¿Te has preguntado por qué tu gato está tan delgado? Parte de cuidar bien a un gato es asegurarte de que tenga el tamaño y el peso adecuados según su edad y raza. Al final del día, todos queremos que estén sanos y contentos.
Observar de cerca su condición física es un hábito que vale la pena desarrollar. Así podrás detectar cualquier problema de salud desde el principio. Identificar a un gato con sobrepeso suele ser sencillo, pero ¿sabrías qué hacer si notas que su cadera está algo huesuda?
La pérdida de peso puede deberse a distintas causas: alimentación inadecuada, estrés, parásitos intestinales o diversas enfermedades. Es más frecuente en gatos mayores, aunque conviene estar pendiente de su figura sin importar la etapa de vida.
Peso saludable para los gatos
No existe un peso “correcto” único para todos los gatos, ya que esto varía según su edad, raza, sexo y complexión. Lo mejor que puedes hacer para saber si está en un estado saludable es observar su condición física general.
Para evaluarla, no basta con mirarlo de lejos, ya que el pelaje puede engañar. Lo ideal es hacerlo con un toque suave, aprovechando momentos como el cepillado regular. Así podrás notar rápidamente si empieza a adelgazar.
En un peso adecuado, las costillas no se ven, pero se sienten fácilmente al tacto. La cintura se distingue con claridad, el abdomen se recoge ligeramente y la grasa en el vientre es mínima. Cuando un gato está demasiado delgado, los huesos —especialmente costillas, caderas y vértebras posteriores— se marcan más. La cintura se nota muy estrecha y, si la pérdida de peso es severa, la columna puede volverse visible.
La Asociación Mundial de Veterinarios de Animales Pequeños (WSAVA) publicó una guía útil para evaluar la condición corporal de los gatos.
Si te preocupa el peso de tu gato, pesarle con frecuencia puede ayudarte a llevar un control. Una forma sencilla es subirte a la báscula con él en brazos, restar tu peso y obtener el del gato. Eso sí, dado que incluso pequeñas variaciones pueden ser importantes por su tamaño, conviene usar una báscula precisa.
Si notas que tu gato ha adelgazado, consulta con un veterinario. Cualquier pérdida puede indicar algo más serio y merece atención. Fíjate también en otros signos como cambios en el apetito, la sed, el patrón de orina o episodios de vómito o diarrea.
¿Por qué los gatos adelgazan?
Hay varias razones por las que tu gato podría verse delgado en la parte trasera, algunas más preocupantes que otras. Muchas de estas causas están relacionadas con su salud y suelen requerir la atención de un veterinario.
1. Raza
Si tu gato parece más delgado en la espalda pero no pierde peso, puede deberse a su raza. Algunas razas de gatos, como el devon rex, el cornish rex y el azul ruso, son conocidas por su físico esbelto y sus prominentes marcas óseas.
Estas razas pueden llegar a tener bajo peso y deben mantener un estado saludable. Si te preocupa su peso, consulta a un veterinario.
2. Edad
La edad puede provocar muchos cambios en la condición física de un gato. A menudo, la masa muscular se pierde debido a la edad, lo que modifica tanto su peso como su apariencia. Esto es normal.
No obstante, puede haber un problema subyacente si la forma de un gato cambia, como una artritis dolorosa que provoque incapacidad para hacer ejercicio o un dolor dental que provoque pérdida de apetito. Los gatos mayores también son más propensos a algunas enfermedades, como glándulas tiroides hiperactivas y enfermedad renal.
3. Diet

