Cuidar a un gato desnutrido en 6 sencillos pasos

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Voluntario alimenta a un gato callejero gris y hambriento

¿Te has encontrado con un gato callejero hambriento? O tal vez tu propio gato se perdió y regresó a casa flaco y hambriento. De cualquier manera, tiene suerte de que lo hayas encontrado. Pero ahora necesitas saber cómo ayudarlo.

Cuidar a un gato hambriento requiere mucha dedicación, tiempo y conocimientos, pero puede ser increíblemente gratificante: quizá construyas un vínculo para toda la vida. Este artículo te explicará paso a paso todo lo que necesitas saber sobre cómo cuidar a un gato hambriento hasta que recupere la salud.

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Una advertencia: el síndrome de realimentación

El síndrome de realimentación es una condición grave que puede surgir si un gato comienza a comer en exceso de manera rápida después de haber estado privado de alimento.

Cuando encuentras un gato con un peso muy bajo o hambriento, tu primer instinto es darle toda la comida que pueda comer. Parece que es lo correcto, pero en realidad podría ser peligroso.

Los gatos que no han comido durante más de unos días (incluso si no tienen bajo peso) o aquellos que sufren de desnutrición corren el riesgo de sufrir una enfermedad grave llamada síndrome de realimentación si comienzan a comer de nuevo demasiado rápido.

Cuando el cuerpo entra en modo de inanición, cambia la forma en que procesa los nutrientes. Si se reintroduce el alimento demasiado rápido, puede causar desequilibrios graves en los electrolitos y la distribución de líquidos del gato, lo que puede poner en peligro su vida.

Los animales desnutridos o con bajo peso deben seguir un plan de alimentación gradual. Aunque parezca contradictorio, es más seguro volver a introducir los alimentos lentamente que correr el riesgo de alimentarlos demasiado demasiado pronto. Sigue leyendo para saber exactamente cómo empezar a alimentar a un gato hambriento o desnutrido.

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1. Evaluar su condición inmediata

Si puedes manipular al gato, intenta sentir sus costillas y su cuerpo para evaluar qué tan delgado puede estar.

Una vez que el gato esté en un lugar seguro y protegido, el primer paso es evaluar su estado actual. Ten en cuenta que puede estar muy asustado, así que actúa con cautela para evitar que se defienda o intente huir.

Si el gato está demasiado asustado para que lo manipules, lo mejor es llevarlo directamente a un refugio, ya que cuentan con experiencia en el cuidado de gatos salvajes. Si está muy débil, herido o no puede mantenerse en pie, llévalo a un veterinario lo antes posible.

También puedes evaluar el estado corporal del gato observándolo y sintiendo suavemente su cuerpo. Esto te ayudará a determinar si está desnutrido o simplemente tiene bajo peso, y así decidir la mejor manera de alimentarlo. Utiliza esta guía para monitorear su recuperación hacia un peso saludable.

Además, es importante tratar de estimar la edad del gato. Un gatito requiere un cuidado muy diferente al de un gato adulto. Atender a un gatito joven, deshidratado o desnutrido es una tarea que debe dejarse en manos de un profesional veterinario o un centro de rescate con experiencia en medicina de refugio. Los consejos a continuación están dirigidos únicamente a gatos adolescentes o adultos.

2. Proporcionar agua

gato bebe agua

Ofrécele al gato agua fresca y fría en un plato poco profundo y permítele beber tanto como quiera.

El agua es fundamental para la vida. Aunque debemos tener cuidado de no sobrealimentar a un gato desnutrido, siempre es bueno ofrecerle agua, ya que podría salvarle la vida. Lo más seguro es ofrecerle agua en un plato plano o un cuenco pequeño para que beba por sí solo.

Si el gato no quiere beber, puedes ver si bebe un poco de agua con la punta de una jeringa. Ten cuidado de no echarle el agua directamente en la parte posterior de la boca, solo hazle gotear cerca de los labios para que pueda tragarla. Si está demasiado débil para tragar, el agua podría entrar en sus pulmones y causarle neumonía. En este caso, es posible que necesite una terapia de fluidos por vía intravenosa (un goteo intravenoso) en el veterinario.

