Lipidosis hepática en gatos: síntomas, diagnóstico y tratamiento

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Gato enfermo

Este artículo tiene como objetivo explicar los detalles de la lipidosis hepática en gatos, un problema común y grave también conocido como enfermedad del hígado graso. El objetivo de este artículo es proporcionar una explicación simple y clara sobre la lipidosis hepática para los dueños de gatos. La afección es exclusiva de los gatos: no se observa en otros animales pequeños.

¿Qué es la lipidosis hepática?

La lipidosis hepática es un tipo de enfermedad hepática en la que el tejido hepático se inunda de grasa (lípidos) que se ha movilizado rápidamente de los depósitos de grasa. La grasa, junto con los subproductos metabólicos de su procesamiento, impiden que el hígado funcione con normalidad, lo que provoca insuficiencia hepática.

Se trata de una enfermedad que afecta con mayor frecuencia a gatos obesos que han perdido peso recientemente: si dichos gatos se sienten visiblemente enfermos, esta afección debería ocupar un lugar destacado en la lista de posibilidades.

¿Qué tan común es la lipidosis hepática?

La lipidosis hepática es probablemente el tipo de enfermedad hepática más común que ven los veterinarios. Los gatos de mediana edad son los más afectados, pero puede presentarse en gatos de cualquier edad. Todos los gatos pueden verse afectados: no existe predisposición racial.

¿Qué causa la lipidosis hepática?

El mecanismo preciso detrás de la lipidosis hepática no está claro: a veces parece ser idiopática (es decir, no se puede determinar la causa) mientras que en otros casos ocurre secundaria a alguna otra enfermedad primaria.

La secuencia de eventos más común parece ser que un gato que tiene importantes reservas de grasa (es decir, sobrepeso u obesidad) sufre una enfermedad subyacente que le hace dejar de comer. Su cuerpo entonces moviliza grandes cantidades de grasa (triglicéridos) de las reservas corporales y el hígado se inunda con más grasa de la que puede procesar, lo que provoca lipidosis hepática.

Algunos ejemplos típicos de causas primarias que contribuyen al inicio del problema incluyen:

Síntomas de la lipidosis hepática en gatos

Esta enfermedad se observa con mayor frecuencia en gatos con sobrepeso u obesos que han dejado de comer (o están comiendo significativamente menos que antes) y que han perdido peso repentinamente.

Los signos clínicos más comunes observados por los propietarios incluyen:

  • Inapetencia o anorexia
  • Pérdida de peso con pérdida muscular
  • Letargo y embotamiento
  • Debilidad, incapacidad para hacer ejercicio y saltar como de costumbre
  • Vómitos y diarrea
  • Babeo
  • Ictericia, con coloración amarillenta de las encías y la parte blanca de los ojos
  • Cambios de comportamiento: los gatos simplemente “no son ellos mismos”

Diagnóstico de la lipidosis hepática

Si tu veterinario sospecha que tu gato podría tener lipidosis hepática, se pueden seguir los siguientes pasos.

1. Toma de historia clínica detallada

Tu veterinario revisará todos los aspectos de la condición y el cuidado general de salud de tu gato. Es importante conocer su historial dietético: ¿qué tipo de comida come tu gato? ¿Ha comenzado a comer algún alimento nuevo recientemente? ¿Está recibiendo algún suplemento?

¿Hay otros factores que puedan estar afectando su apetito? ¿El gato orina y defeca con normalidad?

Existen otras causas que pueden generar signos similares a los de la lipidosis hepática, y este historial ayudará a diferenciar las posibles causas. La insuficiencia hepática puede llevar a una condición conocida como encefalopatía hepática, con cambios de comportamiento relacionados con la acumulación de toxinas que afectan el cerebro, por lo que los informes del dueño sobre el comportamiento del gato pueden ser muy importantes.

2. Examen físico

Tu veterinario examinará a tu gato con detenimiento, buscando los signos de lipidosis hepática mencionados anteriormente. El examen normalmente incluirá tomar la temperatura del gato, escuchar su pecho con un estetoscopio, palpar cuidadosamente el abdomen y pesar al gato, comparando con los pesos corporales previamente registrados.

