Conseguir que un gato quisquilloso coma: 6 consejos de un especialista en comportamiento felino

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Melina Grin / Cats.com

Los gatos no son exigentes de manera intencional, ni intentan frustrar a sus dueños durante las comidas. Su naturaleza cazadora y sus sensibles papilas gustativas los hacen selectivos con la comida.

Cambios en la rutina y ciertos problemas de salud pueden influir en sus hábitos alimenticios. Además, el estrés y cambios en el entorno pueden provocar que un gato consuma pequeñas cantidades de alimento o desarrolle aversiones a ciertos alimentos.

Si tu gato come menos o se niega a alimentarse, no te desanimes. Ten paciencia, sigue intentándolo y muestra compasión hacia él. Prueba estos consejos para asegurarte de que tu gato continúe recibiendo la nutrición necesaria.

Razones por las que tu gato puede ser quisquilloso con la comida

Los gatos son carnívoros obligados y requieren una dieta rica en proteínas. Si tu gato es exigente con la comida, podría ser señal de un problema. A continuación, se indican seis razones por las que tu gato podría ser quisquilloso con la comida:

1. Experiencias tempranas y genética

Los gatos son “comedores de impronta” y desarrollan preferencias gustativas a lo largo de toda la vida, moldeadas por las experiencias alimentarias prenatales y posnatales. La genética parece desempeñar un papel pequeño en la determinación de las preferencias alimentarias, y las diferencias entre las poblaciones de gatos se explican más fácilmente por sus experiencias alimentarias que por la diversidad genética. [1]

La evidencia también sugiere que los gatos que crecen en entornos diversos desarrollan diferentes preferencias alimentarias. El estudio comparó a los gatos domésticos con los gatos de granja que deambulan libremente. Concluyó que los gatos domésticos evitaban la carne cruda, mientras que los gatos de granja evitaban la comida seca. Esos hallazgos podrían explicar por qué algunos gatos de interior no reconocen la comida nueva y se alejan.

2. Mala salud

Hay muchos problemas de salud que pueden provocar inapetencia en los gatos. Algunas enfermedades o lesiones agudas pueden dificultar físicamente la alimentación de los gatos, como lesiones en la mandíbula, enfermedades dentales y abscesos. Además, síntomas como la congestión pueden hacer que el olor de la comida sea menos apetitoso para los gatos. Los problemas de salud crónicos, como la insuficiencia gastrointestinal, hepática, pancreática, renal, osteoartritis, trastornos neurológicos y cáncer, pueden afectar el apetito de un gato.

Algunos gatos pueden experimentar efectos secundarios a causa de las vacunas o los medicamentos, como pérdida de apetito. Dar medicamentos junto con la comida habitual también puede alterar el sabor, lo que puede provocar aversión a la comida. En la naturaleza, este mecanismo de supervivencia les ayuda a evitar repetir experiencias de alimentación dañinas asociadas con presas nutricionalmente incompletas o potencialmente tóxicas.[3]

Un gato con náuseas o estreñimiento también puede perder el apetito. Los gatos pueden desarrollar aversión a los alimentos si asocian un alimento en particular con sensaciones de náuseas o malestar, incluso si no fue el alimento el que causó ese dolor. Es posible que sigan evitando ese alimento cuando se recuperen por completo.

3. Calidad de los alimentos

Diversos factores pueden afectar el sabor y la palatabilidad de los alimentos comerciales para gatos, entre ellos, el aroma del alimento, la temperatura, el valor nutricional, la frescura y la variedad de formas y tamaños de las croquetas o la carne.

También es posible que la comida esté caducada o en mal estado. Los gatos tienen un olfato muy agudo, que les permite detectar olores asociados a alimentos en mal estado o contaminados. Su sentido del gusto les ayuda a evaluar el valor nutricional de los alimentos y les impide consumir sustancias nocivas o indigestas.

4. Experiencia gastronómica desagradable

Los gatos quieren comer en platos limpios y en un área higiénica, igual que nosotros. Y tienen narices mucho más sensibles, por lo que notarán el mal olor mucho antes que tú. Asegúrate de que su espacio para comer esté libre de migas, derrames de agua y suciedad.

Los gatos también tienen preferencias en cuanto al tipo de cuenco en el que comen. Los cuencos reflectantes, estrechos o profundos pueden hacer que rechacen la comida, incluso cuando tienen hambre.

