Si convives con un gato, seguro pasas buena parte del día acariciándolo, abrazándolo o simplemente en contacto con él. Por eso, sin darte cuenta, reconoces bien cómo suele sentirse al tacto. ¿Alguna vez has ido a tocarle la cabeza y notaste que sus orejas están calientes? Esto puede indicar fiebre, molestias en los oídos… o simplemente que ha estado tomando el sol o que tus manos están más frías de lo normal.
En este artículo te contamos por qué pueden calentarse las orejas de tu gato: cuándo se trata de algo que requiere atención y cuándo no hay motivo de preocupación. Lo más importante es que sabrás cómo actuar si el calor en sus orejas indica que algo no anda bien.
Posibles causas de las orejas calientes en los gatos
A continuación encontrarás algunas posibles razones por las que las orejas de tu gato podrían sentirse calientes al tacto:
Fiebre
La fiebre significa que la temperatura corporal de tu gato es más alta de lo normal, y esto puede ser evidente cuando lo tocas. El pelaje de tu gato puede dificultar la percepción de su temperatura corporal real, por lo que las zonas con menos pelo (como las orejas, la nariz y las patas) son donde más se nota.
Si tu gato tiene fiebre, puede deberse a una infección vírica o bacteriana y, según la parte del cuerpo afectada, puedes notar otros síntomas. Por ejemplo, si tu gato tiene gastroenteritis (una infección del estómago y los intestinos), puedes notar vómitos, diarrea o ambos. Si tiene gripe felina, puede que estornude con secreción nasal y ojos llorosos. Por otro lado, si tu gato tiene una mordedura de gato infectada que ha formado un absceso en su pata, es posible que veas una hinchazón o una herida y que tu gato cojee.
En ocasiones, no hay síntomas específicos aparte de la fiebre, y esto se conoce como «pirexia de origen desconocido». La mayoría de estos casos son causados por infecciones virales, pero otras causas más raras incluyen inflamación, afecciones inmunomediadas y cáncer. Puedes obtener más información sobre la fiebre en gatos leyendo nuestro artículo.
Alergias
Las alergias en los gatos pueden afectar tanto a sus oídos como a su piel, lo que puede provocar que sus oídos se sientan calientes al tacto. Los posibles alérgenos incluyen alimentos, pulgas, moho, ácaros del polvo y polen, y si tu gato se ve afectado, es posible que notes que tiene una erupción cutánea llamada dermatitis miliar, que se presenta como pequeñas protuberancias rojas o costras. Si bien es inusual que las alergias afecten solo a los oídos y no a la piel en su conjunto, sucede.
Si tu gato sufre una reacción alérgica más intensa que le provoca hinchazón en el rostro o dificultad para respirar, también podrías notar sus orejas calientes por el aumento del flujo sanguíneo.
Insolación

El golpe de calor ocurre con mayor frecuencia en gatos encerrados accidentalmente en un cobertizo, garaje o invernadero.
Aunque se ha hablado mucho del tema en los últimos años, los golpes de calor siguen siendo frecuentes en perros… pero ¿sabías que también pueden afectar a los gatos? Ocurren cuando la temperatura del cuerpo se eleva por las condiciones del entorno, y son más comunes en días muy calurosos, sobre todo si el gato no tiene acceso a un lugar fresco y con sombra.
Un gato con golpe de calor se sentirá caliente al tacto, especialmente en las orejas, las patas y la nariz. Respirará con mayor rapidez e incluso puede abrir la boca al hacerlo. Es posible que notes las encías más rojas de lo normal o con un tono azulado o violáceo. Ante cualquier sospecha, habla con tu veterinario de inmediato.
Ácaros del oído
Los ácaros del oído son parásitos externos que se alojan en el canal auditivo y provocan secreción e incomodidad. Suelen afectar a gatitos jóvenes o a gatos mayores con las defensas bajas, y se transmiten con mucha facilidad entre ellos.
Estos ácaros generan una picazón intensa que lleva al gato a rascarse sin parar, lo que causa inflamación y lesiones. Por eso, si tu gato los tiene, podrías notar las orejas más calientes de lo normal. Otros signos incluyen pérdida de pelo y heridas en la parte posterior de las orejas, una secreción marrón parecida a cera dentro del oído y mucho rascado. Aun así, algunos gatos presentan síntomas muy leves.
Infección de oído
Al igual que los ácaros, una infección en el oído puede hacer que las orejas de tu gato se sientan más calientes. Esto ocurre por la inflamación en el canal auditivo y por el daño que él mismo se provoca al rascarse o sacudir la cabeza. Las infecciones pueden deberse a bacterias o levaduras, aunque también pueden estar relacionadas con cuerpos extraños, crecimientos o pólipos dentro del oído.
Si hay una infección, además del calor en las orejas, seguramente verás que tu gato sacude la cabeza con frecuencia y se rasca con las patas. Puede perder pelo en la zona y presentar enrojecimiento o heridas por el rascado constante.