3. Análisis de sangre de rutina

Es muy probable que tu veterinario realice un análisis de sangre, que incluirá el panel habitual de pruebas diagnósticas, como hematología (recuento sanguíneo) y perfiles bioquímicos. Las anomalías típicas que se observan incluyen:

  • Niveles elevados de enzimas hepáticas (ALT y ALKP), mientras que otra enzima hepática (GGT) puede estar normal o incluso baja.
  • Niveles de bilirrubina elevados.
  • Anemia.
  • Los electrolitos pueden tener niveles alterados, incluidos niveles reducidos de potasio, lo que puede agravar la falta de apetito y el letargo.
  • También se realizarán pruebas simples de orina.

Este tipo de análisis se conoce como Base de Datos Mínima y se realiza para evaluar a la mayoría de los gatos enfermos, independientemente de los signos de enfermedad.

4. Análisis de sangre especializados

Tu veterinario puede recomendar análisis de sangre específicos para algunas infecciones virales como FeLV y FIV , ya que existen implicaciones significativas si tu gato es positivo para cualquiera de estas.

5. Diagnóstico por imágenes

Se pueden tomar radiografías y probablemente sea necesaria una ecografía. En la ecografía, el hígado aparece hiperecoico (más denso) en comparación con los riñones (un hígado normal tiene la misma ecogenicidad que los riñones). Este hallazgo se describe como hepatopatía hiperecoica difusa y, junto con la historia y los signos clínicos, es suficiente para hacer un diagnóstico provisional de lipidosis hepática.

6. Biopsias

Para hacer un diagnóstico definitivo, es necesaria una biopsia de hígado.

  • La aspiración con aguja fina del hígado (PAAF) es el método más común: a menudo se puede realizar en un gato consciente en la consulta. Esto permite recolectar una pequeña cantidad de células hepáticas (hepatocitos), colocarlas en un portaobjetos de microscopio y enviarlas al laboratorio.
  • Si el gato no lo tolera, se puede utilizar sedación o anestesia y se puede tomar una biopsia completa del hígado, guiada por ecografía. Si se considera este método, puede haber dudas sobre la capacidad de coagulación de la sangre del gato, ya que los problemas de coagulación suelen acompañar a la enfermedad hepática y la muestra más grande necesaria en comparación con la PAAF significa que existe un mayor riesgo de sangrado.

Las muestras de biopsia, independientemente de cómo se recojan, se envían a un laboratorio externo y el diagnóstico suele realizarse a partir del informe del patólogo. Los hallazgos suelen incluir citoplasma vacuolado en los hepatocitos, lo que sugiere una acumulación de lípidos, lo que da lugar a la denominada «hepatopatía vacuolar».

Por lo general, la lipidosis se clasifica como leve, moderada, marcada o grave y esta es una guía útil para el pronóstico de un gato individual.

Tratamiento de la lipidosis hepática

Veterinario revisando el estado de un gato con lipidosis hemática

El tratamiento incluye líquidos intravenosos para rehidratar a los gatos que se han deshidratado debido a la falta de comida y bebida, junto con medicamentos generales de apoyo al hígado.

La lipidosis hepática es un problema grave y potencialmente mortal que requiere un tratamiento intensivo y siempre es necesaria una internación en el hospital veterinario local.

El tratamiento tiene dos aspectos principales:

Terapia para tratar la insuficiencia hepática

Inicialmente son necesarios líquidos intravenosos para rehidratar a los gatos que se han deshidratado debido a la falta de comida y bebida, combinado con los cambios metabólicos causados ​​por el proceso de la enfermedad.

También se administran medicamentos generales de apoyo al hígado, que incluyen:

  • Ácido ursodesoxicólico para alterar la composición de la bilis para que sea menos tóxica o irritante.
  • S-adenosil-L-metionina (SAMe): un suplemento antioxidante específico que favorece la función hepática
  • L-Carnitina: un suplemento nutricional que ayuda al transporte de grasa en el cuerpo.
  • Se puede recomendar la suplementación con ácidos grasos esenciales.
  • Taurina: este es un aminoácido esencial que suele ser deficiente en los gatos anoréxicos. Tiene sentido darles a los gatos un suplemento de este hasta que vuelvan a comer con normalidad.
  • Vitamina B-12 (cobalamina): una vitamina que favorece la función hepática.
  • Vitamina K: muchos gatos con lipidosis hepática tienen una capacidad de coagulación sanguínea inadecuada debido a que el hígado no puede seguir manteniendo niveles normales de factores de coagulación sanguínea.
  • A menudo se recomiendan antibióticos para tratar la infección bacteriana secundaria.
  • Estimulantes del apetito, para animar al gato a empezar a comer de nuevo.