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3. Llévalo al veterinario

Veterinario en una clínica veterinaria, tomando pruebas PCR para detectar infección

Antes de atender a un gato hambriento, haz que un veterinario revise si hay signos de enfermedad o lesiones que puedan requerir tratamiento.

Una vez que tengas al gato en un lugar seguro, le hagas una evaluación básica y le ofrezcas un poco de agua, es momento de llevarlo al veterinario. Existen varias razones por las que un gato puede adelgazar mucho; a veces es tan simple como no tener acceso a la comida. Pero también es posible que el gato tenga una condición de salud grave que haya provocado su pérdida de peso.

Solo un veterinario podrá hacer esta evaluación y aconsejarte sobre los próximos pasos a seguir. Si el gato está muy enfermo, el veterinario puede recomendar su hospitalización. Sin embargo, si parece estar sano, el equipo veterinario te apoyará en el proceso de devolverlo a la salud. También te prescribirán tratamiento para pulgas y parásitos si lo consideran necesario.

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4. Rehidratación

El gato bebe y come comida en el suelo.

Anima al gato a beber suficiente agua y consulta a tu veterinario sobre el uso de un suplemento de rehidratación.

Los signos de deshidratación incluyen letargo, encías pegajosas, ojos hundidos y un “pliegue de piel” (si levantas y sueltas la piel en la nuca, se mantiene levantada en lugar de volver a su lugar). Los gatos con deshidratación severa pueden necesitar hospitalización y un goteo intravenoso. No obstante, puedes atender a un gato con deshidratación leve a moderada en casa, siempre que beba agua por sí mismo.

Ofrece a tu gato abundante agua fresca en un lugar accesible. Mezclar un suplemento de rehidratación puede ayudar a reemplazar algunos de los electrolitos y sales que ha perdido. Puedes comprar suplementos de rehidratación para gatos en tu veterinario o en una tienda de mascotas local.

Si al principio tu gato no quiere beber solo, puedes usar una jeringa para ver si acepta lamer un poco de agua del extremo. No le arrojes agua directamente a la boca a menos que puedas verlo tragar, ya que podría entrar en sus pulmones y causar neumonía. Si el gato no comienza a beber por sí mismo, será necesario llevarlo nuevamente al veterinario.

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5. Introduce los alimentos gradualmente

Comienza alimentando al gato con solo el 25 % de la cantidad recomendada para un gato de tamaño similar y luego aumenta gradualmente las porciones durante una semana.

La clave para alimentar a los gatos desnutridos es: ir despacio. Si un gato está hambriento o desnutrido, corre el riesgo de sufrir el síndrome de realimentación si consume demasiada comida demasiado rápido. Una guía segura es comenzar con el 25 % de una ingesta de comida normal para su peso ideal cada día.

En otras palabras, ofrécele solo una cuarta parte de lo que normalmente le darías de comer a un gato de tamaño similar por día. Puedes calcular esto en función de la pauta de alimentación que viene con el alimento. Aumenta esta cantidad gradualmente, con el objetivo de volver al 100 % de su ingesta habitual en aproximadamente una semana. Esto podría verse así:

  • Día 1: 25 %
  • Día 2: 33 %
  • Día 3: 50 %
  • Día 4: 66 %
  • Día 5: 75 %
  • Día 6: 100 %

Tal vez debas aumentar gradualmente la cantidad a un poco más del 100 % de la cantidad recomendada para asegurar que el gato gane peso. No hay necesidad de apresurarse. El objetivo es lograr un aumento de peso lento y gradual durante uno a dos meses. Siempre es más seguro hacerlo demasiado despacio que demasiado rápido.

Al igual que nosotros, cuando un gato no ha comido durante mucho tiempo, su estómago puede encogerse y tener dificultades para recibir grandes volúmenes de alimento. Por ello, lo mejor es dividir su ingesta diaria total en aproximadamente seis comidas pequeñas, separadas por unas cuatro horas. Esto ayudará a evitar sobrecargar su sistema.

Puedes empezar a reducir gradualmente el número de comidas a medida que se acerque a un peso saludable.

Qué alimentar: La comida ideal es un alimento húmedo enlatado que sea bajo en carbohidratos, alto en proteínas, alto en grasas y alto en calorías. Existen alimentos especialmente formulados para gatos en recuperación de enfermedades, disponibles en veterinarios y tiendas de mascotas. Busca palabras como «recuperación» o «cuidados críticos» en sus nombres. Es mejor evitar el alimento seco o croquetas al principio, ya que pueden ser difíciles de digerir y tienden a tener un mayor contenido de carbohidratos.

