Cáncer intestinal en gatos: causas, síntomas y tratamiento

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Cáncer intestinal en gatos

El cáncer intestinal es una forma relativamente poco común de cáncer en los gatos y representa solo un pequeño porcentaje de todos los casos de cáncer felino. Esto es una buena noticia porque, cuando se presenta, se trata de una afección grave.

Aproximadamente el 90 % de los tumores intestinales felinos diagnosticados son malignos y la metástasis es común. El cáncer intestinal suele haberse diseminado en el momento del diagnóstico, lo que dificulta su tratamiento.

¿Qué es el cáncer intestinal en los gatos?

El término cáncer hace referencia a cualquier tumor maligno que pueda hacer metástasis o propagarse a otras partes del cuerpo. En el caso del cáncer intestinal, el tumor se encuentra en cualquier parte del intestino, es decir, en el intestino delgado (duodeno, yeyuno e íleon) y en el intestino grueso (ciego, colon y recto).

También es posible que escuche la frase “cáncer intestinal” en referencia al cáncer en el estómago, aunque sería más preciso decir “cáncer gastrointestinal”. Gastrointestinal se refiere a todo el tracto digestivo, mientras que intestinal se refiere específicamente a los intestinos.

Existen distintos tipos de cáncer que pueden presentarse en los intestinos y cada uno de ellos requiere un tipo de tratamiento diferente. Además, los signos clínicos del cáncer intestinal pueden variar significativamente, dependiendo de la ubicación del tumor y de sus características.

Causas del cáncer intestinal

Causas del cáncer intestinal en los gatos

Existen varios tipos de cáncer intestinal en los gatos, siendo el linfoma el más común. La causa subyacente suele ser difícil de identificar.

El linfoma es, con diferencia, el cáncer intestinal más frecuente en los gatos. En muchos casos, no se puede determinar la causa subyacente del linfoma felino. Sin embargo, existen varios factores conocidos que pueden predisponer a un gato a padecerlo.

Los gatos con el virus de la leucemia felina (FeLV) o el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV) tienen más probabilidades de desarrollar linfoma. Además, los gatos que viven en un hogar con fumadores tienen significativamente más probabilidades de desarrollar linfoma. Por último, se sospecha que existe un vínculo entre la inflamación intestinal crónica (como la que se observa en las alergias alimentarias) y el linfoma, aunque este vínculo aún no se ha demostrado.

Otros cánceres intestinales comunes en los gatos incluyen el adenocarcinoma, el tumor de mastocitos y el leiomiosarcoma.

Se desconoce la causa subyacente de estos otros tipos de cáncer intestinal. Es probable que tanto los factores genéticos como los ambientales desempeñen un papel en el desarrollo del cáncer intestinal.

El cáncer intestinal suele presentarse en gatos mayores, generalmente entre los diez y los doce años de edad. Los gatos siameses parecen estar genéticamente predispuestos al cáncer intestinal: un gato siamés tiene casi el doble de probabilidades de desarrollar cáncer intestinal que un gato de otra raza.

Síntomas del cáncer intestinal

El cáncer intestinal puede causar una amplia variedad de síntomas gastrointestinales. Estos síntomas suelen ser clínicamente indistinguibles de otras enfermedades gastrointestinales, lo que significa que el cáncer intestinal solo puede diagnosticarse mediante pruebas.

Los signos inespecíficos comunes del cáncer intestinal (y otras enfermedades gastrointestinales) incluyen pérdida de peso, letargo, dolor abdominal e hinchazón abdominal.

Sin embargo, más allá de estos signos inespecíficos, los gatos pueden desarrollar signos adicionales según la ubicación del cáncer intestinal. Los gatos con cáncer de intestino delgado muestran signos relacionados con una disminución de la función del intestino delgado.

El vómito suele ser un signo predominante en estos gatos y puede ir acompañado de una disminución del apetito o anorexia. En algunos casos, el vómito puede contener sangre no digerida (lo que le da un tono rojo/rosado) o sangre digerida (que parece posos de café).

Los gatos con cáncer de intestino grueso pueden presentar un conjunto diferente de signos clínicos, relacionados con el hecho de que sus tumores están ubicados más abajo en los intestinos.

Los gatos afectados pueden tener diarrea, causada por la incapacidad del colon para reabsorber el agua de las heces. Alternativamente, los gatos afectados pueden tener dificultades para evacuar las heces más allá de sus tumores y sufrir estreñimiento. Si el tumor sangra, es posible que notes sangre roja en las heces.

Todos estos síntomas pueden ser causados por otras enfermedades gastrointestinales y no son específicos del cáncer intestinal. Si tu gato presenta alguno de estos síntomas, será necesario realizarle una evaluación exhaustiva para identificar la causa de los problemas intestinales.

