Gato que rechina los dientes: qué significa y cuándo preocuparse

Compartir Email Pinterest Linkedin Twitter Facebook

Veterinario examinando los dientes de un gato persa

Hay varias razones por las que un gato rechina los dientes. La mayoría tiene que ver con molestias en la boca, aunque también puede deberse al estrés o a un problema neurológico. No conviene pasarlo por alto, ya que suele ser señal de que algo no anda bien. Aquí te cuento qué significa este comportamiento, cuáles son sus causas y en qué momento deberías prestarle atención.

¿Qué es el rechinar de los dientes?

A veces los gatos rechinan los dientes, al igual que los humanos. Puedes notar que aprietan las mandíbulas y mueven la inferior de un lado a otro. Esto suele generar un sonido áspero o chirriante, ya que los dientes de abajo rozan con los de arriba. También podrías escuchar un clic en la mandíbula o ver que castañetea los dientes.

Este comportamiento se conoce médicamente como bruxismo, y en la mayoría de los casos indica que siente algún tipo de dolor. Un gato no rechina los dientes sin motivo.

Si lo hace con frecuencia, sus dientes se desgastan de forma anormal y también puede experimentar dolor en la articulación que une la mandíbula inferior con el cráneo, llamada articulación temporomandibular (ATM). Por eso, es fundamental detectar cuanto antes qué lo está provocando para aliviar el malestar y evitar daños permanentes en su dentadura.

¿Cuáles son las causas del rechinamiento de dientes en los gatos?

Existen varias causas que pueden llevar a un gato a rechinar los dientes. La más frecuente tiene que ver con molestias en la boca, que pueden deberse a distintas afecciones.

Algunos problemas dentales y bucales que pueden provocar este comportamiento son:

Reabsorción dental

La reabsorción dental, también conocida como lesiones resortivas odontoclásticas felinas (FORLs, por sus siglas en inglés), afecta a casi tres de cada cuatro gatos mayores de cinco años. Es una condición dolorosa en la que el diente se va disolviendo poco a poco, dejando expuesta la cavidad pulpar y volviendo el diente vulnerable a fracturas. En algunos casos, puede llegar a perderse por completo.

Aunque no se conoce la causa exacta, el veterinario puede detectar los dientes afectados, aunque muchas veces se necesita una radiografía dental para confirmar el diagnóstico. El diente debe extraerse bajo anestesia general, y el procedimiento puede ser complejo, ya que suele estar debilitado y se rompe con facilidad.

Enfermedad de las encías

Enfermedad de las encías del gato

La enfermedad inflamatoria de las encías puede ser dolorosa para los gatos y, a menudo, progresa rápidamente.

La inflamación de las encías, también conocida como gingivitis, puede afectar a gatos de cualquier edad, aunque es más común en gatos mayores. La gingivitis suele estar causada por bacterias en los dientes de tu gato que provocan la acumulación de placa, llamada enfermedad periodontal. Con el tiempo, las encías se inflaman progresivamente y el diente se afloja en su alvéolo. Finalmente, el diente se pierde. Los virus como el calicivirus felino, el virus de la leucemia felina y el virus de la inmunodeficiencia felina también pueden provocar gingivitis.

Este proceso es doloroso, por lo que es importante que el veterinario identifique y trate rápidamente la gingivitis. Por lo general, será necesario aplicar anestesia general a tu gato para rasparle los dientes, tanto por encima como por debajo de la línea de las encías, para eliminar la placa y el sarro. Si tiene caries, dientes flojos o dientes enfermos, será necesario extraerlos al mismo tiempo.

Alineación anormal de los dientes

Algunos gatos pueden nacer con dientes desalineados, lo que se conoce como maloclusión. Es más común en las razas de gatos braquicéfalos que tienen caras más planas, como los persas y los himalayos. La maloclusión también puede ocurrir en gatos con caras más largas y puntiagudas, como los siameses. Son propensos a que sus caninos superiores (dientes de colmillo) apunten demasiado hacia adelante.

La maloclusión puede provocar dificultad para cerrar la boca y provocar un rechinamiento involuntario de los dientes, ya que los dientes superiores e inferiores que están desalineados crean fricción al rozarse entre sí. El veterinario debe decidir el tratamiento específico para los dientes desalineados, pero a menudo implica la extracción de ciertos dientes con anestesia general.

Un objeto extraño atrapado en la boca

A veces los gatos se quedan con objetos atorados en la boca. Puede tratarse de un fragmento de hueso tras cazar, restos de plantas o incluso pedazos de plástico. En los gatos mayores, es común que se les acumulen pelos o restos de comida entre los dientes, lo que resulta bastante molesto.

Ya conoces la frase “la curiosidad mató al gato”. Esa necesidad constante de explorar hace que casi cualquier cosa pueda terminar en su boca. Rechinar los dientes es una forma de intentar desalojar lo que le estorba.

Dientes flojos o rotos

Las enfermedades dentales pueden hacer que los dientes se aflojen, lo cual genera dolor y, en algunos casos, lleva al gato a rechinar. También puede fracturarse un diente al morder algo muy duro o si ya está debilitado por una afección previa. Si la fractura deja expuesta la pulpa, el diente se vuelve extremadamente sensible, y hasta comer le provoca molestias, lo que puede intensificar el rechinido.