5. El estrés y los grandes cambios

Melina Grin / Gatos.com

Los gatos son animales cautelosos, por lo que cualquier desviación de su rutina o dieta habitual puede hacerlos muy desconfiados y hacer que eviten su comida. Pueden ponerse ansiosos y desarrollar hábitos alimentarios selectivos con los cambios en la rutina. Alimentar a los gatos de forma irregular o con comidas abundantes y poco frecuentes también puede provocar hábitos alimentarios quisquillosos.

El estrés en los gatos puede provocar una pérdida general del apetito y una reticencia a probar nuevos alimentos. El estrés puede deberse a muchos factores, como otros animales, ruido excesivo, nuevos miembros de la familia, visitas al veterinario o cambios en el entorno doméstico. Un gato tímido puede tener dificultades para acceder a su plato de comida si este se encuentra en una zona concurrida, está obstruido por un perro o vigilado por otro gato.

¿Y has observado que tu gato come menos en verano o en condiciones de alta humedad? Un estudio ha descubierto que los gatos consumen aproximadamente un 15 % menos de comida en verano que en invierno. Por ejemplo, Serafina, nuestra gata de 10 años, tiende a saltarse el desayuno en los días calurosos de verano, pero come varias comidas por la noche.[4]

6. Tus hábitos alimenticios

Los apetitos caprichosos a veces son el resultado de que los dueños de gatos les dan el mismo tipo de comida repetidamente para minimizar el malestar estomacal. Por ejemplo, si los gatos son alimentados solo con croquetas durante un período prolongado, pueden desarrollar una preferencia por ellas y negarse a comer otros alimentos.

Mimar a tu gato con golosinas y snacks constantemente también puede hacer que se vuelva quisquilloso y rechace las comidas habituales. Ofrecerle demasiadas opciones de comida también puede provocar hábitos alimenticios quisquillosos. Algunos dueños de mascotas se abastecen de una gran variedad de comida para gatos por miedo a que su gato se aburra con un solo sabor. Luego abren varias latas tratando de complacer al gato, aunque este puede seguir negándose.

Consejos para animar a tu gato a comer

Habla con tu veterinario si tu gato está perdiendo el apetito. Tu veterinario puede evaluar si hay algún problema de salud subyacente que esté causando esto y brindarte consejos sobre opciones dietéticas adecuadas adaptadas a las necesidades de tu gato. Después de consultar con tu veterinario, prueba estos seis consejos en casa:

Melina Grin / Cats.com

1. Mejorar la palatabilidad

Los gatos tienen una preferencia particular por la temperatura de la comida. Sus receptores gustativos son más sensibles cuando la comida está a unos 30 °C (86 °F), que es la temperatura de su lengua.

El olor de la comida también puede estimular su apetito. Los gatos mayores pueden ser especialmente quisquillosos debido al deterioro general de su salud y a la debilidad de sus receptores olfativos. Prueba a calentar la comida húmeda de tu gato en el microondas durante 10 segundos; verifica la temperatura antes de servirla.

Elige una dieta rica en grasas y proteínas, a menos que los problemas médicos requieran algo diferente. Y asegúrate de ofrecerle a tu gato una textura que pueda manejar. Las croquetas e incluso algunos alimentos húmedos, como los «trozos» y las «rodajas», pueden resultar difíciles de tragar para algunos gatos.

Utiliza bolsillos para pastillas para sus medicamentos de rutina en lugar de esconder las pastillas en sus comidas habituales y nunca fuerces a tu gato a comer, ya que esto puede provocar más complicaciones.

2. Prueba los complementos y aditivos alimentarios

Prueba un complemento alimenticio para gatos exigentes que no muestran interés por su comida habitual o nueva. Desmenuza pequeñas cantidades de golosinas liofilizadas o secadas al aire sobre la comida enlatada. Otras sugerencias de complementos son queso, tocino sin sal, croquetas trituradas, hojuelas de bonito o la golosina favorita de tu gato.

Añadir líquidos con sabor a la comida de un felino también puede tentar a los gatos quisquillosos a comer. El líquido aumenta el aroma de la comida y ayuda a la hidratación. Los líquidos con sabor, como el jugo de atún o el caldo de pollo bajo en sodio, tentarán a cualquier gato.

Los gatos pueden beneficiarse de la suplementación. Tu veterinario puede recomendar los mejores suplementos para el bienestar de tu gato. Los probióticos y prebióticos pueden ayudar a la digestión, estabilizar la microflora y mejorar el apetito. Los ácidos grasos omega-3 también pueden mejorar el apetito.