Diagnóstico del cáncer intestinal en gatos

diagnóstico de cáncer intestinal

El diagnóstico del cáncer intestinal en gatos comienza con un examen físico, seguido de pruebas de laboratorio.

Si tu gato presenta señales de una enfermedad gastrointestinal, el veterinario comenzará con una revisión física completa. Evaluará su estado general, incluyendo el peso, la calidad del pelaje y la condición corporal. También palpará el abdomen para detectar la presencia de alguna masa o engrosamiento en los intestinos.

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Después del examen físico, lo más probable es que el veterinario recomiende algunas pruebas de laboratorio básicas.

Un hemograma completo y un perfil bioquímico permiten descartar otras causas detrás de los síntomas gastrointestinales. Como muchos trastornos pueden provocar vómito, diarrea o pérdida de peso, estas pruebas son fundamentales para reducir el abanico de posibilidades. Los resultados podrían mostrar alteraciones compatibles con una enfermedad intestinal, como anemia (por sangrado de tumores), niveles bajos de proteína (por mala absorción en los intestinos) o calcio elevado en sangre (común en linfoma).

Si las pruebas apuntan a una enfermedad intestinal, el siguiente paso suele ser la obtención de imágenes.

Las radiografías (rayos X) sirven como evaluación inicial para detectar masas evidentes o signos de obstrucción. También se suele recomendar un ultrasonido, ya que permite identificar engrosamientos, masas más pequeñas o ganglios linfáticos inflamados dentro del abdomen.

Si se encuentra una masa, será necesario tomar una muestra (biopsia). Esto puede hacerse mediante endoscopía—introduciendo una cámara por el tracto intestinal—o a través de una cirugía.

En algunos casos, se recurre a una aspiración con aguja fina guiada por ultrasonido antes de realizar la biopsia. En este procedimiento, se introduce una aguja directamente en el abdomen para obtener una muestra del tejido, sin necesidad de cirugía invasiva.

Ya sea por biopsia o aspiración, la muestra se envía a un patólogo, quien la prepara y analiza bajo el microscopio. Gracias a este análisis, se puede saber si la masa es cancerígena y, en ese caso, de qué tipo de cáncer se trata.

Tratamiento del cáncer intestinal en gatos

estómago de gato

El tratamiento del linfoma, el tipo de cáncer intestinal más común en gatos, suele requerir quimioterapia.

En ciertos casos, si el tumor se puede extirpar, se considera la cirugía para reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida del gato. Algunos linfomas, conocidos como linfomas de bajo grado, responden bien a la quimioterapia. Con tratamiento, estos gatos pueden vivir varios años. Si se trata de un linfoma de alto grado, el panorama cambia: aunque el tratamiento con quimioterapia puede lograr una remisión temporal, los signos suelen reaparecer en pocos meses.

Si la quimioterapia no es una opción viable, tu veterinario podría sugerir el uso de prednisona (un esteroide) para aliviar los síntomas gastrointestinales y ofrecer cuidados paliativos, similares a los cuidados de hospicio en humanos.

En promedio, los gatos tratados solo con prednisona tienen una esperanza de vida de dos a tres meses.

Cuando se trata de otros tipos de cáncer intestinal, tanto el tratamiento como el pronóstico dependen del tipo específico y de su extensión. Algunas masas aisladas pueden extirparse mediante cirugía, aunque en muchos casos se recomienda también quimioterapia para reducir el riesgo de metástasis. Si el cáncer está distribuido de forma difusa por los intestinos, la cirugía no es una opción y se recurre directamente a la quimioterapia.

El cáncer intestinal felino puede ser difícil de diagnosticar, ya que sus síntomas se confunden fácilmente con otras enfermedades. Si notas que tu gato presenta signos gastrointestinales que no mejoran con tratamientos simples, habla con tu veterinario sobre la posibilidad de hacer estudios diagnósticos más avanzados. Detectarlo a tiempo puede marcar una gran diferencia en el tratamiento.

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Dr. Cathy Barnette, DVM

La Dra. Barnette es veterinaria y escritora independiente radicada en Florida. Sus 14 años de experiencia en la práctica clínica de animales pequeños le han permitido ser testigo de primera mano de las brechas de comunicación que a menudo existen entre los dueños de mascotas y los miembros del equipo veterinario. Su objetivo es crear contenido atractivo que eduque a los dueños y les permita tomar las mejores decisiones posibles para sus mascotas. La Dra. Barnette tiene dos gatos propios, además de un perro y una paloma como mascota.