Terapia nutricional para que el gato deje de tener aversión a la comida y vuelva a tener un régimen alimentario normal

Persona acariciando a un gato que ha estado enfermo

Si has visto a tu gato vomitar, debes identificar la causa y luego tratarlo en consecuencia.

Los gatos afectados necesitan volver a comer alimentos nutritivos, y esto puede resultar difícil porque la anorexia es uno de los signos de la enfermedad.

Generalmente se colocan sondas de alimentación para permitir la alimentación forzada.

Por lo general, se administra una dieta de recuperación veterinaria a través de una sonda de alimentación durante todo el período de recuperación, que puede durar entre 8 y 16 semanas.

Generalmente estos gatos requieren de 7 a 10 días de hospitalización para poder iniciar este tipo de realimentación y para ir aumentando paulatinamente las cantidades de alimento suministradas hasta que sean alimentados lo suficiente cada día para sustentarlos adecuadamente.

Luego, los gatos suelen ser enviados a casa, donde se les administra diariamente una cantidad de alimentación por sonda suficiente para mantener su salud a largo plazo.

Los dueños de mascotas comienzan con la alimentación por sonda, pero pronto comenzarán a ofrecer también comida normal, y un proceso gradual de cambio de la alimentación por sonda a la alimentación normal puede llevar varias semanas y después de eso, se debe continuar prestando una cuidadosa atención al control de la ingesta de alimentos durante un período adicional.

¿Qué tipos de sondas de alimentación se utilizan?

Hay tres tipos principales de tubos que se pueden utilizar

  • Sondas nasales: nasogástricas (NG) o nasoesofágicas (NE). Son mucho más estrechas y, si bien son útiles para el uso hospitalario, los dueños no las pueden usar fácilmente en casa.
  • Tubos de esofagostomía, que ingresan a través de una herida quirúrgica en el costado de la garganta del gato directamente al esófago.
  • Sondas de gastrostomía, que ingresan al estómago directamente a través de una herida quirúrgica en el costado del gato.

Seguimiento y pronóstico

Revisión veterinaria de un gato con lipidosis hepática

Alrededor del 90 % de los gatos se recuperan por completo de la lipidosis hepática, pero el resultado depende de la gravedad de la lipidosis hepática, la salud general subyacente del paciente y el compromiso del propietario.

Además de los controles físicos frecuentes, se pueden tomar muestras de sangre repetidas para monitorear los cambios en la función hepática. Alrededor del 90 % de los gatos se recuperan completamente de la lipidosis hepática, pero el resultado depende de la gravedad de la lipidosis hepática, la salud general del paciente y el compromiso del dueño con un seguimiento nutricional detallado. Esta es una condición profunda que requiere mucho tiempo para la recuperación: se necesitan de dos a cuatro meses de cuidado meticuloso en casa. La tasa de supervivencia de los gatos con lipidosis hepática puede variar según varios factores, incluyendo la gravedad de la condición, la presencia de enfermedades subyacentes y la rapidez con la que el gato reciba el tratamiento adecuado.

La lipidosis hepática es una enfermedad hepática grave que generalmente afecta a gatos obesos que han perdido una cantidad significativa de peso recientemente. Si se sospecha de esta condición, es crucial recibir atención veterinaria urgente e intensiva.

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Dr. Pete Wedderburn, DVM

El Dr. Pete Wedderburn se graduó como veterinario en Edimburgo en 1985 y ha dirigido su propio consultorio de cuatro veterinarios con animales de compañía en el condado de Wicklow, Irlanda, desde 1991. Pete es muy conocido como un veterinario de los medios con apariciones regulares en la televisión, la radio y los periódicos nacionales, incluidos una columna semanal en el Daily Telegraph desde 2007. Pete es conocido como "Pete el veterinario" en sus ocupadas páginas de Facebook, Instagram y Twitter, y publica periódicamente información sobre temas de actualidad y casos de la vida real de su clínica. También escribe un blog habitual en www.petethevet.com. Su último libro: “Pet Subjects”, fue publicado por Aurum Press en 2017.