Presta atención a los cambios en los hábitos alimenticios de tu gato si comienza a notar pérdida de peso.
Los gatos pueden perder peso en la zona del trasero si simplemente no ingieren suficientes calorías. Esto puede deberse a un cambio en la dieta, a una falta de proteínas o a que otra mascota les impide acceder al plato de comida.
Los gatos pueden ser alimentados con comida húmeda, comida seca o una combinación de ambas, pero es importante que reciban una dieta completa y equilibrada, adecuada a su estilo de vida y edad. Los gatos son carnívoros y dependen de cantidades adecuadas de proteína animal de alta calidad para una nutrición óptima.
4. Estrés
La ansiedad, la depresión y el estrés pueden contribuir a que los gatos tengan malas condiciones físicas. Los gatos estresados pueden esconderse, sucumbir al letargo y perder el apetito.
La ansiedad puede deberse a muchos factores, como un cambio de entorno, una nueva mascota o un nuevo miembro de la familia o ruidos fuertes, como los de una obra. Si notas cambios en el comportamiento de tu gato, especialmente en su comportamiento alimentario, junto con cambios de peso, habla con un veterinario o un especialista en comportamiento animal calificado.
5. Parásitos intestinales
Los parásitos intestinales, como las tenias, los gusanos redondos y los anquilostomas, pueden provocar una pérdida gradual de la condición física de los gatos. Esto puede ir acompañado de un aumento del apetito y un abdomen distendido. Quizá veas gusanos o huevos de gusanos en las heces de tu gato, pero es posible que el intestino delgado de tu gato contenga gusanos sin ver ninguno en las heces. Un veterinario podrá examinar las heces de tu gato en busca de evidencia microscópica de gusanos y huevos y tratar a tu gato en consecuencia.
6. Enfermedad

La pérdida de peso puede ser un signo de enfermedad grave en un gato.
Existen multitud de enfermedades que pueden provocar la pérdida de peso en tu gato. Esto generalmente hará que se vea delgado en la parte trasera.
La diabetes mellitus es un trastorno de la insulina en los gatos que provoca pérdida de peso junto con un aumento de la sed y la micción. Los gatos con esta afección tendrán poco apetito y pueden presentar una crisis diabética si no se corrigen sus niveles de glucosa, con vómitos agudos y letargo.
El hipertiroidismo se produce por un exceso de hormona tiroidea circulante, lo que provoca pérdida de peso a pesar de un apetito voraz. Estos gatos también suelen presentar un aumento de la sed y la micción y cierto grado de hiperactividad o hipervigilancia que provoca cambios de comportamiento.
Los trastornos gastrointestinales, como las alergias alimentarias, la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), las infecciones o los tumores, como el linfoma, pueden manifestarse con pérdida de peso como síntoma principal. Tal vez se observen otros signos gástricos, como cambios en el apetito, vómitos o diarrea.
Las enfermedades virales felinas, como el virus de inmunodeficiencia felina (VIF), los cánceres, las enfermedades renales y las enfermedades hepáticas pueden provocar que los gatos pierdan su condición, a menudo antes de que se presenten otros síntomas.
¿Qué hacer cuando tu gato ha perdido peso?
Si notas que tu gato luce delgado en la parte trasera, lo mejor es agendar una cita con el veterinario. Cualquier pérdida de peso, por leve que parezca, debe tomarse en serio. Si hay una enfermedad de fondo, cuanto antes se detecte y trate, mejor.
Anota todo lo que pueda ser útil para comentarlo durante la consulta: cambios en su alimentación, suplementos o medicamentos recientes (como antiparasitarios), síntomas nuevos o alteraciones en la rutina del hogar. El veterinario podrá hacer una revisión completa y, si lo considera necesario, solicitar análisis para llegar a un diagnóstico claro.
Gatos delgados: reflexiones finales

Vigilar el peso de tu gato es la mejor forma de detectar a tiempo cualquier problema de salud relacionado con la pérdida de peso.
Evaluar el peso de un gato no siempre es sencillo, sobre todo si tiene un pelaje abundante. Revisar su condición física con frecuencia te permitirá detectar cualquier cambio con mayor precisión. Fíjate en señales como una apariencia más delgada en la parte trasera. Existen muchas razones por las que un gato puede perder peso, y en la mayoría de los casos es necesario acudir al veterinario para saber cómo abordar la situación.