6. Considere agregar vitaminas y minerales

El hombre alimenta a los gatos callejeros

Habla con tu veterinario sobre la posibilidad de agregar suplementos para apoyar al gato a medida que continúe mejorando.

Una vez que el gato esté comiendo de manera constante y muestre signos de mejoría, puedes apoyarlo aún más agregando algunas vitaminas y minerales adicionales a su dieta. Una excelente manera de hacerlo es incorporando un suplemento fácilmente disponible como la levadura de cerveza.

La levadura de cerveza es una fuente excelente de aminoácidos y vitaminas del grupo B, que ayudarán a sus órganos y sistema inmunológico a reparar y recuperarse. Simplemente espolvorea una pequeña cantidad sobre su comida una vez al día.

Si tu gato mostraba signos de desnutrición prolongada, tu veterinario también puede recomendarle suplementar con tiamina. Pero es importante discutir esto primero con el veterinario.

Señales de mejora

Alimentando a un gato callejero

Si el gato no muestra signos de mejoría, regresa al veterinario para una nueva evaluación.

Si todo va bien, deberías notar que tu gato gana energía y se vuelve más activo cada día. Es útil pesarlo cada pocos días para monitorear su aumento de peso. Debería estar comiendo y bebiendo de forma independiente, y tener buen apetito.

Mientras continúe progresando bien, puedes seguir aumentando su ingesta de alimentos para ayudarlo a ganar peso. Una vez que hayas pasado las primeras semanas, también puedes ir haciéndolo pasar gradualmente a un alimento húmedo o seco de alta calidad.

¡No olvides reducir sus porciones una vez que alcance un peso corporal saludable para evitar que tenga sobrepeso!

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Cuándo preocuparse

Si el gato no muestra signos claros de mejoría, regresa al veterinario para un examen de seguimiento.

Una vez que un gato hambriento esté rehidratado y haya comenzado a comer nuevamente, debería mostrar signos de mejoría. Si tu gato no está ganando peso, no come bien o presenta algún signo de enfermedad, llévalo de regreso al veterinario para un chequeo. Esto podría indicar que hay algo más serio ocurriendo.

Si el gato está severamente desnutrido, recuerda estar atento a los signos del síndrome de realimentación a medida que comienzas a alimentarlo. Estos incluyen:

Si observas alguno de estos signos, deja de alimentar al gato y llévalo a un veterinario de inmediato.

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Palabras finales

Alimentando a un grupo de gatos callejeros salvajes en la calle

Los gatos a menudo se vinculan estrechamente con las personas que los salvan del hambre o la enfermedad.

Cuidar a un gato hambriento es una tarea difícil, pero también puede ser muy gratificante. Con tiempo, dedicación y una alimentación cuidadosa, muchos gatos hambrientos se recuperan por completo. Por supuesto, si es tu propio gato el que estás cuidando, ya tendrás un vínculo increíble. Pero si se trata de un gato que has adoptado, entonces este es solo el comienzo de una relación especial.

Al principio, un gato hambriento probablemente se sienta asustado y mal. Pero a medida que comience a recuperarse y a adaptarse a su nuevo entorno, su personalidad comenzará a brillar. Intenta dejar que se acerque a ti y recuerda que lleva tiempo generar confianza. Valdrá la pena.

No olvides que cualquier gato con bajo peso o desnutrido debe ser revisado por un veterinario antes de comenzar a cuidarlo. Tu veterinario identificará cualquier problema de salud subyacente que deba tratarse y te brindará todos los consejos y el apoyo que necesitas para cuidar al gato hasta que recupere todas sus fuerzas. Una vez que tengas luz verde para seguir adelante, tendrás un viaje gratificante por delante.

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Dr. Nat Scroggie MRCVS

Nat es una gran corredora y le apasiona el bienestar, tanto dentro como fuera de la profesión veterinaria, donde trabaja duro para ayudar a otros en su propio bienestar. Vive en Nottingham con su pareja, su bebé y su querida collie labradora de 14 años, Milly.