3. Cambia el tipo y la ubicación de los recipientes para la comida

Los gatos prefieren cuencos limpios y poco profundos para evitar tocar los bordes con los bigotes. Para ayudar a tu gato a evitar la fatiga de los bigotes y la tensión en el cuello, cambia su cuenco de comida por un plato de cerámica plano y elevado. Los gatos con hocicos cortos pueden preferir comer solo en platos muy anchos y poco profundos. Los gatos artríticos pueden necesitar un cuenco elevado para no tener que agacharse tanto.

Los platos de plástico pueden contribuir al acné felino al atrapar bacterias y olores; elige vidrio, cerámica o acero inoxidable. Cambiar la ubicación del plato puede marcar una gran diferencia para un gato quisquilloso, especialmente en una casa con varios gatos. Si tienes más de un gato, alimentarlos en platos separados en diferentes habitaciones o en superficies elevadas puede ayudar a reducir la competencia y el estrés.

4. Proporciona un entorno tranquilo y predecible

En lugar de permitir que tu gato coma a su antojo, establece horarios de alimentación consistentes y regulares. Coloca el plato de comida y aléjate; estar cerca puede hacer que tu gato se vuelva más cauteloso y disminuir sus posibilidades de comer. También es mejor evitar ofrecer varios tipos de comida al mismo tiempo, ya que puede resultar abrumador.

Divide la ración diaria en comidas más pequeñas o utiliza un comedero automático. Algunos gatos prefieren que los alimenten a mano o que los acaricien durante las comidas; otros prefieren comer en silencio por la noche cuando todos están dormidos.

5. Proporciona mucho enriquecimiento

¡No te olvides del tiempo de juego! Los gatos son cazadores por naturaleza, pero algunos pueden perder el apetito cuando sus dueños no están cerca. Jugar con tu gato durante 20 minutos puede estimular sus instintos de caza y animarlo a comer.

Estos pequeños depredadores también suelen preferir comidas pequeñas a lo largo del día. Los comederos de rompecabezas simulan presas y ofrecen estimulación mental. Haz que la hora de comer sea más entretenida colocando comida seca, deshidratada o húmeda en rompecabezas o comederos interactivos para mascotas.

6. Realiza los cambios gradualmente

Un cambio brusco en la dieta puede provocar malestar estomacal y agravar el problema. Cuando cambies a un nuevo alimento para gatos, hazlo lentamente a lo largo de una semana. Algunos gatos pueden necesitar un período de transición incluso más prolongado.

A algunos gatos incluso les puede gustar una variedad de sabores. Si crees que este es el caso, comienza con otro sabor de la marca actual que estés usando. Ten en cuenta que introducir a tu gato a una dieta rotativa requiere un poco de tiempo y planificación, ¡pero tu gato puede agradecerte!

Preséntale a tu gato diferentes sabores y texturas probando variadas opciones de alimentos húmedos enlatados, crudos y de alta calidad, como paté, bocados, trozos de carne y salsa, que se adapten a las preferencias de tu gato.

Ver fuentes
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  1. Hepper, P., Wells, D. L., Millsopp, S., Kraehenbuehl, K., Lyn, S. A., & Mauroux, O. (2012). Prenatal and early sucking influences on dietary preference in newborn, weaning, and young adult catsChemical Senses37(8), 755–766.

  2. Bradshaw, J. W. S., Healey, L., Thorne, C. J. R., Macdonald, D. W., & Arden-Clark, C. (2000). Differences in food preferences between individuals and populations of domestic cats Felis silvestris catusApplied Animal Behaviour Science68(3), 257–268.

  3. T. Watson. Palatability: feline food preferences. (n.d.). CABI Databases.

  4. Serisier, S., Feugier, A., Delmotte, S., Biourge, V., & German, A. J. (2014). Seasonal variation in the voluntary food intake of domesticated cats (Felis catus)PLOS ONE9(4), e96071.

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Melina Grin

Melina descubrió su pasión por ayudar a los animales durante su infancia. Después de trabajar como enfermera en el campo veterinario, se interesó en el comportamiento felino, las terapias corporales y la medicina energética. Melina tiene una amplia experiencia en el tratamiento de problemas de comportamiento y adiestramiento de gatos, y es muy hábil en el cuidado y la rehabilitación de las queridas mascotas de sus clientes. Ella cree que un enfoque holístico, que tenga en cuenta tanto a la mascota como al tutor, es la mejor manera de mejorar la salud y el bienestar general de una mascota. Melina es la orgullosa fundadora y directora de Pet Nurture, un exclusivo centro móvil de bienestar animal especializado en gatos con sede en Sídney, Australia.