucede dentro de tu gato.
Tu veterinario te aconsejará sobre qué investigaciones detalladas son necesarias.
¿Cuánto cuesta tratar a un gato con letargo repentino?

Pídele a tu veterinario un estimado de los costos de los diagnósticos y tratamientos que recomiende.
No se puede calcular un costo fijo para tratar la letargia, ya que las causas pueden ser muy variadas y cada caso es diferente. Antes de iniciar cualquier tratamiento, pide a tu veterinario un presupuesto detallado.
Los costos pueden ir desde alrededor de $ 100 USD, si se trata de una causa sencilla (como una reacción leve a una vacuna), hasta $ 4,000 o más en casos excepcionales con problemas complejos de fondo.
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Tratamiento para el letargo repentino moderado o severo

Dependiendo de la causa del letargo de tu gato, tu veterinario podría recetarle medicamentos u otros tratamientos.
El tratamiento para la letargia repentina depende totalmente de su causa, por eso es fundamental que el veterinario haga un diagnóstico preciso. Luego te indicará el tratamiento adecuado para tu gato, que podría incluir:
- Medicamentos antimicrobianos (antibióticos de amplio espectro) si se detecta una infección bacteriana.
- Analgésicos antiinflamatorios (como los antiinflamatorios no esteroideos, AINE) en algunos casos.
- Terapia con fluidos intravenosos, especialmente si el gato está deshidratado o presenta otras condiciones que lo requieran.
- Además de cuidados generales de soporte, si se identifican causas específicas como parásitos, hipoglucemia, insuficiencia orgánica o intoxicación, se recomendarán tratamientos específicos para cada situación.
- Algunas condiciones particulares, como abscesos, pueden necesitar intervención quirúrgica, por ejemplo, para drenarlos.
Seguimiento y pronóstico
Es probable que tu veterinario te pida llevar a tu gato a revisiones físicas frecuentes hasta que la letargia desaparezca por completo.
Reflexiones finales
El letargo repentino es una señal de que tu gato puede tener una afección subyacente grave y se debe buscar atención veterinaria inmediata para garantizar que pueda tratarse de manera temprana y eficaz.