Mandíbula fracturada

Los gatos que han sufrido un accidente de tráfico pueden fracturarse la mandíbula con facilidad. Esta zona es bastante frágil y, en algunos casos, puede romperse incluso por una enfermedad dental avanzada que haya debilitado el hueso. El rechinar puede deberse tanto al dolor como a la desalineación de los dientes provocada por la fractura.

Cáncer

Los tumores bucales pueden ser causa de molestias y pueden provocar bruxismo en tu gato. Tu veterinario es la persona indicada para realizarle a tu gato un examen bucal completo y comprobar si tiene bultos anormales.

Todas estas afecciones bucales son dolorosas y también pueden causar otros síntomas como:

Tu gato puede mostrar varios de estos signos, pero los gatos pueden ser extremadamente buenos ocultando el dolor, así que asegúrate de observarlo con atención.

Otras causas del rechinamiento de dientes en los gatos

gato con dolor

El dolor en otras áreas del cuerpo puede causar rechinamiento de dientes, junto con otros síntomas como escondite, letargo y cambios en los patrones de sueño, aseo y apetito.

Dolor

A veces, el rechinamiento de dientes puede ser una señal de que tu gato tiene dolor en alguna otra parte del cuerpo. Enfermedades como la pancreatitis, la artritis o la enfermedad inflamatoria intestinal pueden causar dolor o malestar que puede provocar el rechinamiento de dientes en los felinos. Casi cualquier afección dolorosa puede hacer que un gato apriete o rechine los dientes.

Ansiedad

La ansiedad o el estrés es un problema común en los gatos domésticos y puede manifestarse de distintas formas, como bruxismo, acicalamiento excesivo o incluso problemas urinarios. La causa del estrés de un gato a veces puede ser difícil de identificar, pero cualquier cambio en su rutina puede provocar estrés. En estos casos, el uso de suplementos calmantes o difusores de feromonas enchufables como Feliway puede ayudar a relajar a tu gato y hacerlo sentir seguro.

Afecciones neurológicas

Con menos frecuencia, algunas condiciones neurológicas, como las convulsiones, también pueden provocar bruxismo. En una convulsión típica, tu gato suele perder el conocimiento, mover las patas de forma descontrolada y, en ocasiones, orinarse o defecar sin control. Aun así, existen distintos tipos de episodios, y algunos pueden ser más discretos. Si sospechas que ha tenido uno, consulta con tu veterinario cuanto antes.

Diagnóstico y tratamiento del rechinamiento de dientes en gatos

El tratamiento del rechinar de dientes en gatos depende de identificar rápidamente qué lo está provocando. No lo ignores, ya que casi siempre indica dolor o algún problema de salud. Si el veterinario descarta molestias bucales como origen del bruxismo, es probable que recomiende análisis de sangre o estudios de imagen —como radiografías o ecografías— para encontrar la causa.

La solución variará según el diagnóstico, aunque con frecuencia requiere atención dental. Puede ser necesario extraer dientes sueltos, fracturados o reabsorbidos, y tratar infecciones en las encías con antiinflamatorios o antibióticos. Como este comportamiento suele estar relacionado con el dolor, es común que se receten analgésicos mientras se resuelve el problema de fondo.

¿Cómo prevenir el rechinamiento de dientes en los gatos?

Se recomienda que los dueños de gatos implementen una rutina de higiene bucal activa para sus mascotas, para reducir la probabilidad de enfermedades dentales dolorosas.

La mejor manera de prevenir el bruxismo es cuidar la salud bucal de tu gato. La mejor manera de hacerlo es cepillarle los dientes una vez al día. Es mejor empezar a cepillarle los dientes a un gato pequeño, pero nunca es demasiado tarde. Debes empezar de forma lenta y gradual y aumentar gradualmente el cepillado de los dientes de tu gato.

También deberías hacer que un veterinario revise la boca de tu gato al menos una vez al año para poder identificar rápidamente cualquier problema. Sigue el consejo de tu veterinario con respecto a los tratamientos. Esto podría implicar una limpieza dental profesional con anestesia general y la extracción de cualquier diente con problemas.

Resumen

El rechinar de dientes (bruxismo) en gatos siempre debe tomarse en serio, ya que casi siempre indica que siente dolor. Presta atención a cualquier otro síntoma o comportamiento fuera de lo común y llévalo al veterinario cuanto antes para investigar la causa y aliviar cualquier molestia. La buena noticia es que el bruxismo casi siempre tiene solución y, en muchos casos, puede prevenirse con una buena higiene dental y revisiones periódicas.

Leer también: ¿Cómo cepillar los dientes de tu gato?

Avatar photo

Dr. Gemma Cliffin BSC BVSC MRCVS

Gemma ha trabajado en una amplia variedad de funciones, incluida la práctica de primera opinión, como veterinaria nocturna y como veterinaria suplente. Actualmente trabaja en un pequeño hospital de animales en North Yorkshire. Tiene intereses particulares en medicina felina, diagnóstico por imágenes y manejo del dolor, así como un sólido conocimiento del comportamiento y la nutrición de los gatos.