Razones no médicas
Existen algunas razones no médicas por las que podrías notar las orejas de tu gato más calientes. Por ejemplo, si ha estado descansando al sol o cerca del radiador, es normal que se sientan tibias por un rato, pero ese calor debería desaparecer cuando se mueva a un lugar más fresco. Lo mismo ocurre si tus manos están frías por el clima o porque estuviste afuera: al tocarlo, podrías tener la impresión de que su cuerpo está más caliente, aunque su temperatura sea completamente normal.
Por eso, es clave medir la temperatura corporal (algo que suele hacer el equipo veterinario, aunque puedes intentarlo si sabes cómo y cuentas con ayuda) para saber si ese calor es solo una percepción o una señal real de que algo no anda bien. Si quieres profundizar, consulta el artículo ¿Por qué mi gato se siente caliente al tacto? Cuándo preocuparse.
¿Cuándo llamar al veterinario?
Si notas las orejas de tu gato calientes pero por lo demás se comporta con total normalidad y no muestra signos de malestar, es probable que haya estado recostado en un lugar cálido. Llévalo a una zona más fresca y vuelve a revisarlo después de media hora.
Si al tocarlo sigue sintiéndose caliente, puedes intentar tomarle la temperatura (si sabes cómo hacerlo con seguridad) o agendar una cita con el veterinario para salir de dudas. La temperatura corporal normal de un gato va de 36.5 a 39.0 °C (97.7 a 102.2 °F).
En cambio, si además del calor en las orejas presenta vómito, diarrea, dificultad para respirar, decaimiento o falta de apetito, lo mejor es contactar de inmediato a la clínica veterinaria y programar una revisión.
¿Cómo tomar la temperatura de tu gato?
Normalmente, el veterinario mide la temperatura de tu gato con un termómetro rectal, aunque en ocasiones también se utiliza la temperatura del oído. En general, no es necesario que lo hagas tú mismo, pero si quieres aprender, aquí tienes algunos consejos.
Antes de intentarlo, pide al equipo veterinario que te muestre cómo hacerlo correctamente. Recuerda que necesitarás a alguien que te ayude a sujetar al gato, y si usas el método rectal, es indispensable aplicar lubricante para facilitar la medición.
¿Cómo tratar a los gatos con orejas cálidas?

Los veterinarios pueden examinar de forma segura el interior de la oreja y el canal auditivo de un gato utilizando un otoscopio.
- Antes de intentar tratar en casa las orejas calientes de tu gato, consulta siempre con el veterinario para descartar que exista alguna condición subyacente que requiera atención.
- Si tu gato está bien, se comporta con normalidad y solo tiene las orejas calientes, probablemente no necesite tratamiento. Llévalo a un lugar fresco y vuelve a revisarlo después de un rato para confirmar que su temperatura ha vuelto a la normalidad.
- Si tiene fiebre, el veterinario realizará un examen para identificar la causa y prescribirá el tratamiento adecuado, que puede incluir antiinflamatorios y antibióticos. Si no se encuentra un motivo claro o el gato no responde al tratamiento, podrían ser necesarias pruebas adicionales.
- En caso de que tu gato esté caliente y presente signos de golpe de calor, como jadeo, respiración acelerada o colapso, comienza a refrescarlo mientras te diriges al veterinario. Bajar su temperatura es vital para evitar daños graves o permanentes en el cerebro u otros órganos.
- Las infecciones de oído y los ácaros se tratan con gotas antibióticas y limpiadores específicos. No uses productos sin prescripción veterinaria ni intentes insertar nada en el oído, ya que el tejido dentro del canal auditivo es muy delicado y puede dañarse con facilidad.
- Para ayudar a tu gato a sentirse mejor mientras recibe tratamiento, ofrécele un lugar fresco para descansar y asegúrate de que tenga acceso libre a agua fresca.
Prevención de las orejas calientes en los gatos
Lamentablemente, no se puede evitar por completo que tu gato contraiga alguna infección. Las vacunas lo protegen contra enfermedades graves, pero es normal que en algún momento de su vida pueda enfermarse. Lo mismo ocurre con las infecciones de oído y las alergias. En estos casos, lo más importante es que detectes temprano cualquier señal de malestar y lleves a tu gato al veterinario para que reciba el tratamiento adecuado cuanto antes.
Muchos tratamientos antiparasitarios también previenen los ácaros del oído, y usarlos de forma regular, siguiendo las indicaciones, ayudará a proteger a tu gato.
En cuanto al golpe de calor, los gatos suelen evitarlo por sí mismos; se alejan del sol o el calor cuando lo necesitan. El problema surge cuando quedan encerrados sin querer en cobertizos o espacios cerrados, o si tienen dificultades para moverse y no pueden buscar un lugar más fresco.
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